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Nicodemo de Mammola, Santo |
Eremita
Martirologio Romano: En Mammola, cerca de Gerace, en Calabria, san Nicodemo, eremita, que fue maestro de vida monástica, célebre por la austeridad de vida y por sus virtudes (990).
Etimológicamente: Nicodemo = Vencedor de entre el pueblo, es de origen griego.
Teofane y Pandia fueron los padres de Nicodemo, que nació en Cirò (Catanzaro) en los primeros años del siglo X, lo confiaron a la guía espiritual de un piadoso y docto sacerdote, Galatone, al mismo tiempo el chico progresaba en las ciencias sagradas y en la piedad.
De joven pudo ver el comportamiento libertino de algunos sus contemporáneos, lo que le causó fuertes disgustos, por su parte él sintió la atracción por la vida monástica, que fue profesada en el siglo X, de aquellos ascetas con fama de santidad, en la zona del Mercurion, sobre los barrancos de Pollino en Calabria.
Abandona Cirò, para pedir el hábito monástico al austero abad san Fantino, cosa que le fue negada pese a su insistencia, ya que no se lo consideraba apto para aquella vida de estudios, penitencias y mortificaciones por su frágil constitución física.
Decepcionado pero no convencido, insistió nuevamente a través de los buenos auspicios de otros monjes, hasta que san Fantino, conmovido por sus insistencias, le concedió el “vestido angélico”, así llamado entre los monjes griegos de aquel tiempo.
Nicodemo, tuvo como compañero a san Nilo de Rossano, ejemplo resplandeciente de vida ascética del Mercurion. Crecidos y formados ambos en la rígida escuela del abad san Fantino, ellos, junto a otros santos monjes hicieron famosa su Comunidad en toda la Cristiandad, al punto que Orestes, patriarca de Jerusalén la describió alabándola, en sus acreditados escritos y biografías.
El tipo de vida practicado por ellos es impensable en nuestros días, pero constituyó la bisagra del ascenso, junto a la pureza, de los monjes calabreses de aquella época; vestían con una piel de cabra, caminaban con sus pies descalzos sin importar la estación del año, dormían sobre paja en grutas, comían castañas y altramuces.
En edad bastante madura, decide dejar el Mercurion y apartarse a una ermita en el Monte Cellerano en el Locride pero la fama de santidad que lo precedía, atrajo a muchos monjes que se encomendaron y por lo tanto Nicodemo se vio obligado a fundar una colonia de anacoretas, viviendo separados, cada uno en una choza y se reunían alrededor de él una vez la semana.
Su colonia fue visitada por san Fantino y otros monjes del Mercurion; desafortunadamente estaba demasiada expuesta a la curiosidad de los fieles y sobre todo a las correrías de los sarracenos, por lo que, anticipándose a su destrucción, dispersó a los monjes en otros monasterios y él se apartó cerca de Gerace en un cenobio, acentuando la austeridad de su vida.
Pero también aquí no se radicó y después de algunos años se apartó a un lugar solitario cerca de Mammola, que pronto también se transformó en un famoso monasterio de monjes griegos.
A pesar de los setenta años pasados en la aspereza de la vida ascética, Nicodemo vivió unos 90 años, muchos para aquellos tiempos y a pesar de su frágil constitución física; murió en el monasterio de Mammola, que tomará luego su nombre, el 25 de marzo de 990.
Los milagros florecieron sobre su tumba y por lo tanto fue proclamado santo, en aquel entonces no hubieron todos los procedimientos que hacen falta hoy. En el 1080 los normandos transformaron el pequeño oratorio con su tumba, a una gran iglesia, también restauraron el monasterio.
Las reliquias fueron trasladadas a la iglesia de Mammola en el año 1580, localidad que lo proclamó su patrón en 1630, fijando la fiesta litúrgica al 12 de marzo. Los pontífices en los siglos siguientes concedieron particulares indulgencias en ocasión de su fiesta y otras celebraciones.
En el año 1884 el Ayuntamiento de Mammola hizo decorar artísticamente la capilla, un reconocimiento de las reliquias ha sido efectuado el 12 de mayo de 1922 coincidiendo con la inauguración de la reconstruida y adornada iglesia.
El Martirologio Romano lo recuerda el 25 de marzo.
San Nicodemo, eremita
fecha: 25 de marzo n.: c. 900 - †: 990 - país: Italia canonización: culto local hagiografía: Santi e Beati
En Mammola, cerca de Gerace, en Calabria, san Nicodemo, eremita, que fue maestro de vida monástica, célebre por su austeridad y por sus virtudes.
Nicodemo nació en Cirò (Catanzaro), hijo de Teófanes y Pandia, en los primeros años del siglo X. Lo confiaron al cuidado espiritual de un piadoso y docto sacerdote, Galatón, y el discípulo progresó al mismo tiempo en las ciencias sacras y en la piedad. De joven pudo ver el comportamiento licencioso de algunos de sus contemporáneos, que lo disgustó de tal modo que sintió la atracción por la vida monástica, que en el siglo X venía profesada por aquellos ascetas con fama de santidad en la zona del Mercurio, en las laderas del Pollino, en Calabria.
Dejando Cirò, fue a pedir el hábito monástico al austero abad san Fantino, pero el pedido le fue rechazado varias veces, porque no parecía posible que se adaptara a la vida de estudio, penitencia y mortificación, a la vista de su débil constitución física. Desilusionado pero no convencido, insistió apoyado en los buenos augurios de otros monjes, hasta que san Fantino, movido por esa insistencia, le concedió el hábito angélico, llamado así entre los monjes griegos de aquella época.
Nicodemo llegó a ser, junto a san Nilo de Rossano, ejemplo resplandeciente de vida ascética en el Mercurio, crecidos y formados los dos en la rígida escuela del Abad san Fantino; y conjuntamente con los otros santos monjes cálabro-sicilianos hicieron famosa en toda la cristiandad su comunidad, al punto que Orestes, patriarca de Jerusalén, la describe elogiándola en sus autorizados escritos y biografías. El tipo de vida practicado es impensable en nuestros días, pero constituía el gozne de la ascesis, junto a la pureza, de los monjes cálabro-sicilianos de aquella época; vestía con una piel de cabra, andaba a pie desnudo en toda estación, dormía con su jergón de paja en una gruta, comía castañas y altramuces.
En edad bastante madura, decidió dejar el Mercurio y se retiró a un eremo del Monte Cellerano en la Lócride (Calabria), pero la fama de santidad que lo seguía, atrajo muchos monjes que se le aficionarion, y Nicodemo se vio obligado a fundar una laura, es decir, una colonia de anacoretas, que vivían separados, cada uno en su choza, pero se reunían una vez a la semana. Con el tiempo se volverá un gran convento. Su Laura fue visitada por san Fantino y otros monjes del Mercurio; sin embargo estaba muy expuesta también a la curiosidad de los fieles y sobre todo a las correrías de los sarracenos, por lo que, previendo la destrucción, dispersó a sus monjes en otros monasterios, y él se retiró a un cenobio en Gerace (también en Calabria), donde acentuó la austeridad de su vida.
A pesar de los 70 años pasados en la aspereza de la vida ascética, Nicodemo vivió cerca de 90 años, muchísimos para la época y su débil constitución física. Murió en el monasterio de Mammola, que tomó después su nombre, el 25 de marzo del 990. Los milagros florecieron sobre su tumba y fue proclamado santo por aclamación, teniendo en cuenta que no había en la época los procedimientos canónicos actuales. En 1080 los normandos transformaron el pequeño oratorio con su tumba en una gran iglesia, restaurando también el monasterio, y concediéndole privilegios y bienes. Las reliquias fueron trasladadas a la iglesia de Mammola en 1580, que lo proclamó su patrono en 1630, fijando la fiesta litúrgica el 12 de marzo. En siglos sucesivos los pontífices concedieron indulgencias en ocasión de su fiesta y otras celebraciones. En 1884 el Ayuntamiento de Mammola hizo decorar artísticamente la capilla, y el 12 de mayo de 1922 se realizó un reconocimiento de las reliquias, en coincidencia con la inauguración de la reconstruida iglesia.
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Antonio Borrelli.
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