Queridos hermanos y miembros de esta comunidad:
Nos ponemos en contacto con vosotros para recordaros, que se está ofreciendo por medio de esta casa unos textos muy valiosos sobre La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Y recordaros que son muy grandes los beneficios que se obtiene de meditarla.
En la historia contamos con numerosos testimonios de muchos santos que así lo hicieron y pudieron comprobar en sus vidas.
No olvidemos que meditar su pasión , nos procura una unión más íntima con Él y nos traza un camino seguro hacia "la santidad personal".
La Sagrada Escritura nos dice: "Sed Santos , pues Yo Soy Santo" (Luc.11,44)
“El
cristiano que medite atentamente en la vida, Pasión y Muerte del Señor,
encontrará allí en abundancia, todo lo que le es necesario para
progresar en su vida espiritual, sin necesidad de ir a buscar fuera de
Jesús algo que le pueda aprovechar mejor”
(Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo")
Jesús
hizo todo lo que el hombre debió hacer de bien; si el alma corresponde,
con el pensamiento de su Pasión, repite lo que el mismo Jesús hizo en
su humanidad, dándole gran consuelo a Jesús.
Rumiar
continuamente los dolores de la Pasión, hace que Jesús se desclave de
la cruz para nacer en nuestro corazón, convirtiéndose él en nuestro
alimento continuo, y nosotros en su alimento.
María se llenó toda de Dios a fuerza de pensar repetidamente en la Pasión de Jesús.
En
cada pensamiento de la Pasión de Jesús, en cada compasión, reparación,
etc., el alma toma la luz de su humanidad, embelleciéndose a semejanza
suya. Cada pensamiento de su Pasión será una luz más que nos dará un
gozo eterno.
Todos
los remedios que la humanidad necesita se encuentran en la Vida y en la
Pasión de Nuestro Señor, pero las criaturas desprecian la medicina y no
se preocupan de los remedios, por eso se ve que a pesar de todos los
bienes encerrados en su redención, el hombre muere como afectado por una
enfermedad incurable.
«Seis
cosas se han de meditar en la pasión de Cristo: La grandeza de sus
dolores, para compadecernos de ellos. La gravedad de nuestro pecado, que
es la causa, para aborrecerlo. La grandeza del beneficio, para
agradecerlo. La excelencia de la Divina bondad y caridad, que allí se
descubre, para amarla. La conveniencia del misterio, para maravillarse
de él. Y la muchedumbre de las virtudes de Cristo, que allí
resplandecen, para imitarlas.
Pues
conforme a esto, cuando vamos meditando debemos ir inclinando nuestro
corazón, unas veces a compasión de los dolores de Cristo, pues fueron
los mayores del mundo, así por la delicadeza de su cuerpo, como por la
grandeza de su amor, como también por padecer sin ninguna manera de
consolación, como en otra parte está declarado.
Otras
veces debemos tener respeto a sacar de aquí motivos de dolor de
nuestros pecados, considerando que ellos fueron la causa de que Él
padeciese tantos y tan graves dolores como padeció.
Otras
veces debemos sacar de aquí motivos de amor y agradecimiento,
considerando la grandeza del amor que Él por aquí nos descubrió y la
grandeza de beneficio que nos hizo redimiéndonos tan copiosamente, con
tanta costa suya y tanto provecho nuestro.»
San Pedro de Alcántara
Hermanos
esperamos que seamos conscientes del regalo que supone poder meditar su
Pasión y desde esta casa estamos muy contentos de poder ofrecérosla e
igualmente os animamos a entrar en este apartado para acompañar a Cristo
en su Pasión.
NO LE DEJEMOS SOLO, ÉL NOS ESPERA. LLENO DE MISERICORDIA.
Un abrazo
a todas /os
Dios os bendiga, meditando su Pasión.
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