miércoles, 13 de marzo de 2013

Eduardo el Martir, Santo


Rey de Inglaterra, 18 de marzo
 
Eduardo el Martir, Santo
Eduardo el Martir, Santo

Rey de Inglaterra

Martirologio Romano: En Wareham, en Inglaterra, san Eduardo, rey, que, todavía adolescente, fue asesinado dolosamente por los criados de la madrastra (978).

Etimológicamente: Eduardo = Aquel que es un glorioso guardián, es de origen germánico.
Eduardo el Mártir nació en el año 962, siendo el primogénito de Edgar el Pacífico, rey de Inglaterra, y de su primera esposa Ethelfleda, hija del caballero Ordmaer.

A la muerte de su padre (8 de julio de 975) le sucede en el trono pese a la oposición de su madrastra Elfrida, la cual defendía los derechos de su hijo Etelredo alegando que había nacido de una reina ungida, mientras que la madre de Eduardo nunca fue coronada. Pero gracias al apoyo de Dunstan, logra ser finalmente proclamado rey por la Witenagemot.

Su política se orienta, apoyado por Dunstan, en defender los derechos de la Iglesia, menguados en los reinados anteriores. Por ello, muchos nobles deseaban poner en su lugar al joven Eduardo.

El 18 de marzo de 978, se encontraba cazando con sus perros y algunos caballeros en Wareham, Dorset, cuando decide visitar a su medio-hermano en el castillo de Corfe, cerca a Wareham, donde vivía junto a su madre. Separado del grupo que le acompañaba, llega solo al castillo. Aun montado en su caballo, su madrastra Elfrida le ofrece desde la parte alta del castillo una copa de vino, y cuando estaba por alcanzarla, fue acuchillado por la espalda por uno de los esbirros de la reina.

Según la leyenda, inmediatamente después del asesinato, hicieron que su caballo arrastrara el cuerpo deslizado de la silla de montar y con un pie en el estribo, cayendo en la base de la colina sobre la cual el castillo de Corfe se encontraba ubicado. La reina entonces ordena que se oculte el cuerpo en una choza cercana. Dentro de la choza, sin embargo, vivía una mujer ciega de nacimiento que la reina ayudaba por caridad. Durante la noche, una luz maravillosa apareció y llenó la choza entera y con gran temor, la mujer gritó: -"¡Señor, ten misericordia!"- recibiendo repentinamente la vista. Entonces descubrió a cuerpo del rey.

La iglesia de St. Edward en el castillo de Corfe ahora está construida sobre el sitio de este milagro. Al amanecer la reina supo de lo ocurrido, y asustada, recoge el cuerpo, y lo entierra un lugar de acuerdo a su rango cerca de Wareham. Un año después del crimen apareció un pilar del fuego sobre el lugar en donde el cuerpo había sido ocultado, encendiéndose encima del área entera. Esto fue visto por algunos de los habitantes de Wareham, que sacaron el cuerpo de la sepultura dada por la reina. Un brote claro de agua se originó inmediatamente en ese lugar, siendo conocida desde entonces como agua curativa. Acompañado por una muchedumbre de campesinos, el cuerpo fue llevado la iglesia de la Santa Madre de Dios de Wareham y enterrado en el extremo este de la iglesia. Esto ocurrió el 13 de febrero de 980.

Al año siguiente (13 de febrero de 981) el cuerpo fue trasladado a la abadía de Shaftesbury, en Dorset. En el camino de ser llevado el cadáver del rey a la abadía, ocurre otro milagro: dos jorobados que seguían el cortejo son increíblemente curados.

Eduardo fue finalmente canonizado en un concilio inglés en el año 1008, presidido por Alpagio, arzobispo de Canterbury -luego martirizado por los daneses en 1012-, y el rey Etelredo ordena que sus festividades sean de 3 días: el 18 de marzo (día de su muerte), el 13 de febrero (día de su milagrosa sepultura en Wareham) y el 20 de junio (en ese día, en el año 1001, sus restos fueron inhumados y se vio que estaba incorrupto). La abadía de Shaftesbury fue rededicada a La Virgen María y a Eduardo. Muchos milagros siguieron sucediendo en su sepulcro en los siglos venideros, incluyendo la cura de la lepra y la devolución de la vista a los ciegos.

En el siglo XVI, durante el reinado de Enrique VIII, cuando ocurre la destrucción en masa de monasterios y conventos, el cuerpo de Eduardo es escondido para salvarlo de la furia del rey. En 1931, las reliquias fueron recuperadas por el señor Wilson Claridge-Claridge durante una excavación arqueológica; su identidad fue confirmada por el Dr. T.E.A. Stowell, un osteologista. En 1970, examinaciones realizadas en las reliquias, sugerían que el joven había sido acuchillado en la parte posterior mientras montaba su caballo y después había sido arrastrado a lo largo de la tierra por el animal aterrorizado con su pie cogido en un estribo. En 1982, el señor Claridge-Claridge donó las reliquias a la iglesia ortodoxa rusa, que las puso en una iglesia en el cementerio de Brookwood, en Woking, Surrey. Organizaron a la fraternidad de monjes de la orden de Eduardo para custodiarlo allí. La iglesia ahora se llama Iglesia Ortodoxa de Eduardo el Mártir.



San Eduardo, rey
fecha: 18 de marzo
n.: c. 963 - †: 978 - país: Reino Unido (UK)
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
Cerca de la localidad de Wareham, en Inglaterra, san Eduardo, rey, que, todavía adolescente, fue asesinado dolosamente por los criados de su madrastra.
patronazgo: protector contra enfermedades glandulares.

Hijo del rey Edgar y de su primera esposa, fue bautizado por san Dunstano. Al morir su padre, intentó su madrastra entronizar a su propio hijo Etelredo, pero san Dunstano estuvo por la legitimidad de Eduardo. Éste, muy joven, comenzó su gobierno bajo la guía del arzobispo, que no pudo Impedir se formase un complot que acabó con el asesinato del monarca en Wareham, según unos por iniciativa de los partidarios de Etelredo y según otros a instigación de la madrastra que quería a su propio hijo en el trono. Eduardo tenía unos dieciséis años cuando fue asesinado. El pueblo lo tuvo por mártir al haber sido tan injusta su muerte y comenzó a hablar de sucesos sobrenaturales en su tumba. La muerte fue en el año 978. En la revisión actual del Martirologio Romano, aunque se acepta el culto inmemorial tributado al santo, no se reconoce a esta muerte como martirio, ya que no basta para esto que se trate de una muerte injusta.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003

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