viernes, 26 de julio de 2013

Fichas de Plantas Medicinales I


Fichas de Plantas Medicinales

Fichas de Plantas Medicinales
Abedul (Betula verrucosa)
Se trata de un árbol conocido desde culturas arcaicas, si bien hasta entrado el siglo XII no se le atribuyeron propiedades curativas pues con anterioridad solo se aprovechaba su madera.
Puede llegar a alcanzar los treinta metros de altura; la corteza tiene un tono blanquecino-plateado.
Podemos encontrar ejemplares de este árbol en casi todo el norte de España así como en algunas zonas altas -por encima de los 1000 metros respecto al nivel del mar- de la mitad sur de la Península.
En Portugal, curiosamente, se cultiva a una altura más baja.
Las ramas jóvenes tienden a encontrarse caídas, penduleantes, con un extremo que presenta unas verrugosidades que las hacen ásperas al tacto y a las que debe el nombre latino de “Betula verrucosa”.
Dentro del mismo árbol encontramos flores masculinas y flores femeninas, separadas y bien diferenciadas; son de un color verde amarillento y curiosamente la floración se produce antes de salir las hojas, en los meses de abril y mayo, pudiéndose observar unos amentos masculinos que, tras cumplir la misión polinizadora, caen al suelo; los femeninos, por su parte, se conservan para formar los frutos.
La recolección se efectúa en los meses de primavera, recogiendo las hojas- que es la parte a utilizar- y procediendo a efectuar el secado a la sombra, por debajo de los 40ºC y en lugares bien ventilados.
Se emplea prácticamente toda la planta: la flor, la savia, la yema, las hojas y la corteza de las ramas jóvenes.
En las hojas encontramos gran cantidad de flavonoides (como la miricitrina) que son los responsables de su marcada acción diurética, empleándose en casos de afecciones urinarias como cistitis, pielonefritis, litiasis, oliguria e hidropesía.
Si nos fijamos detenidamente en las hojas, observaremos la presencia de aceites esenciales; un ejemplo es el betulinol, que contiene una cierta acción febrífuga por lo que su empleo como antitérmico da buenos resultados.
La esencia de por sí actúa como antiséptico y cicatrizante, por lo que se puede emplear en determinados tipos de infecciones.
El principio aromático de esta esencia es el ácido betulábico.
En la corteza encontramos taninos, cuya proporción puede variar entre el 10 y el 20 % y que le confiere acción astringente y colerética, empleándose en disquinesias biliares.
La savia tiene acción diurética y antirreumática, por lo que se utiliza en procesos de gota y reumatismo.
.- Infusión de las hojas. Se añaden 35 gramos de hojas a un litro de agua, dejándolas en contacto con el agua hervida y fuera del fuego durante diez minutos; al alcanzar los 40ºC se añade un gramo de bicarbonato sódico, aumentando así su efectividad.
Se pueden tomar un total de tres tazas al día.
Antiséptico. Diurético. Astringente
Abeto (Abies alba)
El abeto es un árbol de gran porte que puede llegar a alcanzar los 60 metros de altura; de tronco recto y corteza relativamente lisa, grisácea, con la copa piramidal, se mantiene verde todo el año.
Las ramas las tiene ordenadas por pisos, extendidas.
El abeto tiene flores machos y hembras, pero sobre el mismo pie.
Forma piñas rollizas, de no más de 5 cm. de anchura, prolongadas y erguidas sobre las ramas, con las escamas que recubren las semillas.
Estas piñas no se desprenden del árbol, como hacen las de los pinos, sino que se descomponen en las ramas después de madurar y van soltando piñones y escamas, dejando así pelado el eje de la piña.
Se cría formando abetales en la mayor parte del Pirineo, sobre todo en sus vertientes más septentrionales.
Florece en primavera y las piñas maduran durante el otoño siguiente.
De la recolección interesan yemas, hojas, corteza y resinas.
De las yemas se saca una resina y una esencia compuesta de limoneno y pineno.
De las hojas obtenemos glucósidos, piceina y también una esencia.
En la corteza encontramos celulosa, minerales y taninos.
Y por último en la resina tenemos el compuesto más característico de este árbol, que es la esencia de trementina: ésta se acumula en lagunas o vejigas corticales durante la primavera y el otoño; se presenta líquida y, aunque viscosa, es casi tan fluida como el aceite.
Destilando esta trementina -generalmente en vapor de agua a temperatura no demasiado elevada- se obtiene la esencia, además de otros compuestos.
La trementina de abeto ha gozado siempre de mucha fama entre las gentes de pueblo.
Tiene propiedades balsámicas, expectorantes y antisépticas de las vías respiratorias y urinarias.
En uso externo es rubefaciente, es decir, que aplicado sobre la piel la enrojece e inflama, aprovechándose esta virtud para aplicar sobre ella otros medicamentos que penetren mejor en la piel.
Hay que recordar que, al tratarse de una esencia, se deben guardar las debidas precauciones por la posible aparición de irritaciones y alergias.
.- Infusión. A partir de las yemas o de las hojas.
.- Tintura. De 10 a 20 gotas de la tintura, tres veces al día.
.- Extractos. Se pueden encontrar tanto el extracto seco como el fluido, y ambos tienen idéntico uso.
Además se puede usar de forma externa en baños, inhalaciones, linimentos, ungüentos o emplastos.
Balsámico. Antiséptico. Rubefaciente.
Abrojo (Tribulus terrestris)
El abrojo es una hierba perteneciente a la familia de las zigofiláceas.
Se caracteriza fundamentalmente por arrastrar sus ramas por el suelo, las cuales pueden alcanzar hasta un metro de longitud.
Las hojas se hallan enfrentadas y se componen de cinco a ocho pares de hojuelas.
Las flores son pequeñas y el fruto seco.
Es una planta tan vellosa que en ocasiones toma un aspecto blanquecino.
Se cría en bordes de caminos, zonas de mucho escombro y en general sitios incultos de toda la Península Ibérica.
El abrojo florece en primavera y verano, más o menos a partir de mediados de abril.
Con fines terapéuticos se recolectan las partes aéreas, lo que debe hacerse cuando los frutos hayan madurado.
Los frutos contienen una sustancia de naturaleza glucósida, todavía no muy bien definida.
Además, en toda la planta podemos encontrar saponinas esteroídicas.
El resto de componentes de esta hierba no se conoce por el momento, aunque tampoco interesa saber más, ya que esta planta puede resultar tóxica a dosis medias por la presencia de las saponinas que antes mencionábamos; por tanto, su administración debe estar muy controlada y hay que recordar asimismo que se debe prescribir a dosis bajas.
Popularmente el abrojo se ha utilizado como analgésico moderado, diurético y espasmolítico por vía interna y astringente por vía externa.
En algunas zonas se le atribuyen además propiedades como hipotensor, es decir, que reduce la tensión arterial.
En cuanto a sus frutos, se utilizan como tónicos y en algunos sitios se emplean como astringentes en hemorragias y disentería.
Pero no hay que olvidar que en toda la planta se hallan las saponinas esteroídicas, tóxicas a dosis altas.
Por tanto, no debe emplearse si no es por prescripción del médico.
.- Infusión. Partimos de las partes aéreas de la planta.
Se toma una cucharadita pequeña de la misma y se añade una taza de agua hirviendo.
La dosis usual es de 2 a 3 tazas al día.
.- Decocción. Es más popular preparar una decocción al 2-4%, o una maceración al 2%, tomando 11/4 l. al día en ayunas.
.- Uso externo. En forma de lavados, compresas o fricciones, se emplea la decocción sobre heridas aftas o eccemas.
Analgésico. Diurético. Hipotensor
Abrotano hembra (Santolina chamaecyparissus)
El abrotano hembra es una pequeña mata que no crece más de 3 palmos.
Posee numerosos tallos delgados y empinados.
Las hojas son lineales y van desapareciendo a medida que se asciende por la sumidad, hasta dejar un trecho completamente desnudo.
Las cabezuelas tienen todas las flores iguales, algunas veces muy velludas y otras veces muy verdes, casi sin pelo.
Se cría en los collados pedregosos de los terrenos calcáreos de gran parte del país, desde la costa hasta altitudes próximas a los 2000 m.
Escasea por Asturias y Galicia.
Florece en junio, más o menos por San Juan, y esta época se prolonga durante gran parte del verano.
En algunas zonas del sur suele echar las flores un poco antes.
De la recolección interesa la sumidad florida, que se recoge en verano, poniéndose a secar a la sombra o en secadero.
Como la planta posee una esencia, el envasado debe ser hermético para no perderla.
El abrotano hembra es muy rico en esencia, aunque la cantidad que presenta varía mucho en función de la raza, el lugar en donde se desarrolla y el estado en que se encuentre.
La composición de la esencia todavía está por definir; se cree que contiene cetonas terpénicas y azuleno, además de un alcohol, pero no hay nada confirmado, ya que algunos estudios que se habían realizado correspondían a las esencias de otras especies.
En España, a las cabezuelas del abrotano hembra se les atribuyen virtudes parecidas a la manzanilla, esto es, se consideran aperitivas, digestivas, antisépticas, expectorantes y cicatrizantes.
En realidad, las primeras virtudes que se atribuyeron a las sumidades floridas del abrotano fueron las de la manzanilla, siendo más tarde cuando se observó que era también vulneraria, emenagoga e incluso vermífuga.
Está perfectamente indicada en digestiones lentas, gases intestinales, dolores menstruales, bronquitis, asma, anorexia y espasmos gastrointestinales.
En uso externo se usa sobre todo en infusión para la conjuntivitis, inflamación de los párpados o blefaritis, estomatitis y vaginitis.
Como siempre que tenemos una esencia, hay que guardar las debidas precauciones, sobre todo en niños, por ser los más susceptibles de sufrir intoxicación.
En nuestra Península crecen varias especies de santolina -por el momento han sido poco estudiadas- muy parecidas al abrotano hembra.
Al no disponerse de documentación sobre las otras especies, cabe pensar que podría haber alguna tóxica, por lo que la recolección debe dejarse en manos de expertos.
Si queremos aprovechar sus virtudes, lo mejor es acudir a algún experto en la materia a fin de que pueda asesorarnos.
.- Infusión. Se recogen unos 5-8 capítulos florales y se añaden a una taza de agua hirviendo.
De esta tisana se pueden tomar hasta 3 tazas al día.
.- Esencia. La esencia ya preparada se puede tomar a razón de 3-4 gotas, añadidas sobre un terrón de azúcar, 3 veces al día.
.- Uso externo. La misma infusión anterior pero más concentrada se puede emplear en forma de colirios, baños oculares, enemas o irrigaciones vaginales.
Antiséptico. Digestivo. Expectorante
Acanto (Acanthus mollis)
El acanto es una hierba gigante perteneciente a la familia de las acantáceas; tiene una forma graciosa, elegante y muy armoniosa.
Posee unas bonitas hojas grandes reunidas en una mata, con la punta rizada hacia abajo.
Cada mata da lugar a una larga espiga, erecta y recubierta de pequeñas hojas espinosas, de cuyas axilas salen las flores, con pétalos de color amarillo pálido.
Se cría en torrentes y zonas sombrías, húmedas en invierno.
En España es relativamente fácil encontrarlo por cualquier lugar, sobre todo en las regiones centromeridionales del país.
Florece a partir del mes de mayo, secándose totalmente en verano.
Luego con las lluvias vuelve a renacer y pasa todo el invierno vegetando.
De la recolección interesan las hojas, que se deben recoger y poner a secar a la sombra o en secadero, a temperaturas no muy elevadas.
De esta familia en nuestro país solo se da esta especie, por lo que es difícil confundirse al ir a buscarla.
Además, su belleza es muy singular.
Cuenta la leyenda que el célebre escultor y arquitecto de Corinto, Calímaco, se inspiró en la planta del acanto cuando creó el capitel corintio.
Toda la planta, desde las raíces a las flores, segrega un líquido viscoso de propiedades emolientes, astringentes y detergentes muy eficaces.
En realidad, la composición de la planta no se conoce en profundidad.
Se sabe que contiene abundante mucílago, taninos, glúcidos, sales minerales y algún principio amargo.
De lo que no cabe duda es de que se trata de una planta con propiedades emolientes, esto es, que tiene la capacidad de ablandar tejidos y tumores.
También se le atribuyen otras virtudes como astringente, antidiarreico y expectorante.
Está indicado en diarreas, bronquitis, catarros, problemas de hígado y en uso externo en estomatitis, faringitis y vaginitis.
.- Decocción. Se hierven 100 g. de agua con 10 g. de hojas de acanto, y con el líquido obtenido se practican pinceladas sobre aquellas partes inflamadas de la boca. Si se mantiene un poco más en agua hirviendo y se filtra posteriormente a través de un pedazo de tela de lino, esta preparación se puede utilizar para hacer gargarismos en caso de inflamación de garganta.
.- Infusión. Poniendo 1 g. de raíces y hojas secas en una taza de agua hirviendo, se obtiene un excelente astringente y cicatrizante de heridas. El lavado se debe hacer justo antes de poner el vendaje, y es conveniente repetirlo un par de veces al día.
Emoliente. Antidiarreico. Astringente
Acebo (Ilex aquifolium)
El acebo es un pequeño arbusto que puede alcanzar fácilmente los 10 m. de altura.
Lo más característico de esta especie son sus hojas, muy duras y tiesas, de forma parecida a las del laurel, pero onduladas y con espinosos dientes en su contorno; son lampiñas y bastante relucientes.
Es un arbusto que permanece verde todo el año.
El fruto es globuloso, del tamaño de un guisante, pero liso y brillante; se trata de un fruto carnoso muy tóxico, que suele ocasionar problemas en niños que lo comen atraídos por su atractivo color, lo que da lugar a intoxicaciones que en muchos casos devienen mortales.
Se cría de forma espontánea en las zonas umbrías de nuestros bosques, más frecuentemente en el norte de la Península.
Florece de abril a junio y sus frutos maduran a finales de septiembre.
Estos frutos se mantienen en el árbol durante gran parte del año, pero desde el punto de vista terapéutico lo único que interesa de ellos es que no lo consuman los niños, ya que las intoxicaciones a que dan lugar -con cantidades relativamente pequeñas- pueden ser mortales en muchos casos.
Para uso medicinal se recolectan las hojas, que están presentes todo el año, siempre verdes.
En Navidad suele ser muy típico recoger algunas ramitas de este árbol para adornar, junto al muérdago, mesas y cestos.
Conviene tener cuidado y no pincharse con las espinas.
Las hojas de esta planta leñosa contienen trazas de teobromina, que es una sustancia parecida a la cafeína en cuanto a sus virtudes; también tienen rutina, taninos, resina, ilicina y ácidos ilexico y ursólico. Estas hojas se consideran desde hace tiempo diuréticas, aperitivas y sudoríficas.
Las plantas de esta familia pertenecen casi en su totalidad al género ilex, que comprende unas 270 especies que viven en Asia y América, mientras que en Europa existen apenas 2 ó 3 especies.
Por esta razón es una familia prácticamente desconocida en nuestras latitudes.
Si a esto unimos el hecho de que en el caso del acebo la toxicidad de sus frutos supera a las virtudes de las hojas, no es difícil concluir que su uso se halla muy limitado.
Las hojas están indicadas en reumatismo, gota, inapetencia, fiebre y gripe.
Las bayas del acebo -esos frutos que resultan tan atractivos para los niños- en dosis relativamente bajas actúan como purgantes drásticos; si la dosis consumida es mayor, entonces aparecen diarreas, vómitos y convulsiones.
En el caso de los niños esto puede ser mortal, por lo que conviene conocer bien el arbusto para evitar su consumo.
En nuestra Península es una especie protegida, pues está en peligro de extinción; por ello hay que evitar recolectarla y, si estamos interesados en ella, acudir a un especialista que nos asesore cómo cultivarla o dónde conseguir unas cuantas hojas.
.- Decocción. Una cucharada de postre por taza de agua. Se deja hervir 2 minutos y se toman 2 tazas al día. Nunca se debe hacer la decocción a partir de los frutos.
.- Polvo. Las hojas reducidas a polvo se pueden consumir a razón de 1-2 gr. al día, bien directamente o encapsulado.
Tóxico. Antipirético. Antidiarreico
Acedera (Rumex acetosa)
La acedera es una planta vivaz de la familia de las poligonáceas, con una cepa tuberosa de la que arrancan numerosas raíces finas.
No suele alcanzar más de 1 metro de altura.
Las hojas inferiores están sostenidas por un largo rabillo que se va acortando en las hojas superiores, hasta casi desaparecer por completo.
Son hojas carnosas y de bordes enteros.
Es una planta con flores masculinas y femeninas.
Se cría en prados y lugares con mucha hierba, a orilla de ríos, acequias, etc., en todo el norte de la península y por todas las montañas del resto del país, aunque a medida que avanzamos hacia el sur se va haciendo más escasa su presencia.
La acedera florece en primavera y verano.
De la recolección interesan principalmente las hojas y la raíz; ésta se puede recoger durante la floración.
Posteriormente, se deseca al sol y se conserva, tal cual o reducida a polvo con un mortero.
Si las hojas se destinan al consumo humano entonces deben recogerse durante la época de vegetación, en pleno verano.
La planta contiene principalmente oxalatos, sobre todo oxalato potásico, que es el que comunica a las hojas y los tallos su característico sabor.
También tiene antraquinonas, taninos, quercitina, sales de hierro y vitamina C.
A la acedera se la considera sobre todo aperitiva y diurética, de ahí que antes se la tomara como planta purificadora de la sangre, aludiendo a su acción estimulante sobre el aparato urinario.
Además tiene cierta acción laxante.
Desde antiguo ha sido bastante apreciada como antiescorbútico, por su alto contenido en vitamina C.
Otras acciones a tener en cuenta son: antianémica, remineralizante, mucolítica, descongestionante de la piel y estimulante de las defensas orgánicas.
Cuando se destina a la alimentación humana -sobre todo aquellas variedades cultivadas como hortalizas- se deben hervir las hojas como si fueran espinacas, siendo muy importante tirar el agua utilizada, ya que es en ella donde se encuentran los oxalatos.
Esta agua sobrante se denomina “sal de acederas” y se suele usar para quitar manchas de tinta, nunca para consumo humano -sobre todo en aquellas personas con problemas de formación de cálculos renales, pues el ácido oxálico favorece esta formación.
.- Polvo de raíz desecada. 1 g. de raíz de acedera, bien encapsulado, bien en cualquier otra forma sólida.
Se toma una vez al día, por la noche antes de acostarse o por la mañana al despertar.
.- Vino de acedera. Se vierten en un litro de vino de buena calidad 15 g. de raíz de polvo; se deja en maceración durante siete días y después se filtra el líquido con el papel adecuado.
Se toma un vasito pequeño en las dos principales comidas.
.- Infusión. La dosis a utilizar es de una cucharadita de postre por cada taza de agua hirviendo.
Se pueden tomar hasta dos tazas al día.
Diurético. Laxante. Descongestionante

 

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