Hoy, 29 de mayo, conmemoramos a Santa ÚRSULA LEDÓCHOWSKA, Religiosa.
SANTA ÚRSULA LEDÓCHOWSKA (1865-1939) nació en nació en Loosdorf, Austria, aunque su familia pertenecía a la nobleza de Polonia.
Hija del conde Antonio Ledóchowski y de su mujer, suiza de clase alta, la infancia de la pequeña Julia María, destinada a convertirse en Santa Úrsula, estuvo llena de religiosidad: su hermana María Teresa llegaría a ser beatificada (por Paulo VI), y su hermano Vladimir sería general de la orden jesuita.
Cuando ella tenía 8 años de edad, su padre perdió la mayor parte de su fortuna debido a la crisis bancaria de 1873, por lo que la familia tuvo que mudarse a Polonia. El conde falleció en 1885, y Julia quedó bajo la tutela de su tío, el cardenal Lebo de Cracovia.
En esa ciudad ingresó al convento de las Ursulinas, profesando en 1889 con el nombre de María Úrsula de Jesús; ahí llegaría a ser superiora. Sin embargo, en 1907 se siente llamada a una misión más elevada, al percatarse de cuánto estaba cambiando el mundo; a la santa le preocupaban aspectos como acabar con la esclavitud y tener un diálogo positivo con las Iglesias protestantes.
Ese año se entrevista con el papa Pío X, proponiéndole una misión evangelizadora en Rusia, en la región en donde la Iglesia era menos aceptada. De este modo, en 1908 funda en San Petersburgo una rama de la Orden, que llegaría a ser la Congregación de Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante, o de las “Ursulinas Grises”; su labor se centraba en proporcionar auxilio a los pobres, los enfermos, los ancianos y los niños sin hogar.
Cuando estalló la primera guerra mundial, en 1914, Santa Úrsula Ledóchowska tuvo que exilarse es Suecia; ahí aprovecha para fundar escuelas en Suecia, Dinamarca y Finlandia, y para publicar un catecismo en lengua finlandesa.
Pasada la guerra, en 1920 regresó finalmente a Polonia, donde las Ursulinas Grises se constituyeron de manera oficial como entidad propia. En 1928 Santa Úrsula viajó a Roma, donde se había ubicado la sede de su Orden; ahí, ante diversos personajes de estado se manifestó por la independencia de Polonia.
En 1931 se trasladó definitivamente a la Ciudad Eterna, donde murió ocho años después. En la actualidad, las Ursulinas Grises llevan a cabo su labor en Polonia, Italia, Francia, Alemania, Finlandia, Bielorrusia, Ucrania, Canadá, Brasil, Argentina y Tanzania.
Juan Pablo II canonizó a Santa Úrsula Ledóchowska en 2003.
SANTA ÚRSULA LEDÓCHOWSKA nos enseña el valor de cultivar una visión del mundo amplia para poder entender los acontecimientos y servir mejor a los demás.
SANTA ÚRSULA LEDÓCHOWSKA (1865-1939) nació en nació en Loosdorf, Austria, aunque su familia pertenecía a la nobleza de Polonia.
Hija del conde Antonio Ledóchowski y de su mujer, suiza de clase alta, la infancia de la pequeña Julia María, destinada a convertirse en Santa Úrsula, estuvo llena de religiosidad: su hermana María Teresa llegaría a ser beatificada (por Paulo VI), y su hermano Vladimir sería general de la orden jesuita.
Cuando ella tenía 8 años de edad, su padre perdió la mayor parte de su fortuna debido a la crisis bancaria de 1873, por lo que la familia tuvo que mudarse a Polonia. El conde falleció en 1885, y Julia quedó bajo la tutela de su tío, el cardenal Lebo de Cracovia.
En esa ciudad ingresó al convento de las Ursulinas, profesando en 1889 con el nombre de María Úrsula de Jesús; ahí llegaría a ser superiora. Sin embargo, en 1907 se siente llamada a una misión más elevada, al percatarse de cuánto estaba cambiando el mundo; a la santa le preocupaban aspectos como acabar con la esclavitud y tener un diálogo positivo con las Iglesias protestantes.
Ese año se entrevista con el papa Pío X, proponiéndole una misión evangelizadora en Rusia, en la región en donde la Iglesia era menos aceptada. De este modo, en 1908 funda en San Petersburgo una rama de la Orden, que llegaría a ser la Congregación de Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante, o de las “Ursulinas Grises”; su labor se centraba en proporcionar auxilio a los pobres, los enfermos, los ancianos y los niños sin hogar.
Cuando estalló la primera guerra mundial, en 1914, Santa Úrsula Ledóchowska tuvo que exilarse es Suecia; ahí aprovecha para fundar escuelas en Suecia, Dinamarca y Finlandia, y para publicar un catecismo en lengua finlandesa.
Pasada la guerra, en 1920 regresó finalmente a Polonia, donde las Ursulinas Grises se constituyeron de manera oficial como entidad propia. En 1928 Santa Úrsula viajó a Roma, donde se había ubicado la sede de su Orden; ahí, ante diversos personajes de estado se manifestó por la independencia de Polonia.
En 1931 se trasladó definitivamente a la Ciudad Eterna, donde murió ocho años después. En la actualidad, las Ursulinas Grises llevan a cabo su labor en Polonia, Italia, Francia, Alemania, Finlandia, Bielorrusia, Ucrania, Canadá, Brasil, Argentina y Tanzania.
Juan Pablo II canonizó a Santa Úrsula Ledóchowska en 2003.
SANTA ÚRSULA LEDÓCHOWSKA nos enseña el valor de cultivar una visión del mundo amplia para poder entender los acontecimientos y servir mejor a los demás.
SANTA ÚRSULA LEDOCHOWSKA
RELIGIOSA
Fundadora de la Congregación de
Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante
PALABRA DE DIOS DIARIA
Nació el 17 de abril de 1865 en Loosdorf (Austria), segunda de nueve hijos. Su madre, de nacionalidad suiza, descendía de una familia noble; su padre procedía de la antigua y noble familia polaca Ledóchowski, en la que destacaron hombres de Estado, militares, eclesiásticos y personas consagradas. Creció en un clima familiar lleno de amor y exigente. María Teresa, su hermana mayor, fundadora de las Misioneras de San Pedro Claver (Hermanas Claverianas), conocida como "madre de África", fue beatificada por el Papa Pablo VI en el año 1975; su hermano Vladimiro, un año menor que ella, fue superior general de la Compañía de Jesús de 1915 a 1942. Otro de sus hermanos, Ignacio, general del ejército polaco, murió asesinado por los nazis en el campo de concentración de Dora-Nordhausen, el año 1945.
Nació el 17 de abril de 1865 en Loosdorf (Austria), segunda de nueve hijos. Su madre, de nacionalidad suiza, descendía de una familia noble; su padre procedía de la antigua y noble familia polaca Ledóchowski, en la que destacaron hombres de Estado, militares, eclesiásticos y personas consagradas. Creció en un clima familiar lleno de amor y exigente. María Teresa, su hermana mayor, fundadora de las Misioneras de San Pedro Claver (Hermanas Claverianas), conocida como "madre de África", fue beatificada por el Papa Pablo VI en el año 1975; su hermano Vladimiro, un año menor que ella, fue superior general de la Compañía de Jesús de 1915 a 1942. Otro de sus hermanos, Ignacio, general del ejército polaco, murió asesinado por los nazis en el campo de concentración de Dora-Nordhausen, el año 1945.
En 1883 la familia se trasladó de Austria a Polonia. Tres años después, Julia entró en el convento de las Ursulinas de Cracovia. Durante la profesión religiosa, emitida en 1889, tomó el nombre de María Úrsula de Jesús. Destacó por su amor al Señor, su talento educativo y su sensibilidad ante las necesidades de los jóvenes en las difíciles circunstancias sociales, políticas y morales de su tiempo. En 1904 fue elegida superiora del convento de Cracovia. En ese tiempo emprendió valientes iniciativas apostólicas. Abrió un internado para jóvenes universitarias -el primero en Polonia-, donde las muchachas no sólo pudieran encontrar un lugar seguro, sino también una sólida formación religiosa: les organizaba la Congregación mariana y cursos para profundizar la visión cristiana de la vida, dirigidos por eminentes teólogos.
Convencida de la necesidad de cambiar las Constituciones según las nuevas necesidades pastorales, se dirigió a Roma en 1907. En una audiencia, propuso al Papa Pío X realizar su trabajo apostólico en el corazón de la Rusia hostil a la Iglesia. Con la bendición del Vicario de Cristo, ese mismo año, al concluir su cargo de superiora del convento de Cracovia, acompañada de otra religiosa, ambas vestidas de civil, pues la vida religiosa estaba prohibida en ese país, partió hacia San Petersburgo.
Las religiosas vivían en la clandestinidad y, aunque eran vigiladas continuamente por la policía secreta, realizaban una intensa labor educativa y de formación religiosa, también con vistas a promover buenas relaciones entre polacos y rusos.
En 1908, la Santa Sede, a causa de las grandes dificultades de comunicación, aprobó la erección canónica de la casa de San Petersburgo como casa autónoma, con noviciado. La madre Úrsula fue nombrada superiora. Al año siguiente, la actividad del convento se extendió a Finlandia, donde construyó una escuela con internado para muchachas.
Cuando estalló la primera guerra mundial, en 1914, la madre Úrsula, al ser ciudadana austríaca, tuvo que salir de Rusia y emigró a Escandinavia: primero a Suecia y luego a Dinamarca, desde donde podía mantener más fácilmente contactos con sus religiosas de San Petersburgo. Para evitarles las consecuencias de la revolución bolchevique, trasladó la comunidad a Estocolmo, donde fundó un instituto de lenguas para muchachas. En 1917 se trasladó, con toda la comunidad, a Aalborg, en Dinamarca, donde abrió una casa para niños huérfanos de los inmigrantes polacos.
Durante el tiempo de su estancia en Escandinavia, además de su apostolado educativo, trabajó intensamente en la promoción del compromiso ecuménico. Asimismo, colaboró con el Comité de ayuda a las víctimas de la guerra en Polonia, fundado por Henryk Sienkiewicz, famoso escritor polaco premiado con el premio Nobel por su libro "Quo vadis".
La casa de sus religiosas se convirtió en un apoyo para la gente de diversas orientaciones políticas y religiosas. Su amor ardiente a la patria iba unido a la apertura a los otros. Cuando le preguntaban cuál era su orientación política, respondía sin vacilar: "Mi política es el amor". En ese tiempo, la Santa Sede le concedió el permiso para transformar su convento autónomo de Ursulinas en la congregación de Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante.
La espiritualidad de la congregación se centra en la contemplación del amor salvífico de Cristo y en la participación en su misión por medio de la labor educativa y el servicio al prójimo, especialmente a los que sufren, a los que viven en soledad, a los marginados y a los que buscan el sentido de su vida.
Úrsula educaba a sus religiosas para amar a Dios sobre todas las cosas y en Dios a toda persona humana y a toda la creación. Recomendaba, como testimonio creíble de una relación personal con Cristo, la sonrisa, la serenidad de espíritu, la humildad y la capacidad de vivir la vida ordinaria como camino privilegiado para la santidad. Ella misma era un ejemplo notable de ese tipo de vida.
La congregación se desarrolló rápidamente. Nacieron comunidades de religiosas Ursulinas en Polonia y en otras regiones. En 1928 abrió en Roma la casa general y una pensión para muchachas pobres. Las Ursulinas comenzaron también a trabajar entre los pobres de los suburbios de la ciudad eterna. En 1930 se establecieron en Francia.
La madre Úrsula fundó numerosos centros de educación y de enseñanza; enviaba a las religiosas a dar catequesis y a trabajar en zonas pobres; organizaba ediciones de libros para niños y jóvenes; ella misma escribió libros y artículos.
Trató de iniciar y apoyar organizaciones eclesiales para niños (Movimiento Eucarístico), para la juventud y para las mujeres. Participaba activamente en la vida de la Iglesia y del país. Recibió condecoraciones estatales y eclesiásticas.
Ejerció gran influjo sobre la vida de la madre Úrsula su tío Mieczyslaw, arzobispo de Gniezno-Poznan, primado de Polonia y después prefecto de la Sagrada Congregación para la propagación de la fe.
Murió en Roma el 29 de mayo de 1939. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 20 de junio de 1983 en Poznan y canonizada por el mismo Papa el 18 de mayo de 2003 en la Basílica Vaticana.
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