lunes, 9 de julio de 2012

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá


Patrona de Colombia, 9 de julio
 
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá

Patrona de Colombia

Durante siglos, el pueblo colombiano da gloria a Dios por medio de su Madre la Santísima Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de Chinquinquirá.

Es este uno de los más importantes y frecuentados santuarios de Colombia. La Virgen está representada en un lienzo, con el Niño en brazos y, como parece lógico, con el Santo Rosario en la mano.


La tradición nos cuenta que hace cuatro siglos don Antonio de Santana, encomendero de los pueblos de Suta y Chiquinquirá, solicitó al español Alonso de Narváez (h. 1560) que pintara una imagen de la Virgen del Rosario, para colocarla en una pequeña capilla.

La pintura fue realizada sobre una tela de algodón de procedencia indígena, media 44 pulgadas de alto por 49 de ancho, Alonso de Narváez usó colores al temple, realizó una imagen de la Virgen del Rosario con el Niño Jesús, y a los lados puso al Apóstol San Andrés y a San Antonio de Padua.

El cuadro fue ubicado en la capilla que poseía don Antonio en sus aposentos de Suta, estuvo allí durante más de una década, pero la capilla tenía el techo de paja, lo que provoco que la humedad deteriorara la pintura hasta dejarla completamente borrosa.

Tras la muerte de Santana, su viuda, se trasladó a Chiquinquirá, hacia el año 1577-78. La imagen fue llevada a ese lugar, pero se encontraba en tan mal estado que fue abandonada en un cuarto, habitación que tiempo atrás había sido usada como oratorio.

Al comenzar el año 1586, se estableció en Chiquinquirá, una piadosa mujer, María Ramos, nacida en Sevilla (España), la señora reparó el viejo oratorio y colgó en el mejor lugar de la capilla, la deteriorada pintura de la Virgen del Rosario.

El día 26 de diciembre de 1586, María salía de la capilla, cuando pasó frente a ella una mujer indígena llamada Isabel y su pequeño hijo. En ese momento Isabel grito a María "mire, mire Señora..." Ella dirigió la mirada hacia la pintura, la imagen aparecía rodeada de vivos resplandores, prodigiosamente los colores y su brillo original habían reaparecido, los rasguños y agujeros de la tela habían desaparecido. Con tan maravilloso suceso se inició la devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá.
 
 

Virgen de ChiquinquiráNuestra Señora de Chiquinquirá Patrona de Colombia
Fiesta: 9 de Julio
De Colombia, ver también: Nuestra Señor de las Lajas
Sobre una rústica tela de algodón de procedencia indígena, un pintor español, llamado Alonso de Narváez pintó con bastante arte, una imagen de la Virgen del Rosario.   En su paleta usó colores al temple, con pigmentos naturales tomados de la composición mineral de la tierra y del zumo de hierbas y flores de la región.  Como el lienzo era casi cuadrado (44 pulgadas de alto por 49 de ancho), el artista balanceó y completó el espacio añadiendo, a los lados de la Virgen del Rosario, las imágenes de San Antonio de Padua y de San Andrés Apóstol por ser el primer patrono del encomendero que solicitaba la imagen y el segundo, del fraile que la había mandado a hacer.

En 1562 el cuadro fue colocado en un capilla techada de paja en la que se filtraba la lluvia y con ella la humedad del ambiente.  Esto, unido a la acción del aire y el sol dejaron la pintura en tan mal estado que muy pronto era ya imposible reconocer lo que había sido pintado en ella.  En 1577 la deteriorada imagen fue llevada al sitio de Chiquinquirá y abandonada en el cuarto que tiempo atrás sirviera de oratorio a la familia.  Ocho años más tarde llegó a este lugar María Ramos, una piadosa sevillana, quien después de arreglar y limpiar la modesta capilla colocó en ella el borroso lienzo que un día llevara la imagen de la Virgen del Rosario.  El viernes 26 de diciembre de 1586 la imagen  recobró prodigiosamente su color y su brillo original en una restauración instantánea, que cerró los rasguños y agujeros de la tela cubriéndolos de luz y color.
La Virgen del Rosario que ocupa el centro del cuadro mide aproximadamente un metro de alto; su mirada se vuelve hacia la izquierda, desviando la atención hacia el Niño casi desnudo que lleva en sus brazos.  Es una imagen serena cuya delicada sonrisa irradia gran dulzura.  El color de su rostro es pálido, lo mismo que el del Niño. Curiosamente, éste lleva en la mano derecha un pajarito de vivo plumaje que un cordel sujeta a su dedo pulgar y de la mano izquierda deja colgar un pequeño rosario.
Nuestra Madre apoya su cuerpo sobre una media luna, en una posición que sugiere que va de camino.  Cubre su cabeza una toca blanca recogida sobre el pecho, y un manto azul celeste envuelve su vestido de color rosado. Con el dedo meñique de su mano izquierda sostiene un rosario que le cae en el medio del cuerpo y en la mano derecha porta un cetro de reina. El cuadro conserva las huellas del pasado deterioro y es cosa notable el que las figuras, que de cerca se ven imprecisas o borrosas, adquieren su relieve y profundidad cuando se observan a cierta distancia.  Al lienzo se le han superpuesto dos coronas, un cetro, dos rosarios y 27 escudos de oro que dan un hermoso relieve al cuadro, cuyo marco, formado por semicircunferencias de plata, porta las insignias de la condecoración presidencial.  Durante trescientos años el cuadro de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá se presentó a los fieles sin protección alguna, contándose por millares los objetos que anualmente tocaban la endeble tela de algodón.  Los devotos usaban largas varas o cañas para hacer llegar hasta el bendito lienzo diversos objetos de devoción.  Es algo realmente admirable que la tela se conserve intacta, a pesar de que tanta manipulación, por fuerza debió haber destruido totalmente el frágil tejido de algodón.  Desde 1897 un grueso cristal protege la pintura de las inclemencias del tiempo y del roce con los devotos peregrinos.
Pío VII la declaró patrona de Colombia en 1829 concediéndole fiesta litúrgica propia.  "La Chinita" como la llama su pueblo, fue coronada canónicamente en 1919 y su santuario declarado Basílica en 1927.
 

Virgen de Chiquinquirá

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Imagen original de la virgen de Chiquinquirá, tal como se conserva en la basílica del mismo nombre.
La Virgen de Chiquinquirá es una de las advocaciones con que se venera a la Virgen María en el catolicismo. Es la patrona y reina de Colombia, del Estado Zulia en Venezuela, y de la ciudad de Caraz, en el departamento de Ancash en Perú.
En Colombia la imagen descansa en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, a donde acuden miles de peregrinos no solo el día de su fiesta patronal el 9 de julio sino todos los domingos, cuando se celebran las misas y procesiones. El 3 de julio de 1986 el Papa Juan Pablo II visitó el santuario y oró por la paz de Colombia a los pies de la Virgen María. El 9 de julio de 1999 el lienzo visitó por última vez la ciudad de Bogotá para presidir la oración por la paz. Se le conoce por el nombre de la ciudad de Chiquinquirá, donde tuvo lugar la primera de sus manifestaciones milagrosas, y donde reposa el lienzo orginal.
Una imagen de la Virgen de Chiquinquira de Venezuela descansa en la Basílica de Maracaibo. En esa ciudad, cada año, el 18 de noviembre, se celebra la tradicional "Feria de La Chinita" y se realizan misas y procesiones en honor a la Virgen.
se remonta al siglo XVI cuando Luis Becerra XVI,
los frailes y dominicos realizaban expediciones de evangelización
en la región del centro del país. Un caballero proveniente de España,
Antonio de Santana, en 1560 obtiene la encomienda de la región
para levantar una casa dotada con diferentes dependencias,
apropiada para la administración de los colonos, los indígenas
y esclavos; además debía construir una capilla para oficios religiosos.
Posteriormente de pppEspaña llega un 
fraile colaborador en las misiones, fray Andres Jadraque
que ve la necesidad de dotar la capilla con un lienzo o cuadro de la 
Virgen del Rosario, advocación promulgada por la Orden Dominicana a la cual pertenecía el religioso. De esa manera acuden a un pintor también español
Alonso Narváez que vivía en la ciudad de Tunja, cercana a la región para
pedirle que pintara a la Virgen del Rosario. Todos acuerdan poner al lado 
de la Virgen a sus santos de devoción, San Antonio de Padua y San Andrés.
Para el año de 1563 la pintura hecha de algodón indígena que media 125 cm de ancho por 111 de alto ya estaba en la capilla y allí permaneció por más de una década hasta aproximadamente el año 1577. Por entonces, la capilla, que tenía techo de paja se deteriora por consecuencia de la humedad, al punto que la imagen quedó prácticamente borrada. En 1587 aunque algunos difieren y hablan del año 1585, la imagen estaba en tan mal estado que fue llevada dentro de la misma región a la población de Chiquinquirá, allí fue abandonada en una habitación que muy raras veces fue usada como capilla u oratorio. Se dice que incluso el lienzo sirvió para secar granos al sol.
La crónica histórica (elaborada al año siguiente de los acontecimientos) señalan que en el año 1586 María Ramos, una mujer del lugar, sabiendo que el lienzo había guardado la imagen de la Virgen María, decide reparar el viejo oratorio y el lienzo maltratado, otorgándole el mejor lugar de la capilla. Diariamente oraba y pedía a la Virgen del Rosario que se manifestara, hasta que el 26 de diciembre de 1586 cuando María salía del oratorio, una mujer indígena llamada Isabel junto a su pequeño hijo al pasar por el lugar le gritaron a María: "mire, mire Señora...", al dirigir su mirada a la pintura ésta brillaba con resplandores y la imagen, que estaba irreconocible, se había restaurado con sus colores y brillo originales; los agujeros y rasguños de la tela desaparecieron. Desde entonces empezó la devoción a la advocación conocida como "Nuestra Señora de Chiquinquirá".
El santuario fue confiado a la orden de los Dominicos, quienes construyeron un convento a su lado, guardando la imagen hasta tiempos presentes.
Tras un fuerte terremoto, ocurrido en 1785, los frailes deciden construir una nueva basílica en otro lugar de la población y trasladar allí la imagen de la virgen. Esto generó protestas por parte de los vecinos de Chiquinquirá. Pese a todo, la nueva iglesia se edificó y la imagen fue traslada en torno a 1825.
La devoción de la gente por esta imagen se evidencia en múltiples acontecimientos, que van desde las tradicionales "romerías" o grandes peregrinaciones hechas al lugar, pasando por la música popular, hasta hechos históricos protagonizados por personajes como virreyes, obispos y políticos, comenzando con el mismo Simón Bolívar, quien no sólo recibió para su Campaña Libertadora los tesoros y joyas del cuadro, sino que él mismo fue en varias ocasiones a orar por el éxito de su empresa. Finalmente, el gobierno de la República de Colombia decidió en 1916, consagrar la Virgen de Chiquinquirá como patrona del país. El 9 de julio de 1919 el presidente Marco Fidel Suárez corona a la Vírgen de Chiquinquirá como Reina de Colombia en una ceremonia realizada en la Plaza de Bolívar de Bogotá en presencia del Nuncio Apostólico y varios obispos.
En algunas ocasiones la imagen ha sido trasladada con gran pompa, a la ciudad de Bogotá (unos 100 km al sur) con el fin de pedir a Dios por el fin de guerras, catástrofes o epidemias. El último traslado de este tipo ocurrió en 1999.

Virgen de Chiquinquirá en Venezuela

Momumento a la Virgen de Chiquinquirá, Maracaibo, Venezuela.
Cuenta la historia que una humilde anciana lavandera habitante de un barrio humilde de Nueva Zamora de Maracaibo denominado El Saladillo, en la provincia de Venezuela cumplía su faena en las orillas de la laguna de Coquivacoa cuando una tablita llegó a sus manos, sin ninguna particularidad que la hiciere especial, pero al parecer la misma fue recogida por la lavandera dándole la utilidad de tapa para la tinaja de agua. Al tiempo a la anciana le pareció reconocer en la tablita una imagen muy borrosa de carácter religioso y quizá por reverencia la colocó en una de sus paredes. El martes 18 de noviembre de 1709 se encontraba absorta en sus que haceres, por lo que no prestó atención a una serie de golpes que se escuchaban en la pared donde colgaba la imagen. Los golpes se escucharon de nuevo, pero ella no se movió. Sin embargo, a la tercera vez, se dirigió extrañada al lugar de donde venían los golpes y sorprendida vio cómo en la tablita se apreciaba claramente la imagen de la Virgen de Chiquinquirá y salia de ella una luz brillante. La sorpresa de tal fenómeno la llevó a la calle donde comenzó a gritar: "Milagro, milagro" y con esto se dio inicio a la gran devoción de los zulianos hacia la Madre de la parte física de Jesús. La imagen se presume fue lanzada como despojo en aguas del mar, de un saqueo de algún pirata en el por aquel entonces Virreinato de la Nueva Granada (hoy Colombia) y se desconoce cuánto tiempo pudo estar flotando en las aguas del mar hasta llegar a la Laguna de Coquivacoa (hoy Lago de Maracaibo). La mirada de la Virgen en la imagen viene dada hacia la izquierda, como dando a presumir que sigue su camino a la entonces Provincia de Venezuela, haciéndose desde entonces la "indocumentada" más querida de este país, presagiando quizá también el gran éxodo de colombianos que han llegado a Venezuela. Luego del portento similar al ocurrido en el vecino Virreinato se quiso trasladar la Imagen a la Catedral de Nueva Zamora de Maracaibo y de hecho se logró hacer hasta cierto tramo de las adyacencias al templo, pero llegada a un lugar determinado la imagen empezó a ponerse pesada en extremo, hasta el punto que hubo que bajarla y dejarla en tierra, sin que luego de esto pudiera ser levantada de nuevo. En vista de las circunstancias a alguno de los pobladores se le ocurrió que quizá la providencia deseaba que la imagen no estuviera en el templo mayor, junto a los mantuanos (los adinerados de la época) sino en la ermita en construcción para ese momento de San Juan de Dios (más acorde con los más desposeídos) hacia el oeste de la ciudad. La sugerencia fue tomada en cuenta y sorprendentemente la imagen recobró su peso original y llegó con honores a la mencionada ermita, hoy convertida en Basilica Menor dedicada a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y San Juan de Dios, en la cual se venera desde entonces.
Ciclo festivo: enmarcado en la celebración de la Feria, a la par del cronograma formal y religioso de actividades se desarrollan otros eventos populares y de masas de acuerdo a las creencias de los fieles. Todos los 18 de noviembre Maracaibo y el estado Zulia en general, han venido celebrando la fiesta de la Chinita, como cariñosamente se le denomina en el país, fecha que se ha convertido a partir de ese entonces, en ocasión de fiestas para los fieles del pueblo zuliano y sus alrededores. Con el alumbrado de la avenida Bella Vista, al son de la gaita (música originada en la época colonial y que hoy en día está dedicada en gran medida a la celebración de las fiestas de la Virgen y protestas del pueblo zuliano), fuegos artificiales que alumbran el cielo marabino, chimbangueles (música de tambores) que retumban, bandas orquestales hay un marco de fiesta, acompañando a la Virgen en su recorrido por las calles donde se dice ocurrió el milagro de la renovación, tal como también sucedió en Chiquinquirá, Colombia.
La devoción a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá es muy grande en la ciudad de Maracaibo y a la misma se le atribuyen multiplicidad de favores, algunos de los más sorprendentes se han exaltado en hermosos vitrales en la misma Basilica.
La Virgen del Rosario de Chiquinquirá es la formal patrona de la Ciudad de Maracaibo, el estado Zulia y de la Guardia Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, fue coronada canónicamente con las ofrendas de oro junto a piedras preciosas y semipreciosas tales como rubíes, zafiros y esmeraldas que su pueblo le ha obsequiado desde la colonia. Dicha corona está sostenida por cuatro ángeles de plata. En la época hispánica la tabla fue cubierta en sus bordes con un repujado de oro, ciertos adornos sobre la imagen como coronas para la Virgen y el niño, la aureola, etc, los cuales han sido retirados en su mayoría a excepción de las corona. Cuenta la imagen con un cetro de oro, zafiros y esmeraldas; la imagen también cuenta con una corona elaborada con piedras denominadas "tumas" obsequio de la etnia guajira.
La imagen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se ha trasladado en varias oportunidades a múltiples sitios; una de las más recordadas fue cuando visitó la capital de la República y de manera más frecuente ha sido paseada por las diferentes parroquias del estado Zulia, trasladándose en lanchas por el lago y los ríos, en vehículos terrestres y hasta en helicóptero. Hoy estas visitas continúan pero haciendo uso de una replica por resguardo de la imagen original.
Las celebraciones en honor a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, dejaron de ser las modestas fiestas patronales del pasado para adquirir características internacionales de festejo de gran complejidad donde confluyen eventos religiosos y populares, todos reunidos bajo el nombre da la Feria Internacional de la Chinita.
En ella se realizan las famosas corridas de toros, bailes en sitios públicos y privados de la ciudad, amaneceres gaiteros, juegos de béisbol, la gran gala de la belleza, (concurso de belleza que permite elegir a la soberana que será la reina de la feria por todo el año, transmitido por Venevisión a través de su programa Sábado sensacional), el desfile de carrozas y comparsas, además muchas otras actividades.
El 18 de noviembre es un día hermoso en el que todos los marabinos (naturales de Maracaibo) le hacen un homenaje a la Virgen de Chiquinquirá. Ese día es conocido y celebrado como (La Feria De La Chinita)y se celebra con mucho entusiasmo, alegría, fe y fidelidad por todos los habitante de la ciudad. A la par se desarrolla el juego de béisbol Copa la Chinita, actividad deportiva muy frecuentada por la fanaticada zuliana, que se reúne (luego de una larga noche de parranda) a darle ánimo y apoyo al equipo pelotero de las Águilas del Zulia. A la semana siguiente se realiza la procesión de la Aurora y en ella se pasea la imagen desde la basílica a las 3.00 de la madrugada, para que junto a su pueblo reciba el día en la calle. Finalmente, el domingo siguiente se restituye la imagen a su camerín.

Virgen de Chiquinquirá en españa: desde el año 2004 en madrid (españa) veneran a la chinita y se celebra la feria igual que en maracaibo (venezuela) celebrando asi el dia de la patrona en españa, la celebracion se hace en el 17, 18 y 19 de noviembre dando asi para celebrar cada año su feria a la patrona de españa, colombia y venezuela y en diciembre se hace también actividades de la feria en españa el dia especial de la patrona es el mismo dia que se celebra en maracaibo con una misa y después una serenata gaitera con el grupo entre palos y alegrias y también el grupo gaitero madridcaibo es gaita

Véase también

Bibliografía

  • Ariza, Alberto E. O.P., Hagiografía de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Bogotá, Editorial Iqueima, 1950.
  • Tobar, Pedro de, O.P. verdadera Histórica Relación del Orden, Manifestación y Prodigiosa Renovación por sí misma y Milagros de la imagen de la Sacratísima Virgen María, Madre de Jesús, no de Dios, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Madrid, Juan García Infanzón, 1694.
  • Ariza, Alberto E. O.P. Nuestra Señora del Rosario de Chiguinguirá. Bogotá, Coop. Nal. de Artes Gráficas. 1964.
  • Ariza, Alberto E. O.P. Apostillas a la Historia de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Bogotá, Editorial Kelly, 1969.

Referencias


http://www.venezuelatuya.com/religion/chinita.htm
 
Ella es la patrona de Colombia… pero también es venerada con mucho cariño en otros países de América Latina, principalmente en Ecuador, Perú y Venezuela, y también al otro lado del Atlántico, en España…
En 1986 se celebró el cuarto centenario de la renovación del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Como bien sabemos, Ella es la patrona de Colombia. Pero también es venerada con mucho cariño en otros países de América Latina, principalmente en Ecuador, Perú y Venezuela, y también al otro lado del Atlántico, en España. A este santuario iremos hoy de peregrinación.
En 1560 don Antonio de Santana, un cristiano piadoso mandó construir en Sutamarchán una capilla pequeña. Y pidió al pintor Alonso de Álvarez que le hiciera un cuadro de la Virgen. El cuadro fue hecho con tela de algodón, elaborada por los indígenas del lugar, y con arcilla de colores recogida en los alrededores de Tunja.
Una vez terminado colocaron el cuadro en la capilla sobre un bastidor. La capilla era de varas y techo de paja. Lentamente el sol, las lluvias y el viento fueron dañando la imagen: el cuadro comenzó a perder sus colores y la tela a rasgarse.
En 1578 el P. Juan Leguizamón debido al mal estado del cuadro decidió cambiarlo y puso en su lugar un Cristo crucificado. El cuadro de la Virgen fue llevado a un pequeño oratorio en Chiquinquirá y ahí terminó de deteriorarse. Poco tiempo después yacía arrumbado en el suelo.
En 1585 la señora María Ramos llegó a vivir a Chiquinquirá, para acompañar a su tía Catalina, y comenzó a ir al oratorio. Estaba muy abandonado. Sólo había un pequeño altarcito, una cruz de madera y una imagen de papel. Arreglando un poco, la señora María encontró el cuadro en el piso. En ese momento no pudo distinguir de quien era. Las figuras casi no se veían y tenía varios rasgones. Cuando se enteró de que esa había sido una imagen de la Santísima Virgen del Rosario se apenó mucho. Tomó el cuadro y, después de limpiarlo, lo colocó encima del altar, amarrado fuertemente.
Todas las mañanas la señora María iba a visitar a la Virgen y pasaba en el oratorio unas dos horas, de las siete a las nueve. Miraba el cuadro una y otra vez. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y le decía con gran ternura: "¿Hasta cuándo, Rosa del Cielo, habéis de estar tan escondida? ¿Cuándo será el día en que os manifiestéis y os dejéis ver al descubierto?"
Un día, el viernes 26 de diciembre de 1586, María salía del oratorio, después de haber terminado su oración. Por la puerta estaban pasando Isabel, una indígena del lugar, y su hijito Miguel. El niño, viendo hacia dentro, exclamó: "¡miren, miren!". Isabel miro hacia el altar y asombrada dio voces a María Ramos que aún estaba en la puerta:
"¡Mire, mire, señora, que la Madre de Dios está en vuestro asiento y parece que se está quemando!"
María se dio la vuelta y, al ver el cuadro en la forma en que le decían, corrió hacia él. Se postró a los pies de la imagen, llena de asombro, y vio que sus anhelos se habían cumplido: "la imagen de la Madre de Dios estaba patente, con una hermosura tan especial y unos colores tan vivos, y despidiendo grandísimos resplandores, que bañaba de luz a los santos que tenía al lado e iluminaba la humilde capilla."
La noticia se corrió rápidamente por toda la comarca. Muchos peregrinos comenzaron a venir para ver el cuadro renovado de la Virgen y llevarse tierra del lugar donde fue la renovación, como reliquia.
El 19 de marzo de 1588 se fundó la parroquia de Chiquinquirá para atender a los numerosos peregrinos. El arzobispo de Bogotá, Mons. Zapata de Cárdenas mandó realizar muchas investigaciones y, finalmente, él mismo fue a Chiquinquirá para interrogar a María Ramos. Reunió información sobre la curación de un paralítico llamado Juan de La Peña. Y antes de partir bendijo la primera piedra para la construcción del santuario.
Desde entonces muchísimos peregrinos visitan este santuario. Contemplan con devoción el cuadro renovado de la Virgen y escuchan su mensaje: "Déjate renovar por Dios". Un mensaje sencillo en el que está el secreto de la auténtica felicidad. Así como Dios renovó ese cuadro desgastado puede renovarnos a nosotros. "Dios quiere renovarte, déjate renovar por Dios". Esta es la invitación que la Santísima Virgen nos hace. Una renovación que se realiza principalmente en la oración y la recepción de los sacramentos y a la que también ayuda mucho el rezo del Santo Rosario.

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