miércoles, 19 de octubre de 2011

Para el Día del Maestro



El espacio que nos abren los actos escolares

hay que saber aprovecharlos para que dejen un mensaje, puesto que la comunidad educativa se da cita y en ella acuden personas de diferentes generaciones, por consiguiente es un buen momento para transmitir pensamientos, valores sentimientos y tener una mirada retrospectiva sobre nuestro accionar docente y a su vez proyectar ideales.

La educación Chilena se ha visto sujeta a los aciertos y desaciertos políticos, viéndose algunas veces impulsada y jeraquizada y otras veces pasó inadvertidas por los gobernantes.

Por suerte la férrea vocación y convencimiento de muchos maestros hizo posible llevar adelante sus el verdadero rol de la escuela.

Es necesario remarcar que la constancia de los maestros para enseñar y cumplir con sus propósitos es fiel a sus designios, nada los detiene y logran descubrir que van por la senda correcta cuando reciben, con inmensa alegría, los logros de sus alumnos.

Se debe valorar todas las áreas por igual, todas darán su aporte valioso, complementarán la formación de los niños y les permitirá revelar curiosidades en cada materia, conocer más y definir una vocación.

Recordando la labor de todos los educadores y en especial todo el impulso e importancia que le dio Sarmiento a la educación, es oportuno seguir transmitiendo valores.

A los maestros nos fortalece el reconocimiento a nuestro trabajo, el esfuerzo y la dedicación que en él ponemos cada día. Lo podemos comparar, si se quiere, con una plantita: cuando sembramos la semilla no vemos la hora que crezca para disfrutar de su presencia, y por eso le damos todos los cuidados que necesita como agua, aire y sol. En la docencia pasa algo parecido: cuando recibimos a un nuevo grupo ponemos muchas expectativas en él y le ofrecemos todas las herramientas necesarias para que puedan adquirir las competencias necesarias e implementarlas en su vida diaria, los guiamos y vemos como crecen día a día como personas . Esa es nuestra mayor satisfacción.

Si echamos un vistazo en nuestra historia veremos maestros con gestos muy adustos y con marcada distancia hacia sus alumnos, pero en cada momento de la historia los maestros han dado lo mejor. Su forma de proceder siempre estuvo acorde a las costumbres de la época. Hoy todo ha evolucionado, la sociedad por ser un sistema dinámico está en permanente cambio y muchos valores han variado y otros están en peligro de extinción. Es función de las familias y de los docentes defender los valores en la sociedad.

Hay aspectos que inevitablemente se han adaptado a las necesidades y a la realidad socioeconómica por la que nuestro país ha transitado.

Nos ha tocado vivenciar circunstancias difíciles, pero siempre sacamos un as de la manga para hacerle frente a la adversidad.

El mejor ejemplo que podemos mostrar en un acto para el día del maestro es la perseverancia, ya que se puede aplicar en todos lo órdenes de la vida, mostrar la diversidad social como un abanico de nuevos desafíos, el respeto por nuestro trabajo y por el ajeno, la amistad como el bien más preciado que desde pequeños se debe aprender a encontrar y valorar.

Mostrar el paso del tiempo, reflejar los proyectos y expresar los sentimientos nos hará viajar a través del tiempo y en su trayecto descubrir valores.

Una propuesta para homenajear a los maestros en su día es el siguiente cuento que mientras se avanza en su lectura se hace lo mismo con la vida de cuatro mujeres, que simbolizan y representan a cientos de docentes. Mostrar el paso del tiempo, reflejar los proyectos y expresar los sentimientos nos hará viajar a través del tiempo y en su trayecto descubrir valores.

“Desde siempre y aún después”

Dedicado para aquellos maestros que recién emprenden este camino, para los que hace ya un tiempo que somos docentes, para aquellos que pronto se alejarán de las aulas y para aquellos que ya se alejaron de ellas, pero nunca de su vocación de enseñar.

Los amaneceres indican el comienzo de algo y nos regalan la oportunidad de volver a empezar. Es la punta de una madeja que se irá deshaciendo con el correr de las horas. El amanecer se lo enfrenta con la energía brindada por el descanso nocturno. Es otra posibilidad que nos da Dios para crecer y aprender a vivir.

La infancia se asemeja a esta fase del día, todo por descubrir, todo por aprender.

Esta es la historia de cuatro amigas que juegan y juegan sin saber que ese día quedará en la memoria de todas.

Milagros:­ ¡Ay chicas! Estoy un poco aburrida de jugar con estos peluches. ¡Siempre lo mismo, siempre lo mismo!

Macarena:- ¡Siiii, yo también ya me aburrí! ¿A qué podemos jugar ahora?

Silvana: – ¡Ya sé! …¿Y si jugamos a lo que cada una quiere ser cuando sea grande?

Micaela: – ¡Siiiii, buenísimo dale, dale me gusta la idea! Pero… yo no sé que quiero ser cuando sea grande, falta mucho tiempo, recién estamos en salita roja…

Milagros: – Yo si sé que quiero ser cuando sea grande, quiero ser… actriz y trabajar en la tele. Ponerme muchos vestidos largos y que me peinen y me maquillen y firmar muchos autógrafos. Quiero ser famosa. Y quiero dale toooodo mi amor a mi público.

Macarena: – Yo, quiero ser jardinera y cuidar los jardines de toooodo el barrio.

Regar las plantas, podarlas cuando corresponde.,cuidarlas de las hormigas, ver crecer a los rosas y sentir el perfume de los jazmines y las fresias. Yo quiero darles toooodo mi amor a las flores.

Silvana: – Yo, en cambio, quiero ser doctora para curar a los nenes y darles remedios cuando están enfermos.

Revisarlos en el consultorio y ponerles el palito en la boca para mirarles la garganta, y también quiero pesarlos y medirlos.

Quiero darles toooodo mi amor a mis pacientes.

Micaela:- Mientras ustedes hablaban ya pensé qué quiero ser cuando sea grande. Quiero ser cocinera y hacer ricas tortas, pasteles y budines.

Quiero tener mi negocio y que todo el barrio diga: ¡qué cosas ricas que vende Micaela!

Quiero darle todo mi amor a mis masas.

Mmmm…

Las agujas del reloj giran imparables, saben que nadie las pueden detener. Nunca las escuché emitir alguna queja por no tener descanso.

Cuando marcan las doce del mediodía el sol está bien en lo más alto, casi no permite que se formen sombras, nos indica que es la mitad del día y ver cuántas cosas hicimos hasta ese momento y cuánta nos queda por hacer.

Cuando la amistad que se forja es verdadera siempre termina por unir a las personas.

Este encuentro tiene como testigo al sol del mediodía y como protagonistas a las cuatro amigas ya convertidas en mujeres.

Milagros:- ¿Qué tal chicas? ¡Tantos años sin vernos! Fue una muy buena idea llamarnos para encontrarnos y charlar.

Macarena:- Si, después de tanto tiempo seguramente cada una tendrá muchas cosas para contar de su vida.

Silvana:- ¿Se acuerdan de cómo jugábamos cuando éramos chicas? No nos cansábamos nunca.

Podíamos estar hoooras y hoooras corriendo, saltando… qué se yo.

Micaela:- Se acuerdan que una vez jugamos a ser grandes y cada una contó lo que deseaba para su futuro ? ¿En qué quedaron nuestros sueños y deseos?

Milagros:- Recuero perfectamente lo que dije ese día. Yo quería ser actriz y darle todo mi amor a mi público.

Pero…no fue así.

Más tarde me di cuenta que lo que más me gustaba era ser maestra y enseñarles a leer y escribir a los chicos. Es a ellos a quienes les doy todos los días de mi vida mi amor y dedicación.

Macarena:- ¡Y yo que quería ser jardinera y cuidar y regar flores! Se puede decir que muy alejada no estuve, porque trabajo en un jardín…pero de infantes. Tengo mis pimpollos a los que veo crecer día a día.

Es a ellos a quienes le brindo mi amor.

Silvana:- Yo tampoco estuve muy alejada de mi deseo. Yo quería ser médica pediatra, pero soy profesora de educación física.

Estoy en contacto con niños todo el tiempo y mis deseos de curarlos a veces lo pongo en práctica cuando se me lastima algún alumno. A ellos les doy mi amor siempre.

Micaela: – Yo recuerdo que quería ser la cocinerita del grupo. ¡Si habré ensuciado la cocina de mi casa con harina, huevos y leche! Recuerdo que quería darles todo mi amor a los postres y a las masas, pero no fue así.

Un día me puse a jugar con la masa y le empecé a dar distintas formas, fue ahí que descubrí mi pasión por el arte. Entonces me dediqué a ser profesora de plástica y enseñarles a mis alumnos los secretos de la escultura y el arte de pintar.

Todo mi amor lo volqué en la escuela.

El ocaso nos avisa que el día está por terminar, pero… hay que ser optimistas porque pronto llegará la noche y con ella la inspiración de muchos poetas.

La presencia de la noche con lunas y estrellas es el escenario perfecto para las personas que saben ver un poco más allá.

Nada se termina allí, porque siempre, siempre estará latiendo un nuevo amanecer impaciente por renacer.

Todo depende de cada persona.

La historia de estas cuatro amigas sigue, como sigue corriendo el agua de los manantiales y como siguen chocando las olas contra las rocas.

Esta vez deciden verse en una plaza y eligen el atardecer para hacerlo, pues creen que hay ocasos que pasan inadvertidos y que otros en cambio son dignos de retratar.

Este encuentro ocurre mientras el sol se esconde y pinta al cielo de cálidos fucsias y naranjas.

Los rostros de las cuatro amigas también reflejan el paso de los años, pero el resplandor del ocaso las ilumina por fuera y por dentro.

Milagros:- ¡Ay chicas! Parece mentira cómo pasa el tiempo. Ya estamos jubiladas y sentadas en un banco de una plaza como alguna vez lo hicieron nuestros abuelos.

Macarena:- Pensar que antes, cuando éramos chicas veníamos a la plaza para hamacarnos, o para jugar en la trepadora. ¡Cuántos porrazos que nos dimos por jugar carreras para llegar primero a la calesita y subirnos al único caballo de madera que subía y bajaba.

¿Se acuerdan? Estaba pintado de blanco con las crines negras y una montura colorada con ribetes dorados.

Silvana:- Si, después cuando fuimos adolescentes elegíamos la plaza para estudiar bajo la sombra de algún árbol.

Y ahora estamos acá, cuidando a nuestros nietos.

No me quejo de nada, la vida fue buena con nosotras, aunque añoro un poco la escuela.

Micaela:- Chicas, es la ley de la vida y no tenemos que ser egoístas.

Nosotras tuvimos la oportunidad de realizarnos profesionalmente y trabajar de lo que realmente quisimos. Ahora es justo que otros, que tienen la misma vocación, puedan desarrollarla plenamente..

Milagros:- Es cierto, en la vida siempre hay un tiempo para todo y les digo más, para la sociedad estaremos jubiladas, pero la docencia no tiene fecha de vencimiento, así como tampoco nadie se jubila de hija, de madre, de hermana, de nieta, sé es siempre.

Es más, el amor verdadero… tampoco tiene vencimiento.

Macarena:- ¡Qué hermoso sonó lo que dijiste!

Hemos vivido tantas cosas en la escuela que mientras las recordemos jamás podremos alejarnos de ella. Fueron muchos años.

Silvana:- Yo me emociono cuando algún exalumno se acerca tímidamente pensando que no lo voy a recordar y me saluda.

Bueno.. .me parece que ya tenemos que ir yendo para tu escuela de cocina.

Macarena:- Al final, a vos, el sueño de ser cocinera también se te cumplió.

Ahora enseñás otro tipo de arte.

Micaela:(mira el reloj): – ¡Uy, cierto!. En dos horas tengo que dar mi clase de cocina ¿Ven? Siempre se puede seguir enseñando.

Milagros:- ¡ Pero miren allá, a esos mocosos! Están pateando la pelota y las flores que encuentran en el camino. ¡Vamos, vamos a enseñarles que eso no se hace!

Micaela: -Se dan cuenta que nuestra tarea de enseñar no se termina nunca.

(Se levantan del banco de la plaza y las cuatro amigas se van caminando hacia donde están los mocosos pateando las flores)

Micaela:- ¡Chicos, dejen de patear la pelota donde están las flores!

Silvana:- ¡Eso no se hace!

Macarena: – ¡Vengan para acá que les queremos enseñar dónde pueden jugar!

Milagros:- ¡Ay, estos chicos! Todo depende de lo que nuestros ojos quieran ver. Todo se renueva, tantas veces como nuestro corazón así lo dictamine. Todo renace una y otra vez….como los momentos de cada día.

Cuento: "El mejor profesor del mundo"

Hola, soy un chico post-adolescente. Quiero contarles una anécdota que me ha hecho crecer un poco, tal vez a ti te ha sucedido.

Tuve un profesor de química que era una joyita.

A la mayoría le encantaba (chicos que solo pensaban en el juernes) y buscaban la manera de matricularse con él, pues era “de fácil nota”, según decían; pero a los Nerds, como creía que rea yo, nos caía cual patada en el trasero debido entre otras cosas a las siguientes anti-virtudes: “Era un hombre solo, semi-ermitaño, de unos 55 años o más, no se, los cuales parecían como cien.

Nos mostraba un programa de clases muy ambicioso el cual casi nunca cumplía, pues para ello se necesitaba que estudiáramos en la casa, lo cual la mayoría no hacíamos.

Algunas veces dejaba de lado la química y nos sermoneaba sobre la vida, sobre la responsabilidad y todo eso, pero cuando las clases eran temprano en la mañana, casi siempre llegaba tarde con la excusa de que el frío le producía dolor en las rodillas.

Siempre traía la misma ropa, tres o cuatro modas, y aunque olía a limpio nunca dejaba de ser un chiste: “Canoso, barrigoncito, con zapatos de mendigo y para completar el cuadro, una súper calvicie que servía para tomarle el pelo a los primíparos con el cuento de “la pelada del profe”.

Este hombre ignoraba totalmente el mínimo concepto de la moda y del buen vestir.

Cuando nos dictaba la teoría de la clase nadie murmuraba, pues su voz desgastada nos imponía algún esfuerzo para poder escucharle, si tenía que escribir alguna fórmula en el tablero su mano temblorosa no parecía obedecerle del todo y no faltaba quien le exigiera que escribiera más, para murmurar: “pájaro loco, pájaro loco” riéndose del pobre el resto del día.

Yo estaba muy inconforme con él, ese cuchito ya debería estar en un ancianato o algo así.

No pude dejar de explotar el día que nos hizo el primer parcial: ¡Se quedó dormido en su silla ¡con babiada y todo! Los compañeros pensaron que era un milagro de Dios a todas sus oraciones por la oportunidad de una inmerecida E, pero para mí y otros Nerds era el colmo de la mediocridad…¿Por qué no lo echarán? – nos decíamos- si no es capaz de, por lo menos, estar despierto en su clase; mucho menos hacerla.

No entendíamos por qué, la Alcaldía sostenía a este tipo de profesores. Si yo fuera él, renunciaría por dignidad.

Ese día no aguanté más con tanta bajeza en mi Colegio – ¡un chico como yo merece algo más! – Cuando mi papá llegó a casa lo esperaba en la puerta y desde allí comencé a desahogarme del daño que nos estaba haciendo este mal llamado profesor.

Cuando iba a la mitad de mi ira, y de mis insultos, frené en seco al ver que mi padre, un ingeniero químico muy prestigioso en la ciudad, se desplomaba sobre su silla, escondiendo la cara entre sus manos para ocultar unas lagrimitas que asomaban por sus ojos.

Esperé un instante; un profundo instante de duda y consternación que a mi padre le bastó para reponerse y me murmuró: ¿Me hablas del profesor Chucho Olarte? Sí – le afirmé con mi cabeza mirándolo sin parpadear. Hijo mío, la mayor injusticia no es contra tí o tus compañeros; es contra él – volvió a susurrar sin levantarse.

¿Sabes por qué soy Ingeniero Químico? Porque ese personaje tan ridículo, como tú le dices, fue mi profesor, su sabiduría y total entrega me deslumbró. Le dio un norte a mis metas y a mi vida…

Estudié química porque di con el Mejor Profesor del Mundo quien me enseñó a querer su clase y quería que tú también lo encontraras, no solo por la química, sino por todas las otras cosas que de él puedes aprender sobre la vida.

Padre, pero como es posible – murmuré.

El no siempre estuvo enfermo o viejo que es lo que tú ahora miras – dijo en tono más calmado - ¡En mis años de estudiante era todo un campeón! Recuerdo que todos sufrimos para pasarle y que nos hizo estudiar como nadie, pero al final, sentimos un hondo respeto por él y por su clase.

Algunos recibimos más allá de la formalidad y lo quisimos como a un padre. Creo que por eso, él no tuvo la necesidad de tener sus propios hijos. ¡Se consagró totalmente a nosotros!

Tal vez se vea más viejo de lo que debería; como si cada uno de nosotros le hubiéramos quitado un poco de su vitalidad a lo largo de su carrera. No creas que él no sufre cuando ve que no colma las expectativas de los estudiantes aventajados, como tú, pero aun no puede renunciar.

Mira hijo, en primer lugar el no tiene familia y necesita del trabajo para sostenerse y para mantener el plan de salud; en segundo lugar, parece que solo hasta los 62 años se podrá jubilar, según la reforma pensional que quieren imponer desde el Congreso, pero sobre todas las cosas, no renunciará por convicción propia. Para él el aula de clase es como un campo de batalla y solo saldrá de allí cuando crea que ya no puede dar nada más.

Padre, pero si ahora tiene dificultades, se imagina ¿Cómo será dentro de unos años? ¡Pobre hombre! ¡Es lo más inhumano que he visto en mi vida! – Pero así es la ley de este país y si no sigue trabajando podría perder su pensión; eso sería como un suicidio en vida. Y dime ¿Qué tan mal está? – Pues, ahora que se todo lo que acabo de oirte, no creo que esté tan mal; era que yo lo miraba con desprecio.

No estará bien físicamente y sufre con sus dolores, pero mentalmente aun está lúcido. ¿Lo podremos ayudar?

Mientras el Ministerio de Educación no reconozca que el trabajo docente es altamente estresante, que seis horas de trabajo en el aula se convierten en doce horas de trabajo al servicio educativo debido al tiempo de preparación de las clases; elaboración de guías, talleres y revisión de procesos de retroalimentación; mientras que el Ministerio de Educación y los Hacedores de la ley no reconozcan que un millón y medio de pesos es un sueldo miserable para un profesional de más de veinte años de antigüedad y que un viejo o enfermo no puede rendir lo mismo que un joven egresado, es poco lo que nosotros podemos hacer.

Hazte su amigo, compréndelo como lo hice yo y aprende de él no solo química sino también de los valores y de la vida. Tal vez el sea tu mejor profesor.

Un año después de este incidente, me hallo en la facultad de ingeniería química de la UIS porque no quiero ser como ese profesor… Pero no lo puedo olvidar ni a él ni a su Química. Tal vez, este sea el mejor profesor del mundo.

Dedicado a todos mis profesores y a los compañeros profesores quienes han dedicado su vida al servicio.


ORACIÓN DEL NIÑO A SU MAESTRO.



Maestro, tu que haz de plasmar mi alma y modelar mi corazón, compadécete de mi fragilidad.
No me mires con ceño adusto si no te comprendo, ten paciencia.
No te moleste mi bulliciosa alegría; ¡conpártela!
No atiborres mi débil inteligencia con nociones superfluas.
Enséñame lo útil, lo verdadero, lo bello.
Trátame con dulzura, Maestro, ahora que soy pequeño.
Cuántos dolores me esperan en la vida: en medio de ellos, el recuerdo de tu benevolencia será estímulo bienhechor.
No me riñas injustamente...Ámame, Maestro, que yo también, aunque no sepa demostrártelo, te amaré mucho, mañana más que hoy.
Cúltivame, Maestro, como un jardinero sus flores.
Y yo perfumaré tu existencia con el incienso perenne del recuerdo y la gratitud.
Maestro, buen Maestro, que haz de dar luz a mis ojos, aliento a mi cerebro, bondad a mi corazón, belleza a mi alma, verdad a mis palabras, rectitud a mis actos;
¿Maestro no desoigas mi oración!

Por el padre sacerdote .. .Walter de Jesús Zapata Velásquez.


EL MAESTRO

¡Quitaos el sombrero ciudadanos!
el maestro de la escuela se adelanta,
ese obrero admirable, en cuyas manos
la antorcha de la ciencia se levanta.

Sabio ignorante que hacia el bien convida,
que procura encender en cada frente
una luz, que ilumina de la vida
la senda oscura de áspera pendiente.

No le inquieta el cansancio ni le abruma;
sufrido apóstol de la edad moderna,
no teme que su vida se consuma
en aras de la ciencia que es eterna.

Es humilde con la humildad del sabio;
es altivo con la altivez del Fuerte;
siempre por la verdad está su labio
sin temor por el mundo y por la muerte.

Su oscura posición ¿cuándo le aflige?
su pobreza habitual, ¿cuándo le apena?
firmes sus pasos hacia el bien dirige,
¡que el grande su misión, es santa y buena!

El lucha por la luz … ¡Sublime anhelo!
Camina hacia el oriente a do rutila
El rojo sol que por el ancho cielo
Asoma fulgurante su pupila …

¡El lucha por la luz como un vidente! …
sirve a la Patria, cuando al niño educa;
y ¿qué es la Educación? Potencia ingente
que nunca engaña, que jamás caduca …

¡Respetadle! ¡Es su vida de dolores!
¡Amadle! ... que es su vida de enseñanza;
haced que broten en su senda flores,
haced que brille en su alma la esperanza.

¡Salve Maestro!, obrero sin segundo,
constructor del espíritu del hombre
para tu afán la admiración del mundo;
inmenso amor para tu santo nombre …


AL MAESTRO


Mi madre me da la vida,
mi padre me da el sustento,
y el maestro de la escuela,
cultiva mi entendimiento.
A mi maestro querido,
que me da su ciencia,
su cariño y su cuidado,
con infinita paciencia.
Le ofrezco mi gratitud
y mi cariño sin cuento,
por que llena de belleza,
a mi pobre conocimiento.

A LA MAESTRA

Es en la escuela otra madre
que orienta con sus consejos;
es experta sembradora
de nobles conocimientos;
es mano suave que guía
y es luz que alumbra senderos.
Es, en suma, la maestra,
manojo cálido y tierno
de bondadosa paciencia
y de maternal afecto.

Por Publio A. Cordero

MAESTRO

Vocación tempranera y siempre bien sentida,
esta de ser Maestro por amor entregado,
este ir alumbrando caminos por la vida,
ilusionadamente, de niños rodeado.
Poner alma de artista en la noble tarea,
con fuerza misionera y mano delicada;
saber irse quemando en aras de una idea,
saber seguir la estrella del bien entresoñada...
Sembrador sin pereza, poner en la besana
al par del rubio trigo semilla de amapolas;
estrenar alegría y fe cada mañana,
y en el trance difícil quedar con Dios a solas.


MAESTRO


Eres el que vela por nuestro futuro,
eres el que trata de hacernos brillar,
eres el que nos saca de ese capullo
que muchas veces no queremos abandonar.

Eres tú, maestro, nuestro guía,
eres tú el que nos das aliento para salir mejor,
y aunque no lo aparentamos velamos por ti noche y día
porque es por ti que hacemos un mundo mejor.

No siempre te tratamos como se merece,
nos vemos un poco orgullosos,
pero eso no significa que nuestro amor no crece
al demostrarnos el cariño que sientes por nosotros.

Eres maestro, el que nos regaña en algunas ocasiones,
eres nuestro padre tratando de corregirnos,
pero no importa cuantas veces nos regañes;
nosotros siempre seremos tus hijos.

Eres la persona que le enseña al mundo,
eres generoso al brindarnos de tu sabiduría
y aunque somos nosotros los que recibimos los aplausos,
siempre serás el faro que ilumine nuestra vida.


LA HISTORIA DE UN MAESTRO QUE POR ERROR LLEGO AL INFIERNO

Murió un Profesor y se fue a las puertas del Cielo.

Sabido es que los Maestros por su ser y hacer siempre van al cielo.

San Pedro buscó en su archivo, pero últimamente andaba un poco desorganizado y no lo encontró en el montón de papeles, así que le dijo: 'Lo lamento, no estás en listas...'.

De modo que el Profesor se fue a la puerta del infierno, rápidamente le dieron albergue y alojamiento.

Poco tiempo pasó y el Profe se cansó de padecer las miserias del Infierno, así que se puso a diseñar un proyecto y un PROYECTO ANUAL DE TRABAJO, organizó un Órgano Colegiado, una ASOCIACIÓN DE PADRES DE FAMILIA, el COMITÉ ESCOLAR DE PARTICIPACIÓN SOCIAL, CONEI, COPALE Y COPARE y manos a la obra: a realizar mejoras.

Con el paso del tiempo, ya tenían Certificaciones en varias áreas: infierno libre de humo, aire acondicionado, inodoros automáticos, escaleras eléctricas, centro de computo, techado en el patio, recuperación de cuotas atrasadas, círculos de lectura, grupos de alfabetización, TODO tipo de becas, festivales, comprensión lectora, ECE, PELA, PESEM, MUNICIPALIZACION, etc etc etc etc.

Y así que el Profe se convirtió en la adquisición más rentable en millones de años para el infierno...

Un día Dios llamó al Diablo por teléfono y con tono de sospecha le preguntó:

'¿Y que..... cómo están por allá en el infierno?'

¡¡Estamos a toda madre!! contestó el diablo....

Estamos certificados como libres de humo, aire acondicionado, inodoros con drenaje mediante sensor infrarrojo, escaleras eléctricas con control automático de carga, equipos electrónicos para controlar el ahorro de energía, Internet inalámbrico, festivales y desfiles, etc. ¡¡¡Hasta recuperé cuotas atrasadas!!!

Apunta por favor mi dirección de email : eldiablofeliz@ infierno. com... por si algo se te ofrece. Dios preguntó entonces

¿Qué acaso TIENEN un Maestro allí?

El diablo contestó..... . ......... ....si ¡¡¡¡¡¡ DIOS DIJO:

Esto es un ENORME y GARRAFAL error, ! nunca debió haber llegado ahí Un Maestro¡.
Los Profesores siempre van al cielo, eso está escrito y resuelto para todos los casos.

¡Me lo mandas inmediatamente! '.

¡Ni loco!. Dijo el diablo...... ....

Me gusta tener un Maestro de planta en esta organización. .. Y me voy a quedar con él eternamente' .

'Mándamelo o...... ¡¡TE DEMANDARÉ!!.. .'.

Y el Diablo, con la vista nublada por la tremenda carcajada que soltó

Le contestó a Dios: ¿Ah Sí?? ...y por curiosidad.. .

¡¡¡¿DE DÓNDE VAS A SACAR UN ABOGADO?' SI TODOS ESTÁN AQUI!!!

Moraleja.... ......... ......... .........

HAY QUE ENTENDER A LOS PROFES; AMARLOS, BENDECIRLOS Y DARLE GRACIAS A DIOS POR HABERLOS CREADO!!

Un Maestro no ve el mundo, lo transforma.

No es que se crea un GIGANTE, ES QUE LO ES!!!

Moraleja: HAY QUE ENTENDER Y COMPRENDER A LOS PROFES; AMARLOS, BENDECIRLOS Y TODO LOS SANTOS DÍAS DARLE GRACIAS A DIOS POR HABERLOS CREADO.

UNA HISTORIA PARA RECORDAR

Esta es la historia que le ocurrió hace muchos años a una profesora de una escuela elemental.

Su nombre era Ms. Murga. Cuando se paró al frente de su clase del Quinto Grado el primer día de clases, les dijo una mentira.

Como la mayoría de los profesores, ella miro a sus alumnos y dijo que los amaba a todos por igual. Pero eso era imposible porque allí en la primera fila, estaba un niño llamado Lolo Sánchez.

Ms. Murga había visto a Lolo el año anterior y notó que el no jugaba bien con los otros muchachos, que su ropa era desordenada y que necesitaba bañarse. Llegó al punto, en que Ms. Murga realmente se deleitara con un lapicero grueso de color rojo, marcando una X y luego poniendo un CERO enorme sobre las tareas de Lolo.

En el colegio donde Ms. Murga enseñaba, ella tenia que revisar los registros pasados de cada alumno y puso en el Lolo para el ultimo. Sin embargo, cuando revisó su archivo, se sorprendió.

La profesor del Primer Grado de Lolo escribió: "Lolo es un chico brillante con una sonrisa en los labios. Hace su trabajo limpiamente y tiene buenos modales... es un deleite que esté con nosotros"

El profesor del Segundo Grado escribió: "Lolo es un excelente estudiante, bien querido por sus compañeros, pero esta en problemas porque su madre tiene una enfermedad terminal y su vida en casa debe ser sofocante."

Su profesora del Tercer Grado escribió, "La muerte de su madre ha sido muy dura para Lolo. Él trata de hacer lo mejor posible, pero su padre no muestra mucho interés y su vida en casa pronto lo afectará si no se toman las medidas convenientes."

La profesora del Cuarto Grado escribió, "Lolo está aislado y no muestra interés en el colegio. No tiene muchos amigos y algunas veces se duerme en clase."

A estas alturas, Ms. Murga se había dado cuenta del problema y estuvo avergonzada de si misma. Ella se sintió aún peor cuando sus alumnos le trajeron regalos por Navidad, envueltos en vistosos papeles y hermosos listones, excepto el de Lolo. Su regalo había sido descuidadamente envuelto en un papel marrón, que recortó de una bolsa de los supermercados.

A Ms. Murga le causó dolor abrirlo en medio de los otros regalos. Algunos de los chicos comenzaron a reírse cuando encontró un brazalete con algunas piedras faltando y un frasco de perfume a punto de acabarse, pero ella silenció las risas de los niños cuando exclamó "¡Qué bello brazalete!", colocándoselo y aplicándose un poco del perfume en la muñeca.

Ese día, Lolo se quedo hasta tarde en el colegio, para decirle: "Ms Murga, hoy usted olía como mi mamá lo hacía en nuestra ultima Navidad."

Después que los chicos se fueron, lloró por lo menos una hora. Ese mismo día, dejó de enseñar lectura, escritura y aritmética. Es su lugar, empezó a enseñar a los niños.

Ms. Murga puso especial atención a Lolo. Mientras ella trabajaba con él, la mente de Lolo parecía tomar vida. Mientras más aliento le daba ella, más rápido respondía él. Al final del año, Lolo llego a ser uno de los chicos más destacados de la clase y a pesar de su mentira que ella los amaba a todos por igual, Lolo llegó a ser el "preferido de la profesora."

Un año mas tarde, encontró una nota bajo la puerta. Era de Lolo, diciéndole que ella aún seguía siendo la mejor profesora que haya tenido en su vida.

Pasaron seis años mas y ella encontró otra nota de Lolo. Le decía que había terminado el colegio, como el tercero de su clase, y que ella todavía seguía siendo la mejor profesora de toda su vida.

Cuatro años más tarde, ella recibió una carta de Lolo, diciendo que aunque las cosas habían sido difíciles él seguía estudiando y que pronto se graduaría en la Universidad ocupando los más altos lugares de honor. Le aseguro a Ms. Murga que ella todavía se mantenía como la profesora favorita que jamás haya tenido en su vida.

Pasaron cuatro años mas y le llega otra carta. Esta vez, Lolo le explicaba que después de haberse graduado en la Universidad, había ido un poco mas allá. La carta le explicaba que ella aun seguía siendo la maestra favorita que había tenido. Pero ahora su nombre era un poco más largo, la carta fue firmada por el Dr. Teodoro F. Sánchez.

La historia no termina allí. Hubo otra carta en los próximos meses. Lolo le dijo que había conocido a una chica y que iba a casarse. Le explico que su padre había fallecido un par de anos atrás y que le gustaría saber si Ms. Murga podría aceptar sentarse en el lugar que en las bodas esta reservado generalmente para la madre del novio.

Por supuesto que Ms. Murga lo hizo. ¿Y adivina que? Ella usó ese brazalete, el que le faltaban algunas piedras. Y además se aseguro de usar el perfume que a Lolo le recordara a su madre cuando pasaron la ultima Navidad juntos.

Ellos se abrazaron, y cuando lo hacían, el Dr. Sánchez le susurro en el oído a Ms. Murga:

"Gracias Ms Murga por creer en mi. Muchísimas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer una diferencia."

Ms. Murga, con lagrimas en sus ojos, le respondió susurrando también:

"Lolo, tu estas completamente equivocado. Tu fuiste quien me enseñó a mí que yo podía hacer una diferencia. Yo no sabia como enseñar hasta que te conocí."

Tal vez esta historia no sea verídica, pero ninguno de nosotros podrá negar el efecto que tienen nuestras palabras, nuestro proceder tiene sobre nuestros estudiantes. Para ahondar en el tema les recomiendo un texto de Carina Kaplan: "Buenos y malos alumnos, descripciones que predicen". Editorial Aique, Bs. As

Cuentos de maestros










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