viernes, 7 de octubre de 2011

BIENAVENTURADOS


"Hoy hemos leído en el evangelio el pasaje de las Bienaventuranzas, por nueve veces Cristo llama dichosos a los que el mundo llama desgraciados. ¿Cómo es ésto? Ciertamente los proyectos de Dios no son los proyectos humanos, ni sus caminos nuestros caminos. Dios nos sorprende siempre y parece divertirse llevándonos la contraria, ¿no es algo realmente divertido? Dios parece que hace siempre lo contrario de lo que los hombres pensamos y deseamos, pero acaso ¿no es eso lo lógico? Dios piensa como Dios y si pensara como nosotros ya no sería Dios. En cierta ocasión Cristo recriminó a Pedro que pensara como un hombre y no como Dios. Nosotros pensamos a la medida de nuestra inteligencia y de nuestras capacidades, de nuestra forma de entender el mundo, pero Dios es diferente y piensa según su sabiduría y capacidad, y éstas en El son eternas e infinitas. Dios siempre ve más allá que nosotros, que no vemos más allá de nuestro pequeño universo personal, siempre mediado por nuestros egoísmos, cortedad de miras y limitaciones. Como dista el cielo de la tierra, así distan los caminos del Señor de los nuestros. Y sin embargo el hombre se empeña en seguir su camino y no el camino de Dios. Cuando el Señor anuncia las Bienaventuranzas deja descolocado al hombre. ¿Cómo pueden ser dichosos los pobres, los perseguidos, los que lloran, ...? Y sin embargo para Dios son dichosos. Dios ha elegido lo necio del mundo para confundir a los que se tienen por algo, para confundir a los sabios y entendidos. Me pregunto el porqué Dios quiere confundirnos y trastocarnos en nuestros esquemas. Quizás es porque quiere enseñarnos lo equivocados que estamos en creer importante lo que verdaderamente no es sino transitorio y accidental. Los hombres damos importancia a cosas que a los ojos de Dios no la tienen, o por lo menos, no la importancia que nosotros le otorgamos. Nosotros juzgamos por las apariencias, pero Dios ve el corazón. Nosotros valoramos el tener, las cosas materiales, el prestigio, la posición social, ..., sin embargo Dios valora el ser, el corazón, la virtud. Por eso Dios se resiste a los soberbios y se da a los humildes, por eso elige a lo necio de este mundo para confundir a los sabios, por eso se hizo pobre en Belén, se acercó a los pobres y a los pecadores, tocó a los leprosos, prescindió de los honores humanos, sufrió por nosotros humillaciones y se dejó clavar en una cruz por nosotros. Cristo no tuvo a gala su categoría divina, sino que se despojó de su rango y se hizo hombre como nosotros menos en el pecado, pasando por uno de tantos. ¿Cómo entender a un Dios así? Nosotros buscamos los primeros puestos, los honores, el ser tenidos en cuenta, y sin embargo Dios se hace pobre y humilde siendo lo que es. Verdaderamente entender a Dios es humanamente imposible, por eso Pablo decía que la cruz es escándalo para los judíos y necedad para los gentiles. Dios nos sorprende siempre porque El es Dios y nosotros somos criaturas suyas, obra de sus manos. Nunca podremos entender a Dios ni a su Reino si no cambiamos nuestros esquemas mentales. A Dios sólo se le puede entender desde el amor, ya que el amor no tiene reglas y siempre nos parece ciego o loco. Creer y hacer lo contrario a lo que el mundo cree o hace es seguir el camino de Dios, por eso la última bienaventuranza nos advierte de ello. Bienaventurados cuando os persigan, os insulten u os calumnian por mi causa de cualquier forma, estad alegres y contentos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.

No hay comentarios: