Presbítero y Mártir, 31 de marzo | |||
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Beato Cristóbal Robinson, presbítero y mártir
fecha: 31 de marzo
n.: c. 1568 - †: 1597 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Juan Pablo II 22 nov 1987
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
n.: c. 1568 - †: 1597 - país: Reino Unido (UK)
canonización: B: Juan Pablo II 22 nov 1987
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En Carlisle, en Inglaterra, conmemoración del beato Cristóbal Robinson, presbítero y mártir, que fue testigo del martirio de san Juan Boste y, finalmente, bajo el reinado de Isabel I, en día no precisado, sólo por el hecho de ser sacerdote, también fue ajusticiado, recibiendo de esta forma la palma de la gloria.
refieren a este santo: San Juan Boste
Ver más información en:
Mártires de la persecusión en Inglaterra (1535 - 1681)
Mártires de la persecusión en Inglaterra (1535 - 1681)
Nuestro futuro mártir, de cuya primera infancia tenemos pocos datos, marchó a Reims a comienzos de 1589, Y con Pedro Snow y otros compañeros fue admitido el 17 de abril en el colegio que, trasladado de Douai, se hallaba entonces en esta ciudad. Acabado el primer año de estudio, recibió la tonsura clerical el 18 de agosto de 1590 y las órdenes menores en la iglesia de Nuestra Señora de Reims. Prosiguió los estudios y en mitad del curso siguiente fue enviado a Soissons, donde el 30 y 31 de marzo de 1591 recibió respectivamente las órdenes mayores del subdiaconado y el diaconado. En el colegio, lleno de devoción y fe, continuó sus estudios, y con el alma entregada a la causa misionera, se acercó el 24 de febrero de 1592 al cardenal Sega, que le impuso las manos en Reims y le ordenó presbítero. Era sacerdote. Su misión. Su ideal. Continuó sus estudios hasta terminarlos en Juma y quedó a la espera de la orden de volver a Inglaterra. Él se hallaba dispuesto a todo. Sólo era preciso que lo enviaran. El día 1 de septiembre de 1592 comenzó su viaje de vuelta a su patria.
Le esperaban seis años de trabajo apostólico, del que por desgracia no conservamos pormenores. Pero en medio de estos años tuvo lugar en Durham el martirio de san Juan Boste (24 de julio de 1594). Fue allí a presenciarlo Cristóbal Robinson, y luego escribió una detallada relación del proceso y muerte del mártir, que sería más tarde publicada en el volumen primero de las publicaciones de la Catholic Record Society. El P. Robinson pudo presenciar cómo era llevado en una carreta desde la prisión hasta el lugar de la ejecución. Oyó al mártir rezar el ángelus mIentras subía los peldaños de la escalera del patíbulo, y presenció cómo el mártir empezó a hablar y no le dejaron y dijo entonces que su sangre hablaría por él. Este insigne martirio no horrorizó a Robinson, al revés le llevó a afianzarse más en su vocación misionera y a seguir trabajando por la causa católica, sIempre con la perspectiva del martirio.
Éste llegó para él unos años más tarde. La fecha de su martirio es objeto de discrepancias. En la "positio" inicial se le señala el 19 de agosto de 1598. En el breve de beatificación se señala el año 1587, lo que es manifiestamente equivocado pues asistió en 1594, como queda dicho, al martirio de san Juan Boste. Y en el Martirologio se dice que se desconoce el día y da el año 1597, inscribiendo su memoria el 31 de marzo. En una carta de Garnet, el provincial de los Jesuitas, se da la fecha del 7 de abril. Fue localizado y arrestado en Johnby Hall, Junto a Penrith en Cumberland, en la casa de Leonardo Musgrave y llevado a prisión en Carlisle. Aquí se le dio cuenta a un ministro protestante de la ciudad, llamado curiosamente también Robinson, y que muy pronto sería nombrado Obispo de Carlisle, de que había sido apresado un sacerdote católico con este apellido. Y aquél decidió visitarlo en la cárcel para tratar de atraerlo al anglicanismo y salvarle la vida. Cristóbal se mostró cortés y amable con su visitante y comprendió la buena voluntad de fondo que el prelado anglicano tenía en atraerlo a su religión, por conquistar aquella alma y por librarlo del suplicio. Y escuchó con delicadeza las cosas que el obispo le decía con palabras dulces y halagadoras. Pero a todas sus palabras oponía la más firme persistencia en su fe católica, que ni por un momento se vio turbada o puesta en duda. El obispo volvió vanas veces a la cárcel y dio repetidas conferencias al sacerdote preso, sin que ninguna de ellas lo moviera de su adhesión al catolicismo. Dejándolo por imposible, el prelado anglicano hubo de ver que el proceso seguía su curso. Cristóbal compareció en juicio, donde no se le halló reo de otro crimen que el de haberse ordenado sacerdote católico en el extranjero pese a la prohibición real y haber ejercitado su ministerio en el país. Fue condenado como traidor y destinado a la horca y descuartizamiento. También fueron condenados los Musgrave, pero poco después fueron perdonados.
Todas las fuentes son contestes en que se portó en el patíbulo con mansedumbre y dulzura, y que en su rostro siempre amable había verdadera alegría. Fueron muchos a presenciar su ejecución y salieron tocados, de modo que se habló mucho tiempo en Carlisle de la heroica paciencia con que este conciudadano había sabido afrontar digna y heroicamente la muerte por su fe. El papa Juan Pablo II lo beatificó junto con otros mártires el 22 de noviembre de 1987.
Resumido del artículo de Jose Luis Repetto Betes. En la imagen: memorial de Christopher Robinson en la iglesia católica de Nuestra Señora y San José, en Carlisle.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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