viernes, 6 de julio de 2012

San Isaías (profeta)



Velas

 


San Isaías
profeta
Año 765 aC.


Himno

¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas! ¡Profetas de Dios, grito del Verbo! Benditos vuestros pies, porque han llegado para anunciar la paz al mundo entero.

De pié en la encrucijada de la vida, del hombre peregrino y de los pueblos, llevais agua de Dios a los cansados, hambre de Dios lleváis a los hambrientos.

De puerta en puerta va vuestro mensaje, que es verdad y es amor y es Evangelio. No temáis, pecadores, que sus manos son caricias de paz y consuelo.

Gracias, Señor, que el pan de tu palabra nos llega por tu amor, pan verdadero; gracias, Señor, que el pan de vida nueva nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén

Cristo ha constituído a unos, apóstoles; a otros profetas, a otros, evangelistas; a otros pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. (Ef. 4, 11-13 )

Gracias Señor por tus profetas y por los anuncios que por medio de ellos
nos has enviado y nos seguiras enviando siempre.
Haz que nunca seamos sordos a las llamadas de conversión
que nos haces cada día por medio de tu
divina palabra en la predicaciones y en la S. Biblia
Profeta Isaías 
Isaías significa Dios salva.
Isaías fue para Israel un heroe nacional. Es un poeta maravilloso. La elegancia de su estilo, la viveza de sus imagenes y la belleza literaria de sus profecías lo convierte en un clásico de la literatura de Israel.
Nació en Jerusalen en el año 765 antes de Cristo y parece que era de familia de clase aristocratica. Todo su modo de hablar y comportarse lo presentan como un hombre de cultura superior.
En el Capítulo 6 de sus profecías narra como Dios lo llamo. Dice así : "Ví al Señor Dios , sentado en un trono excelso y elevado y miles de serafines lo alababan cantando : "Santo, Santo es el Señor Dios de los ejercitos, llenos estan el cielo y la tierra de Tu Gloria." Yo me llene de espanto y exclame : "Ay de mí que soy un hombre de labios impuros y vivo enmedio de un pueblo pecador y mis ojos ven al Dios Todopoderoso". Entonces voló hacía mí uno de los serafines, y tomando una brasa encendida del altar la coloco sobre mis labios y dijo : "Ahora has quedado purificado de tus pecados."
Y oí la voz del Señor que me decía:"¿ A quién enviaré ? ¿ Quién irá de mi parte a llevarles mis mensajes ?"
Yo le dije : "Aquí estoy Señor, envíame a mí"
LLAMADAS DESATENDIDAS.
Isaías empezo entonces a llevar a las gentes los mensajes de Dios, pidiendoles que se apartarán de su vida de pecado y empezaran una vida agradable a Dios. Pero se cumplía lo que le había avisado el Señor : "Teniendo oídos, no querrán escuchar". Aviso fuertemente que si no convertían serían llevados presos al destierro. No le hicieron caso y la nación de Israel fue llevada después presa a un país extraño.
El Emmanuel. Una de las más famosas profecías que hizo ese gran vidente fue la de Emmanuel. Dijo así : "He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz a un niño al cual llamarán Dios con nosotros" Así esta avisando con siete siglos de anticipación el nacimiento de Jesús , de María Virgen.

SENAQUERIB ATACA A JERUSALEM
El temible Rey de Nínive, Senaquerib, atacó a Jerusalem y amenazaba con destruirla y matar a todos. Pero Isaías animó al piadoso rey Ezequías diciendole : "Prudencia y clama. Confíen en Dios, que la ciudad no caera por en manos de los enemigos" . Y sucedió entonces que al ejercito invasor le llego una espantosa epidemia de disentería ( que es una inflamación y ulceración de los intestinos ) y murieron muchos miles y el Rey Senaquerib tuvo que alejarse y no pudo apoderarse de la ciudad . Con esta profecía adquirió Isaías una gran popularidad entre las gentes.
EL LIBRO MAS LARGO DE LA BILBIA
El libro de Isaías es el más largo de los 73 que compenen la Bilbia, tiene unas 70 páginas, se compone de dos partes, la primera fue escrita por el propio profeta Isaías y la segunda se llama "Nuevo Isaías" o DeuteroIsaías", probablemente escrita por un discipulo de este.
LA VID QUE NO QUISO DAR FRUTOS
Isaías tiene bellísimas comparaciones para enseñar sus mensajes. Por ejemplo la de La Vid y el Viñador, en el Capítulo 5. En la cual compara al pueblo de Dios, con una vid ( plantación de uvas ), a la que el Señor la cuido, la regó y la abonó y luego viene a buscar buenos frutos ( buenas obras ) y encuentra con que solo produce frutos amargos ( obras malas ), entonces el Señor abandona su plantación , dejandola en manos de sus enemigos para que la pisoteen y destruyan.
EL PRIMER BOLIGRAFO DE JESUS
En el libro de Isaías se pueden encontrar muchos datos de lo que será la vida del Mesías o enviado de Dios, se puede afirmar que este escrito es la primera biografía de Jesús escrita siete siglos antes de que naciera el Redentor. Son impresionantemente hermosas las descripciones del Cap 53, acerca del siervo de Yavhé, donde parece estar viendo la Pasión y Muerte de Jesús, describiendola, tal como ella iba a suceder. Y allí se insiste que estos sufrimientos del enviado de Dios serán ara pagar nuestros pecados.
EL MAS GRANDE PROFETA.
Después de Cristo y de Moisés, el más grande profeta de todos los siglos ha sido Isaías, es el profeta de la Confianza en Dios. Quiere que aunque las situaciones de la vida sean terribles, jamás dejemos de confiar en que Dios llegará con su gran poder a ayudarnos y defendernos. Anuncia un Mesías o Salvador, de la familia de David, portador de paz y de justicia, cuyo oficio es encender en la tierra el amor hacía Dios.
Fue un genio religioso que ejercío enorme influencia en la verdadera religión y cuyos escritos los leen y meditan hoy en todo el mundo los seguidores de Cristo.
Una antigua tradición judía, nos dice que a Isaías lo hizo maritirizar el impío rey Manasés.

Isaías

Isaias capilla sixtina.jpg
Entre los escritores de la Biblia Hebrea, se le conoce como uno de los “GrandIsaias capilla sixtina.jpg es Profetas”; es un caso sobresaliente el de “Isaías, el santo profeta… el gran profeta, el fiel a los ojos de Dios” (Ecclus., xlviii, 23-25).
I. VIDA
El nombre Isaías significa “Yave es salvación” (Yave o Jehová, nota del traductor). Asume dos diferentes formas en la Biblia Hebrea: como autor en el texto del Libro de Isaías, y en otros escritos del Antiguo Testamento, por ejemplo en IV Reyes, xix, 2; II Par., xxvi, 22; xxxii, 20, 32, en ellos se lee Yeshá`yahu, y en otras colecciones de los profetas como Yeshá`yah, en griego es Esaías, y en latín, generalmente se acepta como Isaias, aunque algunas veces también, como Esaias.
Con este mismo nombre se reconocen a otras cuatro personas en el Antiguo Testamento (Esd., viii, 7; viii, 19; II Esd., xi, 7; I Par., xxvi, 25); en tanto que los nombres de Jesaia (I Par., xxv, 15), y Jeseias (I Par., iii, 21; xxv, 3) pueden ser considerados más bien como variantes. Por medio del profeta mismo (i, 1; ii, 1) sabemos que fue hijo de Amos. Este nombre tiene similitudes entre el griego y el latín y se relaciona con el profeta pastor de Thecue. Algunos inicialmente tomaron el nombre del profeta Amos por el padre de Isaías. En el prefacio de su trabajo "Commentary on Amos" (P.L., XXV, 989) San Jerónimo puntualiza este error.
No conocemos casi nada de la ascendencia de Isaías, pero varios pasajes de sus profecías (iii, 1-17, 24; iv, 1; viii, 2; xxxi, 16) nos permite inferior que pertenecía a una de las mejores familias de Jerusalén. Una tradición judía lo menciona en el Talmud (Tr. Megilla, 10b.) y lo señala como sobrino del Rey Amasias. No se tiene referencia del año de nacimiento del profeta; pero se considera que tenía alrededor de veinte años cuando dio inicio a su ministerio público.
Muy probablemente fue ciudadano o nativo de Jerusalén. Sus escritos incuestionablemente muestran signos de una gran cultura. De sus profecías (vii y viii) aprendemos que se casó con una mujer a quien se refiere como “la profetisa” y que tuvo dos hijos, She`ar­Yashub y Maher­shalal­hash­baz. Nada indica que se haya casado dos veces, como algunas historias llamativas tratan de hacer ver, señalando que Almah de vii, 14, fue también su esposa.
Se estima que el ministerio profético de Isaías llegó a durar cerca de medio siglo, desde el año que terminaba Ozías, Rey de Judá, posiblemente hasta los tiempos de Manasses. Se trata de un período de gran actividad profética. Israel y Judá ciertamente demostraron estar con gran necesidad de guías. Luego de la muerte de Jeroboam II, revoluciones se sucedieron a revoluciones y la parte norte del reino se había hundido rápidamente en el vasallaje a los asirios.
Las Naciones de Occidente sin embargo, se recobraron de los problemas de principios del octavo siglo, y manifestaban aspiraciones de independencia. Rapidamente las tropas de Theglathfalasar III marcharon hacia Siria. Grandes tributos fueron impuestos y grandes amenazas se cernía sobre los que manifestaban reticencias con los pagos. En 725, Osee, el último rey de Samaria cayó miserablemente bajo el poder de Salmanasar IV, y tres años más tarde Samaria caía en las manos de los asirios.
Mientras tanto, el reino de Judá escasamente tenía un mejor destino. Un largo período de paz había enervado los ánimos y el joven e inexperimentado Achaz no fue un contrincante importante para los sirios e israelitas que le confrontaron. Preso de pánico, y a pesar de lo que le había dicho Isaías, resolvió apelar a Theglatfalasar. La ayuda de Asiria estuvo asegurada, pero la independencia de Judá quedó prácticamente hipotecada.
A fin de explicar con mayor claridad la situación política, a la que se hacen muchas alusiones en los escritos de Isaías, se ha recopilado aquí un esquema cronológico de tal período:
745, Theglatfalasar III, rey de Siria; Azarias (A. V. Uzziah), de Judea; Manahem (A. V. Menahem) de Samaria; y Sua of Egipto;
740, muerte de Azarias; Joatham (A. V. Jotham), rey de Judá; captura de Arphad (A. V. Arpad) por parte de Theglatfalasar III (Is., x, 9);
738, campaña de Theglatfalasar contra Siria; captura de Calano (A. V. Calno) y Emath (A. V. Hamath); se le impone un fuerte tributo a Manahem (IV Kings, xv, 19-20); victoriosas guerras de Joatham contra los Ammonites (II Par., xxvii, 4-6);
736, a Manahem le sigue Phaceia (A. V. Pekahiah); 735, Joatham es sucedido por Achaz (IV Reyes, xvi, 1); Phaceia reemplazado por Phacee (A. V. Pekah), hijo de Remelia (A. V. Remaliah), uno de sus capitanes; Jerusalén es sitiada por Phacee en alianza con Rasin (A. V. Rezin), rey de Siria (IV Reyes xvi, 5; Is., vii, 1, 2);
734. Theglatfalasar, contestando pedido de ayuda de Achaz, marcha contra Siria e Israel, toma varias ciudades del norte y este de Israel (Reyes, xv, 29), y desaparece a sus habitantes; los aliados asirios devastan la parte del territorio de Judá y Jerusalén; Phacee muerto durante una revolución en Samaria (A. V. Hoshea);
733. Expediciones fracasadas de Achaz contra Edom (II párrafo, xxviii, 17) y los filisteos (20);
732. campaña de Theglatfalasar contra Damasco; Rasin es sitiado en su capital, capturado, y asesinado; Achaz va a Damasco a pagar tributo al gobernador asirio (IV Reyes, xvi, 10-19);
727. Muerte de Achaz; ascensión Ezequías (IV Reyes, xviii, 1); en Asiria, Salmanasar IV tiene éxito con la campaña de Theglatfalasar III, campaña
726. campaña de Salmanasar contra Osee (IV Reyes, xvii, 3);
725. Osee hace alianza con Sua, rey de Egipto (IV Reyes, xvii, 4); segunda campaña de Salmanasar IV, lo que da por resultado la captura y la deportación de Osee (IV Reyes, xvii, 4); principia el sitio de Samaria;
722. Sargon tiene éxito con Salmanasar IV en Asiria; captura de Samaria por parte de Sargon;
720. derrota del ejército egipcio en Raphia por parte de Sargon;
717. Charcamis, la plaza fuerte en el Euphrates, cae en manos de Sargon (Is, x, 8);
713. enfermedad de Ezequías (IV Reyes, xx, 1-11; Es, el xxxviii); embajada de Merodach Baladan a Ezequías (IV Reyes, xx, 12-13; Es, el xxxix);
711. invasión de Palestina occidental por Sargon; sitio y captura de Azotus (A. V. Ashdod; Is, xx);
709. Sargon derrota Merodach Baladan, captura Babilonia, y asume el título del rey de Babilonia;
705. muerte de Sargon; ascenso de Sennacherib;
701. expedición de Sennacherib contra Egipto; en Elteqeh tiene este su derrota; captura de Accaron (A. V. Ekron); sitio de Lachis; Embajada de Ezequías; las condiciones colocadas por Sennacherib, son consideradas demasiado duras por el Rey de Judá; preparación para resistir a los asirios; destrucción de parte del ejército asirio; retraimiento apresurado del resto de actores (IV Reyes, xviii; Is, xxxvi, xxxvii);
698. A Ezequiel le sucede su hijo Manasses.
Las guerras del noveno siglo y de la seguridad pacífica de los tiempos que les siguieron, produjeron sus efectos en la última parte del siglo próximo. Las ciudades se fueron formando o fortaleciendo; se tuvo nuevas búsquedas, aunque produce las oportunidades de la abundancia fácil, también ese escenario trajo un aumento importante de la pobreza.
El contraste entre clases se convirtió en más marcado a medida que pasaba el tiempo, y los ricos con el apoyo de los jueces oprimieron a los pobres. Un estado social fundado en inequidades se condena a sí mismo. Pero como la corrupción social de Israel era mayor que Judá, se esperaba que Israel sucumbiera primero. Además, era mucho mayor su corrupción religiosa.
La adoración idólatra prevaleció no sólo allí, sino que sabemos de Osee qué abusos groseros y prácticas vergonzosas se desarrollaron en Samaria y a través del reino. La religiosidad de la gente de Judá en general, parece haber sido un poco mejor.
Sabemos, sin embargo, en lo que concierne a éstos, que en la misma época de Isaías, se tenían ciertas formas de adoración idólatra, como la de Nohestan y de Moloch, probablemente también la referida a Tammur y la del "anfitrión del cielo"; ellas se realizaban abiertamente o en secreto.
Los comentaristas difieren al referirse a cuándo fue que Isaías fue llamado a su ministerio profético. Algunos piensan que una visión previa le fue revelada, vi, 1; él habría recibido comunicaciones desde el cielo. San Jerónimo en su comentario sobre este pasaje sostiene que los capítulos i al v deben ser atribuidos a los últimos años del Rey Ozías.
A partir de allí comenzaría una sería nueva, en el año de la muerte del referido monarca (740 B.C.; P.L., XXIV, 91; cf. St. Gregory Nazianzen, Orat. ix; P.G., XXXV, 820). Sin embargo es más comúnmente aceptado, que el capítulo vi se refiere al primer llamado del profeta. San Jerónimo en una carta al Papa Damasus parece aceptar este punto de vista (P. L., XXII, 371; cf. Hesychius "In Is.", P.G. XCIII, 1372), y San Juan Crisóstomo, comentando sobre Is., vi, 5, contrasta rápidamente la prontitud del profeta con las tergiversaciones de Moisés y Jeremías.
Por otra parte, debido a que no aparecen profecías en tiempos más tardíos que el 701 A. de C. es muy dudoso que Isaías haya podido ver el reino de Manasses; aún así una vieja y ampliamente divulgada tradición se hace eco de Mishna (Tr. Yebamoth, 49b; cf. Sanhedr., 103b), y puntualiza que el profeta habría sobrevivido a los tiempos de Exequias, y que fue asesinado en la persecución de Manasses (IV Reyes, xxi, 16).
Fue este príncipe quien le habría hecho convicto por el delito de blasfemia, debido a que habría declarado: “Vi al Señor sentado en un trono” (vi, 1), una pretensión que reñiría con lo expuesto en Éxodo xxxiii, 20: “El hombre no me verá y vivirá”. Fue acusado, más aún, de haber predicado la ruina de Jerusalén y de haberse referido a la ciudad santa y al pueblo judío con referencias hacia Sodoma y Gomorra. De conformidad con la “Ascensión de Isaías” el martirio del profeta consistió en haber sido aserrado.
La tradición no duda en creer estos postulados. El Targum de IV Reyes, xxi, 6, lo admite; está también preservado en dos tratados del Talmud (Yebamoth, 49b; Sanhedr., 103b); San Justino (Dial. c. Tryph., cxx), y muchos otros Padres lo han adoptado, tomándolo como incuestionables alusiones a Isaías, aquellas palabras de Heb., xi, 37, "ellos (los ancianos) fueron cortados" (cf. Tertullian, "De patient.", xiv; P.L., I, 1270; Orig., "In Is., Hom." I, 5, P.G., XIII, 223; "En Mat.", x, 18, P.G., XIII, 882; "En Mat.", Ser. 28, P.G., XIII, 1637; "Epist. ad Jul. Afr.", ix, P.G., XI, 65; San Jerónimo, "En Is.", lvii, 1, P.L., XXIV, 546-548; etc.).
Sin embargo, poca confianza se debe poner en los extraños detalles mencionados en el "De Vit. Prophet." del pseudoEpiphanius (P.G., XLIII, 397, 419). La fecha del fallecimiento del profeta no se sabe. El martirologio romano conmemora a Isaías el 6 de julio. Su tumba se cree para haber estado en Paneas en el norte de Palestina, de dónde sus reliquias fueron llevadas Constantinople en A.D. 442.
La actividad literaria de Isaías es atestiguada por el libro canónico que lleva su nombre; por otra parte la alusión se hace en II el párrafo, xxvi, 22, a los "actos de Ozías primero y la sección última escrita por Isaías, el hijo de los Amos, el profeta ".
Otro fragmento del mismo libro nos informa que "el resto de los actos de Exequias y de sus relacionados, está escrito en la visión de Isaías, hijo de los Amos, el profeta", en el libro de los reyes de Judá e Israel. Tal es al menos, la lectura de la Biblia Masoretica, pero su texto aquí, si podemos juzgar de las variantes del griego y de San Jerónimo, aparece como adulterado.
La mayoría de los comentaristas que creen en estos fragmentos, piensan que el escritor se refiere a los segmentos xxxvi-xxxix. Debemos finalmente mencionar la "Ascensión de Isaías", contemporáneamente atribuida al profeta, pero nunca admitida en el Canon.

II. EL LIBRO DE ISAIAS
El libro canónico de Isaías está compuesto de dos distintas colecciones de discursos. Una de ellas (capítulos 1-35) es llamada algunas veces el “Primer Isaías”; la otra (capítulos 40-66) se denomina por los modernos críticos, como el “Deutero o Segundo Isaías”.
Entre esas dos secciones se interpone una que tiene un rasgo más bien de historia narrativa; algunos autores como Michaelis y Hengsterberg, sostienen junto a San Jerónimo, que las profecías están colocadas en orden cronológico. Otros como Vitringa y Jahn, dicen que están en orden lógico; otros finalmente, como Gesenius, Delitzsch, y Keil, piensan que el orden es parcialmente lógico y parcialmente cronológico. No menor desacuerdo prevalece sobre el asunto del colector.
Aquellos que piensan que Isaías es el autor de todas las profecías contenidas en el libro, dan prominencia fija al profeta en sí mismo. Pero para los críticos que cuestionan lo genuino de algunas de las partes, la compilación fue realizada por un colector desconocido. Es necesario, antes de tomar una posición, analizar el contenido.
Primer Isaías
En la primera colección (cc. i-xxxv) parece que el agrupamiento de los discursos se realizó de acuerdo a los diferentes temas: (1) cc. i-xii, oráculos relacionados con Judá e Israel; (2) cc. xiii-xxiii, profecías concernientes de manera principal con naciones extranjeras; (3) cc. xxiv-xxvii, un apocalipsis; (4) cc. xxviii-xxxiii, discursos sobre las relaciones entre Judá y Asiria; (5) cc. xxxiv-xxxv, futuro de Edom e Israel.
Primera sección
En el primer grupo (i-xii) podemos distinguir dos subcomponentes. En el capítulo i se hace referencia a la ingratitud de Jerusalén y a su falta de fe. Se han cometido severas faltas, pero aún así el perdón puede asegurarse y con ello un verdadero cambio en la vida. Las venganzas de Judá se refieren al tiempo de la coalición sirio-efrainita (735) o a la invasión asiria (701).
En el capítulo ii se amenaza con el juicio sobre el orgullo, lo que parece ser una de las primeras advertencias del profeta. A eso sigue (iii-iv) una severa reprimenda a los gobernantes de las naciones por la injusticia contra las mujeres de Sión en función de la lujuria. La bella apología de los siervos del viñedo, es un prefacio para el anuncio de los castigos debido a los desórdenes sociales. Esto parece estar dirigido a los últimos días de Joatham, o al principio de los días de Achaz (de 736 a 735 A. de C.).
En el siguiente capítulo (vi), fechado para el año de la muerte de Ozías (740), se narra el llamado del profeta. Con vii se abre una serie de enunciados impropiamente llamados “el Libro de Emmanuel”. Se compone de profecías sobre la guerra sirio-efrainita, y finaliza con una descripción ( ¿independiente del contexto?) de qué país se espera tener en la perspectiva de un futuro reino soberano (ix, 1-6). El capítulo ix, 4,7 en cinco estrofas anuncia que Israel se encamina a la ruina.
Estas alusiones están relacionadas con la rivalidades entre Efraín y Manasses y posiblemente con las revoluciones que siguieron a la muerte de Jeroboam II. En este caso la profecía puede ser fechada entre 743-734. Mucho más tardía es la profecía contra Azur (x, 5-34), más tardía que la captura de Arshad (740), Calano (738), o de Charcamis (717). La situación histórica a la que se hace referencia es la del tiempo de la invasión de Sennacherib (aproximadamente 702 o 701 A. de C.). El capítulo xi describe el feliz reino propio del rey ideal, y un himno de acción de gracias y de alabanza es con lo que se cierra esta primera división (xii).
Segunda sección
La primera referencia es hecha a Babilonia (viii, l-xiv, 23). La misma enfatiza la referencia que el profeta hace al exilio; un hecho que la hace ubicar un poco antes de 549; otros sostienen que fue escrita a la muerte de Sargon (705).
El capítulo 24-27 cuenta la historia de la derrota del ejército asirio en las montañas de Judá, y algunos puntualizan que se trata de un texto mal colocado y que era parte de la profecía contra Azur (x, 5-34). La misma pertenece sin duda al período de la campaña de Sennacherib. El siguiente pasaje (xiv, 28-32) fue provocado por la muerte de algunos de los filisteos: los nombres de Achaz (728), Theglatfalasar III (727), y Sargon (705) han sido sugeridos en relación con el mencionado acontecimiento, lo que parece bastante probable. Los capítulos xv-xvi, “la carga de Moab” es según varios autores, algo relacionado con el reino de Jeroboam II, Rey de Israel (787-746), y su fecha es dada sólo como parte de conjeturas.
La “carga de Damasco” (xvii, 1-11) se dirigió también contra el reino de Israel, y debe ser asignada aproximadamente al año 735 A. de C. Se hace aquí una referencia también a Etiopía (prob. 702 ó 701). Luego viene la sobresaliente profecía acerca de Egipto (xix), el interés de lo cual se ha reforzado con los descubrimientos recientes en Elefantina (vv. 18, 19).
Esta fecha presenta un problema, existen otras opiniones que la sitúan entre los años 720 a 672 A. de C. El siguiente segmento (xx) contra Egipto y Etiopía, se adscribe al año en el cual Ashdod fue sitiado por los asirios (711). Si se refiere a la captura de Babilonia (xxi, 1-10) en lo que se alude como “el peso o carga del desierto”, es algo que no es fácil determinar. Esto se debe fundamentalmente a que durante el tiempo de Isaías, Babilonia fue sitiada y tomada dos veces (710, 703, A. de C.).
Críticos independientes se inclinan por pensar que esto se refiere a una descripción de la toma de Babilonia en el 528 A. de C. algo similar a la descripción que se tiene en referencia al cautiverio en Babilonia. Los dos profecías breves, una sobre Edom (Duma; xxi, 11-12) y otra sobre Arabia (xxi, 13-17) no ofrecen pistas sobre cuando fueron pronunciadas. En el capítulo xxii, 1-14, se muestra una reprimenda a los habitantes de Jerusalén.
El resto del capítulo de Sobna (Shebna) es objeto de los reproches por parte del profeta, además de amenazas (aproximadamente 701 A. de C.). La sección finaliza con el anuncio de la ruina y la restauración de Tiro (xxiii).
Tercera sección
La tercera sección de la primera colección incluye los capítulos xxiv-xxviii, algunas veces denominados “el Apocalipsis de Isaías”. En la primera parte (xxiv-xxvi, 29) el profeta anuncia que en un indeterminado futuro, el juicio precederá el reino de Dios (xxiv).
A partir de allí y en términos simbólicos, anuncia la alegría de los buenos y el castigo a los malos (xxv). A esto le sigue el himno de los elegidos (xxvi,1-19). En la segunda parte (xxvi, 20-xxvii) el profeta describe el juicio sobre Israel y sus vecinos. Las fechas a que pueden referirse son motivo de discusión entre los críticos. Algunos lo atribuyen al 107 A. de C. otros, a fechas anteriores al 79 A. de C.
Es necesario subrayar, no obstante, que ambas ideas y el lenguaje de estos cuatro capítulos, apoyan la tradición en cuanto a atribuir este apocalipsis a Isaías. La cuarta división abre con un pronunciamiento de advertencia contra Efraín (y quizá Judá; xxviii, 1-8) escrito antes de 722 A. de C.
La situación histórica implicada en xxviii, 9-29, es una fuerte indicación de que este pasaje fue escrito aproximadamente en el 702 A. de C. A la misma fecha corresponderían xxix-xxxii, profecías concernientes con la campaña de Sennacherib. Estas secciones concluyen con un himno triunfante (xxxiii) en donde el profeta se regocija con la entrega de Jerusalén (701). Los capítulos xxxi-xxxv, la última división, anuncia la devastación de Edom, y el gozo por las bendiciones de Israel.
Varios críticos sostienen que estos dos capítulos fueron escritos durante el período de cautividad del Siglo VI. Los análisis no nos permiten tener una noción incuestionable de que esta primera colección se debe al trabajo de Isaías.
Es difícil cuestionar seriamente lo genuino de estas profecías, y la colección de ellas, en su conjunto, puede atribuirse a los últimos años de vida del profeta o a un tiempo inmediatamente luego. Puede ser que existan pasajes que reflejen etapas posteriores. Ellas encontrarían su ruta dentro del libro, con base en el recuento de cuestiones análogas a las de los genuinos escritos de Isaías. Es poco lo que se puede decir de xxxvii-xxxix.
Los primeros dos capítulos narran la demanda que hace Sennacherib, el rendidor de Jerusalén, y el cumplimiento de las profecías de Isaías en cuanto a su entrega; xxxviii nos dice sobre la enfermedad de Ezequías, la cura, y la canción de gracias; por último, xxxix nos habla de la embajada enviada por Merodach Baladan y la respuesta del profecta de Ezequías.

Segundo Isaías
La segunda colección (xl-lvi) se refiere a la restauración de Israel luego del exilio en Babilonia. Las principales líneas de división, propuestas por el jesuita Condamine, son las siguientes:
Una primera sección comprende la misión y el trabajo de Ciro; y está compuesta de cinco piezas:
(a) xl-xli: llamado de Ciro a fin de que sea instrumento de Jehová en la restauración de Israel;
(b) xlii, 8-xliv, 5: Israel en relación con el exilio;
(c) xliv, 6-xlvi, 12: Ciro liberará a Israel y permitirá la reconstrucción de Jerusalén;
(d) xlvii: ruina de Babilonia;
(e) xlviii: las relaciones pasadas entre Dios y su pueblo se colocan en perspectiva hacia el futuro. En seguida se encuentran otro grupo de llamados, los que se han estilizados por los académicos alemanes como "Ebed­Jahweh­Lieder"; esto está compuesto de xlix-lv (a lo cual se le debe agregar xlii, 1-7) junto con lx-lxii.
En esta sección podemos ver el llamado del sirviente de Jehová (xlix, 1-li, 16); luego la llamada gloriosa a Israel (li, 17-lii, 12); luego se describe al sirviente de Jehová compartiendo con su pueblo los sufrimientos y muerte (xlii, 1-7; lii, 13-15; liii, 1-12); a eso le sigue la visión de un nuevo Jerusalén (liv, 1-lv, 13, y lx, 1-lxii, 12).
El capítulo lvi, 1-8 desarrolla esta idea, la del surgimiento de los corazones, sin importar cual haya sido su condición anterior, sí pueden ser admitidos como parte del pueblo escogido de Jehová. En lvi, 9-lvii, el profeta carga contra la idolatría y la inmoralidad que practican los judíos, se contrasta con la piedad que ha sido observada (lvii). En lix el profeta representa al pueblo confesando sus pecados, este humilde reconocimiento hace que Jehová tome en cuenta a aquellos que “han dejado la rebelión”.
Una descripción de la dramática venganza de Dios (lxiii, 1-7) es seguida de una oración de misericordia (lxiii, 7-lxiv, 11), y el libro cierra con una escena de castigo a los malos y de felicidad para los buenos. Muchas preguntas perplejas han sido formuladas por la exegesis en relación con el “Segundo Isaías”. The "Ebed­Jahweh­Lieder", en particular, sugiere muchas dificultades. ¿Quién es este “Sirviente de Jehová”? ¿Aplica este título a la misma persona de los diez capítulos?
¿Tuvo el escritor en mente, un personaje de épocas pasadas, o uno que pertenecía a su propio tiempo, o era el Mesías que debía venir, o aún estaba pensando en una persona ideal? La mayoría de los comentaristas ven en el “Sirviente de Jehová” a un individuo. ¿Pero es este individuo una de las más grandes figuras de Israel? No se han dado respuestas satisfactorias al respecto.
Los nombres de Moisés, David, Ozías, Ezequías, Isaías, Jeremías, Josías, Zorobabel, Jechonías, y Eleazar, han sido sugeridos para ser ese personaje. La exégesis católica siempre ha puntualizado el hecho de que todas las características del “Siervo de Jehová” se encuentran en la persona de Nuestro Señor Jesucristo.
Es por tanto, ese el personaje al que se refiere el profeta. El “Segundo Isaías” aborda aspectos más fundamentales y menos problemas importantes. Con la excepción de dos pasajes, el punto de vista de esta sección es el del Cautiverio en Babilonia. Existe una diferencia notable entre estos veintisiete capítulos y lo correspondiente al “Primer Isaías”.
Más aún, las ideas teológicas de xl-lxvi muestran un decidido avance sobre los aspectos tratados en los primeros treinta y nueve capítulos. Si esto es verdad, quiere decir que ¿se puede concluir que xl-lxvi no son textos escritos por el mismo autor de las profecías de la primera colección, y por ello no se relacionan estrictamente a la vivencia del “Segundo Isaías” en el Cautiverio de Babilonia? Tal es el aspecto contencioso que mantienen varios académicos modernos no católicos.
Este no es el lugar para establecer una discusión intricada acerca de este aspecto. Por ello, limitaremos la situación a lo que la academia católica puntualiza en este sentido. Esto se encuentra contenido muy claramente en lo que estableció la Pontificia Comisión Bíblica, el 28 de junio de 1908.
(1) Se admite la existencia de la verdadera profecía;
(2) No se identifica razón por la cual “Isaías y los otros profetas, solamente establecerían profecías que tienen referencia en hechos que tendrían lugar casi inmediatamente, luego de un breve período” y no “aspectos que serían llevados a cabo en mucho tiempo”.
(3) Tampoco existe el postulado de que los profetas “deberían sólo referirse a sus contemporáneos y no a los del futuro, sino que sólo a los presentes, para que los pudieran entender”.
Por tanto, no puede ser admitido que “la segunda parte del Libro de Isaías (xl-lxvi) en la cual el profeta se refiere a los que están vivos, no los judíos que son contemporáneos de Isaías, sino los judíos del Exilio en Babilonia; no es en referencia a que el autor Isaías, que había muerto mucho antes, sino que se atribuye a un profeta desconocido viviendo entre los exiliados”.
En otras palabras, aunque el autor de Isaías xl-lxvi habla desde la perspectiva del cautiverio en Babilonia, aún así, esto no es prueba de que él haya vivido y escrito durante ese tiempo.
(4) "El argumento filológico en cuanto a lenguaje y estilo contra el autor del Libro de Isaías, no debe ser considerado como algo de peso en cuanto a sustentar la pluralidad de autores del citado libro bíblico”. Diferencias de lenguaje y estilo entre las partes del libro no pueden ser negadas, pero no sustentan la pluralidad de autores.
(5) "No existen sólidos argumentos para lo que se ha referido, aún de manera acumulativa, a fin de probar que el libro de Isaías, no debe ser atribuído solamente a la autoría de ese profeta, sino que también a dos o más autores".

III. APRECIACION DEL TRABAJO DE ISAIAS
Puede no ser inútil estudiar las características prominentes del gran profeta, sin duda alguna una de las personalidades más llamativas de la historia hebrea. Sin asumir ninguna posición oficial, es preciso reconocer la posición que tuvo Isaías tomando parte activa durante cuarenta años difíciles, que ocurrieron en el control de la política de su país.
Sus consejos y sus reprimendas fueron muchas veces desatendidos, pero la experiencia finalmente enseñó a Judá que las opiniones del profeta significaron siempre advertencia sobre la situación política del pueblo. Para entender la tendencia de su política es necesario recordar los principios que la animaron.
Fundamentalmente, los principios se basaron en su férrea a inamovible fe en el Dios que gobernaba el mundo, y particularmente su propia gente y las naciones que tienen contacto con El. La gente de Judá, olvidadiza con Dios, se dedicó a prácticas idólatras y a muchos desórdenes sociales; había prestado muy poca atención a las advertencias del profeta.
Una cosa lo alarmó solamente: las otras naciones hostiles que los amenazaban; pero cabe preguntar, ¿no eran la gente elegida de Dios? Él no permitiría ciertamente que su propia nación fuera destruida, como había sucedido con otros pueblos.
Se trataba de que prudentemente se tomaran las medidas a fin de evitar los peligros. Siria e Israel planeaban los ataques contra Judá y su rey; Judá y su rey acudirían a la nación poderosa del norte, y más adelante al rey de Egipto.
Isaías no se prestaría a esta política basada en perspectivas de corto plazo, tratada de desarrollar por prudencia o con base en una confianza religiosa falsa; no se intentaba ver más allá del momento presente. Judá estaba en condiciones terribles. Sólo Dios podía salvarla; pero la primera condición colocada para la manifestación de su poder, debía basarse en una seria reforma moral y social.
Los sirios, efrainitas, asirios, y el resto de los pueblos, eran el instrumento del juicio de Dios. El fin era el derrocamiento de los pecadores. Yavé no permitiría que se destruyera totalmente a su pueblo; El guardará su convenio. Pero es inútil esperar que solamente con buenos deseos se pueda escapar de los peligros.
La fe de Isaías se mantuvo siempre firme con base en estos designios de Dios. Primero proclamó este mensaje al principio del reinado de Achaz. El rey y sus consejeros no vieron ninguna salvación para Judá excepto mediante la promoción de una alianza, que resultaría en un vasallaje con Asiria. A ello, el profeta se opuso con todo lo que tuvo a su alcance.
Con un claro sentido de previsión, Isaías percibió claramente que el peligro no provenía de la tribu de Efraín. Lo que ocurrió ciertamente fue que la intervención de Asiria en los asuntos de Palestina implicó un derrocamiento completo del equilibrio del poder a lo largo de la costa mediterránea.
Por otra parte, el profeta no manifestó ninguna duda en que tarde o temprano se desarrollaría un conflicto entre los imperios rivales del Eufrates y el Nilo; para ese entonces, se tendría un verdadero enjambre de problemas sobre Judá.
Para Isaías era visible la perspectiva que tomarían los acontecimientos: el curso que tomaba la política de Judá era como el vuelo de “aves tontas” que se lanzaban de cabeza en la red que las capturaría. El consejo de Isaías no fue tomado en cuenta y una por una, las consecuencias que él había previsto se fueron cumpliendo.
Él continuó proclamando sus profecías sobre los sucesos que se desencadenaban. Con cada nuevo acontecimiento de importancia dio una lección no solamente a Judá, sino también a las naciones vecinas. Damasco ha caído; como castillo de naipes, y los juerguistas de Samaria ven la ruina de su ciudad.
Los ricos y poderosos se jactan de su abundancia y posición aparentemente invulnerable; su condena no ha sido decretada sino provocada, y su caída asombraría al mundo. Asiria misma, cebada con el hecho de estropear a las naciones vecinas, Asiria "que es la venganza de Dios"; ella también tendrá su destino providencial, también tendría su resultado.
Dios ha decretado así la condenación de todas las naciones para la realización de sus propósitos y el establecimiento de un Israel nuevo, limpio de los infieles. Los políticos de Judá, hacia el final del reinado de Ezequías habían planeado una alianza con el rey de Egipto, a fin de estar contra Asiria y habían encubierto cuidadosamente su propósito para que no lo conociera el profeta.
Cuando Isaías se enteró de las preparaciones que se realizaban para la rebelión, ya era demasiado tarde para deshacer lo que se había desarrollado. Pero él podría dar por lo menos desahogo a su cólera (véase Is, xxx), y sabemos ambas versiones tanto en la Biblia como en el Sennacherib de la campaña de 701; cómo el ejército asirio conminó a egipcios en Altaku (Elteqeh de Jos., xix, 44), Accaron capturado, y se tuvo venganza contra Judá; Jerusalén fue salvada, únicamente mediante el pago de un enorme rescate.
Lo que había anunciado Isaías, no obstante, aún no se había completado. El ejército asirio se retiró; pero Sennacherib, considerando la inseguridad que estaba presente, a pesar de ser una ciudad fortificada, hizo exigir la capital de Ezequías; de manera inmediata. El monarca no dio una respuesta directa, pero hizo una oferta humilde, enviando a Isaías a interceder por la ciudad.
El profeta llegó a tener un mensaje tranquilizador. Pero el plazo para la capital de Judá era corto. Pronto, una embajada asiria llegó con una carta del rey mediante la cual se imponía un ultimátum.
La ciudad era presa del pánico y se sabía que un hombre había del cual Sennacherib no había prestado atención; era mediante él que se daría respuesta al ultimátum de los orgullosos asirios: “La virgen, del desdeñado Sión y de lo que se ha despreciado; … El no vendrá a esta ciudad, ni lanzará flecha alguna. Por el camino que venga se regresará, y a la ciudad no vendrá, dice el Señor” (xxx, 22, 23).
Sabemos en realidad que una catástrofe repentinamente alcanzó al ejército asirio y con ello se cumplió la promesa de Dios. Esto justificó la política que de manera divina inspirada en Isaías; con ello se prepararon los corazones judíos para la reforma religiosa llevada a cabo por Ezequías; no se tenían dudas de las directrices del profeta.
En el repaso del lado político de la vida pública de Isaias, hemos visto ya algo de sus ideas religiosas y sociales; todos estos puntos de vista de hecho se conectaron, tuvieron relación íntima con su enseñanza. Conviene ahora ahondar un poco más en esta parte del mensaje del profeta. La descripción de Isaias de la condición religiosa de Judá en la última parte del siglo octavo A. de C. es cualquier cosa, excepto adulación.
Jerusalén se compara a Sodoma y a Gomorra; la mayoría de la gente era más supersticiosa que religiosa. Los sacrificios fueron ofrecidos fuera de rutina; la brujería y la adivinación estaban por doquier; la sociedad trataba de deleitarse, los placeres extranjeros fueron incluidos, se dejó de lado al Dios verdadero. Muchas veces en secreto se practicó la adoración inmoral de algunos de los ídolos foráneos; esta actividad fue extensa en particular en las clases altas, en la corte, con ello se daba un ejemplo abominable.
La corrupción se hacia presente en todo el reino, en los altos funcionarios, el lujo era cada vez más ostentoso entre los pudientes, la insensibilidad de las mujeres, la ostentación de la clase media, la parcialidad vergonzosa de los jueces, la avaricia sin escrúpulos de los dueños de grandes propiedades, todo ello estaba allí junto a la opresión del pobre y los humildes.
El dominio de la soberanía feudal asiria no cambió en casi nada esta lamentable situación. A los ojos de Isaías este orden de cosas era intolerable; y él nunca se cansó de reiterar que tales condiciones no podían durar. La primera condición de la reforma social era la derogación de reglas injustas y corruptas; los asirios eran los medios designados por Dios para nivelar el orgullo y tiranía.
Con sus ideas equivocadas sobre Dios, la nación se imaginaba que el Señor no se refería a las actitudes de los adoradores. Pero Dios detesta a los sacrificios ofrecidos por “… manos llenas de sangre. Lávense ustedes y estén limpios … liberen a los oprimidos, defiendan a los huérfanos y a las viudas …. Si no ocurre, la espada los devorará”(i, 15-20).
Aquí aparece Dios como el vengador de la justicia humana que ha sido desatendida conforme a sus designios divinos. Él no puede y no dejará la injusticia, crimen, y la idolatría como algo que no va a ser castigado. La destrucción de los pecadores inaugurará una era de regeneración, y un pequeño círculo de los hombres fieles a Dios serán los primeros frutos del nuevo Israel, un pueblo libre, gobernado desde la casa de David.
Con el reinado de Ezequías comenzó un período del renacimiento religioso. No podemos indicar hasta donde alcanzó la reforma, pero los santuarios en los cuales había existido abuso fueron suprimidos, y mucho del asherîm y el masseboth fueron destruidos.
Los tiempos no estaban maduros para un cambio radical, y había poca respuesta a la súplica del profeta para la enmienda moral y la compensación de abusos sociales. Los padres de la iglesia, repitiendo el elogio de Jesús, hijo de Sirach (Ecclus., xlviii, 25-28), convienen que Isaías fue el más grande de los profetas literarios (Euseb., "Præp. Evang.", v, 4, P.G., XXII, 370; "Synops. Escritura. S. ", entre los trabajos de San. Athan., P.G., XXXVIII, 363; San. Cirilo de Jerusalén, "Prooem.", P.G., LXX, 14; San. Isidoro de Pelus., "Epist.", i, 42, P.G., LXXVIII, 208; Theodoret., "Argum.", P.G., LXXXI, 216; San. Jerónimo, "Prol. en es ", P.L., XXIV, 18; "anuncio Paul de Præf.. et Eustoch. ", P.L., XXXII, 769; "De civ. Dei ", XVIII, xxix, 1, P. L., XLI, 585, etc.).
El genio poético de Isaías estaba en cada respecto que era digno de su alta posición como profeta. Él no tiene igual en la poesía, descriptivo, lírico, o en la construcción de la elegía. Hay en sus composiciones, una elevación y una majestad infrecuente del concepto, y una abundancia sin par de las imágenes, y la dignidad nunca rebasando, sin embargo, la propiedad, la elegancia, y la dignidad extremas.
Él poseyó una energía extraordinaria en cuanto a adaptar su lengua a las ocasiones y las audiencias; él exhibe a veces una dulzura exquisita, y en otras, la severidad austera de las épocas; él sucesivamente se proyecta en la imagen del padre que aboga o bien la forma severa de un juez implacable. Unas veces hace uso de la ironía delicada para traer el hogar a sus oyentes; así puede hacer que se rompan las ilusiones más acariciadas o bien maneja las amenazas que pulsan como rayos poderosos.
Sus reprimendas no son ni impetuosas como las de Osee ni como las de Amos; él nunca permite la convicción de su mente o el calor de su corazón que gire como en descubierto ante cualquier característica; y también evita sobrepasar los límites asignados por el gusto más exquisito. Ese gusto exquisito es de hecho una de las características principales del estilo del profeta. Este estilo es rápido, enérgico, lleno de vida y color, y siempre casto y dignificado.
Por otra parte manifiesta un dominio maravilloso de la lengua. Justo se ha dicho que ningún profeta tenía siempre el mismo comando de pensamientos nobles; es justo agregar que nunca se expresó un pensamiento tan elevado del hombre en un lenguaje hermoso. San Jerónimo rechazó la idea que las profecías de Isaías constituían verdadera poesía, en el sentido completo de la palabra (Præf. P.L., XXVIII, 772).
Sin embargo la autoridad del Roberto Lowth, en sus "Conferencias sobre la Poesía Sagrada de los Hebreos" (1753), estimó que "el libro entero de Isaías para ser una obra poética, con pocas excepciones, no excederían el límite de unos cinco o seis capítulos". Esta opinión de Lowth, al principio fue casi imperceptible, pero más tarde ha llegado a ser más y más general en la última parte del Siglo XIX, y hoy en día es una opinión común entre los eruditos bíblicos.
In addition to general and special commentaries consult: CHEYNE, Book of Isaiah chronologically arranged (London, 1870); IDEM, Prophecies of Isaiah (London, 1880); IDEM, Introd. to the Book of Isaiah (London, 1895); DRIVER, Isaiah: his life and times and the writings which bear his name (London, 1888); LOWTH, Isaiah, translation, dissert. and notes (London, 1778); SKINNER, Isaiah (Cambridge, 1896); G. A. SMITH, Book of Isaiah (Expositor's Bible, 1888-1890); W. R. SMITH, The Prophets of Israel and their place in history (London, 1882); KNABENBAUER, Comment. in Isaiam prophetam (Paris, 1887); CONDAMINE, Livre d'Isaie, trad. critique avec notes et comment. (Paris, 1905; a volume of introduction to the same is forthcoming); LE HIR, Les trois grandes prophètes, Isaïe, Jérémie, Ezéchiel (Paris, 1877); IDEM, Etudes Bibliques (Paris, 1878); DELITZSCH, Commentar über das Buch Jesaja; tr. (Edinburgh, 1890); DUHM, Das Buch Jesaia (Gottingen, 1892); GESENIUS, Der Prophet Jesaja (Leipzig, 1820-1821); EWALD, Die Propheten des Alten Bundes (Tübingen, 1840-1841); tr. by F. SMITH, (London, 1876–); HITZIG, Der Prophet Jesaja übers. und ausgelegt (Heidelberg, 1833); KITTEL, Der Prophet Jesaia, 6th ed. of DILLMANN's work of the same title (Leipzig, 1898); KNABENBAUER, Erklärung des Proph. Isaias (Freiburg, 1881); MARTI, Das Buch Jesaja (Tübingen, 1900).

Profeta Isaías, obra de Miguel Ángel.
Isaías יְשַׁעְיָה Yeshayaáh (Yahveh es salvación) fue uno de los profetas de Israel del siglo VIII a. C., que profetizó durante la crisis causada por la expansión del Imperio asirio. Escribió por lo menos la primera parte del libro de la Biblia que lleva su nombre. Nació probablemente en Jerusalén 770-760 a. C. y estaba emparentado con la familia real (parece que fue primo de Ozías según la tradición talmúdica). Por sus propias declaraciones se sabe que estuvo casado con una profetisa y tuvo dos hijos.
Hijo de Amos, se le considera uno de los profetas mayores (lo cual depende exclusivamente de lo extenso del libro escrito). Se estima que el ministerio profético de Isaías llegó a durar cerca de medio siglo, desde el año que terminaba Azarías, rey de Judá, posiblemente hasta los tiempos de Manasés. Según los apócrifos Vida de los Profetas (1:1) y Ascensión de Isaías (5:11-14), murió aserrado durante la persecución provocada por el rey Manasés, a lo cual parece referirse Hebreos 11:37.
Isaías fue un firme opositor a la política de alianza de los reyes de Judá con los imperios y llamó a confiar en la alianza con Yahveh. En particular se opuso al protectorado de Asiria que el rey Acaz propició para enfrentarse a los reyes de Damasco e Israel (norte). El rey Ezequías quiso contrarrestar la hegemonía asiria, aliándose con Egipto a lo que también se opuso Isaías, pero cuando las tropas asirias de Senaquerib sitiaron Jerusalén, Isaías apoyó la resistencia y anunció la ayuda de Yahveh y la ciudad se salvó.
Su obra muestra que era un gran poeta, con estilo brillante, precisión, composición armoniosa e imágenes novedosas. Los críticos coinciden en que es el autor de los capítulos 1 a 12, 15 a 24 y 33 a 35 del Libro de Isaías, en tanto que se discute sobre la autoría del resto del libro. Los capítulos 36 a 39 están escritos en tercera persona y posiblemente fueron escritos por sus discípulos.
La segunda parte del Libro de Isaías, capítulos 44 a 55, conocida como Libro de la Consolación de Israel, es muy diferente a la primera y no nombra en ninguna parte a Isaías. El escenario de estos capítulos finales supone que Jerusalén ha sido asolada, el pueblo está cautivo en Babilonia y está actuando Ciro, el Rey persa, cuya gesta causará la liberación de los cautivos. El estilo es más oratorio y repetitivo que la primera parte. El contenido registra una mayor elaboración teológica. Es entonces probable que estos capítulos finales sean obra de un autor anónimo al final del Destierro, después del 560 a. C.. Como dato curioso, en el rollo de Isaías encontrado entre los Manuscritos del Mar Muerto, las dos partes están cosidas y evidencian así una separación previa.
Los exégetas y estudiosos recalcan sin embargo, que las dos partes del libro de Isaías están unidas por su visión mesiánica:
  • En los capítulos 6 a 12 se anuncia el nacimiento del Emanuel (Isaías 7:14 Dios con nosotros).
  • En la segunda parte (Isaias 42:1-7,49:1-9,50:4-9,52:13,53:12) se presentan los Cánticos del Siervo de Jhvh, seguidor perfecto de Dios que con plena fe sufre para expiar los pecados de su pueblo y es glorificado.
Estudiosos han hecho notar el uso repetido1 de derivados de נצר en ambas partes del libro de Isaías, es una alusión mesiánica: natser, transcrita Nazer, traducida como "retoño", "vástago", "rama o "renuevo"; y en otros contextos como vigilar, guardar, observar, defender, rodear, preservar (del peligro) o esconder (refugiar). Consideran que a ello se refiere Mateo 2:23 cuando dice que habitó en la ciudad que se llama Nazaret, y así se cumplió lo que fue dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno (נצר, Notsri).
El cristianismo estima que el Libro de Isaías anunció el nacimiento, sacrificio y gloria de Jesús y además, el alcance universal de la salvación por lo que se considera en algúnas ocasiones como el "Príncipe de los Profetas".

Referencias

  1. Miller, Fred P. «Isaiah's Use of the word "Branch" or Nazarene» (en inglés). Consultado el 17 de mayo de 2011.

Enlaces externos

Colabora en Commons. Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Isaías.

Libro de Isaías

El Libro de Isaías en una Biblia inglesa.
El Libro de Isaías es un libro bíblico del Tanaj judío (que es el Antiguo testamento de los cristianos), que se incluye como primero de los denominados Libros proféticos.

Origen del nombre

El libro suele atribuirse a Isaías, el primero de los grandes profetas hebreos, razón por la cual lleva su nombre.
Isaías fue hijo de Amós. No debe confundirse con el profeta Amós, pues éste fue contemporáneo de Isaías y por lo tanto no pudo haber sido su padre. Nació alrededor del 765 a. C. Fue llamado al profetismo en el año de la muerte del rey Azarías (Is. 6:1) y se convirtió en asesor de los reyes siguientes.
Tuvo dos hijos a los que puso nombres simbólicos: el del primero (7:3) alude a la liberación de Judá y el segundo (8:3) a la destrucción de los reinos de Siria e Israel.

Traducción del «Libro de Isaías» al griego

Según la Carta de Aristeas, durante el reinado de Tolomeo II Filadelfo (285 a. C.-245 a. C.), setenta sabios judíos de Alejandría (Egipto) realizaron la ahora llamada Septuaginta, la traducción al griego de la Torá (los primeros cinco libros del actual Antiguo testamento), a la que llamaron Pentateuco (‘cinco libros’).
El resto del Antiguo testamento fue traducido al griego paulatinamente y los expertos estiman actualmente que la traducción del Libro de Isaías fue hecha entre los años 150 y 130 a. C..1
Hay algunas diferencias entre la traducción griega de la Septuaginta y las versiones hebreas y a su vez se han detallados las variaciones entre el texto masorético y la versión hebrea más antigua conocida del Libro de Isaías encontradas en Qumrán, entre los rollos llamados manuscritos del Mar Muerto.2

 

Traducción al griego del «Tanaj».

La anunciación

En Isaías 7:14, La Septuaginta coloca como profecía la venida de Emanuel. Sin embargo, en el texto masorético de la Tanaj hebrea este hecho está narrado en pasado:
Versión de la Septuaginta Versión masorética hebrea (Tanaj).
«Por tanto el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen CONCEBIRÁ, y parirá hijo, y llamará su nombre Emmanuel».
διὰ τοῦτο δώσει Κύριος αὐτὸς ὑμῖν σημεῖον• ἰδοὺ ἡ παρθένος ἐν γαστρὶ ἕξει, καὶ τέξεται υἱόν, καὶ καλέσεις τὸ ὄνομα αὐτοῦ ᾿Εμμανουήλ•
«Esta joven HA CONCEBIDO ''(harah)'', y tendrá [en unos meses] un hijo»
לָ֠כֵן יִתֵּ֨ן אֲדֹנָ֥י ה֛וּא לָכֶ֖ם אֹ֑ות הִנֵּ֣ה הָעַלְמָ֗ה הָרָה֙ וְיֹלֶ֣דֶת בֵּ֔ן וְקָרָ֥את שְׁמֹ֖ו עִמָּ֥נוּ אֵֽל .
Las diferencias entre estas versiones pueden ser vistas también incluyendo los manuscritos hebreos más antiguos del Libro de Isaías, los rollos encontrados en Qumrán, especialmente el texto completo 4Q55 (Qa).3
Las principales diferencias son:
  1. Aunque tanto en el texto masorético como en la Septuaginta quien da la señal es «el Señor» (אֲדֹנָ֥י adonai o Κύριος kyrios). El rollo de Qumrán se refiere a él como Yhwh.4 La Septuaginta traduce muchas veces Yhwh (Yahvéh o Jehová en las biblias en castellano), como «el Señor», por considerar que no hay un equivalente griego al nombre de Dios «es el que es» y parece que la forma de Qumrán es la original.
  2. Tanto el texto masorético como la Septuaginta anteceden el versículo con «...el mismo Señor os dará señal: he aquí...». Sin embargo en los rollos de Qumrán faltan las palabras equivalentes a «una señal: he aquí», lo cual podría ser una laguna2 o podría leerse «el mismo Yahvé mismo os dará, una joven ha concebido y dará a luz un hijo».
  3. El hebreo ha'almah (הָעַלְמָ֗ה) se traduce en la Septuaginta como παρθένος parthenos (‘virgen’). Para muchos comentaristas este es simplemente un error, porque ha'almah significa literalmente ‘una joven’. Sin embargo algunos comentaristas discrepan y creen que la traducción es correcta, por el contexto: Ireneo de Lyon argumentó que en cuanto la traducción griega de Isaías fue hecha en Alejandría (Egipto) mucho antes de la aparición del cristianismo, es ese el significado aceptado anteriormente por los expertos judíos y no hay por qué cambiar la traducción.5 Para Orígenes es obvio que los traductores judíos creyeron que aquél que sería llamado ‘Dios con nosotros’ requería ser concebido de una virgen y consideraban que ha'almah en ese caso significaba ‘virgen’ y no una joven en general;6 por lo cual no hicieron una traducción literal sino contextual. Hugues Cousin, quien estima que la traducción griega de Isaías ocurrió hacia el 150 a. C., da varios ejemplos que muestran que la Septuaginta traduce reptidamente ha'almah como parthenos, sin que ello implique el significado actual de ‘virgen’.1
  4. La traducción (y versión con puntuación masorética) más probable del הרה es ‘ha concebido’, en tiempo perfecto (pasado), pues el imperfecto (futuro), ‘concebirá’, requeriría un prefijo si la conjugación fuera regular, aunque porque los verbos guturales terminados en h tienen muchas excepciones7 y como la forma con puntuación masorética הָרָה harah es posterior, varios traductores mantienen el futuro.2
  5. Mientras que en el texto masorético es la mujer la que da el nombre a su hijo (Genesis 4:1-25), en la Septuaginta es el oyente o lector («tú») quien dará el nombre al hijo de la joven. En la versión griega citada en Mateo 1:23 el nombre lo ponen «ellos».1 En los rollo de Qumrán, podría leerse «él se llamará» o «será llamado».4
  6. En el texto masorético se lee «immanu el» עִמָּ֥נוּ אֵל ‘[el dios] Ël con nosotros’ mientras que en los rollos de Cumrán, el nombre Immanuel está escrito como una sola palabra.8 Aunque en este caso no varía el significado, esta diferencia atestigua frente a las diferencias entre la versión masorética y las más antiguas.

Política de la época

En el siglo VIII a. C., Israel estaba atrapada entre las dos grandes potencias del mundo de su época: Babilonia y Egipto. Era un país pequeño y débil que se debatía en su papel de tapón entre las dos grandes esferas dominantes.
Para su fortuna, ambas estaban en decadencia. Sin embargo, otro gran poder estaba apareciendo en la escena geopolítica del Asia de 700 a. C.: el imperio asirio. Sargón II había saqueado a todas las civilizaciones circundantes y poco faltaba para que se autodenominara Señor del Mundo. Ahora, las únicas vallas entre Asiria y su gran enemigo, Egipto, eran los pequeños reinos independientes de Edom, Filistea, Amón, Moab, Damasco, Hamat, Samaria y Jerusalén.
Así como Amós y su continuador Oseas predicaron en Israel, Isaías decidió profetizar en Judá. En realidad, Israel había caído en decadencia luego del reinado de Jeroboam II y, tras la toma de Samaria (722 a. C.), en la práctica ya no existía. Las tribus hebreas que habían querido separarse de Judá habían sido deportadas.
Estos acontecimientos podían denominarse ajenos a Judá, pero inevitablemente repercutían allí. Luego del reinado benévolo, próspero y pacífico del rey Jotán (740-736 a. C.), degradado por la relajación de las costumbres de las clases dirigentes de la sociedad, comenzó una larga serie de enfrentamientos entre Judá e Israel que continuaron bajo el rey Acaz. El mismo Isaías narra cómo este soberano, agobiado por las amenazas de varios ejércitos aliados contra él, despreció el auxilio de Yahvéh para pedir ayuda a Sargón, motivo por el cual la deidad lo castigó severamente (Is. 7:2-16).
El profeta intervino en la política interna de la corte de Acaz para apartarlo del torcido camino en que se estaba internando, aliándose con los asirios en la así llamada Guerra Siro-Efraimita. Logrado su objetivo, el vocero de Dios se alejó de la corte para regresar solamente cuando Acaz fue reemplazado por Ezequías (716-687 a. C.).
El profeta Isaías tuvo también influencia en la política internacional: enemigo de los egipcios, preconizó mantener la alianza con los asirios cuando un sector de la sociedad hebrea pretendió asociarse con el faraón.

Ambiente religioso

Como fue una constante en la historia israelita, la afluencia de riquezas y la llegada del bienestar precipitó una crisis de idolatría bajo el reinado de Jotán. Más tarde, Acaz intentó, mediante el sincretismo religioso, asimilar al Dios judío con otros extranjeros. Fue capaz de sacrificar su hija al dios Moloch e incluso de introducir rituales paganos en el Templo.
Ezequías, por el contrario, comenzó su gobierno con una gran reforma religiosa que expulsó el paganismo y restauró el culto verdadero de Yahvéh que había sido atropellado por sus antecesores. La destrucción del reino de Israel llevó a Jerusalén a todos los sacerdotes del norte que huían del invasor, lo que produjo, bajo este rey, la fusión y asimilación de las costumbres religiosas de ambos reinos en la capital meridional.

Realidad social

El ambiente social en tiempos de Isaías sigue tal cual como nos lo describen los profetas menores Amós y Oseas: se había constituido una poderosa clase social de nuevos ricos —propietarios y latifundistas— cuyas tierras se extendían por interminables distancias. Esta clase oligárquica se había establecido gracias a la prosperidad comercial generada durante los reinados de Jotán en Judá y de Jerboam II en Israel.

Estructura del libro

El Libro de Isaías se encuentra dividido en dos partes perfectamente diferenciadas (la segunda dividida a su vez en dos), separadas por un apéndice histórico. Este último consiste en dos capítulos tomados de II Reyes (2R. 18-20).
Los contenidos podrían describirse de la siguiente manera:
  • Primera parte:
    • Noticias biográficas (Is. 6:1-13; 8:1-4; 7:1-16 y 20:1-6).
    • Promesas y amenazas contra el reino de Judá (Caps. 1-12).
    • Oráculos contra pueblos extranjeros (13-23).
    • Profecías apocalípticas sobre el Juicio Final (24-27).
    • Más amenazas (28-33).
    • La sección llamada «Pequeño apocalipsis» (34-35).
  • Segunda parte
    • Primera sección: promesas para los exiliados en Babilonia (40-55) y cánticos del Siervo de Yahvéh
    • Segunda sección: promesas para los dolientes de Sion (55-66).
Especialmente en esta última sección, Isaías explica por qué la salvación tarda en llegar, pero asegurando que Sion y Jerusalén llegarán a ser los centros religiosos más grandes del mundo y que gentes de todas las naciones llegarán a ellas en peregrinación solemne.

Autoría y atribución

El Libro de Isaías, largo y complejo como es, no pudo haber sido escrito por un solo autor. Los especialistas consideran evidente que la obra se fue formando a lo largo de muchos años, con partes provenientes de tiempos y lugares muy distintos.
Isaías desempeñó su ministerio profético durante más de cuarenta años: ¿fue él el compilador de tantos y tantos fragmentos distintos o en verdad escribió todo el libro, que hoy nos parece dividido y fragmentario gracias a la intervención de escribas posteriores que lo modificaron hasta dejarlo irreconocible?
No se puede contestar con certeza a estas preguntas, hay diversas hipótesis y muchos críticos, incluso católicos y protestantes, creen que el libro «no fue escrito por un solo hombre, sino por tres». A falta de nombres mejores, se conoce al primer autor como «proto Isaías», al segundo como «deutero Isaías» y se llama al tercero «trito Isaías». Es por ello que es frecuente hallar en la bibliografía alusiones al «segundo Isaías» o al «tercer autor de Isaías», por ejemplo.

Tres Isaías

La primera parte del libro es obra de un poeta y está escrita con estilo brillante, precisión, composición armoniosa e imágenes novedosas. Los críticos coinciden en que este autor redactó con seguridad los capítulos 1 a 12, 15 a 24 y 33 a 35, en tanto que se discute sobre la autoría del resto del libro. Los capítulos 36 a 39 están escritos en tercera persona y posiblemente fueron redactados por discípulos del primer autor. También podrían ser añadidos posteriores los capítulos 13 y 14, 24 a 27 y 33 a 35. La segunda parte del libro, capítulos 44 a 55, es muy diferente al resto.9 El tercer Isaías es probablemente un autor postexílico10 y se le atribuyen especialmente los capítulos 56, 68 y 669 (después del 538 a. C.). Ciertos críticos consideran que la introducción y las autobiografías (narradas en primera persona) no pertenecen a ninguno de los tres autores principales, sino que parecen haber sido añadidas por un redactor postexílico.
Así y todo, el padre Pedro Franquesa, profesor de Antiguo testamento, manifiestamente afirma que los primeros 35 capítulos pertenecen a la pluma del Isaías histórico original (con algunas reservas).11

Apertura del debate

El rabino Joseph H. Hertz (1872-1946) afirmó que la cuestión de la autoría del libro no afecta su interpretación por los judíos.12 La PCB (Pontificia Comisión Bíblica) del Vaticano dictaminó mediante su decreto del 28 de junio de 1908 que la segunda parte del Libro de Isaías no parecía ser obra del deutero Isaías sino del primero, pero que a pesar de la opinión de la PCB no era posible descartar de plano la hipótesis de los tres Isaías.9
El citado decreto expresa que esa teoría no podía enseñarse hasta que fuera completamente demostrada, pero dejó en libertad a los científicos particulares para que la pongan a prueba e investiguen como deseen. Desde que la PCB se pronunció al respecto, se han ido acumulando las pruebas en favor de la falta de autenticidad de largos pasajes del libro (desde el capítulo 36 en adelante) que, si bien no demuestran la verdad de la teoría de los tres autores, al menos sugieren con indicios firmes que fueron más de uno.

Argumentos por la unidad de Isaías

A pesar de los cuestionamientos que ha sufrido, la atribución tradicional de toda la obra al profeta Isaías se ve apoyada por diversas fuentes comprobables: la tradición judía, la versión griega de los Setenta y la afirmación del Libro de Eclesiástico (48:17-25) y los Manuscritos del Mar Muerto, aunque en estos últimos, el libro de Isaías está seccionado en dos rollos diferentes, uno hasta el capítulo 39 y otros desde el capítulo 40,13 cosidos después de haber sido transcritos, lo cual podría evidenciar su origen dispar.
Por otro lado, existen razones de peso para mantener que el libro de Isaías es obra de un solo escritor. Una de ellas es el uso constante de ciertas expresiones. Por ejemplo, el apelativo divino «el Santo de Israel» aparece doce veces en los capítulos 1 a 39 del libro, y trece veces en los capítulos 40 a 66. Sin embargo, en el resto de las Escrituras Hebreas solo se emplea en seis ocasiones. El uso repetido de esta designación, infrecuente en los demás libros, es una prueba a favor de que hubo un único escritor.
Entre los capítulos 1 a 39 y 40 a 66. En ambas secciones se utilizan con frecuencia las mismas figuras retóricas, como la de una mujer con dolores de parto y un «camino» o una «calzada». También se hace referencia a Sion repetidamente: veintinueve veces en los capítulos 1 a 39 y dieciocho en los capítulos 40 a 66. De hecho, en Isaías se menciona a Sion en más ocasiones que en cualquier otro libro de la Biblia. Tales pruebas, según The International Standard Bible Encyclopedia, «imprimen al libro una individualidad que sería difícil de explicar» si hubiera tenido dos, tres o más escritores.
La principal prueba de que Isaías fue obra de un solo escritor se encuentra en otros libros inspirados: las Escrituras Griegas Cristianas. Estas indican claramente que los cristianos del siglo primero creían que el profeta había compuesto la totalidad del libro. Lucas, por ejemplo, habla de un funcionario etíope que estaba leyendo parte de lo que ahora constituye el capítulo 53 de Isaías, el cual, según los críticos modernos, se debe a la pluma del Deutero-Isaías. Sin embargo, Lucas dice que el etíope «leía en voz alta al profeta Isaías» (Hechos 8:26-28).
Otro ejemplo lo hallamos en el evangelista Mateo, quien explica que el ministerio de Juan el Bautista cumplió las palabras proféticas que ahora leemos en Isaías 40:3. Mateo identificó al escritor sencillamente como «Isaías el profeta» (Mateo 3:1-3). En otra ocasión, Jesús tomó un rollo y leyó las palabras que actualmente aparecen en Isaías 61:1-2. Lucas indica en su relato que «se le dio el rollo del profeta Isaías» (Lucas 4:17). En su Carta a los romanos, Pablo cita tanto de las primeras secciones como de las últimas del libro profético, y en ningún momento da a entender siquiera que no las haya redactado una misma persona: Isaías (Romanos 10:16,20;15:12). Es obvio, que los cristianos del siglo primero no creían que el libro de Isaías fuera obra de dos, tres o más escritores.
Veamos también el testimonio de los Rollos del mar Muerto. Muchos de estos documentos antiguos son anteriores a Jesucristo. El manuscrito conocido como el Rollo de Isaías, que data del siglo II a. C. En este documento antiguo, aunque está cosido precisamente en este punto, lo que ahora conocemos como el capítulo 40 empieza en la última línea de una columna, y la oración inicial concluye en la columna siguiente. Está claro que el copista no tenía conocimiento de que en ese punto del libro hubiese un supuesto cambio de escritor o división.
Examinemos el testimonio del historiador judío del siglo I Flavio Josefo. Este no solo señala que las profecías de Isaías acerca de Ciro se escribieron en el siglo VIII a. C., sino también que aquel monarca estaba al tanto de su contenido. «Ciro conoció esto al leer el libro en que Isaías emitió profecías relativas a él y que su autor había legado doscientos diez años antes», escribe Josefo. Según él, es posible que el conocimiento de tales profecías incluso haya contribuido a la buena disposición de Ciro para enviar a los judíos de regreso a su patria, pues señala que a este rey «lo embargó una suerte de ímpetu y pasión por cumplir lo escrito» (Antigüedades Judías, libro XI, cap. I, sec. 2 [5, 6]).
Muchos críticos señalan que del capítulo 40 en adelante se habla de Babilonia como el imperio dominante y de los israelitas como si ya estuvieran en el exilio. Hay que tener en cuenta que aun antes del capítulo 40 se presenta a veces a Babilonia como la potencia mundial dominante. Por ejemplo, en Isaías 13:19 se la llama «la decoración de reinos» o, como lo traduce la Versión Reina-Valera actualizada, «el más hermoso de los reinos». Estas palabras son claramente proféticas, ya que Babilonia no se convirtió en potencia mundial hasta más de un siglo después. Un crítico «resuelve» esta aparente dificultad afirmando que el capítulo 13 de Isaías pertenece a otro escritor. Pero lo cierto es que en las profecías bíblicas es bastante común que se hable de sucesos futuros como si ya hubieran tenido lugar. Este recurso literario recalca de forma eficaz la certeza del cumplimiento de la profecía en cuestión (Apocalipsis 21:5-6).

La Escuela Isaiana

Sin embargo, parte de la crítica considera demostrado que toda una escuela de escribas se derivó de la prédica del Isaías histórico.9 En Isaias 8:16;9:1, el mismo libro habla de la inteligencia de los discípulos del profeta en contraposición a la ignorancia de las masas populares que le respondían con la indiferencia.
La existencia de una «escuela isaiana» de escribas formados y conducidos por Isaías puede, entonces, entenderse como una solución intermedia al enigma de la autoría: ni un autor único ni tres autores independientes. La segunda y la tercera partes del Libro de Isaías muy bien pueden haber sido escritas por dos de sus discípulos luego de la muerte del profeta.
Esta teoría se apoya en la lógica y se encuentra actualmente muy extendida entre amplios sectores de los estudiosos.

Mensajes contenidos en el libro

Joven leyendo y meditando el comienzo del libro de Isaías en la versión española de la Biblia de Jerusalén.
El castigo de Dios contra el pueblo infiel es una de las ideas centrales del Libro de Isaías. Es el único y verdadero creador del mundo y por lo tanto dueño del mismo; ha hecho una alianza indisoluble con el pueblo de Israel y, al verla traicionada, ha llamado con un silbido a los ejércitos egipcios y asirios —como se llama a un perro— para que castiguen en Su nombre a los impíos.
Los puntos fundamentales que recalca el libro son los siguientes:
  • Dios es santo e Isaías su profeta;
  • Las tribulaciones del pueblo son consecuencia de sus pecados;
  • El verdadero judaísmo saldrá de los sobrevivientes a este castigo;
  • Isaías canta para las generaciones sucesivas la gloria de este renacimiento;
  • Solo Dios salvará a Israel y no las alianzas políticas;
  • La injusticia social es repugnante a los ojos del Señor; y
  • La justicia perfecta solo se logrará después de la llegada del Mesías.

Mesianismo en Isaías

Se trata del más mesiánico de los profetas: uno de los puntos centrales alrededor de los que giran sus ideas es que la verdadera paz, la justicia y la equidad solo serán accesibles al ser humano cuando llegue el Mesías.
La profecía isaiana habrá de cumplirse inexorablemente:
  • El Mesías será descendiente de la Casa de David (Is. 9:6 y 11:1-10);
  • Reinará sobre Judá (8:8;
  • Nacerá de una virgen (7:14);
  • Será Dios entre nosotros (7:14; 8:8-10;9;1-6); y
  • Fundará un imperio de paz (11:1-9).

Influencia en el cristianismo

Algunos pasajes del libro de Isaías han conocido una gran fama debido a su uso en la teología cristiana. Son famosos, en particular:

Referencias

  1. a b c Hugues COUSIN: La Biblia griega, los Setenta, 81. Traducción de Alfonso Ortiz. Estella (Navarra): Verbo Divino, 1992.
  2. a b c Fred P. Miller: «The translation of the great Isaiah scroll».
  3. Fred P. Miller: «The great Isaiah scroll», 2001.
  4. a b Fred P. Miller: «The great Isaiah scroll» (column VI), 6:7 a 7:15.
  5. Ireneo de Lyon: Libro III, capítulo XXI.
  6. Origen Contra Celcus XXXV.
  7. «Analysis of the Biblical Hebrew of Isaiah 7:14».
  8. Fred P. Miller: «Assyrian destruction of Israel is not the end, God will bring the messiah to the same territory and the same restored people» (capítulos 7-8).
  9. a b c d R. De Vaux: «Introducción a los profetas. Isaías»; en la Biblia de Jerusalén: 987-988. Bruselas: Desclée de Brouwer, 1971.
  10. José Severino Croatto: «La inclusión social en el programa del tercer Isaías», en la Revista Bíblica (60): págs. 91-110, 1998.
  11. Sagrada Biblia (edición manual), traducida por Pedro Franquesa y José María Solé, misioneros claretianos. Barcelona: Editorial Regina, 1968.
  12. «This question can be considered dispassionately. It touches no dogma, or any religious principle in Judaism; and, moreover, does not materially affect the understanding of the prophecies, or of the human conditions of the Jewish people that they have in view» (rabino Joseph H. Hertz).
  13. Fred P. Miller: «The great Isaiah scroll» (columna XXXIII) 40:2 a 40:28.

Véase también

Libro anterior:
Eclesiástico
(Libros sapienciales).
Isaías
(Libros proféticos)
Libro siguiente:
Jeremías

Isaías


Isaías
Isaiah-Michelangelo.jpg
Isaías de Miguel Ángel
Origen Hebreo
Género Masculino
Santoral 6 de julio, San Isaías
Significado Jehová ha salvado , Jehová es ayudador
Artículos en Wikipedia Todas las páginas que comienzan por «Isaías»
Isaías es un nombre propio masculino en su variante en español. Procede del hebreo ישעיהו ,Yeshayaáh y significa «Yahveh es salvación». Isaiah es una variante sajona del nombre Isaías.

Origen

Isaías es el nombre de un personaje bíblico del Antiguo Testamento:
  • Isaías, profeta mayor de Judá bajo los reinos de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías (Isaías 1:1 - 6:1 – 7:3 – 14:28 -20:1 – 2:36 al 39).

Equivalencias en otros idiomas

Variantes en otras lenguas
Español Isaías
Alemán Jesaja
Catalán Isaïes
Checo Isaiah
Francés Isaïe
Hebreo ישעיהו
Holandés Jesaja
Inglés Isaiah
Italiano Isaia
Lituano Iz
Polaco Isaiah
Portugués Isaías
Ruso Исаия

Santoral

La celebración del santo de Isaías se corresponde con el día 6 de julio.

Véase también



Isaías

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Saltar a: navegación , búsqueda
San Isaías

Profeta Isaías; ilustración de una Biblia tarjeta publicada por la Compañía Providencia Litografía (c. 1904)
Profeta
Nacido Octavo siglo antes de Cristo
Judá (?)
Murió Séptimo siglo aC
De honor en Judaísmo
Iglesia Católica Romana
Iglesias orientales católicas
Iglesia Ortodoxa Oriental
Luteranismo
Islam [1]
Iglesia Apostólica Armenia
Fiesta 19 de julio
Isaías ( juego " Yahu es la salvación " [3] ) fue un profeta en el siglo octavo antes de Cristo Reino de Judá . [4]
Judios y cristianos consideran el libro de Isaías una parte de su canon bíblico , que es la primera lista (aunque no la primera) de la akharonim Neviim, los últimos profetas. [5] Los cristianos creen que Isaías profetizó el nacimiento virginal de Jesucristo ( Isaías 7:14 , versión Reina-Valera ):
"Por lo tanto el Señor mismo os dará señal: He aquí la virgen concebirá y parirá un hijo, y llamarás su nombre Emanuel."
Muchos de los del Nuevo Testamento enseñanzas de Jesús se refieren al libro de Isaías.
Gregorio de Nisa (c. 335 a 395), cree que el profeta Isaías (Isaías) "sabía más perfectamente que todos los demás el misterio de la religión del Evangelio." Jerónimo (c. 342-420), también alaba la EIAS Profeta, diciendo: "Fue más de un evangelista que profeta, porque él se describen todos los misterios de la Iglesia de Cristo, tan vívidamente que usted asumiría que no estaba profetizando sobre el futuro, sino que estaba componiendo una historia de eventos pasados." [6]

Biografía

Rusia icono del profeta Isaías, del siglo 18 ( iconostasio de la Transfiguración Iglesia, Kizhi monasterio, Karelia , Rusia ).
Isaías profetizó durante los reinados de Uzías (Azarías o), Jotam , Acaz , y Ezequías ( Isaías 1:1 ), los reyes de Judá . Uzías reinó cincuenta y dos años en el medio del siglo 8 aC, e Isaías debe haber comenzado su carrera unos años antes de la muerte de Uzías, probablemente en el AC 740s . Isaías vivió hasta los catorce años de Ezequías (que murieron 698 aC ), y puede haber sido contemporáneo desde hace algunos años con Manasés . Así, Isaías profetizó puede tener para el largo período de por lo menos sesenta y cuatro años.
La esposa de Isaías fue llamado "la profetisa" ( Isaías 08:03 ), ya sea porque estaba dotado con el don profético, como Débora ( Jueces 4:4 ) y Hulda ( 2 Reyes 22:14-20 ), o simplemente porque se la esposa de "el profeta" ( Isaías 38:1 ). La segunda interpretación, que era simplemente un título honorífico, "la señora Profeta", por decirlo así, es probable. [7] Ellos tuvieron dos hijos, nombrando a un Jasub, que significa "un remanente volverá" Isaías 07:03 y las jóvenes , Maher-salal-Baz, que significa "echarse a perder rápidamente, el saqueo más rápidamente." Isaías 08:03
En la primera juventud, Isaías pudo haber sido movido por la invasión de Israel por el asirio monarca Teglatfalasar III ( 2 Reyes 15:19 ); y otra vez, veinte años después, cuando ya había entrado en su oficina, por la invasión de Tiglat-pileser y su carrera de conquistas. Acaz, rey de Judá, en esta crisis se negó a cooperar con los reyes de Israel y Siria, en oposición a los asirios, y fue por eso atacado y derrotado por Rezín de Damasco y Peka de Israel ( 2 Reyes 16:05 ; 2 Crónicas 28:5-6 ). Acaz, lo humilló, se alineó con los asirios, y buscó la ayuda de Tiglat-pileser contra Israel y Siria. La consecuencia fue que Rezín y Peka fueron conquistados y muchas de las personas llevadas cautivas a Asiria ( 2 Reyes 15:29 , 16:09 , 1 Crónicas 5:26 ).
Isaías recibe su visión de la casa del Señor. Un vitral en San Mateo Alemán Iglesia Evangélica Luterana en Charleston, Carolina del Sur
Poco después de este V Salmanasar determinado por completo a dominar el reino de Israel, Samaria fue tomada y destruida ( 722 aC ). Siempre y cuando Acaz reinó en el reino de Judá fue sin ser molestados por el poder de los asirios, pero en su acceso al trono, Ezequías, quien se animó a rebelarse "contra el rey de Asiria" ( 2 Reyes 18:07 ), entró en una alianza con el rey de Egipto ( Isaías 30:2-4 ). Esto llevó al rey de Asiria, para amenazar al rey de Judá, y al final de invadir la tierra. Senaquerib ( 701 aC ) llevó un poderoso ejército en Judá. Ezequías fue reducido a la desesperación, y sometido a los asirios ( 2 Reyes 18:14-16 ). Pero después de una guerra breve intervalo de tiempo estalló una y otra vez lideró un ejército de Senaquerib a Judá, un destacamento de que amenazó Jerusalén ( Isaías 36:2-22 ; 37:8 ). Isaías en aquella ocasión alentó a Ezequías para resistir a los asirios ( 37:1-7 ), con lo cual Senaquerib envió una carta amenazante a Ezequías, que "se extendió delante de Jehová" ( 37:14 ).
" Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Lo que tú has orado a mí contra Senaquerib, rey de Asiria, he oído. Esta es la palabra que Jehová ha pronunciado acerca de él, la virgen hija de Sión te ha despreciado, y se rió de ti con desprecio, la hija de Jerusalén ha movido su cabeza detrás de ti.
¿A quién has injuriado y blasfemado? ¿contra quién has voz tu eres excelso, y levantado tus ojos en alto? incluso contra el Santo de Israel.
"
Según el relato de los Reyes (y sus derivados cuenta en Crónicas) el juicio de Dios, ahora cayó en el ejército asirio y acabó con 180.000 de sus hombres. "Al igual que Jerjes en Grecia, nunca Senaquerib recuperado de la conmoción del desastre de Judá. Hizo expediciones no más bien en contra de el sur de Palestina o Egipto. " [8]
Los restantes años del reinado de Ezequías fueron pacíficas ( 2 Crónicas 32:23-29 ). Isaías vivió probablemente a su fin, y posiblemente en el reinado de Manasés, pero el tiempo y la forma de su muerte no se ha especificado en la Biblia o la historia. Hay una tradición (registrados tanto en el Martirio de Isaías y la vida de los Profetas ) que sufrió el martirio por Manasés debido a la reacción pagana.

En el Islam

A pesar de Isaías no se menciona en el Corán , los musulmanes por lo general lo consideran como un profeta y todos los antiguos musulmanes fuentes y tradiciones lista de Isaías en el panteón profético. [9] La mayoría de los eruditos musulmanes, tanto clásica ( Ibn Kathir , Kisa'i ) [10] y moderno ( Muhammad Asad , Abdullah Yusuf Ali ) [11] Isaías aceptó como un verdadero hebreo profeta , que predicó a los israelitas después de la muerte del rey David . Isaías es bien conocido en los musulmanes la exégesis y la literatura , sobre todo por sus predicciones de la venida de Jesús y Muhammad . [12] relato de Isaías en los musulmanes la literatura pueden dividirse en tres secciones. La primera parte establece Isaías como profeta de Israel durante el reinado de Ezequías , la segunda parte se centra en las acciones de Isaías durante el asedio de Jerusalén por Senaquerib ;. y la tercera parte se centra principalmente en Isaías advertencia a la gente de la fatalidad que viene [13]
Musulmanes exégesis conserva una tradición, que se asemeja a la de la Biblia hebrea , que dice que Ezequías era el rey que gobernó en Jerusalén durante la época de Isaías. Ezequías obedeció y dio oídos a lo que Isaías le aconsejó, pero, sin embargo, esta fue una época turbulenta de Israel . [14] La tradición, sin embargo, sostiene que Ezequías fue un hombre justo y que el incremento de la turbulencia después de la muerte de Ezequías. Después de la muerte del rey, Isaías le dijo a la gente a no abandonar a Dios y advirtió a Israel que la gente debe cesar de sus pecados persistentes y actos de desobediencia. La tradición musulmana sostiene que las personas injustas de Israel se enfurecieron y trataron de matar a Isaías. [14] En una muerte que se asemeja a la que se atribuye a Isaías en la vida de los profetas , la exégesis musulmana relata que Isaías fue martirizado por los israelitas al ser cortado por la mitad. [14]

La literatura rabínica

De acuerdo con la literatura rabínica, Isaías era un descendiente de la casa imperial de Judá y Tamar ( Sota 10b). Él era el hijo de Amós (que no debe confundirse con el profeta Amós ), que era el hermano del rey Amasías de Judá. ( Talmud tratado Meguilá 15a). [15]

Referencias

  1. ^ Diccionario histórico de los profetas en el Islam y el judaísmo, el BM Wheeler, el Apéndice II
  2. ^ Wells, John C. (1990). Longman diccionario de pronunciación. Harlow, Inglaterra: Longman. p. 378. ISBN 0582053838 .
  3. ^ New Bible Dictionary, segunda edición, Tyndale Press, Wheaton, IL, EE.UU. 1987.
  4. ^ La Biblia de Estudio Scofield III, RV, Oxford University Press
  5. ^ JPS Tanaj hebreo Inglés, Sociedad de Publicaciones Judías, 2000
  6. ^ La vida de los santos profetas, Santo Convento de los Apóstoles, ISBN 0-944359-12-4 , página 101.
  7. ^ Una breve introducción al Antiguo Testamento, Michael D. Coogan, Oxford University Press, 2009, página 273.
  8. ^ Sayce, Archibald Henry. Los antiguos imperios de Oriente. Macmillan, 1884, p. 134.
  9. ^ Enciclopedia del Islam, Isaías
  10. ^ Isaías aparece como un profeta en todas las colecciones de los musulmanes de Historias de los Profetas
  11. ^ El Sagrado Corán: texto, traducción y comentario , nota 2173 a 17:04: ". El libro es la revelación dada a los Hijos de Israel Aquí parece referirse a las ardientes palabras de los profetas como Isaías, por ejemplo.. , Isaías, capítulo 24. Isaías 5:20-30 o, o Isaías 3:16-26. "
  12. ^ Enciclopedia del Islam, Shaya, Online.
  13. ^ Tabari, Historia de los Profetas y Reyes, i, 638-45
  14. ^ un b c Historias de los Profetas, Ibn Kathir, Isaías bin Amoz
  15. ^ Isaías en la Enciclopedia Judía

Enlaces externos

 Ver Videos:



 




No hay comentarios: