martes, 4 de octubre de 2011

Amor Total






Amor Total, el romance entre un hombre y una mujer
Te presentamos este especial donde podrás encontrar reflexiones para compartir con tu pareja (hombre o mujer), amigos, oraciones para novios y esposos, poesias, testimonios y más para los solteros que buscan su media naranja

Cómo dejar de ser un blandengue

Cómo echar a patadas al blandengue que habita en tu interior....O...
CÓMO DEJAR DE COMETER ERRORES CON LAS MUJERES, Y EMPEZAR A HACER COSAS ACERTADAS PARA ATRAERLAS HACIA TI Y MANTENERLAS ATRAÍDAS:

1.- LA ATRACCIÓN NO ES UNA ELECCIÓN:En otras palabras, nosotros los humanos NO ESCOGEMOS hacia quien nos sentimos atraídos... y lo que es IGUALMENTE IMPORTANTE, NO ESCOGEMOS tampoco hacia quien NO nos sentimos atraídos.La ATRACCIÓN simplemente sucede por sus propios motivos, los cuales se han desarrollado durante varios millones de años.
A pesar de que la cultura, la presión del grupo y las tendencias de un momento dado puedan modificar ligeramente nuestros impulsos naturales, en lo FUNDAMENTAL éstos NO CAMBIAN NUNCA.

2.- LOS HOMBRES SE SIENTEN PRINCIPALEMENTE ATRAIDOS POR EL ASPECTO FÍSICO. LAS MUJERES, SIN EMBARGO, CONCEDEN MÁS IMPORTANCIA A LA PERSONALIDAD Y EL CARÁCTER.

A muchos hombres les cuesta trabajo de creer, pero es cierto. Para una mujer, tu aspecto físico no es tan importante como puedas suponer. No es definitorio.Por supuesto, si no te cuidas, no te aseas y dejas que se te pudran los dientes, repelerás a las mujeres como si fueras un brote de peste bubónica.
Pero si una mujer siente por ti esa emoción crucial llamada ATRACCIÓN, entonces mirará más allá de cualquier otra consideración o aspecto físico.Esa ATRACCIÓN procede de tu PERSONALIDAD.

En las mujeres, la ATRACCIÓN es un resorte que se acciona por cualidades masculinas tales como: Fortaleza de carácter, Humor, Impredecibilidad, Aventura, Interés sexual, Indiferencia, Etc.

3.- LAS MUJERES NO SE SIENTEN ATRAÍDAS POR LOS BLANDENGUES.Queda todo dicho. ¿Hace falta decir más con respecto a esto?

4.- LAS MUJERES PRUEBAN A LOS HOMBRES PORQUE TIENEN QUE HACERLO.
Verás, cuando una mujer empieza a sentir un interés romántico hacia ti, se enfrenta con un dilema interesante...¿Cómo puede estar segura de que tu verdadera personalidad es la que hasta ahora has expresado?Porque, como todos sabemos, al inicio de cualquier relación, tanto las mujeres como los hombres exhiben orgullosamente sus mejores cualidades, al tiempo que minimizan y ocultan sus defectos y atributos negativos.
Entonces ¿Cuál es el modo correcto de comportarse? ¿Cuál es la respuesta?La respuesta es ¡NUNCA MÁS PENSAR COMO UN BLANDENGUE!
Si quieres conseguir que tus relaciones con las mujeres sean mucho más sencillas y placenteras, entonces detente ahora mismo a pensar detenidamente sobre tu conducta actual y decide FIRMEMENTE dejar de comportarte como un BLANDENGUE durante el resto de tu vida.
Ser "bueno", "complaciente" y "comprensivo" puede que sea adecuado con tus amigos, pero es HORRIBLE cuando se trata de crear ATRACCIÓN. Por favor, métetelo en la cabeza y actúa desde ya sobre esa convicción.Una mujer atractiva e interesante no quiere un hombre al que pueda controlar e intimidar. No quiere un hombre que haga siempre lo que ella desea que haga. No quiere un bebé al que pueda criar y enseñar.

Por el momento, eso es todo. Hasta entonces...Que tengas mucho éxito con las mujeres.


El peligro de decir te quiero

En nuestro idioma son dos palabras. En el resto suele tener tres, pero en cualquier caso, contienen la fuerza demoledora de un hechizo. Dilas cuando no debes, y serás la única víctima de la catástrofe que provocan. Y es que, al contrario de lo que pueda parecer, muy a menudo inducen a sentimientos de repulsa, por mucho que estén relacionadas con el amor. Si te lo dice alguien de quién no estás enamorada, hagas lo que hagas no podrás impedir que haberlas oído te aparte de él. ¿Qué es lo que tienen que tanto pavor y rechazo provocan?

En vez de sentir alegría, nos sobrecoge el temor y luego, un velo de inconvenientes cubre y transforma al desdichado que las dijo, el cual, al poco, sólo nos inspira desprecio, porque le vemos a nuestra merced, sumiso, vencido, carente ya de interés. Él ha caído y el receptor se mantiene a flote. Y diciéndolo se torna tan débil a nuestros ojos que... ¡Hay que protegerle para no herirle! De ser un igual, pasa a estar muy abajo; de deleitosa compañía, a incordio.

Te venera, no te deja en paz, reclama tu continua atención, incluso se alegra de recibir tus insultos, lamería el suelo tras tus pasos, se humillaría, te imploraría, abandonaría sus quehaceres para postrarse ante un teléfono a esperar tu llamada, perdido todo dominio y fuerza de voluntad.

Ciertamente, está hechizado. Si era un amigo o un compañero con quien podías charlar relajadamente, ya no. Ha dejado de serlo. Ahora tendrás que medir las palabras para evitarle sufrir, pues sabes que tú, al no sentir lo mismo, eres la única causa de su infelicidad. Sin pedirlo, tienes al lado a alguien que se porta como si fuera tu pareja. ¡Es insoportable! Uno no quiere tener a nadie a su cargo; uno no quiere más responsabilidades que las que la vida le adjudica, y sin embargo, con el “te quiero”, te sientes obligado. ¿Qué le vas a hacer? Tú no le quieres, sabes cuanto duele no ser correspondido y desde tu puesto poderoso, pronto sientes cuánto te cuesta seguir llamándole, cómo te pone los pelos de punta cruzarte en su camino y ver en sus ojos una completo sumisión y una súplica desesperada. En nuestros genes está grabado a fuego perseguir lo imposible para así salvaguardar la supervivencia de nuestra especie.

Así que, ya lo sabes: si deseas apartar de tu vida a alguien que te es molesto, dile que le quieres. En la mayoría de los casos, servirá para que desaparezca. Ahora bien, si te lo dice alguien de quién estás enamorada... Subirás al séptimo cielo con más impulso que una nave de la NASA. La cantinela del “me quiere, me quiere, ¡me quiere!” no cesará de sonar en tu cabeza. Ambos pelearéis por quién se entrega más, quien se sacrifica más para hacer feliz al otro. “No cariño, Yo te quiero más”.

En la única ocasión en que no tiene ningún efecto es cuando sabes que él que te lo dice lo utiliza como cumplido. Marido, mujer, aniversario, flores, bombones, un “te quiero” entre dientes, confusamente susurrado al oído junto a un volátil roce de mejillas. “Ya... Y yo también a ti”. Es el mejor de los “te quieros” pues produce alivio. Un engaño entre dos construido que deja vivir y respirar.

¡Pobre del enamorado no correspondido que al confesar su amor queriendo causar gozo, no halla sino soledad!

Y es que... el querer es egoísta. Es como si la comunidad de vecinos te dice “Te queremos. Se tú el presidente.” Oh, vaya, qué bien. A preocuparme yo de todos.

El que te dice “te quiero” no acaba la frase. Tendría que añadir “a todas horas”. “Quiero tu cuerpo, tu mirada, tus pensamientos, tu atención, tu tiempo. Que me escuches, que me atiendas, que me mimes, que te dediques sólo a mí”. ¡Venga, hombre! ¿Y qué se queda para mí? ¿Tu amor, el que ni he pedido ni he buscado?

Es como si me toca una moto en el sorteo de un hipermercado. ¿Y si no me gustan las motos? Ya me hacen molestarme en realizar un montón de papeleo y en buscar comprador.

Conclusión: Nunca des lo que no te piden. Si no lo necesitan, no van a querer usarlo. Y sí se lo das con toda tu buena intención, lo usarán por decencia y enseguida comenzarán a detestarlo. Eso, si no lo tiran directamente a la basura. O si no se lo dan a otro. ¡Lástima que el amor no sea intercambiable! “¿Que me quieres? Ya, pero es que no me hace ninguna falta. ¿Por qué mejor no quieres a mi amigo Paco, que está muy falto de amor?”.

El ser humano siempre ansía lo difícil de conseguir. Si quieres a alguien y quieres hacerle feliz, no se lo digas. Hay mil maneras de verlo y de comprobarlo antes que oírlo. El querido se sabe querido sin que se lo digan. El amor se ve, se nota, se siente.

Mejor no lo digas, y si quieres experimentar ese espléndido estado de alborozo hormonal, cruza los dedos para no oírlo, incluso de alguien que te ame en secreto. Ansía, anhela, espera, sueña: una vez lo tengas... ya sabes: te fijarás un nuevo objetivo. Mientras ni lo digas ni te lo digan, aún podrás disfrutar.


Para descubrir esa persona con la que hicimos contacto, con la que tuvimos nuestra primera cita, para disfrutar junto con quienes amamos y nos aman, nos acompañan en nuestro camino diario haciendo nuestros pasos livianos, nuestra mirada luminosa y nuestro futuro, un futuro sereno.
Un romance con la vida y una amistad eterna.


Los 10 mandamientos del amor conyugal

1-Amarás a tu cónyuge con todo tu corazón y con todas las fuerzas, con desinterés y sin egoísmo, sin permitir que nadie ni nada enturbie jamás ese amor.

2-Evitarás todo lo que puede disminuir la personalidad y responsabilidad de tu cónyuge. El amor hace crecer a la persona amada.

3- Tu permanente ocupación será servir más y mejor a tu cónyuge, buscando siempre cómo reavivar y profundizar el amor.

4-Tendrás cada día para con tu cónyuge una sorpresa ( atención especial, cariño, delicadeza, novedad, etc)que tiende a mantener viva la llama del amor matrimonial.

5-No matarás el amor. Evitarás toda acción( gesto, palabra, actitud, etc) que pueda empequeñecer o matar el amor.

6-Amarás tan sinceramente a tu cónyuge que no te permitirás una infidelidad, ni siquiera de pensamiento.

7- Te entregarás a tu cónyuge total y plenamente, sin reservas ni división espiritual ni corporal.

8-No falsearás nunca el amor, mantendrás siempre abierto tu corazón y en él nunca cabrá la mentira.

9-No permitirás que ningún pensamiento, sentimiento o deseo desordenado ensucie jamás la transparencia de tu corazón.

10- Amarás a tu cónyuge como a ti mismo. Vivirás para siempre por él y para él y serán ustedes "dos en un solo espíritu y en un solo ser".

Corintios 13

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.

El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece,
no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido,
no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá;
porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.

Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño,
pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor.

1 Corintios cap. 13

Cantar de los cantares

Capítulo 1

1 El Canto más hermoso, de Salomón.

[La Amada]
2 ¡Que me bese ardientemente con su boca! Porque tus amores son más deliciosos que el vino;
3 sí, el aroma de tus perfumes es exquisito, tu nombre es un perfume que se derrama: por eso las jóvenes se enamoran de ti.
4 Llévame contigo: ¡corramos! El rey me introdujo en sus habitaciones: ¡gocemos y alegrémonos contigo, celebremos tus amores más que el vino! ¡Cuánta razón tienen para amarte!
5 Soy morena, pero hermosa, hijas de Jerusalén, como los campamentos de Quedar, como las carpas de Salmá.

6 ¡No se fijen en mi tez morena: he sido tostada por el sol. Los hijos de mi madre se irritaron contra mí, me pusieron a cuidar las viñas, ¡y a mi propia viña no la pude cuidad!
7 Dime, amado de mi alma, dónde llevas a pastar el rebaño, dónde lo haces descansar al mediodía, para que yo no ande vagando junto a los rebaños de tus compañeros.
[Coro]
8 Si tú no lo sabes, ¡la más bella de las mujeres! sigue las huellas del rebaño y lleva a pastar tus cabritos junto a las cabañas de los pastores.

[El Amado]
9 Yo te comparo, amada mía, a una yegua uncida al carro del Faraón.
10 ¡qué hermosa son tus mejillas entre los aros y tu cuello entre los collares!
11 Te haremos pendientes de oro, con incrustaciones de plata.
[La Amada]
12 Mientras el rey está en su diván, mi nardo exhala su perfume.
13 Mi amado es para mí una bolsita de mirra que descansa entre mis pechos.
14 Mi amado es para mí un racimo de alheña en las viñas de Engadí.
[El Amado]

15 ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! ¡Tus ojos son palomas!
[La Amada]
16 ¡Qué hermoso eres, amado mío, eres realmente encantador! ¡Qué frondoso es nuestro lecho!
17 Las vigas de nuestra casa son los cedros y nuestro artesonado, los cipreses.
Capítulo 2

1 Yo soy el narciso de Sarón, el lirio de los valles.
[El Amado]
2 Como un lirio entre los cardos es mi amada entre las jóvenes.
[La Amada]
3 Como un manzano entre los árboles silvestres, es mi amado entre los jóvenes: yo me senté a su sombra tan deseada y su fruto es dulce a mi paladar.

4 El me hizo entrar en la bodega y enarboló sobre mí la insignia del Amor.
5 Reconfórtenme con pasteles de pasa, reanímenme con manzanas, porque estoy enferma de amor.
6 Su izquierda sostiene mi cabeza y con su derecha me abraza.
[El Amado]
7 ¡Júrenme, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, que no despertarán ni desvelarán a mi amor, hasta que ella quiera!
[La Amada]
8 ¡La voz de mi amado! Ahí viene, saltando por las montañas, brincando por las colinas.

9 Mi amado es como una gacela, como un ciervo joven. Ahí está: se detiene detrás de nuestro muro; mira por la ventana, espía por el enrejado.
10 Habla mi amado, y me dice: «¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía!
11 Porque ya pasó el invierno, cesaron y se fueron las lluvias.
12 Aparecieron las flores sobre la tierra, llegó el tiempo de las canciones, y se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola.
13 La higuera dio sus primeros frutos y las viñas en flor exhalan su perfume. ¡Levántate, amada mía, y ven, hermosa mía!

14 Paloma mía, que anidas en las grietas de las rocas, en lugares escarpados, muéstrame tu rostro, déjame oír tu voz; porque tu voz es suave y es hermoso tu semblante».
[Coro]
15 Cacen a los zorros, a esos zorros pequeños que arrasan las viñas, ¡y nuestras viñas están en flor!
[La Amada]
16 ¡Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado, que apacienta su regaño entre los lirios!
17 Antes que sople la brisa y huyan las sombras ¡vuelve, amado mío, como una gacela, o como un ciervo joven, por las montañas de Beter!

Capítulo 3

1 En mi lecho, durante la noche, busqué al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré!
2 Me levantaré y recorreré la ciudad; por las calles y las plazas, buscaré al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré!
3 Me encontraron los centinelas que hacen la ronda por la ciudad: «¿Han visto al amado de mi alma?».
4 Apenas los había pasado, encontré al amado de mi alma. Lo agarré, y no lo soltaré hasta que lo haya hecho entrar en la casa de mi madre, en la habitación de la que me engendró.

[El Amado]
5 ¡Júrenme, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, que no despertarán ni desvelarán a mi amor, hasta que ella quiera.
[Coro]
6 ¿Qué es eso que sube del desierto, como una columna de humo, perfumada de mirra y de incienso y de todos los perfumes exóticos?
[La Amada]
7 ¡Es la litera de Salomón! La rodean setenta guerreros, de los más valientes de Israel:
8 todos ellos provistos de espada, adiestrados para el combate, cada uno con su espada a la cintura por temor a los peligros de la noche.

9 El rey Salomón se hizo una litera con maderas del Líbano.
10 Sus columnas las hizo de plata, su respaldo de oro, su asiento de púrpura, con el interior revestido de ébano. Hijas de Jerusalén,
11 salgan a contemplar al rey Salomón, con la corona que le ciñó su madre, el día de su boda, el día de su alegría.

Capítulo 4
[El Amado]
1 ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, detrás de tu velo. Tus cabellos, como un rebaño de cabras que baja por las laderas de Galaad.

2 Tus dientes, como un rebaño de ovejas esquiladas que acaban de bañarse: todas ellas han tenido mellizos y no hay ninguna estéril.
3 Como una cinta escarlata son tus labios y tu boca es hermosa. Como cortes de granada son tus mejillas, detrás de tu velo.
4 Tu cuello es como la torre de David, construida con piedras talladas: de ella cuelgan mil escudos, toda clase de armaduras de guerreros.
5 Tus pechos son como dos ciervos jóvenes, mellizos de una gacela, que pastan entre los lirios.

6 Antes que sople la brisa y huyan las sombras, iré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso.
7 Eres toda hermosa, amada mía, y no tienes ningún defecto.
8 ¡Ven conmigo del Líbano, novia mía, ven desde el Líbano! Desciende desde la cumbre del Amaná, desde las cimas del Sanir y del Hermón, desde la guarida de los leones, desde los montes de los leopardos.
9 ¡Me has robado el corazón hermana mía, novia mía! ¡Me has robado el corazón con una sola de tus miradas, con una sola vuelta de tus collares!

10 ¡Qué hermosos son tus amores, hermana mía, novia mía! Tus amores son más deliciosos que el vino, y el aroma de tus perfumes, mejor que todos los ungüentos.
11 ¡Tus labios destilan miel pura, novia mía! Hay miel y leche bajo tu lengua, y la fragancia de tus vestidos es como el aroma del Líbano.
12 Eres un jardín cerrado hermana mía, novia mía; eres un jardín cerrado, una fuente sellada.
13 Tus brotes son un vergel de granadas, con frutos exquisitos: alheña con nardos,

14 nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso, mirra y áloe, con los mejores perfumes.
15 ¡Fuente que riega los jardines, manantial de agua viva, que fluye desde el Líbano!
[La Amada]
16 ¡Despierta, viento del norte, ven, viento del sur! ¡Soplen sobre mi jardín para que exhale su perfume! ¡Que mi amado entre en su jardín y saboree sus frutos deliciosos!

Capítulo 5 :
[El Amado]
1 Yo entré en mi jardín, hermana mía, novia mía: recogí mi mirra y mi bálsamo. comí mi miel y mi panal, bebí mi vino y mi leche. ¡Coman, amigos míos, beban, y embriáguense de amor!

[La Amada]
2 Yo duermo, pero mi corazón vela: oigo a mi amado que golpea. «¡Abreme, hermana mía, mi amada, paloma mía, mi preciosa! Porque mi cabeza está empapada por el rocío y mi cabellera por la humedad de la noche».
3 «Ya me quité la túnica, ¿cómo voy a ensuciármelos?».
4 Mi amado pasó la mano por la abertura de la puerta, y se estremecieron mis entrañas.
5 Me levanté para abrirle a mi amado, y mis manos destilaron mirra, fluyó mirra de mis dedos, por el pasador de la cerradura.

6 Yo misma le abrí a mi amado, pero él ya había desaparecido. ¡El alma se me fue detrás de él! ¡Lo busqué, y no lo encontré, lo llamé y no me respondió!
7 Me encontraron los centinelas que hacen la ronda en la ciudad; los guardias de las murallas me golpearon y me hirieron, me arrancaron el manto.
8 Júrenme, hijas de Jerusalén, que si encuentran a mi amado, le dirán... ¿qué le dirán? Que estoy enferma de amor.
[Coro]
9 ¿Qué tiene tu amado más que los otros, tú, la más hermosa de las mujeres? ¿Qué tiene tu amado más que los otros para que nos conjures de esa manera?

[La Amada]
10 Mi amado es apuesto y sonrosado, se distingue entre diez mil.
11 Su cabeza es un lingote de oro puro, sus cabellos son ramas de palmera, negros como un cuervo.
12 Sus ojos son dos palomas junto a una corriente de agua, que se bañan en leche y se posan sobre un estanque.
13 Sus mejillas son canteros perfumados, almácigos de hierbas aromáticas. Sus labios son lirios que destilan mirra pura.
14 Sus manos, brazaletes de oro, adornados con piedras de Tarsis. Su vientre, un bloque de marfil, todo incrustado de zafiros.

15 Sus piernas, columnas de alabastro, asentadas sobre bases de oro puro. Su aspecto es como el Líbano, esbelto como los cedros.
16 Su paladar rebosa dulzura y todo en él es una delicia. Así es mi amado, así es mi amigo, hijas de Jerusalén.

Capítulo 6
[Coro]
1 ¿Adónde se ha ido tu amado, tú, la más hermosa de las mujeres? ¿Adónde se dirigió tu amado, para que lo busquemos contigo?
[La Amada]
2 Mi amado ha bajado a su jardín, a los canteros perfumados, para apacentar su rebaño en los jardines, para recoger lirios.

3 ¡Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado, que apacienta su rebaño entre los lirios!
[El Amado]
4 ¡Eres bella, amiga mía, como Tirsá, hermosa como Jerusalén!
5 Aparta de mí tus ojos, porque me fascinan. Tus cabellos son un rebaño de cabras que bajan por las laderas de Galaad.
6 Tus dientes, como un rebaño de ovejas que acaban de bañarse: todas ellas han tenido mellizos y no hay ninguna estéril.
7 Como cortes de granada son tus mejillas, detrás de tu velo.

8 Son sesenta las reinas, ochenta las concubinas, e innumerables las jóvenes.
9 Pero una sola es mi paloma mi preciosa. Ella es la única de su madre, la preferida de la que la engendró: al verla, la felicitan las jóvenes, las reinas y concubinas la elogian.
10 «¿Quién es esa que surge como la aurora, bella como la luna, resplandeciente como el sol, imponente como escuadrones con sus insignias?».
[La Amada]
11 Yo bajé al jardín de los nogales, a ver los retoños del valle, a ver si brotaba la viña, si florecían los granados...

12 Y sin que yo me diera cuenta, me encontré en la carroza con mi príncipe.

Capítulo 7
[Coro]
1 ¡Vuelve, vuelve Sulamita, vuelve, vuelve, para que te veamos!
[El Amado]
¿Por qué miran a la Sulamita, bailando entre dos coros?
2 ¡Qué bellos son tus pies en las sandalias, hija de príncipe! Las curvas de tus caderas son como collares, obra de las manos de un orfebre.
3 Tu ombligo es un cántaro, donde no falta el vino aromático. Tu vientre, un haz de trigo, bordeado de lirios.

4 Tus pechos son como dos ciervos jóvenes, mellizos de una gacela.
5 Tu cuello es como una torre de marfil. Tus ojos, como las piscinas de Jesbón, junto a la puerta Mayor. Tu nariz es como la Torre del Líbano, centinela que mira hacia Damasco.
6 Tu cabeza se yergue como el Carmelo, tu cabellera es como la púrpura: ¡un rey está prendado de esas trenzas!
7 ¡Qué hermosa eres, qué encantadora, mi amor y mi delicia!
8 Tu talle se parece a la palmera, tus pechos a sus racimos.

9 Yo dije: Subiré a la palmera, y recogeré sus frutos. ¡Que tus pechos sean como racimos de uva, tu aliento como aroma de manzanas,
10 y tu paladar como un vino delicioso, que corre suavemente hacia el amado, fluyendo entre los labios y los dientes!
[La Amada]
11 Yo soy para mi amado, y él se siente atraído hacia mí.
12 ¡Ven, amado mío, salgamos al campo! Pasaremos la noche en los poblados;
13 de madrugada iremos a las viñas, veremos si brotan las estepas, si se abren las flores, si florecen las granadas... Allí te entregaré mi amor.

14 Las mandrágoras exhalan su perfume, los mejores frutos están a nuestro alcance: los nuevos y los añejos, amado mío, los he guardado para ti.

Capítulo 8 :

1 ¡Ah, si tú fueras mi hermano, criado en los pechos de mi madre! Al encontrarte por la calle podría besarte, sin que la gente me despreciara.
2 Yo te llevaría a la casa de mi madre, te haría entrar en ella, y tú me enseñarías... Te daría de beber, vino aromatizado y el juego de mis granadas.
3 Su izquierda sostiene mi cabeza y con su derecha me abraza.

[El Amado]
4 Júrenme, hijas de Jerusalén, que no despertarán, ni desvelarán a mi amor, hasta que ella quiera.
[Coro]
5 ¿Quién es esa que sube del desierto, reclinada sobre su amado?
[El Amado]
Te desperté debajo del manzano, allí donde tu madre te dio a luz, donde te dio a luz la que te engendró.
[La Amada]
6 Grábame como un sello sobre tu corazón, como un sello sobre tu lazo, porque el Amor es fuerte como la Muerte, inflexibles como el Abismo son los celos. Sus flechas son flechas de fuego, sus llamas, llamas del Señor.

7 Las aguas torrenciales no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlo. Si alguien ofreciera toda su fortuna a cambio del amor, tan sólo conseguiría desprecio.
[Los hermanos]
8 Tenemos una hermana pequeña, aún no le han crecido los pechos. ¿Qué haremos con nuestra hermana, cuando vengan a pedirla?
9 Si fuera una muralla, le pondríamos almenas de plata; si fuera una puerta, la reforzaríamos con tablas de cedro.
[La hermana menor]
10 Yo soy una muralla, y mis pechos son como torreones: por eso soy a los ojos de él como quien ha encontrado la paz.

[El Amado]
11 Salomón tenía una viña en Baal Hamón; la confió a unos cuidadores, y cada uno le traía mil siclos de plata por sus frutos.
12 Mi viña es sólo para mí, para ti, Salomón, son los mil siclos, y doscientos para los cuidadores.
[El Amado]
13 ¡Tú que habitas en los jardines!, mis compañeros prestan oído a tu voz; deja que yo te oiga decir:
14 «Apúrate, amado mío, como una gacela, como un ciervo joven, sobre las montañas perfumadas».

Testimonio del día de san Valentín

Esto ocurrió en una ciudad mexicana:

"El había fallecido hace un año y se acercaba una fecha importante, el día de san Valentín, de los enamorados, de los novios y de los esposos que no dejan que su amor se enfríe.
Todos los años, él le enviaba un ramo de rosas a su casa, con una tarjeta que decía; "te amo más que el año pasado, mi amor crecerá más cada año", pero éste sería el primer año en el que Rosa no las recibiría. Extrañándolas estaba cuando llamaron a su puerta y para su sorpresa, al abrir, estaba un ramo de rosas frente a ella, con una tarjeta que decía: "Te amo".
Por supuesto, que se molestó pensando en una broma de mal gusto, habló a la florería, para reclamar el hecho, y al contestarle, la atendió el dueño, él le dijo que ya sabía que su esposo había fallecido hace un año y le preguntó si había leído el interior de la tarjeta; le explicó que esas rosas estaban pagadas por adelantado, así como todas las demás para todos los años por el resto de su vida.
Al colgar el teléfono, a Rosa se le llenaron los ojos de lágrimas y al abrir la tarjeta vio que estaba escrita por su esposo: "hola, mi amor, sé que ha sido un año difícil para ti, espero te puedas reponer pronto, pero quería decirte, que te amaré por el resto de los tiempos y que volveremos a estar juntos otra vez, se te enviarán rosas todos los años, el día que no contesten a la puerta harán cinco intentos en el día y si aún no contestas, estarán seguros de llevarlas a donde tú estés que será junto a mi, te ama, tu esposo".

Una poesía de Amor

Dice la novia:
"Que me bese con los besos de su boca.
Mejores son que el vino tus amores;
Mejores al olfato tus perfumes; ...
Llévame en pos de ti: Corramos...
La voz de mi amado! Helo aquí que ya viene,
saltando por los montes, brincando sobre los collados.
Semejante es mi amado a una gacela, o a un joven cervatillo.
Vedle ya que se para detrás de nuestra cerca,
Mira por las ventanas, atisba por las rejas.
Empieza a hablar mi amado y me dice:
"Levántate, amada mía, hermosa mía y ven.
Porque, mira, ha pasado ya el invierno,
Han cesado las lluvias y se han ido.
Aparecen las flores en la tierra,
El tiempo de las canciones ha llegado,
Se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra.
Echa la higuera sus yemas y las viñas en cierne exhalan su fragancia.
Levántate, amada mía, hermosa mía y ven
Paloma mía, en las grietas de la roca,
En escarpados escondrijos, muéstrame tu semblante,
déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y gracioso tu semblante."
...
Mi amado es para mi y yo soy para mi amado....
El novio dice: Qué bella eres, amada mía, qué bella eres.
(tomado de la Biblia (Cantar de los cantares))


Una poesía de Amor

Dice la novia:
"Que me bese con los besos de su boca.
Mejores son que el vino tus amores;
Mejores al olfato tus perfumes; ...
Llévame en pos de ti: Corramos...
La voz de mi amado! Helo aquí que ya viene,
saltando por los montes, brincando sobre los collados.
Semejante es mi amado a una gacela, o a un joven cervatillo.
Vedle ya que se para detrás de nuestra cerca,
Mira por las ventanas, atisba por las rejas.
Empieza a hablar mi amado y me dice:
"Levántate, amada mía, hermosa mía y ven.
Porque, mira, ha pasado ya el invierno,
Han cesado las lluvias y se han ido.
Aparecen las flores en la tierra,
El tiempo de las canciones ha llegado,
Se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra.
Echa la higuera sus yemas y las viñas en cierne exhalan su fragancia.
Levántate, amada mía, hermosa mía y ven
Paloma mía, en las grietas de la roca,
En escarpados escondrijos, muéstrame tu semblante,
déjame oír tu voz, porque tu voz es dulce y gracioso tu semblante."
...
Mi amado es para mi y yo soy para mi amado....
El novio dice: Qué bella eres, amada mía, qué bella eres.
(tomado de la Biblia (Cantar de los cantares))

Pablo Neruda: Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.


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