jueves, 1 de agosto de 2013

El reflejo luminoso en tus manos


*
«      … Sí, hermano, sólo serás testigo
cuando al partir y compartir el pan
se pueda ver en tus manos,
como en Emaús,
el reflejo luminoso de tu amor
plenamente entregado,
en el compromiso que te ata a la Cruz
y en la gozosa libertad de la Resurrección a la Vida.
Haz con «Él» la ruta,
descubrirás Su rostro,
y la verdad de Su vida en las manos,
cuando, juntos, lleguéis a Emaús».
“Peregrino del silencio”

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