San Juan Bosco, uno de los grandes santos de las dos últimas centurias.
La fiesta de San Juan Bosco de este año llega además con la buena noticia de que prosigue a buen ritmo el proceso de canonización de su madre, Margarita Ochiena, quien ya ha sido declarada venerable, es decir, de quien se ha declarado la heroicidad de sus virtudes. Como afirmaba Benedicto XVI en este acto público de este reconocimiento, la venerable Margarita Ochiena fue "madre heroica, educadora sabia y consejera del carisma salesiano".
El secreto de la vida y de la obra de Juan Bosco fue trabajar siempre con amor, un amor transido de ternura, paciencia, dulzura, cercanía, firmeza y comprensión. "Es más fácil -escribía San Juan Bosco- enojarse que aguatar, amenazar al niño que persuadirlo; añadiré, incluso, que para, nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándoles con firmeza y suavidad a la vez... No con golpes, con amor, con amor", repetía, manos y humildes de corazón. Sin ira porque son nuestros hijos.
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