En estas horas tan
difíciles una carta de Dom Diego de Jesús para consolarnos un
poco...
Carísimos
todos:
La historia de la Iglesia
conoce unos cuántos casos de monjes que terminaron Papas... y un solo caso
inverso, que hoy nos ha tocado presenciar: un Papa que se hace monje, que
ingresa libremente a la fortísima raza de los cenobitas, como dice san Benito.
No va por menos, sino por más; no se baja de la Cruz, sino que trepa más alto:
audazmente ha dado un paso adelante (no al costado) para afrontar los inmensos
retos de la Iglesia con mejor armamento que el que le posibilitaba la sede de
Pedro: la plegaria, la omnipotencia suplicante. Como dice un famoso texto de
Chesterton: al revés de lo que se cree, cuando las cosas andas realmente mal, ya
no se necesita al hombre práctico; es la hora del hombre teórico, del
contemplativo. Por eso este inmenso Papa que Dios nos ha regalado deja el valle
y sube a la montaña. Aún no se ha entendido del todo el gesto. Nos llevará
seguramente algunos años. Sólo me atrevo a adelantar que decir "me retiro para
orar por la Iglesia" no fue un mero eufemismo para decir sin más "me retiro".
Tal vez sea más bien como decir: no me retiro nada; me adentro en pos de una
misión más ardua y determinante. Que otro, más joven, con menos fuerzas, se
ocupe de la cosa práctica. Yo me ocupo de los dragones.-
Si
san Gregorio fue el primer Papa monje; Benedicto es el primer monje Papa. Tal
vez, el Papa más agudo de los últimos mil
años.
La
Barca de Pedro, en breve, tendrá nuevo timonel... y tendrá un vigía nocturno en
la punta de su palo mayor.
Bienvenido Abba Benito
XVI a la fortísima raza monacal. Con Usted, Santidad, acaudillando nuestra
plegaria, los monjes del mundo entero nos sentimos más fuertes, más acompañados,
mejor orientados.
Hasta ahí, un humilde
aporte a estas horas tan cruciales de la Iglesia. Mañana (por hoy), a las 16 hs
nuestra --20 hs romana-- se inicia esta nueva etapa: los alentamos a detener sus
actividades al menos un instante para hincarse y rezar un Credo por Benedicto y
por rumbo de la Iglesia.
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