jueves, 25 de julio de 2013

Santos Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, santos del NT

 
fecha: 28 de julio
canonización: bíblico
hagiografía: Abel Della Costa
Conmemoración de los santos Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, prosélito este último de Antioquía, que formaron parte de los siete elegidos por la multitud entre los discípulos, por considerarlos llenos de Espíritu y sabiduría, y a los cuales los apóstoles impusieron las manos para que se dedicaran a atender a los pobres.

En Hechos 6,1-6 tenemos un eco, si bien muy débil, de la complejidad de la comunidad primitiva. Nos enteramos, por ejemplo, que había dos grupos, los «hebreos» y los «helenistas». Nos se sabe a ciencia cierta qué representaba cada uno de ellos. Tradicionalmente (a partir de san Juan Crisóstomo) se considera que «helenistas» son los judíos de habla griega; sin embargo, por ejemplo san Pablo -que era un judío de habla griega- se llama a sí mismo «hebreo, hijo de hebreos». Es poco probable que se trate de miembros de la comunidad venidos del paganismo, ya que en los primeros años de la Iglesia, ésta funcionaba como una rama dentro del judaísmo, y sus miembros eran judíos; en la actualidad tiende a pensarse que los helenistas eran judíos que no hablaban hebreo, o que no compartían el modo tradicional de los «hebreos» de entender el judaísmo. Como sea, lo cierto es que la comunidad no era tan monolítica como el mismo relato de Hechos parece transmitir, había, como en toda comunidad, distintas maneras de ver las cosas, y de actuar en consecuencia.

Para solventar estas «distintas sensibilidades», los Doce -presionados, según el propio relato aclara- deciden instituir una función específica dirigida a «los helenistas». Es verdad que en principio parece que se van a dedicar a funciones prácticas (servir a las mesas, atender a las viudas), distintas de las que cumplen los Doce («la oración y el ministerio de la Palabra»), sin embargo, lo poco que conocemos de la actuación de estos nuevos ministros nos indica que ellos también se dedicaron al servicio de la Palabra. La verdad es que sólo lo sabemos por Esteban y Felipe, porque de los otros cinco, que son los que celebramos hoy, apenas si se ha conservado el nombre.

Esteban resultó el primer mártir de la Iglesia, el primer testigo de Cristo muerto por la fe, y tiene su celebración especial el 26 de diciembre; Felipe también destacó por su predicación (ver Hechos 8), y hay tradiciones asociadas a su persona, aunque a veces se confundan, popularmente, con las del apóstol del mismo nombre. De estos dos podemos deducir que el ministerio diaconal no resultó ser sólo para servicios «prácticos», y ni siquiera se limitó a los «helenistas», sino que abarcó un amplio campo de predicación. Lamentablemennte, de los otros cinco, de Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, los Hechos no nos cuentan nada, y las tradiciones posteriores asociadas a sus nombres son muy poco confiables. De Nicolás, por ejemplo, alguna tradición conservada por Clemente de Alejandría lo asocia a la herejía de los «Nicolaítas» mencionada en Apocalipsis (cap 2), pero no parece una relación acertada, y está claro que el Martirologio no se hace eco de ella, al inscribirlo en el catálogo de santos. Prócoro es signado en la leyenda posterior como obispo de Antioquía y mártir, aunque, lo mismo que para Nicolás, son tradiciones más bien espurias. En realidad prácticamente todos tienen alguna leyenda asociada a un supuesto martirio, pero esto no proviene de fuentes históricas sino más bien de cierto consenso antiguo de suponer que si fueron personajes prominentes de la primitiva comunidad debieron morir mártires. La inscripción en esta fecha proviene de los sinaxarios bizantinos.

Para la cuestión de los siete diáconos en relación con los Doce -hermoso problema, digno de profundizarse- puede verse el comentario al pasaje de Hechos 6,1-6 en Comentario Bíblico San Jerónimo, como para comenzar, o con otros enfoques, en la versión posterior de esa misma obra, Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo, NT tomo I. En una perspectiva asequible y que ayuda a entender el conjunto de la narración de Hechos, el cuaderno bíblico «Hechos de los Apóstoles», nº 21, Verbo Divino. Más amplio en J.A FitzMyer, Hechos de los Apóstoles.

No hay comentarios: