"Mientras
estaban desconcertadas a causa de esto, se les aparecieron dos hombres con
vestiduras deslumbrantes.
Como las mujeres, llenas de temor, no
se atrevían a levantar la vista del suelo, ellos les preguntaron: "¿Por qué
buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado.
Recuerden lo que él les decía cuando aún estaba en Galilea: 'Es necesario que el
Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y
que resucite al tercer día'".
(Lc 24, 4-8).
Homilía de
S.S. Benedicto XVI en la Vigilia Pascual 2008
¡Ha
resucitado, aleluya!”
“Sursum
corda”, levantemos el corazón, fuera de la maraña de todas nuestras
preocupaciones, de nuestros deseos, de nuestras angustias, de nuestra
distracción, levantad vuestros corazones, vuestra interioridad… siempre debemos
apartarnos de los caminos equivocados, en los que tan a menudo nos movemos con
nuestro pensamiento y obras. Siempre tenemos que dirigirnos a Él, que es el
Camino, la Verdad y la Vida. Siempre hemos de ser “convertidos”, dirigir toda la
vida a Dios. Y siempre tenemos que dejar que nuestro corazón sea sustraído de la
fuerza de gravedad, que lo atrae hacia abajo, y levantarlo interiormente hacia
lo alto: en la verdad y el amor.
En
esta hora damos gracias al Señor, porque en virtud de la fuerza de su palabra y
de los santos Sacramentos nos indica el itinerario justo y atrae hacia lo alto
nuestro corazón. Y lo pedimos así: Sí, Señor, haz que nos convirtamos en
personas pascuales, hombres y mujeres de la luz, colmados del fuego de tu amor.
Amén.
Vigilia Pascual 2007 -Benedicto
XVI, homilía
"Sus
heridas os han curado" (1 P 2,24), éste es el anuncio que Pedro dirigió a los
primeros convertidos. Aquellas llagas, que en un primer momento fueron un
obstáculo a la fe para Tomás, porque eran signos del aparente fracaso de Jesús;
aquellas mismas llagas se han vuelto, en el encuentro con el Resucitado, pruebas
de un amor victorioso. Estas llagas que Cristo ha contraído por nuestro amor nos
ayudan a entender quién es Dios y a repetir también: "Señor mío y Dios mío".
Sólo un Dios que nos ama hasta cargar con nuestras heridas y nuestro dolor,
sobre todo el dolor inocente, es digno de fe. -Benedicto XVI, Pascua
2007.
La Resurrección
del Señor
La pascua celebra la resurrección de Jesucristo,
victorioso sobre la muerte. Su victoria es nuestra victoria. Verdad fundamental
de la fe cristiana. Un canto pascual a esta fiesta la llama "La reina de todas
la estaciones," "día esplendoroso," "la fiesta regia de todas las fiestas". Éste
es el día que hizo el Señor. La Iglesia se reúne felizmente cansada después de
la intensidad de la Vigilia Pascual. El Padre nos recibe en casa, como al hijo
pródigo, nos agasaja con un banquete y nos da una túnica
nueva.
Según
San León Magno, Jesús se apresuró a resucitar cuanto antes porque tenía prisa en
consolar a su Madre y a los discípulos (Sermón 71, 2).
Ya
han pasado los 40 días del ayuno cuaresmal. Hoy comenzamos "los Cincuenta Días
de la Pascua," siete semanas más un día–una "semana de semanas" desde ahora
hasta la fiesta de Pentecostés. En estos cincuenta días nuestro Señor resucitado
nos dirige hacia el sol de la primavera. Nuestro maravilloso Jardinero planta su
cruz entre nosotros como nuevo árbol de la vida. Nuestro Buen Pastor nos conduce
a los pasos floridos del paraíso.
SECUENCIAVictima paschali laudes
Ofrezcan
los cristianos
ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua. Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió con nueva alianza. Lucharon vida y muerte en singular batalla, y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta. «¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?» «A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, |
los
ángeles testigos,
sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza! Venid a Galilea, allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos la gloria de la Pascua.» Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado; la muerte en ti no manda. Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa. Amén. Aleluya. |
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