martes, 30 de julio de 2013

10 Recetas para celebrar una excelente misa para un católico común







En un retiro para papás y padrinos sobre el sacramento de la eucaristía, el predicador termino su predicación citando: “hermanos, celebremos la mejor misa de nuestra vida”. La gente estaba motivada y respondieron en coro: “siii”. Todo se preparó con gran cuidado, altar, ornamentos, el sacerdote llega puntual e investido, da inicio la celebración eucarística. EL sacerdote inicia con preciosas palabras: “sean bienvenidos a la casa del Señor” y comenzó la santa eucaristía.
Predicadores, organizadores, y más del 50% participaban con gran entusiasmo y uno de los padrinos se acercó al predicador y le dijo: ¿por qué no siento como se ve que celebran ustedes?, el predicador le dijo sonriendo: le dejo 10 recetas para celebrar una excelente eucaristía y las vamos a describir por sí usted es un hermano que se aburre y se cansa en misa o no le haya sentido, recuerde que es para católico común, no un devoto católico que ya arde de amor por la celebración:

Receta 1: Predisponga su corazón para ir a celebrar la mejor fiesta de la semana, alégrese del banquete en que va a participar.

Durante toda la semana usted predispone su mente y todo su ser a las actividades más cotidianas, bueno, así debería de ser, cuando no se hace hay un bajo rendimiento, la falta de eficacia y la rutina fatigosa son signos de esa falta de predisposición; levantarse temprano, bañarse, arreglarse, llevar a los hijos al colegio, trabajar, comer, jugar un poco de futbol rápido, cenar, sexo, dormir etc. es lo de cada semana. ¿Dónde está la misa?
La misa nunca está en su mente, no se dispone a ir a la fiesta de la eucaristía, es la menos importante de sus días y la mayor parte la tiene como fastidio, temor de que Dios le castigue si no va a misa; como es la menos importante usted puede faltar cuando se le pegue la gana y con descaro hace que otros también se priven de la fiesta, pero sí le invitan a una fiesta de XV años, boda, bautismo, confirmaciones, graduaciones, cumpleaños, “es el primero que está ahí, aunque le digan gorrón”, usted quiere distraerse, bailar un poco, comer gratis, quitarse el stress.
Si no trabaja no hay dinero, sí llega tarde al partido no es titular en el partido, sí recoge a los niños tarde, tarde o temprano va a tener una llamada de atención, sí su esposa no le cumple en la cama porque usted no duerme a tiempo, estará molesto varios días, sí no le satisfice la fiesta se enfada y habla pestes porque en la fiesta del compañero de trabajo le tocó la mesa junto al baño, que al principio le pareció bueno por el desfile de chicas, pero después fue insoportable.
Su corazón, su mente no se ha predispuesto a tener un encuentro de amor con Dios, ¡eso es la eucaristía!, “un encuentro de amor”, celebrar el gran banquete del Señor. Qué le parece sí usted se predispone para asistir a la mejor misa. Le aseguramos que su actitud va a ser otra, un corazón predispuesto ve de otra forma la misa, el momento va a ser menos difícil, haga el intento, predisponga su mente, su corazón, todo su ser para que el fin de semana pase el mejor momento en la santa misa, porque eso es una santa misa y muchas cargas van a desaparecer. Contemple la misa dentro de sus actividades para empezar, luego este alegre de que ha sido invitado a la mayor fiesta. Todo será diferente. Conocer lo que celebramos va a ser de gran beneficio en la fe, predisponga su corazón para conocer más a quién celebra la santa misa: Pro 9:10 El comienzo de la sabiduría es el temor de Yahvé, conocer al Santo es inteligencia.

Receta 2: Prepárese para la fiesta.

Aunque no tenga ropa de vestir, póngase algo acorde y decente para el banquete, una cosa es la pobreza y otra lo sucio o lo descuidado; modere su vestir, vista adecuadamente: pantalón, camisa, playera sport, blusa, falda, vestido, zapatitos, tenis etc.; no permita que su hija y esposa sea carne de lujuria, sabemos que no es celoso en compartir la carne de sus seres queridos, pero hacen caer a otros en algo más lamentable: “el pecado”; no vaya usted en short, ni su esposa, ni hijos, ¿le gusta enseñar sus piernas flacas, peludas, sudosas, prietas, arquedas? hágalo en el parque, en la cancha, en la deportiva o en su casa, no en la casa del Señor; la misa no es una pasarela, y no se escandalice cuando algún padrecito no deje entrar a su esposa o hija por no ir adecuadamente vestida, mejor llámele la atención a su esposa porque donde brinca la cabra grande , brinca la chica, ¡va a una fiesta!, vista cómodo y usted se sentirá relajado, a gusto, feliz: Pro 11:16 Mujer agraciada adquiere respeto y los diligentes adquieren riqueza.

Receta 3. Sea puntual.

Muchos católicos son especialistas en robar la mayor cantidad de minutos a la hora de misa, siempre llegan corriendo, a medias, nunca ofrecen el santo sacrificio, porque también es un “santo sacrificio”, un acto de amor es la misa.
Sí llega tarde al trabajo, va a perder el incentivo, si llega tarde al partido de futbol, jugará menos tiempo y será banca, sí llega tarde a la escuela tendrá un retardo o falta según la benevolencia del amaestro, sí llega tarde a una cita de negocios seguro que perderá la transacción y molestará a quién usted citó, si su esposo llega tarde a casa, seguro que no le ira nada bien con usted; observe todo es puntualidad, ¿por qué a usted le molesta le llegue tarde su ayudante?, ¿qué su hijo se pase de la hora acordada?, ¿qué su esposa no tenga listo el alimento a su hora?, entonces… ¿por qué le roba tiempo a Dios?, ¿cree que Dios no se fija en esto o usted piensa que Dios le ama tanto que le perdona su irresponsabilidad premeditada y decimos premeditada ´porque usted lo hace intencionalmente, le roba minutos a Dios, ¡puede llegar puntual!, no se excuse.
Haga el intento de salir media hora antes a la celebración no en la última campanada, sí está muy lejos salga una hora antes. Llegar puntual tiene mucho beneficio, encontrar el lugar ideal, no estar todo sudoroso, ofrecer con cariño la celebración, estar en paz, observar lo bello del templo, saludar a algún amigo e incluso con la oportunidad de una confesión, no causará alboroto a su llegada, ni mucho menos enfado. Empiece a ser puntual y verá cómo cambia todo con unos minutos antes. Pro 16:1 El hombre tiene proyectos, Yahvé, la última palabra.

Receta 4. Pase lo más dentro que pueda del templo.

A muchos católicos les encanta estar a la entrada del templo, en la puerta o sí se puede incluso un poco fuera del templo, ¡comete un gran error!, usted será blanco de mayor porcentaje de distracción, batallará por no escuchar con nitidez lo que el sacerdote dice, no se concentrará, cometerá más cantidad de pecados, captará mayor cantidad de ruido, su celebración será pésima y por consiguiente usted nuca sentirá verdaderamente el ardor de la celebración. Pase más adentro del templo, no tenga miedo, oirá mejor, estará sentado, sus ojos se posarán menos en cosas vanas, va a ser testigo de que otros celebran en grande el santo banquete. Murmurará menos al salir de misa y se sentirá mejor, solo por estar más dentro del templo, ¡lo que se gana por unos metros más adentro del templo!, ¿verdad? Pro 17:17 El amigo ama en toda ocasión, pero el hermano nace para las adversidades.

Receta 5. Participe en la santa misa.

Gran cantidad de católicos parecen momias, simples maniquíes, estatuas que se mueven, solo hacen acto de presencia, no participan, no hay responsorio, no hay esa intelectualidad natural de la misa, no hay voces, no hay canto, su cara es dura, indiferente, da fiaca, flojera como dirían los chavos, ¿le ha tocado ese tipo de gente alguna vez?, seguramente sí, claro que para participar necesitan saber lo básico de la celebración, ¡vaya que somos joyitas!; rompa la monotonía, atrévase a participar, levante su voz aunque tenga voz golpeada, voz suave, voz demasiada aguda o roca no importa: “participe”, lea un ritual de la misa y vaya observando y aprendiendo que sigue en cada parte del bello rito, porque también “es un bello rito”, cante con el coro que le servirá de mucho, entre más participe usted se sentirá mejor, será ejemplo para otros, su cara será angelical, no se va aburrir, el fastidio no llegará a usted. Participe y su celebración será diferente y muy dinámica. (Pro 31:8) Habla por el que no puede hablar y defiende la causa de los desvalidos.

Receta 6. Escuche con atención el evangelio.

Es una de las partes más importantes: “Escuchar la palabra de Dios”, puede ser su conversión o respuesta a su vida, Dios nos habla a través de la proclamación de la palabra y nos enseña. No se distraiga, no se relaje, agudice el oído, alerta su corazón, la lucha aquí empieza; es el momento en que puede caer en el sueño, la lucha de permanecer despierto, siente pesados sus parpados, puede no entender, pensar otras cosas. ¿Alguna vez ha analizado por qué son las discusiones con su cónyuge?, por falta de atención, no sabe escuchar, por no saber escuchar se rompe el diálogo, así sucede con la palabra de Dios, aquí Dios es ignorado, se rompe toda la armonía, comunicación y creemos que se restablece cuando el sacerdote cita en la asamblea, “porque es una asamblea de Dios”, Creo en Dios….. Si usted analiza que siempre se duerme en la misa de las 6.00 pm intente escuchar su misa en el horario de las 9.00 am y vera otro resultado, quizá en este horario ande bien cargado de pilas y en el de las 6.00 pm ya anda bajo, grabe las citas bíblicas van a ser de mucha ayuda. Respete al sacerdote y agradezca al final a Dios que le haya hablado, sus palabras le van hacer mucho bien durante la semana. Pro 22:17-18 Presta atención y escucha las palabras de los sabios, dispón tu corazón a mi experiencia; te gustará guardarlas en tus entrañas, y ponerlas juntas en tus labios.

Receta 7. De con cariño su ofrenda.

¿Usted es el clásico católico que está haciendo cuentas de cuánto dinero recibirá el templo?´, ¡no sea infame!, “de primero”. Las aportaciones de las ofrendas sirven para una gran cantidad de actividades que uno no se imagina, desde la caridad para el prójimo hasta para la construcción de la casa de Dios; aleje un falso rumor perpetrado por gente que odia a los católicos: “la Iglesia tiene más dinero que las minas del rey salomón”, y decimos que odia a la Iglesia porque si no, no levantaría falso testimonio, no buscaría dañar la imagen de la Iglesia, la fama nunca se retribuye, es un daño muy difícil de enmendar, no juegue con la fama de la Iglesia, hermano: es que vea al vaticano, vea san Juan de los Lagos, vea los carros de los sacerdotes, ¡amigo!, párele, indague antes de hablar, mida sus palabras que por su lengua puede morir, ¿no será porque usted dio $2,000.00 pesos de ofrenda o sí?, usted muy apenas echo 3.00 pesos e incluso nunca echa y siempre habla, evite que su corazón se corrompa. La Iglesia tiene tantos gastos que son difíciles de ir cubriendo: pago de la luz, del agua, personal, mantenimiento y más gastos, que sí usted supiera cambiaría de actitud. “De con cariño y respeto aunque sea una pequeña moneda”, sea humilde y no presuma, ni con ello quiera justificar el ser un mal católico. Pro 12:6 Las palabras de los malvados son trampas mortales, la boca salva a los honrados.

Receta 8. Festeje como nunca el milagro más grande de todos los que hace Dios.

La presencia real de Cristo Jesús en el banquete. Hincado, no despegue sus ojos de las especies del vino y del pan, el milagro extraordinario que va a suceder es la transformación de las sustancias del vino y pan por las sustancias únicas del cuerpo y sangre de Cristo Jesús, ¡sucede, no lo dude!, respire suave, la transubstanciación ha empezado en el momento que el sacerdote empieza la consagración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo, Dios es quién la hace y aunque el sacerdote sea muy pecador sucede; vea como el amor de Dios es derramado abundantemente para los hombres: “El que no come mi cuerpo y no bebe mi sangre no tiene vida eterna”. “Esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros”, “Este es el cáliz de mí sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por muchos para el perdón de los pecados”.
Ante está sublimidad el hombre no tiene ni armas para refutar aunque su loco razonamiento se cuestione todo, aunque su loco razonamiento quiera inventar cosas no alcanza a entender, no diga nada. Mejor calla amigo, no lo eches a perder y da gracias a Cristo, pide fe, ¡por eso dudas! Día a día este milagro se da y la gente más lo cuestiona, más genera dudas en medios de comunicación, sin embargo Dios ha hecho el milagro, ¡disfrútalo!, los demás que se consuman en sus líquidos gástricos. Pro 19:3 La necedad del hombre extravía su camino y su corazón se irrita contra Yahvé.

Receta 9. Comulga el banquete del Señor. La mesa está servida.

Llego el momento de ir al encuentro del Señor, con tus manos, palmas juntas, acércate con humildad y cuando el sacerdote te muestre el cuerpo de Cristo, recuerda las palabras de Juan el bautista: “He ahí el cordero de Dios” y con voz humilde pero con profundo amor di: “Amén” y retírate a gozar del Señor, no necesitas decir muchas cosas, Santo Tomás dijo: Señor mío y Dios mío”; sino has entrado al banquete querido amigo, comulga espiritualmente hay una oración preciosa para la comunión espiritual, no te quedes ahí como mero observador:
Jesús mío, creo que Tú estás en el Santísimo Sacramento; te amo sobre todas las cosas
y deseo recibirte ahora dentro de mi alma; ya que no te puedo recibir sacramentalmente,
ven a lo menos espiritualmente a mi corazón.
Señor, no soy digno ni merezco que entres en mi pobre morada pero di una sola palabra
y mi alma será sana, salva y perdonada.
El Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
guarden mi alma para la vida eterna. Amén.
Su corazón se sentirá mejor porque el Señor ama a todos y no los deja huérfanos, recuerde alistarse también la siguiente vez para participar en el banquete, no se le haga una costumbre porque no pueda enmendar su vida. Dios es orden usted sea justo. (Pro 21:15) El cumplimiento del derecho es alegría para el justo y amenaza para los malhechores.

Receta 10. Con alegría dar gracias por el gran banquete.

Sí usted es un católico que ya casi está en la puerta para correr después de la bendición, ¡rompa con ese mal hábito!, juntos como un solo cuerpo entramos en comunión con la cabeza que es Cristo Jesús y vamos a salir a poner en práctica lo que hemos celebrado y vivido y… ¿qué hemos celebrado y vivido?, la gran fiesta del Señor, que se note la alegría, que se note el amor fraterno, que se note que hizo efecto el cuerpo y sangre de Cristo Jesús en nosotros. Respete este momento, no se inquiete, ha ganado más del minuto que se quiere robar. Demos gracias a Dios y a disfrutar en grande de la fiesta del Señor durante la semana, para nosotros los católicos el domingo es el inicio de todo y el más importante. Pro 3:21-22 Hijo mío, mantén el acierto y la reflexión y no las pierdas de vista: serán vida para tu alma y adorno para tu cuello.
Aunque parezcan simples recetas que ya escucho tal vez, es momento de ponerlas en práctica y usted hermano verá lo milagroso de la receta que a través de los siglos se ha difundido en nuestra santa Iglesia, pero que muchos no quieren leer ni escuchar. Su celebración va a ser otra y su actitud será formidable y positiva. Cocínela, prepárela y saboreé a Cristo Jesús.

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