sábado, 23 de marzo de 2013

Procopio de Sázava, Santo


Abad, 25 de marzo
 
Procopio de Sázava, Santo
Procopio de Sázava, Santo

Abad

Martirologio Romano: En Sázava, en Bohemia, san Procopio, que, dejando mujer e hijo, abrazó la vida eremítica y después presidió el monasterio fundado allí por él mismo, celebrando las divinas alabanzas en rito griego y en lengua eslava (1053).

Etimológicamente: Procopio = Aquel que se prodiga, es de origen griego

Fecha de canonización: 2 de junio de 1204 por el Papa Inocencio III.
Es uno de los santos Patrones del Bohemia (actual República Checa), su representación es abundante en el País, en especial el episodio legendario, según el cual San Procopio logró atar el demonio a un arado, haciéndoselo tirar de él.

Sobre su historia se han sido escritas ocho obras, la primera de las cuales es de 1061-67 y otras dos estoy en lengua bohemia, uno en versos y uno en prosa.

Desaforadamente estas obras, todas escritas hace muchos siglos, relatan hechos diferentes y a veces contradictorios, a fuerza, es necesario resumir y compaginar las distintas informaciones, teniendo presente que dichos relatos puedan incluir leyendas doradas.

Procopio nació hacia el 975, en el castillo de Kourim cerca de Chotoun y recibe su instrucción en las letras eslavas en Vysehrad, que fue el centro administrativo y eclesiástico del Bohemia, cerca de Praga y dónde existía una famosa escuela de la lengua eslava.

Está comprobado que el alfabeto eslavo fue inventado por el santo obispo Cirillo y aprobado por la Iglesia, teniendo en cuenta que el Cristianismo eslavo influenció en Bohemia ya desde los años 869-870, es decir después del bautismo del duque Borivoj por acción de San Metodio.

Agreguemos ahora que en la época de su nacimiento, que fue alrededor del 975, Bohemia pertenecía, eclesiásticamente hablando, a la diócesis de rito latino de Ratisbona y que en aquel año fue erigida la nueva diócesis latina de Praga; pero pese a estos eventos los duques bohemios opinaban firmemente que debía usarse la liturgia eslava.

Las buenas relaciones que existieron entre Procopio y la familia ducal, indica su noble origen y que el nombre griego Procopio llegó ciertamente a Bohemia a través de la liturgia eslava.

Él fue sacerdote diocesano de vida honesta y casta, dedicado al servicio de Dios; después de su ordenación fue recibido entre los canónigos de Vysehard cercanos a la iglesia de San Clemente.

Siguiendo las costumbres locales, y tal como otros sacerdotes, Procopio era casado y tuvo a un hijo llamado Jimram (Emeramo) quien también llegará a ser monje en el monasterio de su padre, quien, como a menudo sucedía en aquella época, influenciado por el gran movimiento benedictino, fue atraído por el ascetismo de los benedictinos y se hizo monje, casi con certeza en el monasterio de Brevnov, uno de los dos existentes en aquella época en Bohemia.

Pero después de un breve tiempo, Procopio averiguó a sus superiores la posibilidad de asumir una vida aún más austera, y con el permiso de ellos, se apartó en soledad en una gruta cerca del río Sázava a unos dos millas del nativo castillo de Kourim.

Por el año 1009 construyó una capilla y la dedicó a la Virgen y a San Juan Bautista; dedicado a la oración y a la meditación, no descuidó la regla benedictina “Ora y labora" dedicándose a desbrozar el agreste terreno para preparar un área arable.

Y aquí se introduce la leyenda señalada al inicio, de haber obligado al diablo, a tirar el arado por él. Tal como ocurrió con muchos otros santos ermitaños, su soledad atrajo a muchos visitantes, a los que habló de la fe y curó sus enfermedades con hierbas; era natural que algunos quisieran participar de aquella vida de oración y a penitencia, lo que dio inicio a una pequeña aldea de ermitaños, el actual nombre bohemio de la localidad, significa "las chozas negras" y probablemente recuerda sus orígenes.

Un día el duque Oldrich (Ulderico) siguiendo un ciervo en la selva, se extravió y Procopio lo localizó; de tal encuentro nació una relación de amistad y respeto, por lo que el duque sufragó la mano de obra necesaria para la construcción de un monasterio, mismo que contó entre sus monjes, al hijo y al nieto de Procopio: Jimram y Vito.

Después de la muerte del duque Oldrich, el título lo heredó su hijo Bretislav duque de Moravia, el que luego de una visita al monasterio quedó tan complacido con la vida de Procopio, que decidió hacerlo elegir abad, cargo que él no había querido.

El nuevo y primero abad de Sázava, quiso que la Comunidad siguiera la Regla de San Benito, la liturgia del ritual occidental romano, la lengua litúrgica eslava. Bajo su guía, los monjes además de los trabajos normales, se dedicaron a obras literarias y artísticas, ampliando cada vez más las relaciones con el mundo eslavo.

Fue paternal con sus monjes más allá de lo que se pueda contar, exigiéndoles con el ejemplo y también con amonestaciones; durante su gobierno, no les faltó nunca nada.

En todo caso, Procopio tomó parte de la vida eclesiástica de Bohemia en sus tiempos, estuvo en buenas relaciones con el duque Bretislav y con Sebér (Severo) el obispo de Praga, quien presidió el entierro del santo abad de Sázava, cuando murió el 25 de marzo 1053.

Los monjes lo veneraron enseguida como santo, lo testimonia el culto existente en Hungría, país que lo acogió entre el 1056 y el 1061, pocos años después de la muerte del abad, los monjes expulsados por el duque Spytihnev II; su "elevación", como entonces fue definida la proclamación de un santo de parte de un obispo, ocurrió 40 años después de su muerte en el año 1093, pero la misma no fue reconocida oficialmente, desconocemos los motivos.

De todos modos, la canonización oficial ocurrió el 4 de julio de 1204, bajo el pontificado de Inocencio III; se cuenta que el papa se apresuró en hacer tal proclamación, después de que en un sueño Procopio le dio un golpe en la cabeza con el anillo pastoral de los abades.

La fiesta religiosa por San Procopio de Sázava se celebra el 4 de julio; él es venerado como Patrón de los campesinos y mineros; también algunos manantiales de aguas saludables, cerca del monasterio, llevan su nombre.

Sus reliquias, excluido un brazo devuelto en 1669 a Sázava, fue trasladado al 1588 al monasterio en Praga, dónde ahora se veneran en la Iglesia Ognissanti del castillo real.

El martirologio romano lo recuerda el 25 de marzo.



San Procopio, abad
fecha: 25 de marzo
fecha en el calendario anterior: 4 de julio
n.: c. 975 - †: 1053 - país: Chechenia
canonización: C: Inocencio III 2 jul 1204
hagiografía: Santi e Beati
En Sázava, en Bohemia, san Procopio, que, dejando mujer e hijo, abrazó la vida eremítica, y después fundó en aquel lugar un monasterio que presidió él mismo, donde celebraba las divinas alabanzas en rito griego y en lengua eslava.

Es uno de los santos patronos de Bohemia (República Checa, Chechenia, etc.), y su iconografía es abundante en la región, especialmente del legendario episodio según el cual ató al demonio al arado y lo hizo tirar de él. Hay escritas en la antigüedad unas ocho vidas del santo, la primera de las cuales data del 1061-67 (es decir, casi contemporánea), algunas en lengua bohemia, unas en verso, otras en prosa. Lamentablemente, estas diversas «Vida» dan noticias diferentes, e incluso contrastantes, a la vez que mezclan sucesos históricos y datos legendarios. A partir de todas ellas puede, sin embargo, intentar trazarse una semblanza.
Procopio nació hacia el 975 en el castillo de Kourim, y recibió su instrucción en letras eslavas en Vysehard, que era el centro administrativo y eclesiástico de Bohemia, y donde funcionaba una famosa escuela de lengua eslava. En aquellos años en torno a su nacimiento, Bohemia pertenecía, eclesiásticamente hablando, a la diócesis de rito latino de Ratisbona, y desde aquel año había quedado erigida la nueva diócesis latina de Praga; pero hasta este hecho, los duques de Bohemia sostuvieron firmemente que se usase la liturgia eslava.
Procopio fue sacerdote diocesano de vida honesta y casta, dedicada al servicio de Dios. Después de la ordenación fue recibido por los canónigos de Vysehard en la iglesia de San Clemente. Según los usos de su tiempo y lugar, era casado, y tenía un hijo llamado Jimram (Emeramo), que más tarde será monje en el monasterio de su padre. Porque como sucedió tantas veces en la época, influenciada por el gran movimiento benedictino, también Procopio se sintió atraido por el ascetismo de los benedictinos, y se hizo monje, casi seguro del monasterio de Brevnov, uno de los dos existentes en aquella época en Bohemia.
Pero después de un breve tiempo, Procopio pidió a sus superiores poder dedicarse a una vida más austera, y con su permiso se retiró a la soledad en una gruta junto al río Sázava, a unos tres kilómetros de su castillo natal de Kourim. En el 1009 aproximadamente, construyó una pequeña iglesia dedicada a la Madre de Dos y a San Juan Bautista. Dedicado a la oración y la meditación, no desdeñó sin embargo la regla benedictina de «ora et labora», y se abocó a deforestar el entorno con el objeto de conseguir un área cultivable. Y aquí se inserta la leyenda aludida más arriba, según la cual obligó al demonio que lo tentaba a tirar del arado en lugar suyo.
Al igual que con muchos otros santos eremitas, era visitado por muchos peregrinos, con los cuales hablaba de las cosas de la fe, curaba sus enfermedades con hierbas; por lo que fue natural que algunos se le quisieran unir en esa vida de oración y penitencia, lo que dio inicio a una pequeña villa de eremitas. El nombre bohemio actual de la ciudad significa «las chozas negras», y recuerda posiblemente estos orígenes. Un día el duque Ulderico, siguiendo un ciervo por el bosque se perdió, y topó con Procopio; de tal encuentro nació una amistad, y el duque favoreció la construcción de un monasterio, entre cuyos monjes estuvieron el hijo y el sobrino de Procopio. Jimram y Vito.
Fue más tarde promovido a su pesar a la dignidad abacial. Como tal, promovió en su monasterio el uso de la Regla de San Benito, pero el uso de la lengua litúrgica eslava. Bajo su guía, los monjes, además de las tareas normales, se dedicaban a obras literarias y artísticas, estrechando más las relaciones con el mundo eslavo.
Murió el 25 de marzo del 1053. El obispo de Praga Séber se ocupó de su sepultura, y los monjes lo veneraron inmediatamente como santo. Su «elevación» -el modo como se llamaba en aquel momento a la canonización realizada por un obispo- se realizó 40 años después, en 1093, pero no fue reconocida, seguramente por haber sido realizada sólo por el abad de Bozetech. Sin embargo, finalmente fue canonizado por el papa Inocencio III el 4 de julio de 1204; se cuenta que el papa se avino a realizar la canonización después de que tuvo un sueño en el que Procopio le pegaba en la cabeza con el báculo abacial. Sus reliquias fueron trasladadas en 1588 del monasterio a Praga, a la iglesia de Todos los Santos en el castillo real, aunque en 1669 fue traído de nuevo a Sázava un brazo del santo.
 

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