
Hoy le pido a Dios, que me ayude a comprender, lo que sintió el barro, antes de ser vasija o vaso…quiero experimentar lo que tuvo que pasar, cuando le tocó dejarse modelar, aun sintiéndose endurecer. Qué difícil debió haber sido para él, tenerse que romper y despojar para llegar a ser lo que es; si recordamos cada uno de esos momentos, sabremos siempre que todos algo de barro tenemos, la embarramos y nos embarramos, es tan mágico pensar que al quebrantarnos, una y otra vez, en las manos del Alfarero, podremos ser reparados…
Hoy le pido a Dios, no me deje olvidar lo que puede doler en el alma, una burla o una traición; lo que daña un mal comentario, lo solo que puede sentirse un corazón rechazado… Hoy le pido a Dios que de vez en cuando, me regale la oportunidad de caminar en otros zapatos y me ayude a ponerme en el lugar de los demás, para no hacerle a otros lo que no quisiera que me hicieran jamás…
Hoy le pido a Dios, me ayude a ver más allá, lo que siente el artista en su instante de inspiración; lo que ora la religiosa cuando quiere dar respuesta a su vocación; quiero tener ojos que sepan ver, entender y compartir, la pasión del deportista que en la cancha todo su esfuerzo entregó, la angustia del médico que siente la vida que tiende de un hilo, la emoción de la madre ante el hijo que ha nacido, el dolor de quien llora porque tiene el corazón partido…

Muchas veces nos quedamos con lo que a simple vista se ve, con la mariposa que vuela, la rosa que engalana, el deportista que pierde o el que gana; opinamos y señalamos, la belleza del vaso, las grietas de la vasija, o la dureza del barro… envidiamos lo que no tenemos, nos burlamos de los que sentimos menos, criticamos lo que se nos antoja, pero nunca nos ponemos en otros zapatos.
Se nos olvida que como la semilla tenemos que morir para dar frutos, y tal cual como el barro, hay que romperse, ser dócil para poder modelarnos; es necesario jugar el partido para aprender a perder o ganarlo, hay que sentir que algo hemos perdido, para lograr valorarlo… no podemos hablar de lo que no hemos vivido… solo puede definir cada momento o sentimiento aquel que lo ha sentido y con el y por el ha llorado, se ha enojado, ha reido…

Hoy le pido a Dios, me deje ver lo que siente un corazón arrepentido, la valentía del que pide perdón, la nobleza de aquel que desde el alma perdonó; la angustia del que se da cuenta que algo ha perdido; quiero descubrir y entender lo que hay tras aquel que actua sin pensar en el dolor que puede ocasionar; quiero que me enseñe a orar por tantos a los que la vida se nos va, sin saber ver, oir, oler, escuchar y tocar más allá de nuestros propios sentidos…
Hoy le pido a Dios, me ayude a estar siempre atenta y no dejar escapar una oportunidad, no quiero imaginar el dejar ir a una persona valiosa sin permitirme haberla conocido, no deseo juzgar sin pensar, no quiero que se me pase de largo sin descubrir un alma que necesite de mi o un corazón herido … no deseo vivir diciendo “si hubiera” ni mucho menos conformarme con haberme arrepentido… quiero vivir intensamente y dar de mí todo lo que se me ha dado y eso a Dios en mi oración se lo pido…
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