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Margarita de Cesolo, Santa |
La Descalza
Martirologio Romano: En San Severino Marche (Septémpeda), santa Margarita, viuda (1395).
Santa Margarita, nació en 1325 en Cesolo, en San Severino Marche.
Sus progenitores, de humilde origen y dedicados a la agricultura, le dieron un profunda educación cristiana.
A a los quince años, mientras cuidaba un rebaño de ovejas, se le apareció Jesús bajo la apariencia de un pobre peregrino. El peregrino le pide comida, y Margarita le ofrece el único pan que llevaba. De regreso a su hogar, hambrienta, le pregunta a su madre si tiene algo para comer, pero ella le responde que no hay nada. Margarita le rogó que se fijara si había algo en la bolsa, y con sumo estupor, su madre comprobó que estaba tan llena de pan como para abastecer las necesidades de la familia y de todos los pobres de la vecindad.
La santa, por no contradecir la voluntad de sus padres, aceptó unirse en matrimonio con un joven de la ciudad. De esta unión, tuvo una hija a quien educó según los principios cristianos. A la muerte de su marido, decide dedicar toda su vida al servicio de los pobres, a la oración y a la penitencia.
Para imitar la Pasión de Cristo, se inflige terribles penitencias: caminaba descalza por las calles de la ciudad (de allí que se la llame Margarita "la descalza"), llevaba cilicio y dormía sobre un lecho de ramas apoyando su cabeza sobre una piedra.
Soportó una larga y dolorosa enfermedad con gran fe y resignación.
Entregó su alma al Señor el 5 de agosto de 1395. Su cuerpo reposa en la iglesia parroquial de Cesolo.
Santa Margarita, viuda
fecha: 5 de agosto n.: 1325 - †: 1395 - país: Italia canonización: pre-congregación hagiografía: Santi e Beati
En San Severino (Septémpeda), también en la región de Piceno, santa Margarita, viuda.
En el 1325, en Cesolo, territorio de San Severino Marche, nació santa Margarita, llamada «la descalza». Sus padres, personas de humilde origen dedicados a las labores del campo, le dieron una profunda educación cristiana, A la edad de 15 años, mientras llevaba a pastar las ovejas, se le apareció Jesús bajo la apariencia de un pobre peregrino. El peregrino le pidió de comer, y ella le dio el único pan que tenía. Vuelta a su casa con hambre, preguntó a su madre si había algo para comer, y ésta le respondió que no había nada; Margarita insistió de buscar en el armario, la madre accedió y con gran sorpresa encontró que el armario estaba lleno de una gran cantidad de pan como para satisfacer a su familia y a los pobres del vecindario.
Para no contradecir la voluntad de sus padres, la santa accedió a unirse en matrimonio con un joven de la ciudad, con quien tuvo una hija a la que educó cristianamente. A la muerte de su marido decidió dedicar toda su vida al servicio de los pobres, a la oración y a la penitencia: caminaba con los pies desnudos por las calles de la ciudad (de allí el apodo), llevaba cilicio, dormía sobre un lecho de ramas, y apoyaba la cabeza sobre una piedra. Soportó una larga y dolorosa enfermedad, con gran fe y resignación. El 5 de agosto de 1395, ya próxima a morir, cuando su hija le pidió que le dejara un recuerdo, se sacó la piel de los pies como si fueran zapatos, con la forma de los dedos, y después expiró. Su cuerpo reposa en la iglesia parroquial de Cesolo.
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