Ante ti, Señor una vez más.
Ante ti, que siempre estás en el Sagrario para escucharme, para
infundir calor a mi corazón muchas veces indiferente y frío. Más frío
que estas tardes del ya cercano invierno. Pero hoy quiero que hablemos,
no del cercano invierno, sino del cercano día en que vamos a festejar Tu
día, Señor, el DÍA DE CRISTO REY.
El Padre Eterno, como tú nos enseñaste a llamarle a Dios, es
el Rey del Universo porque todo lo hizo de la nada. Es el Creador de
todo lo visible y de lo invisible, pero... ¿cómo podía este Dios
decírselo a sus criaturas? ¿cómo podría hacer que esto fuese
entendido?... pues simplemente mandando un emisario.
No fue un ángel, no fue un profeta, fuiste tú, su propio Hijo, tu, Jesús.
Como nos dice San Pablo: - "Fue la propia imagen de Dios,
mediador entre Este y los hombres y la razón y meta de toda la Creación.
Él existe antes que todas las cosas y todas tienen su consistencia en
Él. Es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia Católica. Es el
principio, el primogénito, para que sea el primero en todo". Así se
expresa San Pablo de ti, Jesús mío y en esa creencia maravillosa
vivimos.
Cuando fuiste interpelado por Pilato diste tu respuesta clara y vertical:
"Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo mi gente
habría combatido para que no fuese entregado a los judíos... PERO MI
REINO NO ES DE AQUÍ". Entonces Pilato te dijo:
"Luego... ¿tú eres rey?. Y respondiste: -
"Tú
lo dices que soy rey. Para esto he nacido yo y para esto he venido al
mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la Verdad,
escucha mi voz. (Juan 18,36-37).
Jesús... tú hablabas de un Reino donde no hay oro ni espadas,
donde no hay ambiciones de riquezas y poder. Tu Reino es un reino de
amor y de paz.
Un Reino que los hombres no entendieron y seguimos sin
entender porque lo que tú viniste a enseñar no está en el exterior sino
en lo más profundo de nuestro corazón.
Pertenecer a este Reino nos hace libres de la esclavitud del pecado y de las pasiones.
Pertenecer a este Reino nos hace súbditos de un Rey que no usa la ley del poder y del mando sino del amor y la misericordia.
Diariamente pedimos "venga a nosotros tu Reino".... y sabemos
que en los hombres y mujeres de bien, ya está este Reino, pues el "Reino
de Dios ya está con nosotros" (Lc.17, 20-21.
El domingo, la Iglesia celebra a "CRISTO REY". A ti, Jesús, que
pasaste por la Tierra para decirnos que "REINAR ES PODER SERVIR Y NO
SERVIRSE DEL PODER".
Que viniste para ayudar al hombre y bajar hasta él, morir con él y por él, mostrándonos el camino hacia Dios.
¡VENGA TU REINO, SEÑOR!
¡Viva Cristo Rey !
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