viernes, 1 de marzo de 2013

Oficio Divino: Tiempo de Cuaresma. Ciclo C. 3 de Marzo, 2013.





DOMINGO DE LA SEMANA III
Propio del Tiempo. Salterio III




(OFICIO DE LECTURA (6:00); LAUDES (7:00); TERCIA (9:00); SEXTA (12:00); NONA (15:00); VISPERAS (19:00); COMPLETAS (22:00)
(Estas horas son aproximadas, el orante puede hacerlas conforme a su disponibilidad de tiempo, en el orden en que aparecen)
 


INVITATORIO
Si Laudes es la primera celebración del día:
    V.
Señor, abre mis labios.    R. Y mi boca proclamará tu alabanza.    A continuación se dice el salmo Invitatorio, con la antífona:
    Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»

Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA


Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
+ entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses,
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."

Gloria al Padre y al Hijo y al Espiritu Santo
Como en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos.
AmenSi antes de Laudes se ha celebrado el Oficio de lectura:
    V.
Dios mío, ven en mi auxilio.
   
R. Señor, date prisa en socorrerme.
        Gloria.

 




 
Oficio de lectura
HIMNO

 Delante de tus ojos
ya no enrojecemos
a causa del antiguo
pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.

En medio de los pueblos
nos guardas como un resto,
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.

Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.

¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor, que es justo,
revoca sus decretos:
la salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo. Amén.
SALMODIA

Ant.1:
Día tras día te bendeciré, Señor.Salmo 144
HIMNO A LA GRANDEZA DE DIOS

Justo eres tú, Señor, el que es y el que era, el Santo. (Ap 16, 5)
I

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Día tras día te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.

Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus creaturas.
Ant.1: Día tras día te bendeciré, Señor. Aleluya.
Ant. 2: Tu reinado, Señor, es un reinado perpetuo. Aleluya.II

Que todas tus creaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;

explicando tus proezas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
Ant. 2: Tu reinado, Señor, es un reinado perpetuo.
Ant. 3: El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones.III

El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.

Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.

Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.

Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.
Ant. 3: El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones.V. Lo alimentó con pan de inteligencia.R. Le dio a beber el agua de la sabiduría.
PRIMERA LECTURA

Año I:


Comienza la carta a los Hebreos    
1, 1 __ 2, 4

EL HIJO DE DIOS, HEREDERO UNIVERSAL, SUPERIOR A LOS ÁNGELES


    A través de muchas etapas y de muchas maneras habló Dios en otro tiempo a nuestros antepasados por ministerio de los profetas; en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien ha constituido heredero de todas las cosas y por quien, creó los mundos. Él, su Hijo, es el resplandor de su gloria, la imagen de su ser y, con su poderosa palabra, sostiene el universo. Él, después de haber llevado a cabo la expiación de nuestros pecados, se ha sentado a la diestra de la Majestad en los cielos y ha llegado a ser tanto mayor que los ángeles, cuanto es más augusto que el de ellos el nombre que ha recibido en herencia.
    Porque, ¿a cuál de los ángeles ha dicho Dios alguna vez: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy»? O ¿de qué ángel ha dicho: «Yo seré para él un Padre, y él será para mí un Hijo»? Y, cuando introduce a su Primogénito en el mundo, exclama: «Adórenle todos los ángeles de Dios.»
    Refiriéndose a los ángeles, dice: «Él hace de los ángeles espíritus, y de sus servidores relámpagos de fuego.» Pero, refiriéndose al Hijo, se expresa así: «Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre; cetro de rectitud es tu cetro real; has amado la justicia y odiado la impiedad; por eso eL Señor, tu Dios, te ha ungido con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.» Y también dice: «Tú, Señor, al principio cimentaste la tierra, y el cielo es obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces, se gastarán como la ropa, serán como un vestido que se muda. Tú, en cambio, eres siempre el mismo, y tus años no se acabarán.» Y ¿a qué ángel dijo alguna vez: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies»? ¿No son todos ellos espíritus destinados a una misión, enviados en servicio de los que han de heredar la salvación?
    Por eso debemos atender con la mayor diligencia a las verdades oídas, para no ir a la deriva. Porque, si la palabra promulgada por los ángeles tuvo todas las garantías de validez, hasta el punto de que toda desobediencia y transgresión incurría en justa sanción, ¿cómo podremos nosotros escapar, si descuidamos una tan sublime salvación? La cual fue inaugurada por la predicación del Señor y nos fue luego confirmada por aquellos que la oyeron. Y al testimonio de ellos va Dios mismo añadiendo el suyo por señales y prodigios, por variadas obras de poder y por dones que el Espíritu Santo va repartiendo según su voluntad.
Responsorio     Hb 1, 3; 12, 2

R.
Jesucristo es el resplandor de la gloria del Padre, la imagen de su ser y, con su poderosa palabra, sostiene el universo; * y, después de haber llevado a cabo la expiación de nuestros pecados, se ha sentado a la diestra de la Majestad en los cielos.V. El caudillo de nuestra fe, para ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió con toda constancia la cruz.R. Y después de haber llevado a cabo la expiación de nuestros pecados, se ha sentado a la diestra de la Majestad en los cielos.
Año II:

Del libro del Éxodo    
22, 20-23, 9

ALGUNAS LEYES PARA PROTEGER AL DESVALIDO
(CÓDIGO DE LA ALIANZA)


    Esto dice el Señor:
    «El que ofrezca sacrificios a otros dioses, fuera del Señor, será exterminado.
    No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. No explotarás a viudas ni a huérfanos, porque si los explotas, y ellos gritan a mí, yo los escucharé. Se encenderá mi ira y os haré morir a espada, dejando a vuestras mujeres viudas y huérfanos a vuestros hijos.
    Si prestas dinero a uno de mi pueblo, a un pobre que habita contigo, no serás con él un usurero, cargándolo de intereses. Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo; si no, ¿dónde se va a acostar? Si grita a mí, yo lo escucharé, porque soy compasivo.
    No blasfemarás contra Dios y no maldecirás a los jefes de tu pueblo.
    No retrasarás la ofrenda de tu cosecha y de tu vendimia. Me darás el primogénito de tus hijos; lo mismo harás con los de tus vacas y ovejas: durante siete días quedará la cría con su madre y el séptimo día me la entregarás.
    Sed para mi un pueblo santo y no comáis carne de animal despedazado en el campo: echádsela a los perros.
    No harás declaraciones falsas: no te asocies con el culpable para testimoniar en favor de una injusticia. No seguirás en el mal a la mayoría: no declararás en un proceso siguiendo a la mayoría y violando la justicia. Ni siquiera en favor del pobre te mostrarás parcial en un proceso.
    Cuando encuentres extraviados el buey o el asno de tu enemigo, se los llevarás a su dueño. Cuando veas el asno de tu adversario caído bajo la carga, no pases de largo; préstale ayuda.
    No violarás el derecho del pobre en su causa.
    Abstente de las causas falsas: no harás morir al justo ni al inocente, ni absolverás al culpable; porque yo no declaro inocente a un culpable.
    No aceptarás soborno, porque el soborno ciega aun al perspicaz y falsea la causa del inocente.
    No vejarás al forastero: vosotros conocéis la suerte del forastero, porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto.»
Responsorio     Sal 81, 3-4; cf. St 2, 5

R.
Proteged al desvalido y al huérfano, haced justicia al humilde y al necesitado; * defended al pobre y al indigente, sacándolos de las manos del culpable.V. Dios ha elegido a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino.R. Defended al pobre y al indigente, sacándolos de las manos del culpable.
SEGUNDA LECTURA

De los Tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan
(Tratado 15, 10-12. 16-17: CCL 36, 154-156)

LLEGÓ UNA MUJER SAMARITANA A SACAR AGUA


    Llegó una mujer. Esta mujer es figura de la Iglesia no justificada aún, pero en vías de justificación, ya que de esto trata el relato. Llegó ignorante de lo que allí le esperaba, encontró a Cristo, y éste le dirigió la palabra. Veamos qué palabras y por qué. Llegó una mujer samaritana a sacar agua. Los samaritanos no eran de raza judía, eran tenidos por extranjeros. Concuerda con el simbolismo del relato el hecho de que esta mujer, figura de la Iglesia, venga de un pueblo extranjero, ya que la Iglesia había de venir de entre los gentiles, de los que no eran de raza judía.
    Por tanto, oigámonos a nosotros en sus palabras, reconozcámonos a nosotros en ella, y en ella demos gracias a Dios por nosotros. Ella era figura, no realidad; pero ella misma comenzó por ser figura y terminó por ser realidad. Creyó, en efecto, en aquel que quería hacerla figura de nosotros. Llegó, pues, a sacar agua. Había venido simplemente a sacar agua, como acostumbraban hacer todos.
    Jesús le dijo: «Dame de beber.» Mientras tanto sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alguna cosa para comer. Díjole la samaritana: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Conviene saber que los judíos no alternan con los samaritanos.
    Veis cómo se trata de extranjeros: los judíos no usaban en modo alguno de sus vasijas. Y aquella mujer, que llevaba consigo una vasija para sacar agua, se admira de que un judío le pida de beber, cosa que no solían hacer los judíos. Pero el que le pide de beber, en realidad, de lo que tiene sed es de la fe de aquella mujer.
    Escucha quién es el que le pide de beber: Jesús le respondió: «Si conocieses el don de Dios y quién es el que te dice: "Dame de beber", seguro que se la pedirías tú a él y él te daría agua viva.» Pide de beber y promete una bebida. Se presenta como quien está necesitado, y tiene en abundancia para saciar a los demás. Si conocieses -dice- el don de Dios. El don de Dios es el Espíritu Santo. Pero de momento habla a aquella mujer de un modo encubierto, y va entrando paulatinamente en su corazón. Seguramente empieza ya a instruirla. ¿Qué exhortación, en efecto, más suave y benigna que ésta? Si conocieses el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», seguro que se la pedirías tú a él y él te daría agua viva.
    ¿Qué agua había de darle, sino aquella de la que está escrito: En ti está la fuente viva? Pues no pueden ya tener más sed los que se nutren de lo sabroso de tu casa.
    Prometía el alimento y saciedad del Espíritu Santo, pero ella no lo entendía aún; y, por eso, ¿qué respondía? Exclamó entonces la mujer: «Señor, dame de ese agua, para que no sienta ya más sed ni tenga que venir aquí a sacar agua.» La necesidad la obligaba a fatigarse, pero su debilidad recusaba la fatiga. Ojalá hubiera podido escuchar aquellas palabras: Venid a mí todos los que andáis rendidos y agobiados, que yo os daré descanso. Porque todo esto se lo decía Jesús para que no tuviera ya que fatigarse, mas ella no lo entendía aún.
Responsorio     Jn 7, 37-39; 4, 13

R.
Jesús clamaba en alta voz: «El que tenga sed que venga a mí, y que beba el que crea en mí; brotarán de su seno torrentes de agua viva.» * Esto lo dijo del Espíritu, que habían de recibir los que a él se unieran por la fe.V. El que beba del agua que yo le dé no tendrá ya sed jamás.R. Esto lo dijo del Espíritu que habían de recibir los que a él se unieran por la fe.

 
La oración conclusiva como en las Laudes.


CONCLUSIÓN

Después de la oración, por lo menos en la celebración comunitaria, se añade:

V.
Bendigamos al Señor.R. Demos gracias a Dios.



Laudes
HIMNO

Oh sol de salvación, oh Jesucristo,
alumbra lo más hondo de las almas,
en tanto que la noche retrocede
y el día sobre el mundo se levanta.

Junto con este favorable tiempo
danos ríos de lágrimas copiosas,
para lavar el corazón que, ardiendo
en jubilosa caridad, se inmola.

La fuente que hasta ayer manó delitos
ha de manar desde hoy perenne llanto,
si con la vara de la penitencia
el pecho empedernido es castigado.

Ya se avecina el día, el día tuyo,
volverá a florecer el universo;
compartamos su gozo los que fuimos
devueltos por tu mano a tus senderos.

Oh Trinidad clemente, que te adoren
tierra y cielo a tus pies arrodillados,
y que nosotros, por tu gracia nuevos,
cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén.
SALMODIA

Ant. 1:
Tus mandatos, Señor, son fieles y seguros, más que la voz de aguas caudalosas.Salmo 92
GLORIA DEL DIOS CREADOR

Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo; alegrémonos y gocemos y démosle gracias. (Ap 19, 6. 7)
El Señor reina vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.

Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.

Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;

pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Ant. 1: Tus mandatos, Señor, son fieles y seguros, más que la voz de aguas caudalosas.
Ant. 2: Manantiales, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.Cántico    Dn 3, 57-88. 56
TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR

Alabad al Señor sus siervos todos (Ap 19, 5)
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.Ant. 2: Manantiales, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ant. 3: Reyes y pueblos del orbe, alabad al Señor.Salmo 148
ALABANZA DEL DIOS CREADOR

Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. (Ap 5, 13)
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.

Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos sus ejércitos.

Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.

Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.

Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.

Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.

Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.

Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.

Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.

Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.

Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.

Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.

Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.

Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.

Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Ant. 3: Reyes y pueblos del orbe, alabad al Señor.
LECTURA BREVE    Cf. Ne 8, 9. 10

Este día está consagrado al Señor vuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis. No estéis tristes: la alegría del Señor es vuestra fortaleza.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.V. Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes.R. Ten piedad de nosotros.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona:
Año A:
Dios es espíritu: adoradlo en espíritu y en verdad.Año B: «Destruid este templo -dice el Señor- y yo lo levantaré en tres días»; esto lo decía refiriéndose al templo de su propio cuerpo.Año C: El Señor, el Dios de vuestros padres, me ha enviado a vosotros.Cántico de Zacarías   Lc 1, 68-79
EL MESÍAS Y SU PRECURSOR


Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Año A: Dios es espíritu: adoradlo en espíritu y en verdad.Año B: «Destruid este templo -dice el Señor- y yo lo levantaré en tres días»; esto lo decía refiriéndose al templo de su propio cuerpo.Año C: El Señor, el Dios de vuestros padres, me ha enviado a vosotros.
PRECES

Glorifiquemos a Dios, cuya bondad es infinita, y elevemos a él nuestra oración por medio de Jesucristo, que está siempre vivo para interceder en favor nuestro; digámosle:

      Enciende, Señor, en nosotros la llama de tu amor.

Dios de misericordia, haz que hoy nos entreguemos generosamente a las obras de amor al prójimo,
      para que tu misericordia, a través de nosotros, llegue a todos los hombres.

Tú que en el arca salvaste a Noé de las aguas del diluvio,
      salva por el agua del bautismo a los catecúmenos.

Concédenos vivir no sólo de pan,
      sino de toda palabra que sale de tu boca.

Haz que, con tu ayuda, venzamos toda disensión
      y podamos gozarnos en el don de tu paz y de tu amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro.
Oración

Dios nuestro, fuente de toda bondad y misericordia, que nos otorgas un remedio para nuestros pecados por el ayuno, la oración y la limosna, recibe con agrado la confesión que te hacemos de nuestra debilidad y, ya que nos oprime el peso de nuestras culpas, levántanos con el auxilio de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN

V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amén.



hora intermedia

V.
Dios mío, ven en mi auxilio.R. Señor, date prisa en socorrerme.
    Gloria. Aleluya.
HIMNO

Tercia


Amigo de los hombres, Jesucristo,
tú solo das sentido a nuestra historia,
y, con los ojos fijos al futuro,
la Iglesia vive fiel a tu memoria.

Este tiempo de ayuno te presenta
de nosotros la parte más oscura,
y tus manos clavadas al madero
nos devuelven tu paz y tu ternura.

A lo largo del día no nos dejes,
no nos falte la luz de tu mirada:
llena de amor los pasos que caminan
de este mundo a la luz de tu alborada. Amén.
O bien:

Como el fuego calcina
la madera reseca,
cuando el pecado nos domina,
Espíritu de Dios,
purifícanos.

Como el río derrama
por la tierra sus aguas
y hay flor y fruto en la rama,
Espíritu de Dios,
vivifícanos.

Como tu fuerte viento
hizo en el mar camino,
cuando haya duda y desaliento,
Espíritu de Dios,
ayúdanos.

Luz, Amor, Viento, Fuego,
los caminos de éxodo
enseña al hombre pobre y ciego.
Espíritu de Dios,
condúcenos. Amén.
Sexta

Jesús, contigo iremos al desierto
en medio de la villa populosa,
y tú nos brindarás el pan sabroso
que alimentó tu alma silenciosa

Contigo pasaremos el mar Rojo,
beberemos el agua de la roca;
tú serás el pastor y, en la montaña,
tú serás nuestra gracia esplendorosa.

Contigo humildemente hasta el Calvario,
contigo por la vía dolorosa,
y al final, oh Jesús, por tu promesa,
contigo viviremos en tu gloria. Amén.
O bien:

Por el pecado primero
entró la muerte a la vida,
y la muerte fue vencida
por la vida del Cordero.

El Padre lo hizo pecado
para salvar al caído;
el que nunca había sufrido
se quiso crucificado.

La humanidad pecadora
está bien representada,
mas la culpa fue lavada
por la sangre redentora. Amén.
Nona

Ojos de aquel publicano
hasta la tierra caídos,
el Dios de la luz os mira,
miradle con regocijo.

Mano que pide clemencia
hiriendo el pecho contrito,
el Señor te abre la puerta
de su pecho compasivo.

Lengua que en bajo murmullo,
dices tu dolor sentido,
el Juez que sabe juzgar
ha escuchado complacido.

Padre del octavo día,
glorioso siendo propicio,
perdónanos, purifícanos,
por el honor de tu Hijo. Amén.
O bien:

Cada tarde se nos van los días,
y cada tarde el tiempo pasa;
se acaba nuestra vida cada tarde
y miramos la muerte más cercana.

Déjame todavía gozar el milagro
de tu luz, de tu sol, de tus albas;
déjame gozar el milagro de sentirme vivo
y de nacer para ti cada mañana.

Déjame, Señor, gozar de tu milagro
al llegar una vez más la tarde mansa,
porque tú eres el Dios de nuestras horas,
el Dios oculto de nuestra esperanza. Amén.
SALMODIA

Tercia:
Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.Sexta: "Por mi vida dice el Señor, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva."Nona: Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.Salmo 117
HIMNO DE ACCIÓN GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA

Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular. (Hch 4, 11)
I

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.

Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.

Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.

En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.

El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.

Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.
 
II

Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.

Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.

Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»

No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.

Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
 
III

Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.

Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.

Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quién lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

Este es el día en que actuó el Señor,
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.

Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.

Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Tercia: Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas. Sexta: "Por mi vida dice el Señor, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva."Nona: Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.
LECTURA BREVE

Tercia     1Ts 4, 1.7


Hermanos, os rogamos y exhortamos en Jesús, el Señor, a que viváis como conviene que viváis para agradar a Dios, según aprendísteis de nosotros -cosa que ya hacéis-, y a que hagáis nuevos progresos. Pues Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada.
V. Señor, crea en mí un corazón puro.R. Renuévame por dentro con espíritu firme.La oración conclusiva corno en las Laudes.

Sexta     Is 30, 15.18


Así dice el Señor, el Santo de Israel: "Vuestra salvación está en convertiros y en tener calma; vuestra fuerza está en confiar y estar tranquilos." El Señor espera para apiadarse, aguarda para compadecerse; porque el Señor es un Dios recto: dichosos los que esperan en él.
V. Aparta de mi pecado tu vista.R. Borra en mí toda culpa.La oración conclusiva como en las Laudes.

Nona     Dt 4, 29-31


Buscarás al Señor, tu dios, y, si lo buscas con todo el corazón y con toda el alma, lo encontrarás.  Al cabo de los años, cuando te cerquen y alcancen todas estas maldiciones, te convertirás al Señor, tu Dios, y escucharás su voz; porque el Señor, tu Dios, es un Dios compasivo; no te dejará ni te destruirá, si se olvidará de la alianza que con juramento ofreció a vuestros padres.
V. Mi sacrificio es un espíritu contrito.R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.La oración conclusiva como en las Laudes.
CONCLUSIÓN

Después de la oración, por lo menos en la celebración comunitaria, se añade:

V.
Bendigamos al Señor.R. Demos gracias a Dios.



II Vísperas
INVOCACIÓN INICIAL

V.
Dios mío ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme.
    Gloria.
HIMNO

Oh bondadoso Creador, escucha
la voz de nuestras súplicas y el llanto
que, mientras dura el sacrosanto ayuno
de estos cuarenta días, derramamos.

A ti, que escrutas nuestros corazones
y que conoces todas sus flaquezas,
nos dirigimos para suplicarte
la gracia celestial de tu indulgencia.

Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,
pero estamos, al fin, arrepentidos,
y te pedimos, por tu excelso nombre,
que nos cures los males que sufrimos.

Haz que, contigo ya reconciliados,
podamos dominar a nuestros cuerpos,
y, llenos de tu amor y de tu gracia,
no pequen más los corazones nuestros.

Oh Trinidad Santísima, concédenos,
oh simplicísima Unidad, otórganos
que los efectos de la penitencia
de estos días nos sean provechosos. Amén.
SALMODIA

Ant. 1:
Señor, Dios todopoderoso, líbranos por la gloria de tu nombre y concédenos un espíritu de conversión.Salmo 109, 1-5. 7
MESÍAS, REY Y SACERDOTE

Él debe reinar hasta poner todos sus enemigos bajo sus pies. (1 Co 15, 25)
Oráculo del Señor a mi Señor:
“Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.”

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

“Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.”

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
“Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.”

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Ant. 1: Señor, Dios todopoderoso, líbranos por la gloria de tu nombre y concédenos un espíritu de conversión.
Ant. 2: Nos rescataron al precio de la sangre de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha.Salmo 110
GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR

Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. (Ap 15, 3)
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Ant. 2: Nos rescataron al precio de la sangre de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha.
Ant. 3: Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.Cántico    1Pe 21b-24
PASIÓN VOLUNTARIA DE CRISTO, SIERVO DE DIOS


Cristo padeció por nosotros,
dejándonos un ejemplo
para que sigamos sus huellas.

Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca;
cuando lo insultaban,
no devolvía el insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario,
se ponía en manos del que juzga justamente.

Cargado con nuestros pecados subió al leño,
para que, muertos al pecado,
vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado.
Ant. 3: Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.
LECTURA BREVE    1Co 9, 24-25

Los atletas que corren en el estadio corren todos, pero uno solo consigue el premio. Corred como él, para conseguirlo. Todo atleta se impone moderación en todas sus cosas. Ellos lo hacen para alcanzar una corona que se marchita; nosotros una que no se ha de marchitar jamás.
RESPONSORIO BREVE

V.
Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos.R. Porque hemos pecado contra ti.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona
Año A:
Dice el Señor: «El que beba del agua que yo le dé no tendrá ya sed jamás.»Año B: «La casa de mi Padre es casa de oración» dice el Señor.Año C: El que permanece en mí da mucho fruto.Cántico de la Santísima Virgen María   Lc 1, 46-55
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Año A: Dice el Señor: «El que beba del agua que yo le dé no tendrá ya sed jamás.»Año B: «La casa de mi Padre es casa de oración» dice el Señor.Año C: El que permanece en mí da mucho fruto.
PRECES

Demos siempre gracias a Cristo, nuestra cabeza y nuestro maestro, que vino a servir y a hacer el bien a todos, y digámosle humilde y confiadamente:

      Atiende, Señor, a tu Iglesia.

Asiste, Señor, a los obispos y presbíteros de la Iglesia y haz que cumplan bien su misión de ser instrumentos tuyos, cabeza y pastor de la Iglesia,
      para que por medio de ti conduzcan a todos los hombres al Padre.

Que tus ángeles sean compañeros de camino de los que están de viaje,
      para que se vean libres de todo peligro de cuerpo y de alma.

Enséñanos, Señor, a servir a todos los hombres,
      imitándote a ti, que viniste a servir y no a ser servido.

Haz que en toda comunidad humana reine un espíritu fraternal,
      para que, estando tú en medio de ella, sea como una plaza fuerte.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Sé misericordioso, Señor, con todos los difuntos y admítelos a contemplar la luz de tu rostro.

Unidos fraternalmente, dirijamos al Padre nuestra oración común: Padre nuestro.
Oración

Dios nuestro, fuente de toda bondad y misericordia, que nos otorgas un remedio para nuestros pecados por el ayuno, la oración y la limosna, recibe con agrado la confesión que te hacemos de nuestra debilidad y, ya que nos oprime el peso de nuestras culpas, levántanos con el auxilio de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN

V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.R. Amen



Completas
INVOCACIÓN INICIAL

V.
Dios mío, ven en mi auxilio.R. Señor, date prisa en socorrerme.
    Gloria.
EXAMEN DE CONCIENCIA

Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa.


HIMNO


Cuando llegó el instante de tu muerte
inclinaste la frente hacia la tierra,
como todos los mortales;
mas no eras tú el hombre derribado,
sino el Hijo que muerto nos contempla.

Cuando me llegue el tránsito esperado
y siga sin retorno por mi senda,
como todos los mortales,
el sueño de tu rostro será lumbre
y tu gloria mi gloria venidera.

El silencio sagrado de la noche
tu paz y tu venida nos recuerdan,
Cristo, luz de los mortales;
acepta nuestro sueño necesario
como secreto amor que a ti se llega. Amén.
O bien:

Tú, a quien he buscado, Señor,
en este día,
a quien he escuchado,
dame el reposo de esta noche.

Tú, a quien he cantado, Señor,
en este día,
a quien he orado,
dame el reposo de esta noche.

Tú, a quien yo he negado, Señor,
en este día,
a quien he amado,
dame el reposo de esta noche. Amén.
SALMODIA

Ant.:
Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.Salmo 90
A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE

Os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones. (Lc 10,19)
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: “Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.”

Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás:
su brazo es escudo y armadura.

No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.

Caerán a tu izquierda mil,
diez mil a tu derecha;
a ti no te alcanzará.

Tan sólo abre tus ojos
y verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.

No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos;

te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.

«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.

Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré;
lo saciaré de largos días,
y le haré ver mi salvación.»
Ant.: Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
LECTURA BREVE    Ap 22, 4-5

Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
RESPONSORIO BREVE

V.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.V. Tú, el Dios leal, nos librarás.R. Te encomiendo mi espíritu.V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.:
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.Cántico de Simeón    Lc 2, 29-32
CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL


Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:

luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Ant.: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
Oración

Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor.
CONCLUSIÓN

V.
El Señor todopoderoso nos conceda un noche tranquila y una santa muerte.R. Amén.

ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

I


Madre del Redentor, virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella de mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.

Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.

Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
II

Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve raíz, salve puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, agraciada doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
III

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.

A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
IV

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

Fuente: Liturgia de las Horas (Según el Ritual Romano)
Tomo II

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