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Teresa de los Andes, Santa |
Religiosa Carmelita
Martirologio Romano: En la ciudad de Los Andes, en
Chile, santa Teresa de Jesús (Juana) Fernández Solar, virgen, que,
siendo novicia en la Orden de Carmelitas Descalzas, consagró, como
ella misma decía, su vida a Dios por el mundo
pecador, muriendo de tifus a los veinte años de edad
(1920).
Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la
caza, es de origen griego.
El Continente joven, nuestra América, nos da también Santos muy
jóvenes. Hoy nos toca presentar a Teresa de los Andes,
una Santa que muere en la flor de la edad
―diecinueve años sólo―, y que se gana todos los corazones.
¡Qué linda esta jovencita chilena, que nace con el siglo
veinte, el año 1900!
Muy niña aún, entabla con el Padre
Capellán este diálogo encantador: - Padrecito, vámonos al cielo. - Bien,
vamos. Pero, ¿dónde está el cielo? - Allá, en los
Andes. Mírelos qué altos son, que tocan al cielo. -
Está bien, hijita. Pero fíjate: cuando hayamos trepado esos montes,
el cielo estará mucho más arriba. No; ése no es
el camino del cielo. ¿Sabes dónde está el verdadero camino
del Cielo? En el Sagrario, donde está Jesús.
Teresa lo
entiende, y ya no suspira sino por recibir a Jesús.
El santo Padre Mateo Crawley entroniza en el hogar al
Sagrado Corazón, y la mamá le pide: - Padre, consagre
especialmente mi hija al Sagrado Corazón. Así lo hace el
Padre Mateo. Y la mamá, al conocer después la santidad
de su hija, dirá: - Con todo el corazón
se la presenté yo también. Y Nuestro Señor no desechó
la ofrenda. Teresa recibe la Primera Comunión de manos
del gran Obispo Monseñor Jara, de quien es esa célebre
página sobre la madre. La niña Teresa se sintió feliz,
y escribió: - Jesús, desde ese primer abrazo, no me
soltó y me tomó para sí. Todos los días comulgaba
y hablaba con Jesús largo rato. Su devoción a María
va a ser también muy tierna, como nos dice ella
misma: -Mi devoción espe-cial era la Virgen. Le contaba todo.
La Virgen, que jamás ha dejado de consolarme y oírme.
Teresa es cada día más buena. Pero no vayamos a
pensar que era sin esfuerzo. Si le preguntamos a la
mamá, ésta nos responde: - Solía tener sus rabietas, que
se traducían en llantos a mares y en tenacidad para
no obedecer. Pero fue venciéndose y adquiriendo gran dominio de
sí misma.
Afectuosa, se hacía querer de todos. Juegan mucho
los seis hermanos, gana ella casi todas las partidas, y
hasta le tienen que prohibir el juego por tantas discusiones.
Montar a caballo y nadar constituían sus delicias... En suma,
una muchachita normal, encantadora: buena y traviesa, inocente y enredona... Desde
niña, aprende el Catecismo y se convierte en catequista. De
familia acomodada, busca los niños más pobres. Les enseña la
doctrina, les dice cómo amar a Jesús y a la
Virgen, les hacer mirar la eternidad del Cielo y del
Infierno... Y tiene siempre alegres a estos niños. Era una
consecuencia de la alegría que llevaba dentro de sí este
ángel caído del cielo, y que tenia por máxima: -
Dios es alegría infinita. ¿Y se puede estar tristes cuando
se tiene a Dios dentro de nuestro ser? Con Dios
no cesa nunca la alegría en el alma. La alegría
es la manifestación más pura de la presencia de Dios
con nosotros. Se hizo famoso el caso del niño que encuentra
perdido en la calle. Harapiento y muerto de hambre, se
lo lleva a casa. Lo cuida, lo mima. Se las
ingenia para sacar dinero de sus ahorritos, y escribe: -
El día de mi cumpleaños junté treinta pesos. Voy a
comprarle unos zapatos a Juanito y lo demás se lo
entregaré a mi mamá para que ayude a los pobres.
Todos se extrañan de su proceder, y le preguntan: - Pero,
¿qué has hecho?... Y ella, con la naturalidad más grande
del mundo: - Nada. Le he dado mis zapatos a
la mamá de Juanito, porque ella no tenía. Y al
papá, como es aficionado al licor y hace padecer a
los suyos, lo he llamado y le he hecho ir
a confesarse y comulgar. Después, fui a su casa para
consagrar la familia al Sagrado Corazón de Jesús. Así es
Teresa. Entre las compañeras, es la mejor del Colegio. Queda
la primera muchas veces, y ella lo consigna con simpático
orgullo, por amor a sus papás: - Salí primera en
Historia. Estoy feliz. Yo que jamás tenía puestos, ahora la
Virgen me los da. Se los pido para dar gusto
a mi papá y a mi mamá. ¿Por qué es
tan querida de todos? Porque es fiel a sus lemas,
cumplidos con tesón: - El deber ante todo, el deber
siempre. - El amor es la fuerza que ayuda a
obrar. - Me esmeraré en labrar la felicidad de los demás.
Para ello, olvidarme de mí misma.
Ya lo
vemos: una chica como cualquier otra en apariencia, pero con
un tesón enorme por superarse.
La vida le sonríe,
pero Teresa la va a sacrificar generosamente. Pide entrar en
el convento de las Carmelitas de clausura, de Los Andes,
y en él se encierra para siempre. La que se
llamaba Juanita, ahora se quiere llamar Teresa, y como Santa
Teresa de Los Andes será conocida para siempre en la
Iglesia. Pero su vida de religiosa va a ser muy
corta. No llegará a un año, pues, a los once
meses, el Señor se la lleva para darle el premio
de su vida preciosa. En vida y en muerte, se
le ha cumplido su gran deseo: - ¿Quién puede hacerme
más feliz que Dios? Nadie. En Él lo encuentro todo....
Nota:
Hoy 12 de julio se la festeja en el calendario
carmelita, el Martirologio Romano la recuerda el 12 de abril,
el día de su ingreso a la Casa del Padre.
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