*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
jueves, 28 de mayo de 2015
libertad
“¿Habré sabido expresar suficientemente que Dios no quiere el sufrimiento y que Él no se impone con voluntad amenazadora, sino que ama a todos los seres humanos sin excepción?”, escribía el Hermano Roger.
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