jueves, 8 de agosto de 2013

Beato Juan de Salerno, religioso presbítero

 
fecha: 9 de agosto
n.: c.1190 - †: c. 1242 - país: Italia
otras formas del nombre: Juan Guarna
canonización: Conf. Culto: Pío VI 2 abr 1783
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Florencia, en la Toscana, beato Juan de Salerno, presbítero de la Orden de Predicadores, que fundó el convento de Santa María Novella y luchó intrépidamente contra los herejes patarenos.

Juan Guarna nació en Salerno hacia el año 1190. En Bolonia, donde hacía sus estudios, conoció a santo Domingo, con quien contrajo estrecha amistad. Pronto tomó el hábito de la nueva orden. En 1219, santo Domingo mandó a trece frailes a predicar en Etruria y nombró superior del grupo a Juan de Salerno, a pesar de que era el más joven. Los frailes se establecieron en Rípoli, cerca de Florencia. Desde ahí salían a predicar a las ciudades de los alrededores, sobre todo a Florencia. Juan predicaba diariamente en esta última ciudad y buscaba con afán a las ovejas descarriadas. Como perdiesen mucho tiempo en idas y venidas, los dominicos acabaron por establecerse en San Pancracio, junto a las murallas de Florencia. Fray Juan sufrió ahí una ruda prueba. En efecto, una joven, prendada de él, se fingió enferma y le mandó llamar para confesarse. El beato acudió al punto, y la joven aprovechó la ocasión para tentarle. Juan de Salerno la reprendió seriamente y trató de hacerla entrar en razón; pero, como eso no sirvió de nada, tuvo que salir apresuradamente. Sin embargo, no olvidó a la joven en sus oraciones y al fin, obtuvo que ésta se arrepintiese delante de Dios y viniese a pedirle perdón humildemente. Según se cuenta, toda la ciudad se enteró de lo sucedido en la forma siguiente: Cuando un sacerdote iba a exorcizar a una posesa, el mal espíritu dijo por boca de la mujer: «Sólo es capaz de arrojarme de aquí quien pudo pasar por el fuego sin quemarse». El sacerdote le conjuró a que se explicara y, entonces, el mal espíritu contó lo que había sucedido a Juan de Salerno. El sacerdote llamó en seguida al fraile, quien arrojó al demonio de la posesa. Como poseía el don de leer en las almas, podía iluminar o humillar a sus penitentes para su mayor bien.

En 1221, se prohibió a los dominicos que fuesen a cantar el oficio divino en la Iglesia en que lo habían hecho hasta entonces. El beato se trasladó después a Santa María Novella, cuya famosa iglesia data de cincuenta años más tarde. Los patarinos -una secta que procedía de Bosnia- turbaban por entonces la paz religiosa de Italia. Gregorio IX encargó a Juan de Salerno que combatiese a dichos herejes, cuya vida y doctrina se asemejaba no poco a la de los albigenses, con los cuales se había enfrentado santo Domingo. Los patarinos profirieron amenazas contra el beato, pero éste no se amilanó y consiguió finalmente convertir a muchos de ellos. En su lecho de muerte, Juan de Salerno recordó a sus hermanos que la recepción de la comunión es el acto de la vida cristiana que exige mayor diligencia, devoción y pureza. Murió el 9 de agosto de 1242, y su culto fue aprobado en 1783.

En Acta Sanctorum, septiembre, vol. III, está la biografía escrita por Juan Caroli; pero dicho texto tiene algunas lagunas, de suerte que hay que completarlo con el que fue publicado en Analecta Bollandiana, vol. VII (1888), pp. 85-94.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

No hay comentarios: