Como tiene por costumbre el Papa Francisco, tuvo un momento de oración personal sentándose en la última fila de la capilla junto a los demás fieles.
Los jardineros estaban emocionados. Tenían los ojos brillantes de alegría. El Papa les saludó personalmente uno a uno. “Estar delante del Santo Padre, en una misa para nosotros, es algo que no ocurre todos los días”. “A todos nos pidió oraciones por él”
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