Chárbel Makhlouf (en
árabe,
شربل مخلوف Šarbil Majlūf; n.
Beqakafra, 8 de mayo de
1828 - m.
Annaya, 24 de diciembre de
1898) fue un asceta y religioso
maronita libanés, (en el siglo, su verdadero nombre era Yusef Antun Majluf (يوسف أنطون مخلوف),
Yusef es el equivalente árabe de “José” y
Antun lo es de “Antonio”).
Quedó huérfano de padre a la edad de 3 años, y queda al cuidado de su
madre, quien posteriormente se casa en segundas nupcias con un hombre
devoto que sería posteriormente monje
maronita (el hombre casado en el rito maronita, tiene acceso a ordenarse como sacerdote).
Aprendió de su padrastro, la devoción a Cristo y la eucaristía,
inició sus estudios primarios en la escuela parroquial de su pueblo
natal.
Sus años como monje maronita
En
1851, viaja a la localidad de
Mayfouq, en cuyo monasterio
maronita ingresó como novicio, y recibe el nombre de Fray Chárbel, a la edad de 20 años. Permaneció también en
Kfifane, donde recibió instrucción de su confesor, San
Nimatullah Al-Hardini.
En el monasterio maronita de
Annaya, donde vivió hasta su muerte, hizo los votos solemnes en
1853 y fue ordenado sacerdote en
1859.
Fray Chárbel se destacó por su amor a Cristo y su vida de oración, ayuno y sufrimientos, la
predicación y por la
taumaturgia (don de sanar enfermos) que, para los creyentes, continuó incluso después de su muerte.
San Chárbel: Ejemplo de vida consagrada al sacerdocio
Chárbel, con 25 años de edad, en 1853 se consagró al Señor por los
tres votos religiosos de Obediencia, pobreza y castidad, y tuvo su plena
consagración, recibiendo, a la edad de 31 años, el sacramento del
sacerdocio, el 23 de julio de 1859 en la sede patriarcal de Bkerke, por
la imposición de las manos de Monseñor Yusef El-Marid.
En su vida sacerdotal, San Chárbel no hizo más que poner en práctica
lo que había aprendido de su maestro espiritual y profesor de Teología,
el Beato Nemtala El Hardini, cuando le dijo : "Ser sacerdote, hijo mío,
es ser otro Cristo. Para llegar a serlo no hay más que un camino: ¡el
del Calvario! Comprométase sin decaimiento. Él lo ayudará". Así Chárbel
vivió su consagración religiosa y sacerdotal, imitando a Cristo el
sacrificado y haciendo de su misa el centro alrededor del cual va a
cristalizarse su existencia como sacerdote ermitaño.
Dios llama al sacerdote como llamó a Abraham: "Deja tu tierra natal y
la casa de tu padre, y vé al país que yo te mostraré. Yo... te
bendeciré. Engrandeceré tu nombre y serás una bendición y por ti se
bendecirán todos los pueblos de la tierra" (Gen 12, 1-3). Así Chárbel
entendió la misión del sacerdote y dejó atrás su casa, su familia y su
tierra para dedicarse a ejercer su ministerio dentro de los límites de
su vocación monacal. Su desprendimiento fue total, llegando al punto de
rehusarse a ir a su aldea para celebrar una misa en presencia de su
madre vieja llamada Brigitte Chediac, la cual no pudo asistir a su
ordenación sacerdotal. Pero el espíritu que lo determinó a tomar esta
decisión, será siempre el secreto de su mística espiritual y el misterio
de su santidad.
Siendo así que durante toda su vida ejerció su labor como sacerdote
librándose de las ataduras de la sangre para unirse a los lazos de la
gracia y así ser dócil a la acción del Espíritu Santo.
Su muerte y canonización
Chárbel Mahklouf murió en el monasterio maronita de
Annaya, en la nochebuena de diciembre de
1898, donde actualmente yacen sus restos
incorruptos, se dice que desde su tumba emana un líquido acuoso de sangre, siendo este un caso de emanación milagrosa de sangre licuada o
licuefacción, como los de
san Gennaro de Nápoles, san
Nicolás de Tolentino y de
san Pantaleón en el
Monasterio de la Encarnación de Madrid.
Fue beatificado en
1965 y canonizado en
1977, siendo desde ese año, el primer santo del Líbano.
Enlaces externos
Hoy, 24 de julio, conmemoramos a San CHARBEL MAKHLOUF, Asceta.
SAN CHARBEL MAKHLOUF (1828.-1898) nació en Biqa ’Kafra, una aldea en lo alto de las montañas en Líbano.
San
Charbel, el menor de los cinco hijos de una pobre familia campesina,
fue bautizado con el nombre de Yusef Antoun (José Antonio) Makhlouf. A
los tres años de edad perdió a su padre, y fue en realidad el segundo
esposo de su madre, un hombre devoto y piadoso, quien lo encaminó en la
senda de la religión.
La vocación de San Charbel se despertó muy
temprano. A los 14 años solía ya tener la propensión de retirarse a la
soledad de una cueva profunda para rezar y hacer penitencia, a la cual
se conoce en la actualidad como la “Cueva del Santo”.
No fue, sin
embargo, hasta 1851 que ingresó al monasterio de Annaya, perteneciente a
la Orden Maronita Libanesa, en Mar Mqin. Ahí eligió el nombre de
Charbel, en honor de un mártir de Antioquía de la época del emperador
Trajano.
Dos años más tarde fue transferido al monasterio de
Mayfouq para que continuara sus estudios en el Colegio de Kfifan, donde
alcanza a estudiar con Ni’matallah Kassab, ya de edad avanzada, cuya
causa de beatificación está en proceso.
En 1859, San Charbel fue
ordenado sacerdote en Bkerke, de manos de monseñor Yusef Al-Marid, y a
continuación lo enviaron de vuelta al monasterio de Annaya, donde
permaneció los siguientes quince años.
A la muerte del fraile que
habitaba la ermita de San Pedro y San Pablo, ligada al monasterio, en
1875 San Charbel se instaló ahí, a 1400 metros de altitud sobre el nivel
del mar, para llevar vida de ermitaño, sometiéndose a duras
mortificaciones.
San Charbel Makhlouf vivió una vida de
austeridad y rigor extremos. Trabajaba en los viñedos y jardines del
monasterio, pero por lo demás se dedicaba casi por completo a la oración
y la contemplación, por lo que se convirtió para los novicios en el
modelo de lo que debía ser un monje íntegro.
Ya en ello daba
muestras de su santidad. Por otro lado, varios milagros le son
atribuidos, como el haber detenido una plaga de langostas que amenazaba
con acabar con las cosechas, y haber curado en varias ocasiones a
enfermos terminales y desahuciados.
El 16 de diciembre de 1898,
mientras oficiaba la santa misa del rito sirio-maronita, justo en el
momento de consagrar la hostia y el cáliz, fue acometido por un ataque
apopléjico. Ocho días de agonía y sufrimiento le tocó sufrir, hasta que
el 24 de diciembre San Charbel pasó a mejor vida. Sin embargo, a partir
de entonces se empezaron a verificar acontecimientos extraordinarios en
su tumba.
Cuando la abrieron, el cadáver fue hallado intacto, y
lo trasladaron a una capilla preparada especialmente. Al poco tiempo fue
evidente que del cuerpo emanaba un sudor rojizo, por lo que se hacía
necesario cambiar sus prendas.
En 1927 fue colocado nuevamente en
su tumba, pero en 1950 los monjes advirtieron que la pared del sepulcro
destilaba un líquido viscoso. Creyendo que se trataba de una fuga de
agua, el sepulcro fue abierto otra vez.
Lo que sorprendió a toda
la comunidad de monjes fue que el cuerpo seguía incorrupto y conservaba
la temperatura de una persona viva. El sudor rojizo seguía brotando del
cuerpo. Y el sepulcro de San Charbel se convirtió en sitio de
peregrinación.
San Charbel Makhlouf fue canonizado por el papa Paulo VI en 1977. Es el primer santo oriundo de Líbano.Reliquia de San Charbel Makhlouf
SAN CHARBEL MAKHLOUF nos enseña el valor de consagrar la vida.
San Charbel Makhlouf
Durante la ceremonia de beatificación,
el Papa Paulo VI, llamó al entonces beato Chárbel, el Primer Gran
Confesor de Oriente de la época contemporánea; el mismo Santo Padre en
la homilía que dedicó a San Chárbel en la ceremonia de su canonización,
expresó su alegría y felicitaciones a la Iglesia Maronita por este
primer Santo de Oriente Medio, canonizado según los procedimientos
actuales de la Santa Sede.
San Chárbel, actualmente, es famoso en
todo el mundo por su poderosa intercesión ante Dios, quien le ha
concedido la gracia de realizar numerosas conversiones y curaciones, que
atestiguan, el amor de este humilde Ermitaño que vivió y murió en el
perfecto amor a Dios y a los hombres y mujeres de Líbano y del mundo
entero.
HISTORIA DE VIDA DE UN ERMITAÑO: CHARBEL
Nuestro santo nació en Beqakafra, pueblo
situado a 140 Kms. De la capital del Líbano, Beirut, un día 8 de mayo
del año de 1828; quinto hijo de los Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac,
piadosa familia de campesinos. Ocho día después de su nacimiento,
recibió el bautismo, en la iglesia de Ntra. Sra. en el pueblo,
imponiéndole sus padres el nombre de YUSEF. (José) Sus primeros años
transcurrieron en paz y tranquilidad, rodeado de su familia y sobre todo
de la insigne devoción de su madre, quien toda su vida practicó de
palabra y obra su fe religiosa, dando ejemplo a sus hijos que crecieron,
así en el santo temor de Dios.
A los tres años, el padre de Yusef fue
requerido por el ejercito turco, que guerreaba en ese momento contra las
tropas egipcias. Su padre muere de regreso a casa y su madre pasado un
tiempo vuelve a contraer matrimonio con un hombre devoto y bueno, quien
eventualmente recibirá la Orden Sacerdotal. Yusef ayudó siempre a su
padrastro en todas las ceremonias religiosas, notándose en El desde un
principio un raro ascetismo e inclinación a la vida de oración.
INFANCIA
Yusef aprendió las primeras letras en la
escuela Parroquial del pueblo, pequeña habitación contigua a la
iglesia. A la edad de 14 años se dedicaba a cuidar un rebaño de ovejas
cerca de la casa paterna; de este tiempo datan sus primeras experiencias
serias en cuanto a la oración, se retiraba constantemente a una cueva
que había descubierto cerca de los pastizales, y ahí pasaba largas horas
de meditación, recibiendo muchas veces las burlas de otros muchachos
pastores de la región. Aparte de su padrastro (sacerdote), Yusef tenía
dos tíos de parte de su madre que eran ermitaños pertenecientes a la
Orden Libanesa Maronita, a quienes acudía con frecuencia, pasando largas
horas de conversación, referentes a la vocación religiosa y en especial
al monacato, que cada vez se hace más significativo para Él.
LA VOCACIÓN
A la edad de 20 años, Yusef es todo un
hombre, sostén de su casa, él sabe que pronto deberá contraer
matrimonio, sin embargo, se resiste a la idea y tras un periodo de tres
años de espera, en los cuales había llegado a escuchar la voz de Dios
“Deja todo, ven y sígueme” se decide, y en efecto, sin despedirse de
nadie, ni de su mamá, una mañana del año de 1851 se dirige al convento
de Ntra. Sra. de Mayfouq, donde será recibido como Postulante y luego
como Novicio, llevando una vida ejemplar desde el primer momento,
sobretodo en lo referente a la obediencia. Es precisamente cuando Yusef
toma el hábito de novicio, cuando renunció a su nombre original
escogiendo el de su consagración: CHARBEL,
ESTUDIOS PARA SACERDOTE
Pasado un tiempo le enviaron al Convento
de Annaya, en donde profesó los Votos Perpetuos como monje en 1853.
Inmediatamente después, la obediencia le llevó al Monasterio de San
Cyprianos de Kfifen ( nombre del pueblo ), donde realizó sus estudios de
filosofía y teología, llevando una vida ejemplar en cuanto a la
observancia de la Regla de su orden. Fue ordenado sacerdote el 23 de
julio de 1859 de manos de Mons. José al Marid, bajo el patriarcado de
Paulo Massad, en la residencia patriarcal de Bkerke. Al poco tiempo de
ordenado, el P. Charbel regresó al Monasterio de Annaya por orden de sus
superiores. Ahí pasó largos años, siempre, como ejemplo de todos sus
hermanos de la Orden Libanesa Maronita, y en las más diversas
actividades, que incluyeron: el apostolado, el cuidado de enfermos, el
pastoreo de almas y el trabajo manual (cuanto más humilde mejor).
El ERMITAÑO
Así transcurrió su vida en comunidad.
Sin embargo, el anhelaba fervientemente el ser ermitaño, para ello pidió
autorización al Superior, quien viendo que Dios estaba con Él redactó
la autorización solicitada el 13 de febrero de 1875. Desde este momento
hasta el día de su muerte ocurrida la víspera de Navidad del año de
1898. En la ermita de los Santos Pedro y Pablo, el P. Charbel se dedicó
al coloquio intimo con Dios, perfeccionándose en las virtudes, en la
ascésis, en la santidad heroica, en el trabajo manual y en el cultivo de
la tierra, en la oración
(Liturgia de las Horas, 7 veces al día),
y en la mortificación de comer una vez al día y llevar silicio. El P.
Charbel alcanzó celebridad después de su muerte, principiando por el
prodigio de su cuerpo incorrupto, que sudaba sangre, por prodigios de
luz observados y constatados, no sólo por miembros de su orden, sino por
el pueblo que empezó a venerarle como a Santo, aún cuando la jerarquía y
los superiores habían prohibido su culto, mientras la Iglesia no
pronunciara su veredicto.
BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN
Andando el tiempo, y en vista de los
milagros que hacía y del culto de que era objeto, el P. Superior General
Ignacio Dagher se dirigió a Roma en 1925 para solicitar de S.S. el Papa
Pío XI la apertura del proceso de beatificación del ermitaño P.
Chárbel. Durante la clausura del Concilio Vaticano II., el 5 de
Diciembre de 1965, el Papa Paulo IV, le beatificó, con las siguientes
palabras: ” un ermitaño de la montaña libanesa está inscrito en el
número de los Bienaventurados… un nuevo miembro de santidad monástica
enriquece con su ejemplo y con su intercesión a todo el pueblo
cristiano. El puede hacernos entender en un mundo fascinado por el
confort y la riqueza, el gran valor de la pobreza, de la penitencia y
del ascetismo, para liberar el alma en su ascensión a Dios” .
El 9 de octubre de 1977 durante el
Sínodo Mundial de Obispos, el mismo Papa canonizó al beato Chárbel,
elevándolo a los altares con la siguiente formula: ” en honor de la
Santa e Individua Trinidad para exaltación de la fe católica y promoción
de la vida cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de
los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo, y nuestra, después de
madura deliberación y tras implorar intensamente la ayuda divina…
decretamos y definimos que el beato Chárbel Majluf es SANTO, y lo
inscribimos en el catálogo de los santos, estableciendo que sea venerado
como santo con piadosa devoción en toda la iglesia. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu santo.”
Enamorado de la Eucaristía y de la
Santísima Virgen María, San Chárbel modelo y ejemplo de vida consagrada,
es llamado El último de los Grandes Ermitaños. Sus milagros son
múltiples y todo aquel que se acerca a su poderosa intercesión, no queda
defraudado, recibiendo siempre el beneficio de la Gracia y quedando
curado de cuerpo y alma.
“El justo florecerá, como una palmera,
se alzará como un Cedro de Líbano.
Plantado en la Casa del señor.” Sal. 91(92) 13-14
SAN CHARBEL MAKHLOUF
Esta película me llegó por la generosidad de un hermano en la fe. El se llama Roberto.
En
estos momentos les pido a todos los que visitan esta web de unir sus
oraciones a las mías en favor de nuestro hermano. El pasa una situación
de salud muy delicada y doloroza. Pidamos a nuestro Amado Jesús, por la
interseción de la Siempre Pura Virgen María, Madre nuestra y de San
Charbel, que el Señor le conceda salud, le alivie en su dolor y le
fortalezca en la fe y la esperanza.
¡Cuento con vuestra interseción, creo firmemente que el Señor actuará!
Puedes hacerlo ahora mismo
ORACIÓN A SAN CHARBEL
¡Oh! San Charbel. Tú que
pasaste tu vida en la soledad, en una ermita humilde y retirada.
Que no pensaste en el mundo ni en sus goces.
Tu
que ahora contemplas la Gloria del Padre. Te pedimos que intercedas por
nosotros para que Él nos extienda su bendita mano y nos socorra,
ilumina nuestra mente. Aumenta nuestra fe. Fortifica nuestra voluntad
para proseguir nuestras oraciones y súplicas ante ti y todos los santos.
¡Oh!
Santo Charbel que haces milagros y realizas prodigios sobrenaturales.
Que curas a los enfermos y devuelves la razón a los perturbados.
Que devuelves la vista a los ciegos y el movimiento a los paralíticos.
Míranos
con piedad, otórganos la gracia de dar salud a nuestra hermana Esperanza,
por quien te imploramos y ayúdanos para hacer el bien y evitar todo
mal.
Pedimos tu intercesión en todo momento y sobre todo en la hora de nuestra muerte. Amén...
San Charbel, ruega por nosotros....
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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