"También nosotros queremos proclamar esto hoy con íntima convicción: ¡Sí, Jesús, tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo!
Lo hacemos con la conciencia de que Cristo es el verdadero "tesoro" por el que vale la pena sacrificarlo todo; él es el amigo que nunca nos abandona, porque conoce las expectativas más íntimas de nuestro corazón.
Jesús es el "Hijo del Dios vivo", el Mesías prometido, que vino a la tierra para ofrecer a la humanidad la salvación y para colmar la sed de vida y de amor que siente todo ser humano.
¡Cuán beneficioso sería para la humanidad si acogiera este anuncio que conlleva la alegría y la paz!" (Benedicto XVI, Ángelus, 24-agosto-2008).
Jesucristo: Él lo es todo.
Quien lo encuentra a Él, todo lo posee, ha hallado lo mejor, su humanidad queda elevada a cotas inimaginadas.
Jesucristo, sólo Jesucristo.
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