viernes, 23 de noviembre de 2012

sobre La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo






Queridos hermanos y miembros de esta comunidad:

Nos ponemos en contacto con vosotros para recordaros, que se está ofreciendo por medio de esta casa unos textos muy valiosos sobre La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Y recordaros que son muy grandes los beneficios que se obtiene de meditarla.

En la historia contamos con numerosos testimonios de muchos santos que así lo hicieron y pudieron comprobar en sus vidas.

No olvidemos que meditar su pasión , nos procura una unión más íntima con Él y nos traza un camino seguro hacia "la santidad personal".

La Sagrada Escritura nos dice: "Sed Santos , pues Yo Soy Santo" (Luc.11,44)

“El cristiano que medite atentamente en la vida, Pasión y Muerte del Señor, encontrará allí en abundancia, todo lo que le es necesario para progresar en su vida espiritual, sin necesidad de ir a buscar fuera de Jesús algo que le pueda aprovechar mejor”

(Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo")

Jesús hizo todo lo que el hombre debió hacer de bien; si el alma corresponde, con el pensamiento de su Pasión, repite lo que el mismo Jesús hizo en su humanidad, dándole gran consuelo a Jesús.

Rumiar continuamente los dolores de la Pasión, hace que Jesús se desclave de la cruz para nacer en nuestro corazón, convirtiéndose él en nuestro alimento continuo, y nosotros en su alimento.

María se llenó toda de Dios a fuerza de pensar repetidamente en la Pasión de Jesús.

En cada pensamiento de la Pasión de Jesús, en cada compasión, reparación, etc., el alma toma la luz de su humanidad, embelleciéndose a semejanza suya. Cada pensamiento de su Pasión será una luz más que nos dará un gozo eterno.

Todos los remedios que la humanidad necesita se encuentran en la Vida y en la Pasión de Nuestro Señor, pero las criaturas desprecian la medicina y no se preocupan de los remedios, por eso se ve que a pesar de todos los bienes encerrados en su redención, el hombre muere como afectado por una enfermedad incurable.

«Seis cosas se han de meditar en la pasión de Cristo: La grandeza de sus dolores, para compadecernos de ellos. La gravedad de nuestro pecado, que es la causa, para aborrecerlo. La grandeza del beneficio, para agradecerlo. La excelencia de la Divina bondad y caridad, que allí se descubre, para amarla. La conveniencia del misterio, para maravillarse de él. Y la muchedumbre de las virtudes de Cristo, que allí resplandecen, para imitarlas.

Pues conforme a esto, cuando vamos meditando debemos ir inclinando nuestro corazón, unas veces a compasión de los dolores de Cristo, pues fueron los mayores del mundo, así por la delicadeza de su cuerpo, como por la grandeza de su amor, como también por padecer sin ninguna manera de consolación, como en otra parte está declarado.

Otras veces debemos tener respeto a sacar de aquí motivos de dolor de nuestros pecados, considerando que ellos fueron la causa de que Él padeciese tantos y tan graves dolores como padeció.

Otras veces debemos sacar de aquí motivos de amor y agradecimiento, considerando la grandeza del amor que Él por aquí nos descubrió y la grandeza de beneficio que nos hizo redimiéndonos tan copiosamente, con tanta costa suya y tanto provecho nuestro.»

San Pedro de Alcántara

Hermanos esperamos que seamos conscientes del regalo que supone poder meditar su Pasión y desde esta casa estamos muy contentos de poder ofrecérosla e igualmente os animamos a entrar en este apartado para acompañar a Cristo en su Pasión.

NO LE DEJEMOS SOLO, ÉL NOS ESPERA. LLENO DE MISERICORDIA.

Un abrazo
a todas /os
Dios os bendiga, meditando su Pasión.

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