Los llamados misteriosos de Dios
En la Biblia y en la historia de los santos encontramos cómo Dios llama al hombre, de maneras muy diversas y desde distintas situaciones, a colaborar con él en un proyecto de salvación. A veces hay una sola llamada. Otras veces estas invitaciones se van especificando como en etapas que disponen a la persona a una fidelidad mayor. Aquí tienes unos ejemplos.
María Magdalena era una pecadora antes de entregarse plenamente al amor de Dios. Agustín de Hipona vivía atrapado por sus amoríos, antes de dedicarse al servicio del Señor. Camilo de Lelis era un jugador empedernido, antes de servir a Cristo en los enfermos.
Tomás Beckett no era un modelo de virtudes cuando el rey Enrique II lo nombró Arzobispo de Cantorbery en el año 1162, pensando que, con el nombramiento de este viejo amigo suyo, podría manejarlo a su antojo y, con él, a toda la Iglesia. Es entonces cuando Tomás descubre su llamado a defender el honor de Dios y aceptó ese querer divino hasta morir mártir por orden del impío rey.
Acércate a la Palabra de Dios con un corazón pobre y humilde y sentirás sus apremiantes invitaciones a progresar en el amor a Dios y a los hermanos, a enderezar tu camino según su voluntad, a despegarte de afectos terrenos que detienen tu empuje para una mayor generosidad…
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