El Ángelus, rezado al mediodía de cada jornada, es una venerable oración que hace memoria del mayor Acontecimiento: que el Misterio ha entrado en la historia, que el Amor de Dios ha irrumpido en el tiempo y que gracias a María se renueva el mundo y la creación. El Ángelus es memoria agradecida de la Encarnación: Cristo se encarnó por amor a mí. Recordemos su forma de rezarlo y pongámoslo ya en práctica cada día.
El ángel del Señor anunció a María.
R/ Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...
He aquí la esclava del Señor.
R/ Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...
Y el Verbo se hizo carne.
R/ Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...
Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R/ Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos.
Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones
para que, los que por el anuncio del ángel hemos conocido la encarnación de tu Hijo,
por su pasión y su cruz, lleguemos a la gloria de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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