1) ¿Quién es el Padre Pío de Pietrelcina?
Quizás llame la atención que digo: ¿quién es y no quién era? Porque la muerte es un estado por el que pasa el cuerpo pero no el alma que es inmortal: los justos viven en el Cielo junto a Dios y los malvados en el Infierno junto a Satanás, para toda la eternidad.
Y sin lugar a dudas, nuestro querido Padre Pío, es un alma justa que ya vive en la Gloria de Dios alabándolo con Sus Ángeles y Sus demás Santos.
2) ¿Cómo podemos afirmarlo con tanta seguridad?
Dios cumple lo que promete y el Padre Pío si lugar a dudas, grabó a fuego en su corazón las palabras que Jesús respondió al joven rico cuando le preguntó qué debía hacer para entrar en el Reino de los Cielos: “Ya conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honrarás a tu padre y a tu madre.” El hombre le contestó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud.” Jesús lo miró con amor y le dijo: “Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y repártelo a los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme.” (Marcos 10, 19 – 21.)
Como también: “Les aseguro que el que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por el Reino de Dios, recibirá mucho más en este mundo; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.” (Lucas 18, 29 – 30.)
3) ¿Cuál fue el secreto que lo llevó por el camino hacia al santidad?
El Secreto: Su Sentido de trascendencia, el sentirse peregrino de esta tierra, viviendo con los pies puestos en este mundo, pero su mirada extasiada en Dios Trinidad. Fueron sus palabras: “Confía en Dios y espera en su paterna bondad, que la luz deberá hacerse. Levanta la mente llena de Fe hacia la patria celestial y dirige a ella todos tus pensamientos y aspiraciones. Esa es nuestra verdadera patria.”
Si ha sido un hombre como cualquiera de nosotros, ¿qué lo hizo diferente?
Jesús nos dice: “Sed perfectos como el Padre que está en el Cielo es Perfecto.” (Mateo 5, 48.), y este es un llamado para todos si excepción, la diferencia está en nuestra respuesta. Esta fue su meta, fue la ‘estrella’ que siguió como los Reyes Magos lo hicieron, para encontrarse con el Salvador.
4) Al Padre Pío, ¿se lo canoniza por los Dones extraordinarios que tenía como la bilocación y las estigmas de Cristo?
En ningún caso está relacionado con los Dones recibidos, pues éstos son otorgados por Dios como herramientas para llevar a cabo la misión que se encomienda.
Lo que hace a la beatificación o canonización es el perfecto cumplimiento de las Virtudes cristianas, una vida en la cual se destaque la caridad heroica.
Ha sido la misma vida del Padre Pío la que ‘invitó’ a la Iglesia a ser conocida, profundizada, admirada, ‘saboreada’, porque sin lugar a dudas podemos resumirla como un ‘Evangelio viviente”; hizo carne las Palabras de Jesús y lo demuestra diciendo: “Jesús es la Guía segura para todos. Él mismo lo dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14, 6). ¡Sigámoslo!”
He aquí dos pensamientos que nos permiten ‘ver’ su alma:
a) “Que la vida sea una vida que se une a Ti y a Tu Amor para así esparcirlo sobre toda la humanidad; y nos haga morir a cada instante para vivir sólo de Ti, para tenerte en nuestros corazones.”
b) “El amor es la actualización y la comunicación de la vida sobreabundante que Jesús, tal como Él nos afirmó, vino a darnos. Escuchemos Su invitación: “Así como el Padre me ha amado, yo los he amado: permanezcan en mi amor”.” (Juan 15, 9).
5) ¿Qué es la bilocación?
Es el Don de poder estar físicamente en dos lugares a vez, pero para casos especialísimos; a muchos Santos Dios le ha dado esta capacidad, pero el Padre Pío es de quien más testimonio se tiene al respecto.
6) ¿Qué son las estigmas y qué significado tienen?
Son las Llagas de Cristo que muchos Santos han llevado en su cuerpo, ya sea alguna o todas. A veces invisibles otras visibles.
Hoy día se habla mucho de estigmas y de personas que dicen llevarlas, pero si bien en muchos casos podría ser cierto, ya que Dios obra como le place, no olvidemos que no siempre son otorgadas por Él, el Maligno también puede hacerlo para dar un toque de ‘santidad’ a una falsa revelación, llevando a creer en su autenticidad. Por eso ante un estigmatizado, es muy importante para no ser confundidos, escuchar lo que la Iglesia decreta al respecto.
Son signo de una perfecta unión con Cristo, especialmente en Su Cruz; cuando el Padre llama a alguien a compartir con Su Hijo Su Pasión, en algunos también les hace compartir las Llagas de la redención, las que antes de ser llevadas en el cuerpo se han llevado en el alma. En otras palabras, quien es portador de alguna de las Santas Estigmas vive en total comunión con Cristo Crucificado, convirtiéndose en un “amigo de la Cruz”.
Era su pensamiento: “Abandónate totalmente en los brazos de la Divina Providencia. Permanece así entre esas tinieblas y arideces, y ten presente a la Santísima Virgen y a San Juan los cuales estando a los pies de la Cruz, entre espantosas tinieblas ya no escuchaban ni veían más a nuestro Señor, y no tenían otro sentimiento que el de la aflicción y la tristeza. Ciertamente, estaban animados por la fe, pero incluso esta fe estaba en tinieblas, porque era necesario que ellos participaran del abandono de nuestro Señor.”
7) ¿Qué actitud corresponde a un verdadero estigmatizado?
La que en todo momento llevó el Padre Pío: imploró al Señor que permanecieran invisibles pero fue en vano; buscó todos los medios de esconderlas, pero no lo logró. Había recibido las cinco llagas, las cuales sangraron durante 50 años, y muchos dieron testimonio de tan sagrada Gracia.
El 8 de Septiembre de 1911 escribe al Padre Benedetto: “Hace casi un año que se repite este fenómeno pero ahora hacía un tiempo que no ocurría. No se inquiete, de todos modos, si es la primera vez que se lo digo, porque hasta ahora me había dejado vencer por aquella maldita vergüenza. Incluso ahora no sabe usted ¡cuánto he tenido que forzarme para contarlo! Qué significa ésto, Padre mío, lo ignoro.”
8 ) Además de la bilocación y estigmas, ¿qué otro Don extraordinario le fue otorgado?
Era un ardiente confesor, pasaba entre quince y diecinueve horas en el confesionario, dándole Dios la capacidad de ver los sentimientos y pensamientos de las personas que se acercaban a él.
Además de la Misa, la pausas breves para las comidas y la oración personal, sólo se dedicaba enteramente a las almas de los pecadores. Se calcula que alrededor de quince millones de personas han tenido la gracia de arrodillarse ante Dios en su confesionario; hasta se llegó a instalar una oficina para organizar turnos.
9) ¿Se lo puede considerar como un místico?
¡Sin lugar a dudas!, porque místico es quien tiene contacto abierto con el mundo sobrenatural y el Padre Pío lo tenía en forma permanente con: Jesús, la Virgen, los Ángeles, los Santos, las almas del Purgatorio.
Sólo así se comprende el ritmo de trabajo que mantenía: Se levantaba a las 3:30 y se dirigía a la Capilla para prepararse para la Santa Misa que celebraba a las cinco, y lo hacía antes de la salida del sol para que los campesinos tuviesen la posibilidad de participar. Fueron alrededor de veinte millones de personas las que alguna vez participaron de las Misas celebradas por él.
10) ¿Y en relación con el Maligno?
Como toda persona que trabaja para acercar almas a Dios, grandes eran los ataques que recibía por parte del demonio y sus secuaces. Pero jamás temía porque toda su confianza estaba puesta en su Dios y Padre. Al respecto nos aconseja:
a) “Nunca tengan miedo a las asechanzas del enemigo que, aún cuando sean vigorosas, jamás los envolverá en sus redes si permanecen fieles al Señor y se mantienen vigilantes, fortalecidos con la oración y con las santa humildad.”
b) “Jesús está siempre con nosotros, y está tan cerca de nosotros que nos ama y nos sostiene en la lucha espiritual. Él está siempre allí para escudarnos de los golpes del enemigo para que no nos haga daño.”
c) “Recuerda que el diablo tiene una sola puerta para penetrar en nuestro interior: la voluntad. No hay otras puertas secretas o escondidas.”
d) “Acuérdate de esto: si el maligno continúa molestando, señal de que todavía no se halla dentro, está todavía fuera. Lo que debe aterrorizarnos es su paz y concordia.”
La voz del Padre Pío rezando el Angelus e impartiendo la bendición
La voz del Padre Pío
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