jueves, 15 de agosto de 2013

Roque, Santo


Peregrino, 16 de agosto
 
Roque, Santo
Roque, Santo

Peregrino y Taumaturgo

Martirologio Romano: En la Lombardía, san Roque, que, nacido en Montpellier, del Languedoc, en Francia, adquirió fama de santidad peregrinando piadosamente y curando por toda Italia a los afectados de peste (c. 1379)

Etimológicamente: Roque = Fuerte como roca
Este santo se ha hecho famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él. Quizás él pueda librarnos de epidemias peligrosas.

San Roque nació en Montpellier, de una familia sumamente rica. Muertos sus padres, él vendió todas sus posesiones, repartió el dinero entre los pobres y se fue como un pobre peregrino hacia Roma a visitar santuarios.

Y en ese tiempo estalló la peste de tifo y las gentes se morían por montones por todas partes. Roque se dedicó entonces a atender a los más abandonados. A muchos logró conseguirles la curación con sólo hacerles la señal de la Santa Cruz sobre su frente. A muchísimos ayudó a bien morir, y él mismo les hacía la sepultura, porque nadie se atrevía a acercárseles por temor al contagio. Con todos practicaba la más exquisita caridad. Así llegó hasta Roma, y en esa ciudad se dedicó a atender a los más peligrosos de los apestados. La gente decía al verlo: "Ahí va el santo".

Y un día mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también él contagiado de la enfermedad. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras. Para no ser molesto a nadie, se retiró a un bosque solitario, y en el sitio donde él se refugió, ahí nació un aljibe de agua cristalina, con la cual se refrescaba.

Y sucedió que un perro de una casa importante de la ciudad empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo e irse al bosque a llevárselo a Roque. Después de varios días de repetirse el hecho, al dueño le entró curiosidad, y siguió los pasos del perro, hasta que encontró al pobre llaguiento, en el bosque. Entonces se llevó a Roque a su casa y lo curó de sus llagas y enfermedades.

Apenas se sintió curado dispuso el santo volver a su ciudad de Montpellier. Pero al llegar a la ciudad, que estaba en guerra, los militares lo confundieron con un espía y lo encarcelaron. Y así estuvo 5 años en la prisión, consolando a los demás prisioneros y ofreciendo sus penas y humillaciones por la salvación de las almas.

Y un 15 de agosto, del año 1378, fiesta de la Asunción de la Virgen Santísima, murió como un santo. Al prepararlo para echarlo al ataúd descubrieron en su pecho una señal de la cruz que su padre le había trazado de pequeñito y se dieron cuenta de que era hijo del que había sido gobernador de la ciudad. Toda la gente de Montpellier acudió a sus funerales, y desde entonces empezó a conseguir de Dios admirables milagros y no ha dejado de conseguirlos por montones en tantos siglos.

Lo pintan con su bastón y sombrero de peregrino, señalando con la mano una de sus llagas y con su perro al lado, ofreciéndole el pan.
 
San Roque, peregrino
fecha: 16 de agosto
†: c. 1379 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Lombardía, san Roque, que, nacido en Montpellier, en el Languedoc, adquirió fama de santidad con su piadosa peregrinación por toda Italia curando a los afectados por la peste.
patronazgo: patrono de varias ciudades europeas, de los prisioneros, enfermos, hospitales, enfermeros, médicos, cirujanos, farmacéuticos, agricultores, jardineros, carpinteros, sepultureros, marchantes de arte; protector contra la peste, el cólera, la rabia, los accidentes, y dolores de pie, piernas y rodillas.
oración:
Oh glorioso san Roque, que por tu ardiente amor a Jesús has abandonado riquezas y honores y has buscado la humillación, enséñame a ser humilde ante Dios y los hombres. Alcánzame la gracia de apreciar en su debido valor las riquezas y los honores de la vida para que no sean para mi lazos de eterna perdición. Líbrame de toda enfermedad corporal. Alcánzame el favor que te pido si es para honra tuya, gloria de Dios y salvación de mi alma. Amén.

En Italia y en Francia se veneraba ya a san Roque en el siglo XV, poco después de su muerte, sin embargo, no existe ningún relato auténtico de su vida. Está fuera de duda que nació en Montpellier y que se dedicó a asistir a los enfermos durante una epidemia en Italia, pero a esto se reduce prácticamente lo que sabemos acerca de él. Las «vidas» que existen constituyen un zurcido de leyendas populares, cuya base es tal vez histórica, pero no hay manera de comprobarlo. Según una biografía escrita en 1478 por el veneciano Francisco Diedo, Roque era hijo del gobernador de Montpellier; quedó huérfano a los veinte años e hizo una peregrinación a Roma. Durante la epidemia de peste que se desató por aquella época, se dedicó al cuidado de los enfermos en Acquapendente, Cesena, Roma, Rímini y Novara y consiguió curar a muchos tan sólo con hacer sobre ellos la señal de la cruz. En Piacenza contrajo la enfermedad y, como no quería ser una carga para ningún hospital, se arrastró hasta las afueras de la ciudad para morir solo. Pero un perro le alimentó milagrosamente, y el amo del animal acabó por descubrir a san Roque y se encargó de asistirle. Cuando recobró las fuerzas, el santo volvió a la ciudad, donde curó milagrosamente a muchas personas y numerosas cabezas de ganado. Finalmente retornó a Montpellier. Su tío no le reconoció, y el santo estuvo preso cinco años y murió en la cárcel. Cuando los guardias acudieron a examinar el cadáver, cayeron en la cuenta de que era el hijo del antiguo gobernador de la ciudad, pues tenía en el pecho una señal de nacimiento en forma de cruz. Toda la ciudad acudió a los funerales, y el santo siguió obrando numerosos milagros después de muerto. Otra biografía, más antigua, más corta y más sencilla, cuenta que san Roque fue arrestado porque se le confundió con un espía y que murió prisionero en Angera de Lombardía.

La popularidad y rápida extensión del culto a San Roque, que sigue vivo en nuestros días, fue verdaderamente extraordinaria. Se le invoca sobre todo contra la peste. El Martirologio Romano le menciona, y su fiesta se celebra en muchos sitios. No existen pruebas de que san Roque haya sido terciario franciscano, pero los franciscanos le veneran como tal.

Ver Acta Sanctorurn, agosto, vol. III; Le probléme de S. Roch, de A. Fliche, en Analecta Bollandiana, vol. LXVIII (1950), pp. 343-361. La mejor prueba de la popularidad de san Roque es la larga lista de libros y artículos citados por Chevalier en Bio-bibliographie. Véase M. Bessodes, San Rocco, storia e leggende (1931); y A. Maurino, San Rocco, confronti storici (1936).
Cuadro: Giambattista Tiepolo, San Roque, aprox 1730, en Philadelphia Museum of Art. Se ha afirmado qeu el santo fue canonizado oficialmente por el concilio de Constanza en 1414, y que se celebró este hecho con una procesión, pero tal noticia es legendaria.

fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

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