jueves, 13 de octubre de 2011

Salmo de alabanza 2



Salmo 103

Como se alzan los cielos por encima de la tierra,
así de grande es su amor para quienes le temen;
tan lejos como está el oriente del ocaso
aleja él de nosotros nuestras rebeldías.
Cual la ternura de un padre para con sus hijos,
así de tierno es Dios para quienes le temen;
que él sabe de qué estamos plasmados,
se acuerda de que somos polvo.
¡El hombre! Como la hierba sus días,
como la flor del campo, así florece;
pasa por él un soplo, y ya no existe,
ni el lugar donde estuvo le vuelve a conocer.
Mas el Amor de Dios desde siempre hasta siempre
para los que le temen,
y su Justicia para los hijos de sus hijos,
para aquellos que guardan su alianza,
y se acuerdan de cumplir sus ordenanzas.
Dios en los cielos asentó su trono,
y su soberanía en todo señorea.
Bendecid a Dios, todos sus ángeles,
héroes potentes, agentes de sus órdenes,
en cuanto oís la voz de su palabra.
Bendecid a Dios, todas sus huestes,
servidores suyos, ejecutores de su voluntad.
Bendecid a Dios, todas sus obras,
en todos los lugares de su imperio.
¡BENDICE A DIOS, ALMA MIA

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