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Alberico Crescitelli, Santo |
Mártir en China
Martirologio Romano: En Yanzibian, de Yangpingguan, en China,
san Alberico Crescitelli, presbítero del Pontificio Instituto para las Misiones
Extranjeras, que en la persecución promovida por el movimiento de
los Yihetuan, golpeado primero brutalmente hasta quedar casi muerto, fue
arrastrado al día siguiente, atados sus pies, por un camino
empedrado hasta cerca de un río, donde su cuerpo fue
despedazado y decapitado, mereciendo por todo ello la palma del
martirio (1900).
San Alberico nació en Altavilla, en Benetto, Nápoles
el 30 de junio de 1863.
Tuvo una temprana vocación
religiosa y su sacerdocio lo llevó a integrar el Instituto
Pontificio de las Misiones Exteriores de Milán. Su vocación lo
impulsó a misiones extranjeras en China que luchaban por expandir
las creencias cristianas.
A fines del siglo XIX y principios
del XX se abatió sobre estas misiones un furioso y
sangriento ataque, proveniente de la Asociación de la Justicia y
de la Armonía, conocida comúnmente como de los Boxers.
El
odio acumulado y reprimido contra los extranjeros durante la Guerra
del Opio y a la imposición de los llamados Tratados
Desiguales por parte de las potencias occidentales fueron desencadenantes de
la persecución. Sin embargo, la matanza de los misioneros fue
motivada especialmente por razones religiosas, según cuentan los documentos de
la época.
Crescitelli desarrolló su ministerio en el Shanxi Meridional
y allí fue martirizado y decapitado el 21 de julio
de 1900. “Dicen que, cuando su cabeza rodaba hacia un
río cercano, todavía sus labios decían: ‘Jesús, Jesús, Jesús’”.
Alberico y
los otros 119 mártires que murieron en China
por odio a la fe cristiana fueron proclamados santos de
la Iglesia el 1 de octubre de 2000 por S.S.
Juan Pablo II.
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