domingo, 19 de febrero de 2012

E L SUEÑO DE LOS TRES ÁRBOLES


Érase una vez, en la cumbre de una montaña, tres pequeños árboles amigos que soñaban en grande sobre lo que harian en el futuro. El primer arbolito miró hacia las estrellas y dijo: "Yo quiero guardar grandes tesoros. Quiero estar repleto de oro y de piedras preciosas. Yo crecere y seré el cofre de tesoros mas hermoso del mundo". El segundo arbolito observó el pequeño arroyo en sus camino hacia el mar y dijo: "Yo quiero viajar a través de mares inmensos y llevar conmigo a reyes poderosos. Yo seré el barco mas importante del mundo". El tercer arbolito miró hacia el valle y vio a hombres agobiados de tantos infortunios, fruto de sus pecados y dijo: "Yo no quiero jamas dejar la cima de la montaña. Quiero crecer tan alto que cuando la gente del pueblo se detenga a mirarme, levanten su mirada al cielo y piensen en la grandeza de Dios. Yo seré el trono del rey mas grande del mundo". Los años pasaron. Llovió, brilló el sol y los pequeños árboles se convirtieron en majestuosos cedros. Un día, tres leñadores subieron a la cumbre de la montaña. El primer leñador miró al primer árbol y dijo: "¡Qué árbol tan hermoso!", y con la arremetida de su hacha el primer árbol cayó. "Ahora me deberán convertir en un cofre hermoso, voy a contener tesoros maravillosos", pensó el primer árbol. Otro leñador miró al segundo árbol y dijo: "¡Este árbol es muy fuerte, es perfecto para mi!". Y con la arremetida de su hacha, el segundo árbol cayó. "Ahora haran de mi un gran barco y navegaré en mares inmensos llevando a reyes", pensó el segundo árbol, "Deberé ser el barco mas importante para los reyes de la tierra". El tercer árbol sintió su corazón hundirse de pena cuando el último leñador se fijó en el. El árbol se paró derecho y alto, apuntando al cielo. Pero el leñador ni siquiera miró hacia arriba, y dijo: "¡Cualquier árbol me servirá para lo que busco!". Y con la arremetida de su hacha, el tercer árbol cayó. El primer árbol se emocionó cuando el leñador lo llevó al taller, pero pronto vino la tristeza. El carpintero lo convirtió en un pobre y humilde pesebre para alimentar a las ovejas. Aquel árbol hermoso no fue cubierto e n un hermoso cofre no fue llenado con oro, ni contuvo piedras preciosas. Solo contenía pasto. El segundo árbol sonrió cuando el leñador lo llevó cerca de un embarcadero. Pero pronto se entristeció porque no era el mar sino un simple lago. No habían por allí reyes sino pobres pescadores. En lugar de convertirse en el gran barco de sus sueños, hicieron de el una simple barcaza de pesca, demasiado chica y débil para navegar en el océano. Allí quedó en el lago con los pobres pescadores que nada de importancia tienen para la historia.

Pasó el tiempo. Una noche, brilló sobre el primer árbol la luz de una estrella dorada. Una hermosa joven dio a luz y puso a su hijo recién nacido en aquel humilde pesebre. "Yo quisiera

haberle construido una hermosa cuna", le dijo su esposo... La madre le apretó la mano y sonrió mientras la luz de la estrella alumbraba al niño que apaciblemente dormía sobre la paja y la tosca madera del pesebre. "El pesebre es hermoso" dijo ella y, de repente, el primer árbol comprendió que contenía el tesoro mas grande del universo.

Pasaron los años y una tarde, un gentil maestro de un pueblo vecino subió con unos pocos seguidores a bordo de la vieja barca de pesca. El maestro, agotado, se quedó dormido mientras el segundo árbol navegaba tranquilamente sobre el lago.

De repente, una impresionante y aterradora tormenta se abatió sobre ellos. El segundo árbol se llenó de temor pues las olas eran demasiado fuertes para la pobre barca en que se había convertido. A pesar de sus mejores esfuerzos, le faltaban las fuerzas para llevar a sus tripulantes seguros a la orilla. ¡Naufragaba!. ¡que gran pena, pues no servía ni para un lago!. Se sentía un verdadero fracaso. Así pensaba cuando el maestro, sereno, se levanta y, alzando su mano dio una orden: "calma". Al instante, la tormenta le obedece y da lugar a un remanso de paz. De repente el segundo árbol, convertido en la barca de Pedro, supo que llevaba a bordo al rey del cielo, tierra y mares.

El tercer árbol fue convertido en sendos leños que por muchos años fueron olvidados como escombros en un oscuro almacén militar. ¡Qué triste yacía en aquella penuria inútil, qué lejos le parecía su sueño de juventud! De repente un viernes en la mañana, unos hombres violentos tomaron bruscamente esos maderos. El tercer árbol se horrorizó al ser forzado sobre las espaldas de un inocente maestro que había sido golpeado sin misericordia. Aquel pobre hombre lo cargó, con gran dolor, por las calles ante la mirada de todos. Al fin llegaron a una loma fuera de la ciudad y allí le clavaron manos y pies. Quedo colgado sobre los maderos del tercer árbol y, sin quejarse, solo rogaba a su Padre mientras su sangre se derramaba sobre los maderos. el tercer

árbol se sintió avergonzado, pues no solo se sentía un fracasado, se sentía además cómplice de aquél crimen. Se sentía tan vil como aquellos fariseos blasfemos ante la víctima crucificada y levantada. Pero el domingo en la mañana, cuando al brillar el sol, la tierra se estremeció bajo sus maderas, el tercer árbol comprendió que algo muy grande había ocurrido. De repente todo había cambiado. Sus leños bañados en sangre ahora refulgían como el sol. ¡Se llenó de felicidad y supo que era el árbol mas valioso que había existido o existirá jamás pues aquel hombre era el rey de reyes y se valió de el para salvar al mundo! La cruz era trono de gloria para el rey victorioso. Cada vez que la gente piense en él recordarán que la vida tiene sentido, que son amados, que el amor triunfa sobre el mal. Así todos pensarán en el amor de Dios y, de una manera misteriosa, llegó a hacerse su sueño realidad. El tercer árbol se convirtió en el trono mas alto del mundo, y al mirarlo todos pensarán Dios y en su gran bondad y amor.

Todos necesitamos tener sueños y ponerlos delante de Dios. Los padres debemos alentar los sueños de nuestros hijos y orar pro ellos para su realización. Dios es el especialista en conceder sueños a sus hijos que le aman. Recuerda a Jose que tenia sueños de ser un hombre importante y ser un gobernante. Quizas su familia no lo entendía pero esos sueños los puso Dios en el corazon de Jose y el vino a ser un gran gobernante y mas aun uno de los mas grandes siervos de Dios de la historia.

Queridos amigos no nos riamos de los sueños de nuestros niños oremos siempre por ellos que Dios ponga en ellos hermosos sueños y ayudemos les a esforzarse y a luchar para lograr esos sueños. Que Dios les bendiga y los guie en la tarea especial de formar lideres que cambien este mundo.Hombres buenos que amen a Dios y amen las vidas y sean integros.Hombres que hagan la diferencia.Que sean buenos imitadores de Jesucristo nuestro Señor.

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