jueves, 15 de agosto de 2013

Beato Juan Bautista Ménestrel, presbítero y mártir

fecha: 16 de agosto
n.: 1748 - †: 1794 - país: Francia
canonización: B: Juan Pablo II 1 oct 1995
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En un viejo navío anclado en el mar frente a Rochefort, en Francia, beato Juan Bautista Ménestrel, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa, encarcelado en una nave prisión por ser sacerdote, consumó su martirio cubierto de llagas putrefactas.
Juan Bautista Ménestrel nació el 5 de diciembre de 1748 en Serécourt, Los Vosgos. Se desconoce dónde hizo los estudios y cuándo se ordenó sacerdote, pero se sabe que el 13 de mayo de 1776 era vicario de la parroquia de Hagécourt-Valleroy, Los Vosgos, en cuya fecha realizaba su primer bautizo, y consta que siguió actuando en esta parroquia hasta el 13 de junio de 1781. Entonces obtuvo una canonjía en el cabildo de Remiremont que conservaría en adelante. Su nombre falta entre los sacerdotes juramentados que se registraron como tales en Remiremont en enero y febrero de 1791. El consejo municipal lo expulsa de Remiremont el siguiente 4 de junio diciendo que lo hace tanto por la seguridad personal del canónigo como por la tranquilidad pública, pese a lo cual consta su presencia en la población en agosto de 1792, cuando se le ordena entregar varias armas que tenía en su poder. El 22 de abril de 1793 se ordena vigilar su correspondencia. Y el 29 de abril de ese mismo año fue condenado a ser transportado a la casa de arrestos de Epinal. Cuando van a arrestarlo encuentran que lleva enfermo varias semanas a causa de una fiebre biliosa. El canónigo alegó su estado de salud pero no le sirvió, y así hubo de ir a la cárcel. Llegó el 23 de mayo a la prisión de Epinal, donde estuvo hasta que partió para Rochefort el 18 de abril de 1794, que era Viernes Santo. Pese a su enfermedad no se le dispensó de la deportación. Llegado a Rochefort fue embarcado en el Washington. Su cuerpo se llenó de llagas y los gusanos lo devoraban estando aún vivo, y cuando los demás sacerdotes querían curarle las llagas y quitarle los gusanos él decía que los dejaran, que el quitarlos sólo contribuía a prolongar su martirio. Sus compañeros decían que su paciencia era perfecta y su resignación celestial. Por fin pasó al Padre el 16 de agosto de 1794 y fue enterrado en la isla de Aix. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995 por el papa Juan Pablo II.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003

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