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| María Magdalena, Santa |  
Discípula del SeñorMartirologio Romano: Memoria 
de santa María Magdalena, que, 
 liberada por el Señor de siete 
 demonios y convertida en 
su 
 discípula, le siguió hasta el 
 monte Calvario y mereció  
 ser la primera que vio al  
Señor resucitado en la  
 mañana de Pascua y la 
 que se lo comunicó a 
los demás 
 discípulos (s. I). 
  
  
Hoy 
celebramos a Santa María Magdalen, debemos referirnos
 
 a tres personajes 
bíblicos, que algunos identifican en una 
 sola persona: María Magdalena, 
María la hermana de 
 Lázaro y Marta, y la pecadora 
anónima que unge 
 los pies de Jesús.
 Tres personajes para una 
historia
 
 María Magdalena, así, con su nombre completo, aparece
 
 en varias 
escenas evangélicas. Ocupa el primer lugar entre 
 las mujeres que 
acompañan a Jesús  
(Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 
8, 2); está presente 
 durante la Pasión (Mc 15, 40) 
y al pie de la  
cruz con la Madre de 
Jesús (Jn 19, 25); observa  
cómo sepultan al Señor (Mc 
15, 47); llega antes 
 que Pedro y que Juan al 
sepulcro, en la mañana de la  
Pascua (Jn 20, 1-2); 
es la primera a quien se aparece  
Jesús resucitado (Mt 
28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), 
 aunque no 
lo reconoce y lo confunde con el hortelano 
 (Jn 20, 
15); es enviada a ser apóstol de los apóstoles 
 (Jn 
20, 18). Tanto Marcos como Lucas nos informan  
que Jesús 
había expulsado de ella «siete demonios». 
 (Lc 8, 2; Mc 
16, 9)
 María de Betania es la hermana de Marta y 
de Lázaro;
 
 aparece en el episodio de la resurrección de 
su hermano 
 (Jn 11); derrama perfume sobre el Señor y 
le seca los 
 pies con sus cabellos (Jn 11, 1; 
12, 3); escucha al Señor  
sentada a sus pies y 
se lleva «la mejor parte» 
 (Lc 10, 38-42) mientras su 
hermana trabaja.
 Finalmente, hay un tercer personaje, la pecadora anónima
 
 que 
unge los pies de Jesús (Lc 7, 36-50) en casa 
de 
 Simón el Fariseo.
 Dos en una, tres en una
 
 No era 
difícil, leyendo todos estos fragmentos, establecer
 
 una relación entre la 
unción de la pecadora y la de María 
 de Betania, 
es decir, suponer que se trata de una 
 misma unción 
(aunque las circunstancias difieren), y 
 por lo tanto de una 
misma persona. 
 Por otra parte, los «siete demonios» de Magdalena
 
 podían significar un grave pecado del que Jesús la 
 habría 
liberado. No hay que olvidar que Lucas presenta 
 a María 
Magdalena (Lc 8, 1-2) a renglón seguido del relato 
 de 
la pecadora arrepentida y perdonada (Lc 7, 36-50).
 San Juan, al 
presentar a los tres hermanos de Betania
 
 (Marta, María y 
Lázaro), dice que «María era la que 
 ungió al Señor 
con perfumes y le secó los pies con  
sus cabellos». 
El lector atento piensa: 
 "Conozco a este personaje: es la 
pecadora de Lucas 7". 
 Además, en el mismo evangelio de 
Lucas, inmediatamente  
después del episodio de la unción, se nos 
presenta a 
 María Magdalena, de la que habían salido «siete 
demonios». 
 El lector ratifica su impresión: "María Magdalena es  
la 
pecadora que ungió a Jesús". Y por último, en el 
mismo 
 evangelio de San Lucas, pocos capítulos después (Lc 10),  
 María, hermana de Marta, aparece escuchando al Señor 
 sentada a 
sus pies. El lector concluye: "María Magdalena 
 y esta María 
son una misma persona, la pecadora penitente 
 y perdonada, que 
Juan también menciona por su nombre 
 aclarándonos que vivía en 
Betania".
 Pero esta conclusión no es necesaria porque:
 
 no hay por qué 
relacionar a Juan con Lucas; los relatos
 
difieren en varios 
detalles. Así, por ejemplo, la unción,  
según Lucas, tiene lugar 
en casa de Simón el Fariseo; 
 su relato hace explícita 
referencia a los pecados de 
 la mujer que unge a 
Jesús. Pero Mateo, Marcos y Juan, 
 por su parte, hablan 
de la unción en Betania en casa  
de un tal 
Simón (Juan no aclara el nombre del dueño de casa, 
 sólo señala que Marta servía y que Lázaro estaba presente),  
 y mencionan el gesto hipócrita de Judas en relación con 
 el precio del perfume, sin sugerir que la mujer fuese 
una pecadora. 
 Sólo Juan nos ofrece el nombre de la 
mujer, que los demás 
 no mencionan.
 los «siete demonios» no significan 
un gran número de pecados,
 
sino -como lo aclara allí 
mismo Lucas- «espíritus malignos 
 y enfermedades»; este significado es más 
conforme con el 
 uso habitual en los evangelios.
 Dos teorías
 
 Los argumentos 
a favor de la identificación de los tres
 
 personajes, como 
vemos, son débiles. Sin embargo, 
 tal identificación cuenta a su 
favor con una larga tradición, 
 como se ha mencionado. Hay 
que decir también que los 
 argumentos a favor de la 
distinción entre las tres mujeres 
 tampoco son totalmente concluyentes. Es 
decir que ambas 
 teorías cuentan con razones a favor y 
en contra,  
y de hecho, a lo largo de la 
historia, ambas interpretaciones 
 han sido sostenidas por los exégetas: así, 
por ejemplo, 
 los latinos estuvieron siempre más de acuerdo en 
identificar  
a las tres mujeres, y los griegos en distinguirlas.
 Una 
respuesta "oficial"
 
 A pesar de que ambas posturas cuentan con argumentos,
 
 hoy en día la Iglesia Católica se ha inclinado 
 claramente 
por la distinción entre las tres mujeres. 
Concretamente, en los 
textos litúrgicos, ya no se  
hace ninguna referencia -como sí 
ocurría antes del  
Concilio- a los pecados de María Magdalena 
o a su 
 condición de "penitente", ni a las demás 
características 
 que le provendrían de ser también María de Betania, 
 hermana de Lázaro y de Marta. En efecto,  
la Iglesia 
ha considerado oportuno atenerse sólo a los 
 datos seguros que 
ofrece el evangelio.
 Por ello, actualmente se considera que la identificación
 
 entre Magdalena, la pecadora y María es más bien 
 una 
confusión "sin ningún fundamento", como dice 
 la nota al pie 
en Lc 7, 37 de "El Libro del Pueblo de 
Dios". 
 No hay dudas de que la Iglesia, a través 
de su Liturgia,  
ha optado por la distinción entre la 
Magdalena, María  
de Betania y la pecadora, de modo que 
hoy podemos 
 asegurar que María Magdalena, por lo que nos 
cuenta 
 la Escritura y por lo que nos afirma la 
Liturgia, no fue 
 "pecadora pública", "adúltera" ni "prostituta", sino sólo 
 seguidora de Cristo, de cuyo amor ardiente fue 
 contagiada, para 
anunciar el gozo pascual a los 
 mismos Apóstoles.
 La liturgia de 
su fiesta
 
 Los textos bíblicos que se proclaman en su Memoria
 
 (que se celebra el 22 de julio) hablan de la 
búsqueda  
del «amado de mi alma» (Cant 3, 1-4a) o 
de la muerte 
 y resurrección de Jesús como misterio de 
amor que nos 
 apremia a vivir para «Aquel que murió 
y resucitó» por 
 nosotros (2 Cor 5, 14-17). Ell evangelio 
que se  
proclama en la Misa es Jn 20, 1-2.11-18, 
es decir,  
el relato pascual en que Magdalena aparece como 
primera 
 testigo de la Resurrección de Jesús, lo proclama 
 «¡Maestro!» 
y va a anunciar a todos que ha visto al 
Señor. 
 Como se ve, ninguna alusión a sus pecados ni 
a su  
supuesta identificación con María de Betania. Sólo pervive 
 de esta supuesta identificación el hecho de que la 
 Memoria 
litúrgica de Santa Marta se celebra justamente 
 en la Octava 
de Santa Magdalena, es decir, una 
 semana después, el 29 
de julio. Santa María de 
 Betania aun no tiene fiesta 
propia en el Calendario 
 Litúrgico oficial.
 Los textos eucológicos de la 
Misa de la Memoria de
 
Santa María Magdalena nos dicen, 
por su parte, 
 que a ella el Hijo de Dios 
le «confió, antes que 
 a nadie... la misión de anunciar 
a los suyos la  
alegría pascual» (Oración Colecta). Magdalena 
 es 
aquella «cuya ofrenda de amor aceptó con tanta 
 misericordia tu 
Hijo Jesucristo» (Oración sobre las Ofrendas) 
 y es modelo de 
«aquel amor que [la] impulsó a entregarse 
 por siempre a 
Cristo» (Oración Postcomunión). 
 En la Liturgia de las Horas ocurre 
otro tanto, ya que los nuevos
 
 himnos compuestos después de 
la reforma 
 litúrgica (Aurora surgit lúcida para Laudes  
y Mágdalæ 
sidus para Vísperas) hacen hincapié 
 en los mismos aspectos: María 
Magdalena como 
 testigo privilegiado de la Resurrección, primera en anunciar 
a 
Cristo resucitado, y fiel e intrépida seguidora de su 
Maestro. 
 Algo similar se verifica en los demás elementos del 
Oficio Divino,  
en los que -nuevamente- no hay alusión ninguna 
a los supuestos  
pecados de la Magdalena ni a su 
condición de hermana  
de Marta y Lázaro.
 Como claro contraste, cabe 
señalar que en la liturgia previa
 
 al Concilio, la Memoria 
del 22 de julio se llamaba 
 «Santa María Magdalena, penitente», 
y abundaban las 
 referencias a su pecado perdonado por Jesús 
y a su  
condición de hermana de Lázaro. El evangelio 
que  
se proclamaba era justamente Lc 7, 36-50, es decir, 
 la unción de Jesús a cargo de «una mujer pecadora 
 que había en la ciudad»: "in civitate peccatrix".
 Finalmente, mencionemos que 
el culto a Santa María Magdalena
 
 es muy antiguo, ya 
que la Iglesia siempre veneró de modo  
especial a los 
personajes evangélicos más cercanos a Jesús.  
La fecha del 22 
de julio como su fiesta ya existía antes del  
siglo 
X en Oriente, pero en Occidente su culto no se 
 difundió hasta el siglo XII, reuniendo en una sola 
 persona 
a las tres mujeres que los Orientales 
 consideraban distintas y 
veneraban en diversas fechas.  
A partir de la Contrarreforma, el 
culto a María Magdalena,  
"pecadora perdonada", adquiere aun más fuerza.
 La 
leyenda oriental señala que después de la Ascensión
 
 habría vivido 
en Éfeso, con María y San Juan; 
 allí habría muerto 
y sus reliquias habrían sido 
 trasladadas a Constantinopla a fines 
del siglo IX y 
 depositadas en el monasterio de San 
Lázaro.
 Otra tradición -que prevalece en Occidente- cuenta que
 
los tres 
"hermanos" (Marta, María "Magdalena" y Lázaro) 
 viajaron a Marsella (en 
un barco sin velas y sin timón). 
 Allí, en la 
Provenza, los tres convirtieron a una multitud; 
 luego Magdalena se 
retiró por treinta años a una  
gruta (del "Santo Bálsamo") 
a hacer penitencia. Magdalena 
 muere en Aix-en-Provence, adonde los ángeles 
la habían 
 llevado para su última comunión, que le da 
San Máximo. 
 Diversos avatares sufren sus reliquias y su sepulcro 
a lo 
 largo de los siglos. 
 Estas leyendas, naturalmente, no 
tienen ningún
 
 fundamento histórico y, como otras tantas, 
 fueron forjadas 
en la Edad Media para explicar 
 y autentificar la presencia, 
en una iglesia del lugar, 
 de las supuestas reliquias de 
Magdalena,  
meta de innumerables peregrinajes.
 Finalmente, cabe consignar que el apelativo
 
 "Magdalena" significa "de Magdala", ciudad 
que ha sido identificada con 
la actual Taricheai, 
al norte de Tiberíades, junto al lago 
de Galilea. 
 Oración
 
 María Magdalena, te pido me ayudes a reconocer 
a Cristo
 
en mi vida evitando las ocasiones de pecado. 
Ayúdame a  
lograr una verdadera conversión de corazón para que  
 pueda demostrar con obras, mi amor a Dios.Amén.
 
 
María MagdalenaMaría Magdalena (en hebreo : המגדלית מרים; en griego antiguo : Μαρία ἡ Μαγδαληνή) es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento  canónico como en varios evangelios apócrifos , como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret . Es considerada santa por la Iglesia Católica Romana , la Iglesia Ortodoxa  y la Comunión Anglicana , que celebran su festividad el 22 de julio . Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas  del cristianismo . Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala , localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades .
 
 María Magdalena en el Nuevo Testamento
La información sobre María Magdalena en los evangelios canónicos  es escasa. Es citada en relación con cuatro hechos diferentes:
 
De acuerdo con el evangelio de Lucas (Lc 8:2), María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea. Se añade que anteriormente había sido curada por Jesús: "Le
 acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de 
enfermedades y espíritus malignos: María, llamada Magdalena, de la cual 
habían salido siete demonios [...]".De acuerdo con los evangelios de Marcos (Mc 15:45-47), Mateo (Mt 27:55-56) y Juan (Jn 19:25), estuvo presente durante la crucifixión de Jesús.En compañía de otras mujeres, fue la primera testigo de la 
resurrección, según una tradición en la que concuerdan los cuatro 
evangelios (Mt 28:1-5, Jn 20:1-2, Mc 16:1-5, Lc 24:1-10). Después comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles.Según un relato que sólo aparece en el evangelio de Juan, fue testigo de una aparición de Jesús resucitado (Jn 20:11-18).
 
 Identificación con otros personajes
Los citados son los únicos pasajes de los evangelios canónicos 
 en los que se cita a "María de Magdala". La tradición cristiana 
occidental (católica), sin embargo, aunque sin apoyarse en evidencias 
textuales de ningún tipo, ha identificado con María Magdalena a otros 
personajes citados en el Nuevo Testamento:
 
La mujer adúltera a la que Jesús salva de la lapidación, en un episodio que sólo relata el evangelio de Juan (Jn 8:3-11)La mujer que unge con perfumes los pies de Jesús y los enjuga con sus cabellos antes de su llegada a Jerusalén según los evangelios sinópticos (Lc 7:36-50, Mc 14:3-8,Mt 26:6-13), cuyo nombre no se menciona. Según Marcos y Mateo, sin embargo, la unción tuvo lugar en Betania, "en casa de Simón el leproso", lo que ha llevado a identificar a esta mujer a su vez con María de Betania.María de Betania, hermana de Lázaro, a la que se atribuye en el evangelio de Juan la iniciativa antes mencionada (Jn 12:1-8), y que aparece en otros conocidos pasajes del cuarto evangelio, como la resurrección de Lázaro (Jn 11:20-30). Se identifica también con la María del episodio de la disputa entre Marta y María (Lc 10:38-42).
 
La identidad de María Magdalena como María de Betania y "la mujer 
quien fue una pecadora" fue establecida en un sermón que el papa san Gregorio I 
 dio en el año 591, en el cual dijo: "Ella, la cual Lucas llama la mujer
 pecadora, la cual José llama María [de Betania], nosotros creemos que 
es María, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos." 
Difundida por los teólogos de los siglos III  y IV , esta teoría gozó de mucha popularidad en el siglo XIX  y constituyó un tema frecuente en la iconografía  cristiana occidental.
 
 María Magdalena en los evangelios apócrifos
  
Así vio Tiziano  la aparición de Jesús resucitado a María Magdalena, según Jn 20:11-18. 
El evangelio de Pedro  sólo menciona a María Magdalena en su papel de testigo de la resurrección de Jesús:
 A la mañana del domingo, María la de Magdala, discípula del Señor
 -atemorizada a causa de los judíos, pues estaban rabiosos de ira, no 
había hecho en el sepulcro del Señor lo que solían hacer las mujeres por
 sus muertos queridos-, tomó a sus amigas consigo y vino al sepulcro en 
que había sido depositado..1
 
En al menos dos de los textos gnósticos coptos  encontrados en Nag Hammadi, el evangelio de Tomás  y el evangelio de Felipe ,
 María Magdalena aparece mencionada como discípula cercana de Jesús, en 
una relación tan cercana como la de los apóstoles. En el evangelio de 
Tomás hay dos menciones de Mariham (logia  21 y 114), que, según 
los estudiosos, hacen referencia a María Magdalena. La segunda mención 
forma parte de un pasaje enigmático que ha sido objeto de muy variadas 
interpretaciones:
 Simón Pedro les dijo: «¡Que se aleje Mariham de nosotros!, pues 
las mujeres no son dignas de la vida». Dijo Jesús: «Mira, yo me 
encargaré de hacerla macho, de manera que también ella se convierta en 
un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres: pues toda mujer 
que se haga varón, entrará en el reino del cielo»..2
 
En el evangelio de Felipe (log. 32) es considerada la compañera (κοινωνος) de Jesús:
 Tres (eran las que) caminaban continuamente con el Señor: su 
madre María, la hermana de ésta y Magdalena, a quien se designa como su 
compañera [κοινωνος]. María es, en efecto, su hermana, su madre y su 
compañera..3
 
No todos los estudiosos, sin embargo, están de acuerdo en que los 
evangelios de Tomás y de Felipe se refieran a María Magdalena. Para 
Stephen J. Shoemaker se trataría más bien de una referencia a la madre 
de Jesús. 
Por último, otra importante referencia al personaje se encuentra en el evangelio de María Magdalena , texto del que se conservan sólo dos fragmentos griegos del siglo III y otro, más extenso, en copto , del siglo V. En el texto, tres apóstoles discuten acerca del testimonio de María Magdalena sobre Jesús. Andrés  y Pedro  desconfían de su testimonio, y es Leví (el apóstol Mateo ) quien defiende a María.
 
 Leyendas posteriores
Según la tradición ortodoxa, María Magdalena se retiró a Éfeso  con la Virgen María  y el apóstol Juan , y murió allí. En 886 sus reliquias  fueron trasladadas a Constantinopla , donde se conservan en la actualidad. Gregorio de Tours  (De miraculis , I, xxx) corrobora la tradición de que se retiró a Éfeso, y no menciona ninguna relación con Francia . 
Más adelante, sin embargo, surgió en el mundo católico una tradición 
diferente, según la cual María Magdalena (identificada aquí con María de Betania ), su hermano Lázaro  y Maximino, uno de los setenta y dos discípulos, así como algunos compañeros, viajaron en barca por el Mar Mediterráneo  huyendo de las persecuciones en Tierra Santa  y desembarcaron finalmente en el lugar llamado Saintes Maries de la Mer , cerca de Arlés . Posteriormente, María Magdalena viajó hasta Marsella , desde donde emprendió, supuestamente, la evangelización de Provenza ,
 para después retirarse a una cueva -La Sainte-Baume- en las cercanías 
de Marsella, donde habría llevado una vida de penitencia durante 30 
años. Según esta leyenda, cuando llegó la hora de su muerte fue llevada 
por los ángeles a Aix-en-Provence , al oratorio de San Maximino, donde recibió el viático . Su cuerpo fue sepultado en un oratorio construido por Maximino en Villa Lata, conocido desde entonces como St. Maximin.
 
Existe una antigua tradición cristiana de pintar huevos de Pascua . Estos huevos  simbolizan la nueva vida y a Cristo emergiendo de la tumba,4  de hecho, los cristianos ortodoxos  acompañan esta tradición con la consigna: «¡Cristo ha resucitado!». 
Una tradición ortodoxa4  relata que tras la Ascensión , María Magdalena fue a Roma  a predicar el evangelio. En presencia del emperador romano Tiberio ,
 y sosteniendo un huevo de gallina, exclamó:«¡Cristo ha resucitado!». El
 emperador se rio y le dijo que eso era tan probable como que el huevo 
se volviera rojo. Antes de que acabara de hablar el huevo se había 
vuelto rojo. 
Otra tradición habla[cita requerida]  de que el corazón sagrado  de Cristo quedaría encerrado en un recipiente con forma de huevo del que María Magdalena sería guardiana.
 
 Veneración de María Magdalena
  
Interior de la basílica de Saint-Maximin-la-Sainte-Baume. 
 Vézelay
El primer lugar de Francia  en el que se sabe que hubo culto a María Magdalena fue la ciudad de Vézelay , en Borgoña .
 Aunque, según parece, en sus inicios el templo de Vézelay estaba 
dedicado a la virgen María, y no a María Magdalena, por alguna razón los
 monjes decidieron que la abadía era el lugar de enterramiento de María 
Magdalena, y están atestiguadas las peregrinaciones al sepulcro de María
 Magdalena en Vézelay desde al menos 1030. El 27 de abril de 1050, una 
bula del papa León IX  colocaba oficialmente la abadía de Vézelay bajo el patronazgo de María Magdalena. Santiago de la Vorágine 
 refiere la versión oficial del traslado de las reliquias de la santa 
desde su sepulcro en el oratorio de San Maximino en Aix-en-Provence 
hasta la recién fundada abadía de Vézelay, en 771. El san Maximino de 
esta leyenda es un personaje que combina rasgos del obispo histórico 
Maximino con el Maximino que según la leyenda acompañó a María 
Magdalena, Marta y Lázaro a Provenza..
 
 Saint-Maximin
Un culto posterior que atrajo numerosos peregrinos se inició cuando 
el cuerpo de María Magdalena fue oficialmente descubierto, el 9 de 
septiembre de 1279, en Saint-Maximin-la-Sainte-Baume , Provenza , por el entonces príncipe de Salerno, futuro rey Carlos II de Nápoles . En esa ubicación se construyó un gran monasterio dominico , de estilo gótico , uno de los más importantes del sur de Francia. 
En 1600, las supuestas reliquias fueron depositadas en un sarcófago mandado realizar por el papa Clemente VIII , pero la cabeza se depositó aparte, en un relicario. Las reliquias fueron profanadas durante la Revolución francesa . En 1814 se restauró el templo y se recuperó la cabeza de la santa, que se venera actualmente en ese lugar.
 
 María Magdalena según la Iglesia Católica
María Magdalena es venerada por la Iglesia católica oficialmente como
 Santa María Magdalena. Existen múltiples templos en todo el mundo 
dedicados a esta santa católica.
 
 Magdalena penitente
Mientras que el cristianismo oriental honra especialmente a María 
Magdalena por su cercanía a Jesús, considerándola "igual a los 
apóstoles", en Occidente se desarrolló, basándose en su identificación 
con otras mujeres de los evangelios (véase más arriba )
 la idea de que antes de conocer a Jesús, había sido muy pecadora y de 
ahí viene el suponer, aunque la Iglesia Católica no lo afirme, que se 
haya dedicado a la prostitución .
 
Esta idea nace, en primer lugar, de la identificación de María con la pecadora de (Lc 7:36-50 ), de quien se dice únicamente que era pecadora y que amó mucho; en segundo lugar, de la referencia en (Lc 8:2 ),
 donde se dice, esta vez refiriéndose claramente a María Magdalena, que 
de ella "habían salido siete demonios". Como puede verse, nada en estos 
pasajes evangélicos permite concluir que María Magdalena se dedicase a 
la prostitución. 
No se sabe con exactitud cuándo comenzó a identificarse a María Magdalena con María de Betania  y la mujer de (Lc 7:36-50), pero ya en una homilía del papa Gregorio Magno 
 (muerto en 591) se expresa inequívocamente la identidad de estas tres 
mujeres, y se muestra a María Magdalena como prostituta arrepentida. Por
 eso la leyenda posterior hace que pase el resto de su vida en una cueva
 en el desierto, haciendo penitencia y mortificando su carne, y son 
frecuentes en el arte occidental las representaciones de la "Magdalena 
penitente". 
La imagen de María Magdalena como penitente también puede ser confundida gracias a la tradición de María Egipcíaca , santa del siglo V, quien según La vida de los Santos  de Jacobo de la Vorágine , se había dedicado a la prostitución y se retiró al desierto a expiar sus culpas. Es común ver representaciones de María Egipcíaca , con los cabellos largos que cubren su cuerpo o envuelta con carrizos ,
 símbolos de su penitencia en el desierto. Estos atributos en ocasiones 
acompañan a la Magdalena, creando a veces la confusión de ambas santas. 
En la tradición católica, por tanto, María Magdalena pasó a ser un 
personaje secundario, a pesar de su indudable importancia en la 
tradición evangélica. El relegamiento que sufrió María Magdalena ha sido
 relacionado por algunos autores con la situación subordinada de la 
mujer en la Iglesia. A esta opinión oponen algunos teólogos católicos la
 especial consideración que guarda la Iglesia para con Santa María , madre de Jesús, venerada con hiperdulía , en tanto que los apóstoles  y los otros santos  son venerados con dulía . 
En 1969 , el papa Pablo VI  retiró del calendario litúrgico el apelativo de "penitente" adjudicado tradicionalmente a María Magdalena;5 
 asimismo, desde esa fecha dejaron de emplearse en la liturgia de la 
festividad de María Magdalena la lectura del evangelio de Lucas (Lc 7:36-50 )
 acerca de la mujer pecadora. Desde entonces, la Iglesia Católica ha 
dejado de considerar a Maria Magdalena una prostituta arrepentida. Sin 
embargo, esta visión continúa siendo la predominante para muchos 
católicos.
 
 María Magdalena y otras santas católicas
María Magdalena fue fuente de inspiración para una de las místicas  más importantes en la Iglesia Católica, santa Teresa del Niño Jesús ,
 quién admiraba este amor tan profundo relatado en el Evangelio en el 
cual María Magdalena piensa en servir a quien ama; así, Teresa decidió 
dedicar su vida a quién más amaba: Jesús de Nazaret. En 1894 escribió: 
"Jesús nos ha defendido en la persona de María Magdalena".6 
Otra destacada mística católica que encontró inspiración y consuelo en María Magdalena fue la doctora de la Iglesia  santa Teresa de Ávila , quien refirió haber recibido ayuda espiritual de la Magdalena.7 
 Teorías recientes acerca de María Magdalena
 Esposa de Jesús
Algunos autores recientes han puesto en circulación una hipótesis 
según la cual María Magdalena habría sido la esposa, o la compañera 
sentimental, de Jesús de Nazaret, además de la depositaria de una 
tradición cristiana de signo feminista que habría sido cuidadosamente 
ocultada por la Iglesia Católica.
 
Estas ideas fueron desarrolladas primero en algunos libros de pseudohistoria , como El enigma sagrado  ("The Holy Blood and the Holy Grail", 1982), de Michael Baigent, Richard Leigh, Henry Lincoln; y La revelación de los templarios 
 ("The Templar Revelation", 1997), de Lynn Picknett y Clive Princey. En 
estos libros se mencionaba además una hipotética dinastía fruto de la 
unión entre Jesús de Nazaret y María Magdalena. Posteriormente estas 
ideas han sido aprovechadas por varios autores de ficción como Peter Berling  (Los hijos del Grial , ) y Dan Brown  (El código Da Vinci , 2003), entre muchos otros. 
No existe ningún pasaje ni en los evangelios canónicos ni en los 
apócrifos que permita afirmar que María de Magdala fue la esposa de 
Jesús de Nazaret. Para la mayoría de los estudiosos del Jesús histórico 
es una posibilidad que ni siquiera merece ser tomada en serio. Los 
partidarios de esta idea, sin embargo, se apoyan en tres argumentos: 
1. En varios textos gnósticos, como el evangelio de Felipe ,
 se muestra que Jesús tenía con María Magdalena una relación de mayor 
cercanía que con el resto de sus discípulos, incluidos los apóstoles. En
 concreto, el evangelio de Felipe habla de María Magdalena como 
"compañera" de Jesús. 
2. En los evangelios canónicos María Magdalena es (excluida la madre 
de Jesús) la mujer que más veces aparece, y es presentada además como 
seguidora cercana de Jesús. Su presencia en los momentos cruciales de la
 muerte y resurrección de Jesús puede sugerir que estaba ligada a él por
 lazos conyugales. 
3. Otro argumento que esgrimen los defensores de la teoría del 
matrimonio entre Jesús y María Magdalena es que en la Palestina de la 
época era raro que un varón judío de la edad de Jesús (unos treinta 
años) permaneciese soltero, especialmente si se dedicaba a enseñar como rabino ,
 ya que eso hubiese ido en contra del mandamiento divino "Creced y 
multiplicaos". No obstante, el judaísmo que profesó Jesús era muy 
distinto del actual, y el papel del rabino no estaba todavía bien 
definido. Sólo después de la destrucción del Segundo Templo, en 70 ,
 el papel del rabino quedó establecido con claridad en las comunidades 
judías. Antes de Jesús, está atestiguada la existencia de maestros 
religiosos solteros, por ejemplo en los círculos esenios . También Juan el Bautista  fue soltero, según todos los indicios. Más adelante, algunos primeros cristianos, como Pablo de Tarso , serían también predicadores célibes. (Aunque en la carta a Filemón, Pablo habla de su hijo Onésimo.)
 
Ramón K. Jusino8  ha propuesto la teoría  de que María Magdalena pudo ser el "discípulo a quien amaba Jesús" que se presenta como autor del evangelio de Juan  (Juan 21:20-24 ) y que es tradicionalmente identificado con el apóstol Juan . Jusino se basa en el hecho de que en varios textos apócrifos, como los citados más arriba , se dice que hubo una relación de especial cercanía entre Jesús y María Magdalena. 
Según Jusino, que se basa para su teoría en un libro del prestigioso erudito bíblico Raymond E. Brown,9 
 el evangelio recogería la tradición de una comunidad, que Brown 
denominó juánica, que se remontaría al testimonio de María Magdalena 
como testigo ocular de Jesús. Esta teoría no cuenta con la aceptación de
 la mayor parte de los historiadores e investigadores bíblicos.
 
 Las Magdalenas cinematográficas
 Véase también
 Notas
↑ Evangelio de Pedro, v.50. Citado desde Santos Otero, Aurelio de: Los evangelios apócrifos; pp. 385-386↑ Evangelio de Tomás, logion 114. Citado desde Santos Otero, Aurelio de: op. cit., p. 705 [1]↑ Evangelio de Felipe, log. 32. Citado desde Santos Otero, Aurelio de: op. cit., p. 722 [2]↑ a b Russian Easter eggs↑ La Auténtica María Magdalena↑ [3]↑ [4]↑ María Magdalena: ¿Autora del Cuarto Evangelio?↑ Brown, Raymond E.: La comunidad del discípulo amado : estudio de la eclesiología juánica. Salamanca, Sígueme, 2005 
 Bibliografía
ISBN 84-206-4699-7Duby Georges: "Leonor de Aquitania/ María Magdalena" (1995)Alianza Editorial S.A. Madrid. 
 Enlaces externos 
 
Santa María Magdalena
 22 de julio
-SCTJM. 
María: "Preferida de Dios"
 Magdalena: Se deriva de Magdala,
 población situada sobre la orilla occidental del mar de Galilea, al 
norte de la ciudad de Tiberíades, o de expresión del Talmud que 
significa "rizar pelo de mujer", en referencia a las adúlteras.
 
 «La historia de María de Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo
 es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la 
humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de 
cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor 
misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte». -Benedicto
 XVI, 23 Julio, 2006
Ver también:
 Respuesta los mitos del Código Da Vinci sobre M. Magdalena
 Ardía en deseos de Cristo, a quien pensaba que se lo habían llevado, San Gregorio Magno 
Formó
 parte de los discípulos de Cristo, estuvo presente en el momento de su 
muerte y, en la madrugada del día de Pascua, tuvo el privilegio de ser 
la primera en ver al Redentor resucitado de entre los muertos (Mc 16, 
9)Fue sobre todo durante el siglo XII cuando su culto se difundió en la 
Iglesia occidental.
 La historia de María Magdalena
 es una de las más conmovedoras del Evangelio y también de las más 
enigmáticas. Se debate si la mujer que relatan varios pasajes del 
Evangelio es una o tres mujeres:
1- La pecadora que unge los pies del Señor. (Lc., VII, 37-50).
 2- María Magdalena,
 la posesa liberada por Jesús, que se integró a las mujeres que le 
asistían (Lc. VIII; Jn XX, 10-18) hasta la crucifixión y resurrección.
 3- María de Betania, la hermana de Lázaro y Marta. (Lc., X, 38-42). 
La
 liturgia romana, siguiendo la tradición de los Padres Latinos 
(incluyendo a Gregorio Magno) identifican los tres pasajes del Evangelio
 como referentes a la misma mujer: María Magdalena. La liturgia griega, 
siguiendo a los Padres griegos, sin embargo, las reconocen como tres 
mujeres distintas.  La cuestión sigue abierta.
El
 santoral litúrgico actual celebra a una sola: María Magdalena 
utilizando las referencias a su encuentro con Jesús resucitado. 
La Pecadora que unge los pies del Señor en Galilea
San Lucas hace notar que era una "pecadora pública" pero no especifica que haya sido una prostituta. 
Cristo
 cenaba en la casa de un fariseo donde la pecadora se presentó y al 
momento se arrojó al suelo frente al Señor, se echó a llorar y le enjugó
 los pies con sus cabellos. Después le ungió con el perfume que llevaba 
en un vaso de alabastro. El fariseo interpretó el silencio y la quietud 
de Cristo como  aprobación del pecado y murmuró en su corazón. Jesús le 
recriminó por sus pensamientos. Primero le preguntó en forma de parábola
 cuál de dos deudores debe mayor agradecimiento a su acreedor: aquél a 
quien se perdona una deuda mayor, o al que se perdona una suma menor. Y 
descubriendo el sentido de la parábola, le dijo directamente:
"¿Ves
 a esta mujer? Al entrar en tu casa, no me diste agua para lavarme los 
pies, pero ella me los ha lavado con sus lágrimas y me los ha enjugado 
con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; en cambio ella no ha 
cesado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza y ella me ha 
ungido los pies. Por ello, te digo que se le han perdonado muchos 
pecados, pues ha amado mucho. En cambio, aquél a quien se perdona menos,
 ama menos". Y volviéndose a la mujer, le dijo: "Perdonados te son tus 
pecados. Tu fe te ha salvado. Vete en paz". (Lc. 7)
La discípula de Jesús, liberada de siete demonios
En
 el capítulo siguiente, San Lucas, habla de los viajes de Cristo por 
Galilea, dice que le acompañaban los apóstoles "y algunas mujeres que 
habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena,
 de la que habían salido siete demonios" (Lucas 8:2).  Lucas no 
especifica ni niega que sea la misma pecadora que unge a Jesús, pero 
ciertamente se trata de una pecadora y es la misma persona que en Marcos
 16:9 es testigo de la resurrección.  
La hermana de Marta y Lázaro, residentes de Betania
Más
 adelante Lucas narra que, en "cierta población", el Señor fue recibido 
por Marta y su hermana María. Probablemente las dos hermanas se habían 
ido a vivir a Betania con su hermano Lázaro, a quien el Señor había 
resucitado a petición de ellas. Dada la mala reputación que tenía María 
en Galilea no sería extraño que los tres hermanos se mudaran a Betania 
(Judea). 
Marta se ocupaba 
con afán de atender al Señor y le pide que dijese a su hermana que le 
ayudase, pues María estaba a los pies de Cristo para escuchar cuanto 
decía. El Señor respondió: "Marta, Marta, te preocupas por muchas cosas y
 sólo hay una necesaria. María ha escogido la mejor parte y no le será 
quitada" (Lc. 10:41).  
Segunda unción con perfume
San
 Juan en el cap. 12 (cf. Mat., XXVI; Mc, XIV) identifica claramente a 
María de Betania como la mujer que, en la víspera de la entrada triunfal
 de Jesús en Jerusalén, le ungió los pies y los enjugó con sus cabellos,
 de manera que "la casa se llenó del olor del perfume".  Esto ocurrió 
cuando Jesús cenaba con la familia de Lázaro en Betania. San Juan nos 
dice que Jesús los amaba. 
¿Es
 María de Betania también la protagonista de la primera unción ocurrida 
en Galilea?. Creemos que sí porque un capítulo antes de que ocurra la 
unción en Betania, es decir en Jn11,2, San Juan se refiere ya a esta 
María como "aquella que ungió los pies del Señor" (he aleipsasa).
Si
 es así, María la pecadora se había convertido en contemplativa a los 
pies del Señor, escogiendo la mejor parte. San Juan pone de relieve el 
poder transformador de Jesucristo sobre las almas. La que era posesa 
ahora es contemplativa. Una profunda enseñanza sobre la misión de 
Jesucristo quien ha venido a perdonar y salvar a los pecadores. 
Tampoco
 faltaron criticas en la segunda unción. Judas se escandalizó, no por 
generosidad con los pobres, sino por avaricia, y aun los otros 
discípulos interpretaron la conducta de María como un exceso. Pero el 
Señor reivindicó esta unción como había hecho la anterior:
 
"¡Dejadla
 en paz! ¿Por qué la molestáis? Buena obra es la que ha hecho conmigo. 
Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros, pero a mí no me 
tendréis siempre. Esta mujer ha hecho lo que ha podido, adelantándose a 
ungir mi cuerpo para la sepultura. En verdad os digo que dondequiera que
 se predique este evangelio sobre la faz de la tierra, se dirá lo que 
ella ha hecho por mí". (Mt.26)San
 Juan Crisóstomo comenta: "Y así ha sucedido en verdad. Por dondequiera 
que vayáis oiréis alabar a esta mujer . . . Los habitantes de Persia, de
 la India, . . . de Europa, celebran lo que ella hizo con Cristo
Al pié de la Cruz
En
 la hora del Calvario, mientras casi todos abandonan a Jesús, allí  
estaba María Magdalena. ¡Cuanto se lo agradecería Jesús y la Virgen 
María!   "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su 
madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena". Juan 19:25
Entre las que siguieron a Jesús en Galilea ahora siguen a Jesús al Calvario
"Había
 allí muchas mujeres mirando desde lejos, aquellas que habían seguido a 
Jesús desde Galilea para servirle. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo". Mateo 27:55-56
Sentada en el sepulcro
Después que José de Arimatea entierra a Jesús y se fue, María Magdalena quiso quedarse. "Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas frente al sepulcro". -Mateo 27:61  
Es
 coherente pensar que quién tuvo el amor y la valentía de exponerse para
 lavarle al Señor los pies con su cabello fuese capaz de estar con el en
 la cruz y después permanecer amorosamente ante su cuerpo yacente.  
Da testimonio de Cristo Resucitado
María
 Magdalena, con la otra María fueron las primeras en ir al sepulcro el 
domingo de Resurrección: "Pasado el sábado, al alborear el primer día de
 la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el 
sepulcro" (Mateo 28:1)  Iban con los perfumes para embalsamarlo... 
Descubrieron así que alguien había apartado la pesada piedra del 
sepulcro del Señor.  
"Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios". (Marcos 16:9)
María Magdalena, la pecadora convertida en contemplativa, fue la primera que vio, saludó y reconoció a Cristo resucitado. 
Jesús
 la llamó: "¡María!" Y ella, al volverse, exclamó: "¡Maestro!" Y Jesús 
añadió: "No me toques, porque todavía no he subido a mi Padre. Pero ve a
 decir a mis hermanos: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a 
vuestro Dios" (Jn 20:17)  
El
 hijo de Dios quiso enseñarnos el alcance de su amor y de su poder 
redentor santificando a una pecadora, adentrándola en su infinita 
misericordia y enviándola a anunciar la resurrección a los Apóstoles.
María
 Magdalena es gran ejemplo para todos. No se dejó paralizar ni por sus 
pecados del pasado ni por las opiniones humanas. Creyó de todo corazón 
en las promesas del Señor y alcanzó la meta. Aquella de quién Jesús dijo
 que se adelantó para "ungir su cuerpo para la sepultura", no puede 
ahora ungir Su cadáver porque ha Resucitado.  Aquella de quién dijo que 
"dondequiera que se predique el evangelio se dirá lo que ha hecho por 
mi" no podía ahora ser excluida del Evangelio porque es la primera 
persona testigo de su principal evento: La Resurrección del Señor. A la 
que mucho amó mucho se le perdonó y mucho continuó amando hasta llegar a
 participar en la gloria del Señor.  
Tradiciones sobre la vida posterior de María Magdalena
La
 tradición oriental afirma que, después de Pentecostés, María Magdalena 
fue a vivir a Efeso con la Virgen María y San Juan y que murió ahí. A 
mediados del siglo VIII, San Wilibaldo visitó en Efeso el santuario de 
María Magdalena.  En el 886 fueron llevadas sus reliquias a 
Constantinopla.
Según la 
tradición francesa muy difundida en occidente, María Magdalena fue con 
Lázaro y Marta a evangelizar la Provenza, Francia y pasó los últimos 
treinta años de su vida en los Alpes Marítimos, en la caverna de La Sainte Baume.
 Poco antes de su muerte, fue trasladada milagrosamente a la capilla de 
San Maximino, donde recibió los últimos sacramentos y fue enterrada por 
el santo.
La primera mención 
del viaje de María Magdalena a la Provenza data del siglo XI, a 
propósito de las pretendidas reliquias de la santa que se hallaban en la
 abadía de Vézelay, en Borgoña. Pero la leyenda no tomó su forma 
definitiva sino hasta el siglo XIII, en la Provenza. A partir de 1279, 
empezó a afirmarse que las reliquias de Santa María Magdalena se 
hallaban en Vézelay, en el convento dominicano de Saint-Maximin. Todavía
 en la actualidad es muy popular la peregrinación a dicho convento y a 
la Sainte Baume. Pero las investigaciones modernas, especialmente las 
que llevó a cabo Mons. Duchesne, han demostrado que no se pueden 
considerar como auténticos ni las reliquias, ni el viaje de los amigos 
del Señor a Marsella. Así pues, a pesar de los clamores de la tradición 
local francesa, hay que confesar que se trata de una fábula. Volvamos 
pues al Evangelio.  
La 
pecadora fue perdonada por Jesús. Se cumplió en ella el Salmo 51 "Un 
corazón humillado y arrepentido, Dios nunca lo desprecia".
María
 Magdalena es la mujer que fue fiel a Jesús hasta el final y que El 
escogió para ser testigo de la Resurrección ante los apóstoles.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
Bibliografía
Butler; Vida de los Santos.Pope, Hugh; Catholic Encyclopedia, Vol IX. 1910 Sálesman, Vida de los Santos Respuesta a los mitos del "Código Da Vinci" sobre M. Magdalena
El
 problema fundamental de los que quieren ver una relación sexual entre 
Jesús y María M. es que no pueden entender que exista un amor mas allá 
de los confines del sexo. Al no aceptar el amor divino tampoco pueden 
aceptar la vocación humana a ese amor. -P. Jordi Rivero
Mito #1Jesús se casó con María Magdalena
 Dice para colmo la novela que esto está "documentado históricamente". 
Al respecto comentan Mark Shea y Edward Sri Cita en "El engaño Da Vinci" (Ed. Palabra, 2006):
 
 Entre
 las miles de páginas escritas por los primeros cristianos no aparece un
 solo texto que hable de que Jesús estuviera casado con María Magdalena.
 Ni en los Evangelios del Nuevo Testamento, ni en las cartas de san 
Pablo, ni en los Padres de la Iglesia. ¡Ni tampoco en los evangelios 
gnósticos!
 
 Todas las pruebas apuntan en otra dirección: que Jesús
 no se casó nunca. Por ejemplo, si Jesús hubiera tenido una esposa, 
ciertamente, los evangelios tuvieron muchas oportunidades para hablarnos
 de ello. Aunque mencionan frecuentemente a sus parientes (su padre, su 
madre, sus primos), nunca nos hablan de una esposa. Esto resulta muy 
raro si realmente Jesús hubiera estado casado.
 
 Además, el Nuevo 
Testamento nunca menciona a María Magdalena como "esposa de Jesús". Las 
mujeres en los evangelios se asocian a menudo con hombres importantes 
que están junto a ellas si, de hecho, existen esos hombres en sus vidas.
 Lo llamativo es que el nombre de María Magdalena se suele unir a los de
 otras mujeres cuyas vidas están relacionadas con hombres conocidos, 
como "María (la Madre) de Jesús" y "María, mujer de Cleofás" (Juan 19, 
25) y "Juana, la mujer de Cusa" (Lucas 8,3). Pero lo que destaca en 
María Magdalena es que, cada vez que se menciona su nombre, se suele 
identificar con su lugar de nacimiento, Magdala, pero nunca con un 
hombre. (...) Este pequeño detalle lo dice todo. Indica que María 
Magdalena no estuvo casada, y mucho menos casada con Jesucristo.
 
 Mito #2
 La
 Iglesia ha demonizado a María Magdalena, identificándola como una 
prostituta para evitar que se acepte su liderazgo en el cristianismo 
primitivo.
 
 En realidad la Iglesia enseña la verdad 
del Evangelio que nos viene de los Apóstoles. Los mismos Evangelios 
presentan la verdad también sobre Pedro, quien negó a Jesús tres veces y
 sin embargo Jesús lo escogió como cabeza visible de la Iglesia y lo 
ratificó como tal después de su traición. Los demás Apóstoles 
abandonaron a Jesús. El Evangelio también nos enseña que Pablo fue 
homicida. La enseñanza es clara: Todos somos pecadores. Jesús vino a 
salvar a los pecadores que se arrepienten y les da el poder para nacer 
de nuevo, de manera que son llamados a participar en su Reino. 
La
 Iglesia ha venerado a María Magdalena como una gran santa. La que era 
pecadora tiene un admirable arrepentimiento, muestra su gran amor a 
Jesús y se convierte en una gran discípula. Ella es además el primer  
testigo de la resurrección. Es por lo tanto un ejemplo del poder 
liberador de Cristo para transformar desde el corazón a quienes se abren
 a su redención. A María Magdalena la conocemos precisamente gracias a 
que la Iglesia escribió sobre ella en los Evangelios. Las fuentes de Dan
 Brown aparecieron siglos después y no son históricas. 
Mito #3El partido de María MagdalenaSegún
 la novela, existió una pugna entre el "partido de la Magdalena" y el 
partido vencedor que sigue a Pedro, el cual sería el cristianismo 
actual, creyente en la divinidad de Cristo.
 Del supuesto partido de 
Magdalena no existe ninguna evidencia. Brown lo deduce interpolando 
textos escritos mas de un siglo después de los Evangelios. Además,
 la novela se contradice ya que si el partido vencedor es de Pedro, 
entonces la fe en la divinidad de Jesús no fue inventada por Constantino
 (siglo IV) como alega.
 
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    Santa 
    María Magdalena |  
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"Bienaventurados 
    los que lloran, porque ellos serán consolados."
 (Mt 
    5,5)
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    | 
    
    Su 
    nombre era María, que significa "preferida por Dios", y 
    
    era natural de Magdala en Galilea; de ahí su sobrenombre de Magdalena. 
    Magdala, 
    
    ciudad a la orilla del Mar de Galilea, o Lago de Tiberiades. 
 
    
    Jesús, al dar su Espíritu a sus apóstoles, les dijo que perdonasen los 
    pecados conforme se lo habían visto a Él hacer: y la liturgia nos recuerda 
    hoy un ejemplo, que será siempre famoso, de la misericordia del Salvador con 
    los que se duelen de sus pasados extravíos.  
    
    María, hermana de Marta y Lázaro, era pública pecadora, hasta que tocada un 
    día por la gracia, vino a rendirse a los pies del Señor.  “No te acerques a 
    mí, porque estoy puro”, le dirían los soberbios; pero el Señor, al contrario, 
    la recibe y perdona. Por eso Jesús, “acoge bondadoso la ofrenda de sus 
    servicios”, y le ofrece para siempre un sitial de honor en su corte real. La 
    contrición transforma su amor. “Por haber amado mucho, se le perdonan muchos 
    pecados”. Movido por sus ruegos resucita Jesús a Lázaro, su hermano, y 
    cuando Jesús es crucificado, le asiste, más muerta que viva; preguntando, 
    como la esposa de los Cantares, a dónde han puesto su esposo Divino, Cristo 
    la llama por su propio nombre, y mándale llevar a los discípulos la nueva de 
    su Resurrección.  
    
     A 
    imitación de la gran Santa María Magdalena, vengamos en espíritu de amor y 
    de compunción, a ofrecer a Jesús, presente en la santa Misa, el tesoro de 
    nuestras alabanzas. Hagámosle compañía, como las dos hermanas Marta y María; 
    adornemos su altar, con ese recio espíritu de fe que no teme el escándalo 
    farisaico, con todo el esplendor que conviene a la casa de Dios. Imitémosla 
    sobre todo en su acendrado amor a Jesús, seguros de que haciéndolo así, 
    lograremos la remisión entera de nuestras pasadas culpas, elevándonos, desde 
    el fondo de nuestra miseria a la sima de la santidad. Al que busca a Dios 
    con gemidos, pronto le abre la puerta de su misericordia y de sus ricos 
    tesoros. 
    Cuatro menciones en los Evangelios:
 
    1) Los siete demonios. Lo primero que dice el 
    Evangelio acerca de esta mujer, es que Jesús sacó de ella siete demonios (Lc 
    8,2), lo cual es un favor grandísimo, porque una persona poseída por 
    siete espíritus inmundos tiene que haber sido impresionantemente infeliz. 
    Esta gran liberación obrada por Jesús debió dejar en Magdalena una gratitud 
    profundísima. 
    Nuestro Señor decía que cuando una persona logra echar lejos a un mal 
    espíritu, este se va y consigue otros siete espíritus peores que él y la 
    atacan y así su segundo estado llega a ser peor que el primero (Lc 11,24). 
    Eso le pudo suceder a Magdalena. Y que enorme paz habrá experimentado cuando 
    Cristo alejó de su alma estos molestos espíritus. 
    A nosotros nos consuela esta intervención del Salvador, porque a nuestra 
    alma la atacan también siete espíritus dañosísimos: el orgullo, la avaricia, 
    la ira, la gula, la impureza o lujuria, envidia, la pereza y quizás varios 
    más. ¿Quién puede decir que el espíritu del orgullo no le ataca día por día? 
    ¿Habrá alguien que pueda gloriarse de que el mal espíritu de la impureza no 
    le ha atacado y no le va a atacar ferozmente? Y lo mismo podemos afirmar de 
    los demás. 
    Pero hay una verdad consoladora: Y es que los espíritus inmundos cuando 
    veían o escuchaban a Jesús empezaban a tembar y salían huyendo. ¿Por qué no 
    pedirle frecuentemente a Cristo que con su inmenso poder aleje de nuestra 
    alma todo mal espíritu? El milagro que hizo en favor de la Magdalena, puede 
    y quiere seguirlo haciendo cada día en favor de todos nosotros. 
    2) Se dedicó a servirle con sus bienes. Amor con amor se paga. Es lo 
    que 
     hizo 
    la Magdalena. Ya que Jesús le hizo un gran favor al librarla de los malos 
    espíritus, ella se dedicó a hacerle pequeños pero numerosos favores. Se unió 
    al grupo de las santas mujeres que colaboraban con Jesús y sus discípulos 
    (Juana, Susana y otras). San Lucas cuenta que estas mujeres habían sido 
    liberadas por Jesús de malos espíritus o de enfermedades y que se dedicaban 
    a servirle con sus bienes (Lc 8,3). Lavaban la ropa, preparaban los 
    alimentos; quizás cuidaban a los niños mientras los mayores escuchaban al 
    Señor; ayudaban a catequizar niños, ancianos y mujeres, etc... 
    3) Junto a la cruz. La tercera vez que el Evangelio nombra a 
    Magdalena es para decir que estuvo junto a la cruz, cuando murió Jesús. La 
    ausencia de hombres amigos junto a la cruz del Redentor fue escandalosa. 
    Sencillamente no se atrevieron a aparecer por ahí. No era nada fácil 
    declararse amigo de un condenado a muerte. El único que estuvo junto a
    
    
    Él 
    fue Juan. En cambio las mujeres se mostraron mucho más valerosas en esa hora 
    trágica y fatal. Y una de ellas fue Magdalena. 
    San Mateo (Mt 27,55), San Marcos (Mc 15, 40) y San Juan (Jn 
    19, 25) afirman que junto a la cruz de Jesús estaba la Magdalena. En las 
    imágenes religiosas de todo el mundo los artistas han pintado a María 
    Magdalena junto a María, la Madre de Jesús, cerca de la cruz del Redentor 
    agonizante, como un detalle de gratitud a Jesús. 
    4) Jesús resucitado y la Magdalena. Uno de los datos más consoladores 
    del Evangelio es que Jesús resucitado se aparece primero a dos personas que 
    habían sido pecadoras pero se habían arrepentido: Pedro y Magdalena. Como 
    para animarnos a todos los pecadores, con la esperanza de que si nos 
    arrepentimos y corregimos lograremos volver a ser buenos amigos de Cristo. 
    Los cuatro evangelistas cuentan como María Magdalena fue el domingo de 
    Resurrección por la mañana a visitar el sepulcro de Jesús. San Juan lo narra 
    de la siguiente manera: 
    "Estaba María Magdalena llorando fuera, junto al sepulcro y vio dos ángeles 
    donde había estado Jesús. Ellos le dicen: - ¿Mujer, por qué lloras? - Ella 
    les responde: - Porque se han llevado a mi Señor, y no sé donde lo han 
    puesto.  
    Dicho esto se volvió y vio que Jesús estaba ahí, pero no sabía que era Jesús. 
    Le dice Jesús: - ¿Mujer por qué lloras? ¿A quién buscas? 
    Ella, pensando que era el encargado de aquella finca le dijo: - Señor, si tú 
    lo has llevado, dime donde lo has puesto, yo me lo llevaré. 
    Jesús le dice: '¡María!' 
    Ella lo reconoce y le dice : '¡Oh Maestro!' (y se lanzó a besarle los pies). 
    Le dijo Jesús: - Suéltame, porque todavía no he subido al Padre. Vete donde 
    los hermanos y diles: 'Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios a vuestro 
    Dios'. 
    Fue María Magdalena y les dijo a los discípulos: - He visto al Señor, y me 
    ha dicho esto y esto." (Jn. 27, 11). 
    Esta mujer tuvo el honor de ser la encargada de comunicar la noticia de la 
    resurrección de Jesús. |  | 
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