Déjate perseguir, pero tú no persigas.
Déjate ofender, pero tú no ofendas.
Déjate calumniar, pero tú no calumnies.
Regocíjate con aquellos que se regocijan,
Llora con aquellos que lloran, ese es el signo
de la pureza…
Se amigo de todos, pero, en tu espíritu,
permanece solo
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