sábado, 17 de agosto de 2013

Maria de Mattias, Santa


Fundadora, 20 de agosto
 
Maria de Mattias, Santa
Maria de Mattias, Santa

Fundadora

Martirologio Romano En Roma, santa María de Matías, virgen, que fundó el Instituto de las Hermanas de la Adoración de la Preciosísima Sangre del Señor (1866).

Fecha de canonización: Fue canonizada el 18 de mayo de 2003 por el Papa Juan Pablo II, día en que además Su Santidad cumplió 83 años de edad.
Nació el 4 de febrero de 1805 en Vallecorsa (Italia) en una familia acomodada y de profunda fe cristiana. Ya desde niña se familiarizó con la Sagrada Escritura, y sintió un gran amor a Jesús, Cordero inmolado por la salvación de la humanidad. Tuvo especial devoción por la Sangre de Cristo, derramada por amor a los hombres.

Por las costumbres de la época, vivió su niñez y adolescencia relativamente aislada, con pocos contactos y relaciones exteriores. En su interior, sin embargo, buscaba el sentido de su vida, que esperaba encontrar en un amor sin confines.

Se encomendó a la Virgen María para que la iluminara y Dios la hizo experimentar la belleza de su amor, que se manifestó con plenitud en Cristo crucificado, en Cristo que derramó su preciosísima sangre por nuestra salvación. Esta experiencia fue la fuente, la fuerza y la motivación que la llevó a difundir por doquier el amor misericordioso del Padre celestial, y el amor de Jesús crucificado.

Estaba convencida de que la reforma de la sociedad nace del corazón de las personas y que los hombres se transforman cuando llegan a comprender cuán valiosos son a los ojos de Dios, cuando caen en la cuenta del inmenso amor de que han sido objeto: Jesús dio toda su sangre para rescatarlos.

Cuando tenía 17 años, san Gaspar del Búfalo predicó en Vallecorsa una misión popular y María vio cómo se transformaba el pueblo, con la conversión de muchas personas. En su interior surgió el deseo de contribuir, como ese santo, a la transformación espiritual de las personas.

Bajo la guía de un compañero de san Gaspar, el venerable don Giovanni Merlini, el 4 de marzo de 1834 fundó la congregación de las Religiosas Adoratrices de la Sangre de Cristo.

Además de promover la educación de las niñas, reunía a las madres y a las jóvenes para catequizarlas, para hacer que se enamoraran de Jesús, impulsándolas a vivir cristianamente, según su estado de vida. Muchos hombres, a los que no podía hablar, a causa de las costumbres de la época, acudían espontáneamente a escucharla.

A pesar de su carácter tímido e introvertido, el celo por la causa de Cristo la convirtió en una gran predicadora, que convencía tanto a las personas sencillas como a las cultas, tanto a los laicos como a los sacerdotes, porque cuando hablaba de los misterios de la fe daba la impresión de que había experimentado personalmente esas realidades. Su gran deseo era que no se perdiera ni siquiera una gota de la Sangre de Cristo, sino que llegara a todos los pecadores para purificarlos y para que, lavados en aquel río de misericordia, volvieran al buen camino.

Este celo arrastró a muchas jóvenes. Así, pudo fundar cerca de setenta casas religiosas, principalmente en Italia, pero también en Alemania e Inglaterra. Casi todas sus casas se abrían en pequeñas aldeas abandonadas del centro de Italia, a excepción de Roma, a donde fue llamada por el Papa Pío IX para dirigir el Hospicio de San Luis y una escuela en Civitavecchia.

Vivió toda su vida con el único deseo de agradar a Jesús, que le había robado el corazón desde su juventud, y con el compromiso gozoso de difundir al máximo el conocimiento del amor de Dios por la humanidad. Para ello no escatimó esfuerzos, ni se dejó abatir por las dificultades. Siempre actuó en profunda comunión con la Iglesia universal y particular, y por amor a ella.

Murió en Roma el 20 de agosto de 1866. Fue beatificada por el Papa Pío XII el 1 de octubre de 1950.

El 20 de agosto se recuerda el nacimiento al cielo de Santo Domingo Savio, siendo el 4 de marzo la fecha fijada para la celebración litúrgica de su fiesta.
 
Santa María de Mattias, virgen y fundadora
fecha: 20 de agosto
n.: 1805 - †: 1866 - país: Italia
canonización: B: Pío XII 1 oct 1950 - C: Juan Pablo II 18 may 2003
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Roma, santa María de Mattias, virgen, fundadora de la Congregación de Adoratrices de la Sangre de Cristo.

Al fundar la Congregación de las Adoratrices de la Preciosa Sangre, dedicada a la educación de la juventud, María de Matías hizo frente a una de las mayores necesidades de su época. En efecto, como lo dijo Pío XI, aquel momento histórico «necesitaba una reforma general y los medios principales para lograrlo, eran el mejoramiento de la instrucción y la purificación de las costumbres».

María nació en 1805. Era la mayor de los cuatro hijos del abogado Juan de Matías y de su esposa, Octavia de Angelis. La familia vivía en Vallecorsa, entre Lazio y Campania. Cuando María acababa de cumplir diecisiete años, san Gaspar del Búfalo predicó una misión en la parroquia del lugar. La joven se sintió entonces llamada a trabajar por el prójimo. Poco después, conoció a Juan Merlini, discípulo de san Gaspar y sucesor suyo en el gobierno de la Congregación de los Misioneros de la Preciosa Sangre. Merlini fue desde entonces y hasta la muerte de María su director y consejero espiritual.

En 1834, a petición de su obispo, Mons. Lais, quien era también administrador de Anagni, María tomó a su cargo la dirección de una escuela en Acuto, ciudad de aquella región. Estaba decidida a fundar una congregación. Al año siguiente, se le reunió la primera compañera, Ana Farrotti. Ambas jóvenes determinaron que la nueva congregación se inspiraría en el espíritu de los misioneros de san Gaspar del Búfalo. Para entonces, María había extendido ya sus actividades a las jóvenes y a las mujeres casadas. Pronto pidieron la admisión otras seis aspirantes a la vida religiosa. Como santa Lucía Filippini, María poseía el don de la persuasión y lo empleó con gran éxito en la enseñanza del catecismo, de la historia sagrada y en la organización de diversas asociaciones femeninas. En 1837, empezó a predicar «retiros espirituales» a las mujeres casadas y la obra se hizo muy popular. Naturalmente no faltaron quienes arguyesen que las mujeres debían guardar silencio en la iglesia (ICor 14,34); pero Mons. Muccioli apoyó a María, tras haber investigado el asunto. Cuando las mujeres empezaron a concurrir a las celebraciones del mes de mayo en la escuela, el pároco se opuso, pero el deán dio la razón a María, con gran regocijo de las mujeres. Los testimonios en el proceso de beatificación prueban que la elocuencia de María era de buena ley, ya que amaba el recogimiento y el silencio y «no era parlanchina».

En 1840, la santa tomó a su cargo otra escuela en su pueblo natal de Vallecorsa, con la ayuda de los Misioneros de la Preciosa Sangre. A ésta siguieron otras fundaciones, en todas las cuales la actividad de las religiosas se extendía a las jóvenes y a las mujeres casadas. Entre 1847 y 1851, se fundaron dos nuevas casas en la Ciudad Eterna, bajo el patrocinio de la princesa Zena Volkonska; ahí se hicieron muy amigos de la santa dos prelados ingleses: Mons. Jorge Talbot y Mons. Eduardo Howard, quien fue más tarde cardenal. Se cuenta que María reprendió cierta vez a una religiosa inglesa que presumía incesantemente de las buenas maneras de la sociedad de Inglaterra, «El Calvario es nuestra escuela de buenas maneras». Naturalmente, la rápida expansión de la Congregación de las Adoratrices de la Preciosa Sangre no se efectuó sin dificultades y decepciones, que constituyeron rudas pruebas para la fundadora. Sus fuerzas y su salud empezaron a debilitarse por fin y la madre María de Matías murió en Roma, el 20 de agosto de 1866, a los sesenta y un años de edad. Su beatificación se llevó a cabo en 1950. Para entonces, su congregación contaba ya con más de 400 instituciones, entre las que se contaban escuelas de todas clases, así en Europa como en América. Fue canonizada por SS Juan Pablo II el 18 de mayo de 2003.

Don Merlini escribió la primera biografía de la santa. La biografía oficial, muy completa, escrita por la benedictina, señora Ma. Eugenia Pietromarchi, fue publicada en Roma en 1950.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
 

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

No hay comentarios: