Fiesta 30 Septiembre
Uno de los cuatro Doctores originales de la Iglesia Latina. Padre de las ciencias bíblicas y traductor de la Biblia al latín. Presbítero, hombre de vida ascética, eminente literato.
(347-420)
Ver de sus escritos:
Convertíos a mí -de su comentario sobre el profeta Joel
Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo
En breve:
Nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; estudió en Roma y allí fue bautizado. Abrazó la vida ascética, marchó al Oriente y fue ordenado presbítero. Volvió a Roma y fue secretario del papa Dámaso. Fue en esta época cuando empezó su traducción latina de la Biblia. También promovió la vida monástica. Más tarde, se estableció en Belén, donde trabajó mucho por el bien de la Iglesia. Escribió gran cantidad de obras, principalmente comentarios de la sagrada Escritura. Murió en Belén el año 420.
San Jerónimo
Audiencias de Benedicto XVI: 7 de noviembre y 14 de noviembre, 2007
Síntesis de las audiencias sobre S. Jerónimo:
San Jeronimo:
-"Ignorar la Escritura es ignorar a Cristo"
-"¿Cómo es posible vivir sin la ciencia de las Escrituras, a través de las cuales se aprende a conocer al mismo Cristo, que es la vida de los creyentes?"
-"Estoy con quien esté unido a la Cátedra de san Pedro" "yo sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia".La Biblia, instrumento «con el que cada día Dios habla a los fieles, se convierte de este modo en estímulo y manantial de la vida cristiana para todas las situaciones y para toda persona».
Leer la Escritura es conversar con Dios: «Si rezas --escribe a una joven noble de Roma--hablas con el Esposo; si lees, es Él quien te habla».
Como interpretar la Biblia
«un criterio metodológico fundamental en la interpretación de las Escrituras era la sintonía con el magisterio de la Iglesia».
«Por nosotros mismos nunca podemos leer la Escritura. Encontramos demasiadas puertas cerradas y caemos en errores. La Biblia fue escrita por el Pueblo de Dios y para el Pueblo de Dios, bajo la inspiración del Espíritu Santo»
«Sólo en esta comunión con el Pueblo de Dios podemos entrar realmente con el “nosotros” en el núcleo de la verdad que Dios mismo nos quiere decir».
«Para él una auténtica interpretación de la Biblia tenía que estar siempre en armonía con la fe de la Iglesia católica».
La lectura de la Escritura lleva al santo a entregarse a los demás: es necesario «vestir a Cristo en los pobres, visitarle en los que sufren, darle de comer en los hambrientos, cobijarle en los que no tienen un techo».
La Palabra de Dios «indica al hombre las sendas de la vida, y le revela los secretos de la santidad».
Vida de San JERÓNIMO (Eusebius Hieronymus Sophronius), el Padre de la Iglesia que más estudió las Sagradas Escrituras, nació alrededor del año 342, en Stridon, una población pequeña situada en los confines de la región dálmata de Panonia y el territorio de Italia, cerca de la ciudad de Aquilea. Su padre tuvo buen cuidado de que se instruyese en todos los aspectos de la religión y en los elementos de las letras y las ciencias, primero en el propio hogar y, más tarde, en las escuelas de Roma. En la gran ciudad, Jerónimo tuvo como tutor a Donato, el famoso gramático pagano. En poco tiempo, llegó a dominar perfectamente el latín y el griego (su lengua natal era el ilirio), leyó a los mejores autores en ambos idiomas con gran aplicación e hizo grandes progresos en la oratoria; pero como había quedado falto de la guía paterna y bajo la tutela de un maestro pagano, olvidó algunas de las enseñanzas y de las devociones que se le habían inculcado desde pequeño. A decir verdad, Jerónimo terminó sus años de estudio, sin haber adquirido los grandes vicios de la juventud romana, pero desgraciadamente ya era ajeno al espíritu cristiano y adicto a las vanidades, lujos y otras debilidades, como admitió y lamentó amargamente años más tarde. Por otra parte, en Roma recibió el bautismo (no fue catecúmeno hasta que cumplió más o menos los dieciocho años )y, como él mismo nos lo ha dejado dicho, "teníamos la costumbre, mis amigos y yo de la misma edad y gustos, de visitar, los domingos, las tumbas de los mártires y de los apóstoles y nos metíamos a las galerías subterráneas, en cuyos muros se conservan las reliquias de los muertos". Después de haber pasado tres años en Roma, sintió el deseo de viajar para ampliar sus conocimientos y, en compañía de su amigo Bonoso, se fue hacia Tréveris. Ahí fue donde renació impetuosamente el espíritu religioso que siempre había estado arraigado en el fondo de su alma y, desde entonces, su corazón se entregó enteramente a Dios.
En el año de 370, Jerónimo se estableció temporalmente en Aquilea donde el obispo, San Valeriano, se había atraído a tantos elementos valiosos, que su clero era famoso en toda la Iglesia de occidente. Jerónimo tuvo amistad con varios de aquellos clérigos, cuyos nombres aparecen en sus escritos. Entre ellos se encontraba San Cromacio, el sacerdote que sucedió a Valeriano en la sede episcopal, sus dos hermanos, los diáconos Joviniano y Eusebio, San Heliodoro y su sobrino Nepotiano y, sobre todo, se hallaba ahí Rufino, el que fue, primero, amigo del alma de Jerónimo y, luego, su encarnizado opositor. Ya para entonces, Rufino provocaba contradicciones y violentas discusiones, con lo cual comenzaba a crearse enemigos. Al cabo de dos años, algún conflicto, sin duda más grave que los otros, disolvió al grupo de amigos, y Jerónimo decidió retirarse a alguna comarca lejana ya que Bonoso, el que había sido compañero suyo de estudios y de viajes desde la infancia, se fue a vivir en una isla desierta del Adriático. Jerónimo, por su parte, había conocido en Aquilea a Evagrio, un sacerdote de Antioquía con merecida fama de ciencia y virtud, quien despertó el interés del joven por el oriente, y hacia allá partió con sus amigos Inocencio, Heliodoro e Hylas, éste último había sido esclavo de Santa Melania.
Jerónimo llegó a Antioquía en 374 y ahí permaneció durante cierto tiempo. Inocencio e Hylas fueron atacados por una grave enfermedad y los dos murieron; Jerónimo también estuvo enfermo, pero sanó. En una de sus cartas a Santa Eustoquio le cuenta que en el delirio de su fiebre tuvo un sueño en el que se vio ante el trono de Jesucristo para ser juzgado. Al preguntársele quién era, repuso que un cristiano. "¡Mientes!", le replicaron. "Tú eres un ciceroniano, puesto que donde tienes tu tesoro está también tu corazón". Aquella experiencia produjo un profundo efecto en su espíritu y su encuentro con San Maleo, cuya extraña historia se relata en esta obra en la fecha del 21 de octubre, ahondó todavía más el sentimiento. Corno consecuencia de aquellas emociones, Jerónimo se retiró a las salvajes soledades de Calquis, un yermo inhóspito al sureste de Antioquía, donde pasó cuatro años en diálogo con su alma. Ahí soportó grandes sufrimientos a causa de los quebrantos de su salud, pero sobre todo, por las terribles tentaciones carnales.
"En el rincón remoto de un árido y salvaje desierto", escribió años más tarde a Santa Eustoquio, "quemado por el calor de un sol tan despiadado que asusta hasta a los monjes que allá viven, a mi me parecía encontrarme en medio de los deleites y las muchedumbres de Roma ... En aquel exilio y prisión a los que, por temor al infierno, yo me condené voluntariamente, sin más compañía que la de los escorpiones y las bestias salvajes, muchas veces me imaginé que contemplaba las danzas de las bailarinas romanas, como si hubiese estado frente a ellas. Tenía el rostro escuálido por el ayuno y, sin embargo, mi voluntad sentía los ataques del deseo; en mi cuerpo frío y en mi carne enjuta, que parecía muerta antes de morir, la pasión tenía aún vida. A solas con aquel enemigo, me arrojé en espíritu a los pies de Jesús, los bañé con mis lágrimas y, al fin, pude domar mi carne con los ayunos durante semanas enteras. No me avergüenzo al revelar mis tentaciones, pero sí lamento que ya no sea yo ahora lo que entonces fui. Con mucha frecuencia velaba del ocaso al alba entre llantos y golpes en el pecho, hasta que volvía la calma". De esta manera pone Dios a prueba a sus siervos, de vez en cuando; pero sin duda que la existencia diaria de San Jerónimo en el desierto, era regular, rnonótona y tranquila. Con el fin de contener y prevenir las rebeliones de la carne, agregó a sus mortificaciones corporales el trabajo del estudio constante y absorbente, con el que esperaba frenar su imaginación desatada. Se propuso aprender el hebreo. "Cuando mi alma ardía con los malos pensamientos", dijo en una carta fechada en el año 411 y dirigida al monje Rústico, "como último recurso, me hice alumno de un monje que había sido judío, a fin de que me enseñara el alfabeto hebreo. Así, de las juiciosas reglas de Quintiliano, la florida elocuencia de Cicerón, el grave estilo de Fronto y la dulce suavidad de Plinio, pasé a esta lengua de tono siseante y palabras entrecortadas. ¡Cuánto trabajo me costó aprenderla y cuántas dificultades tuve que vencer! ¡Cuántas veces dejé el estudio, desesperado y cuántas lo reanudé! Sólo yo que soporté la carga puedo ser testigo, yo y también los que vivían junto a mí. Y ahora doy gracias al Señor que me permite recoger los dulces frutos de la semilla que sembré durante aquellos amargos estudios". No obstante su tenaz aprendizaje del hebreo, de tanto en tanto se daba tiempo para releer a los clásicos paganos.
Por aquel entonces, la Iglesia de Antioquía sufría perturbaciones a causa de las disputas doctrinales y disciplinarias. Los monjes del desierto de Calquis también tomaron partido en aquellas disensiones e insistían en que Jerónimo hiciese lo propio y se pronunciase sobre los asuntos en discusión. El habría preferido mantenerse al margen de las disputas, pero de todas maneras, escribió dos cartas a San Dámaso, que ocupaba la sede pontificia desde el año 366, a fin de consultarle sobre el particular y preguntarle hacia cuáles tendencias se inclinaba. En la primera de sus cartas dice: "Estoy unido en comunión con vuestra santidad, o sea con la silla de Pedro; yo sé que, sobre esa piedra, está construida la Iglesia y quien coma al Cordero fuera de esa santa casa, es un profano. El que no esté dentro del arca, perecerá en el diluvio. No conozco a Vitalis; ignoro a Melesio; Paulino es extraño para mí. Todo aquel que no recoge con vos, derrama, y el que no está con Cristo, pertenece al anticristo... Ordenadme, si tenéis a bien, lo que yo debo hacer". Como Jerónimo no recibiese pronto una respuesta, envió una segunda carta sobre el mismo asunto. No conocemos la contestación de San Dámaso, pero es cosa cierta que el Papa y todo el occidente reconocieron a Paulino como obispo de Antioquía y que Jerónimo recibió la ordenación sacerdotal de manos del Pontífice, cuando al fin se decidió a abandonar el desierto de Calquis. El no deseaba la ordenación (nunca celebró el santo sacrificio) y, si consintió en recibirla, fue bajo la condición de que no estaba obligado a servir a tal o cual iglesia con el ejercicio de su ministerio; sus inclinaciones le llamaban a la vida monástica de reclusión. Poco después de recibir las órdenes, se trasladó a Constantinopla a fin de estudiar las Sagradas Escrituras bajo la dirección de san Gregorio Nazianceno. En muchas partes de sus escritos Jerónimo se refiere con evidente satisfacción y gratitud a aquel período en que tuvo el honor de que tan gran maestro le explicase la divina palabra. En el año de 382, San Gregorio abandonó Constantinopla, y Jerónimo regresó a Roma, junto con Paulino de Antioquía y San Epifanio, para tomar parte en el concilio convocado por San Dámaso a fin de discutir el cisma de Antioquía. Al término de la asamblea, el Papa lo detuvo en Roma y lo empleó como a su secretario. A solicitud del Pontífice y de acuerdo con los textos griegos, revisó la versión latina de los Evangelios que "había sido desfigurada con transcripciones falsas, correcciones mal hechas y añadiduras descuidadas". Al mismo tiempo, hizo la primera revisión al salterio en latín.
Al mismo tiempo que desarrollaba aquellas actividades oficiales, alentaba y dirigía el extraordinario florecimiento del ascetismo que tenía lugar entre las más nobles damas romanas. Entre ellas se encuentran muchos nombres famosos en la antigua cristiandad, corno el de Santa Marcela, a quien nos referimos en esta obra el 31 de enero, junto con su hermana Santa Asela y la madre de ambas, Santa Albina; Santa Léa, Santa Melania la Mayor, la primera de aquellas damas que hizo una peregrinación a Tierra Santa; Santa Fabiola (27 de diciembre), Santa Paula (26 de enero) y sus hijas, Santa Blesila y Santa Eustoquio (28 de septiembre). Pero al morir San Dámaso, en el año de 384, el secretario quedó sin protección y se encontró, de buenas a primeras, en una situación difícil. En sus dos años de actuación pública, había causado profunda impresión en Roma por su santidad personal, su ciencia y su honradez, pero precisamente por eso, se había creado antipatías entre los envidiosos, entre los paganos y gentes de mal vivir, a quienes había condenado vigorosamente y también entre las gentes sencillas y de buena voluntad, que se ofendían por las palabras duras, claras y directas del santo y por sus ingeniosos sarcasmos. Cuando hizo un escrito en defensa de la decisión de Blesila, la viuda joven, rica y hermosa que súbitamente renunció al mundo para consagrarse al servicio de Dios, Jerónimo satirizó y criticó despiadadamente a la sociedad pagana y a la vida mundana y, en contraste con la modestia y recato de que Blesila hacía ostentación, atacó a aquellas damas "que se pintan las mejillas con púrpura y los párpados con antimonio; las que se echan tanta cantidad de polvos en la cara, que el rostro, demasiado blanco, deja de ser humano para convertirse en el de un ídolo y, si en un momento de descuido o de debilidad, derraman una lágrima, fabrican con ella y sus afeites, una piedrecilla que rueda sobre sus mejillas pintadas. Son esas mujeres a las que el paso de los años no da la conveniente gravedad del porte, las que cargan en sus cabezas el pelo de otras gentes, las que esmaltan y barnizan su perdida juventud sobre las arrugas de la edad y fingen timideces de doncella en medio del tropel de sus nietos". No se mostró menos áspero en sus críticas a la sociedad cristiana, como puede verse en la carta sobre la virginidad que escribió a Santa Eustoquio, donde ataca con particular fiereza a ciertos elementos del clero. "Todas sus ansiedades se hallan concentradas en sus ropas ... Se les tomaría por novios y no por clérigos; no piensan en otra cosa más que en los nombres de las damas ricas, en el lujo de sus casas y en lo que hacen dentro de ellas". Después de semejante proemio, describe a cierto clérigo en particular, que detesta ayunar, gusta de oler los manjares que va a engullir y usa su lengua en forma bárbara y despiadada. Jerónimo escribió a Santa Marcela en relación con cierto caballero que se suponía, erróneamente, blanco de sus ataques. "Yo me divierto en grande y me río de la fealdad de los gusanos, las lechuzas y los cocodrilos, pero él lo toma todo para sí mismo ... Es necesario darle un consejo: si por lo menos procurase esconder su nariz y mantener quieta su lengua, podría pasar por un hombre bien parecido y sabio".
A nadie le puede extrañar que, por justificadas que fuesen sus críticas, causasen resentimientos tan sólo por la manera de expresarlas. En consecuencia, su propia reputación fue atacada con violencia y su modestia, su sencillez, su manera de caminar y de sonreír fueron, a su vez, blanco de los ataques de los demás. Ni la reconocida virtud de las nobles damas que marchaban por el camino del bien bajo su dirección, ni la forma absolutamente discreta de su comportamiento, le salvaron de las calumnias. Por toda Roma circularon las murmuraciones escandalosas respecto a las relaciones de San Jerónimo con Santa Paula. Las cosas llegaron a tal extremo, que el santo, en el colmo de la indignación, decidió abandonar Roma y buscar algún retiro tranquilo en el oriente. Antes de partir, escribió una hermosa apología en forma de carta dirigida a Santa Asela. "Saluda a Paula y a Eustoquio, mías en Cristo, lo quiera el mundo o no lo quiera", concluye aquella epístola. "Diles que todos compareceremos ante el trono de Jesucristo para ser juzgados, y entonces se verá en qué espíritu vivió cada uno de nosotros". En el mes de agosto del año 385, se embarcó en Porto y, nueve meses más tarde, se reunieron con él en Antioquía, Paula, Eustoquio y las otras damas romanas que habían resuelto compartir con él su exilio voluntario y vivir como religiosas en Tierra Santa. Por indicaciones de Jerónimo, aquellas mujeres se establecieron en Belén y Jerusalén, pero antes de enclaustrarse, viajaron por Egipto para recibir consejo de los monjes de Nitria y del famoso Dídimo, el maestro ciego de la escuela de Alejandría.
Gracias a la generosidad de Paula, se construyó un monasterio para hombres, próximo a la basílica de la Natividad, en Belén, lo mismo que otros edificios para tres comunidades de mujeres. El propio Jerónimo moraba en una amplia caverna, vecina al sitio donde nació el Salvador. En aquel mismo lugar estableció una escuela gratuita para niños y una hostería, "de manera que", como dijo Santa Paula, "si José y María visitaran de nuevo Belén, habría donde hospedarlos". Ahí, por lo menos, transcurrieron algunos años en completa paz. "Aquí se congregan los ilustres galos y tan pronto como los británicos, tan alejados de nuestro mundo, hacen algunos progresos en la religión, dejan las tierras donde viven y acuden a éstas, a las que sólo conocen por relaciones y por la lectura de las Sagradas Escrituras. Lo mismo sucede con los armenios, los persas, los pueblos de la India y de Etiopía, de Egipto, del Ponto, Capadocia, Siria y Mesopotamia. Llegan en tropel hasta aquí y nos ponen ejemplo en todas las virtudes. Las lenguas difieren, pero la religión es la misma. Hay tantos grupos corales para cantar los salmos como hay naciones ... Aquí tenemos pan y las hortalizas que cultivamos con nuestras manos; tenemos leche y los animales nos dan alimento sencillo y saludable. En el verano, los árboles proporcionan sombra y frescura. En el otoño, el viento frío que arrastra las hojas, nos da la sensación de quietud. En primavera, nuestras salmodias son más dulces, porque las acompañan los trinos de las aves. No nos falta leña cuando la nieve y el frío del invierno, nos caen encima. Dejémosle a Roma sus multitudes; le dejaremos sus arenas ensangrentadas, sus circos enloquecidos, sus teatros empapados en sensualidad y, para no olvidar a nuestros amigos, le dejaremos también el cortejo de damas que, reciben sus diarias visita.
Pero no por gozar de aquella paz, podía Jerónimo quedarse callado y con los brazos cruzados cuando la verdad cristiana estaba amenazada. En Roma había escrito un libro contra Helvidio sobre la perpetua virginidad de la Santísima Virgen María, ya que aquél sostenía que, después del nacimiento de Cristo, Su Madre había tenido otros hijos con José. Este y otros errores semejantes fueron de nuevo puestos en boga por las doctrinas de un tal Joviniano. San Pamaquio, yerno de Santa Paula, lo mismo que otros hombres piadosos de Antioquía, se escandalizaron con aquellas ideas y enviaron los escritos de Joviniano a San Jerónimo y éste, como respuesta, escribió dos libros contra aquél en el año de 393. En el primero, demostraba las excelencias de la virginidad cuando se practicaba por amor a la virtud, lo que había sido negado por Joviniano, y en el segundo atacó los otros errores. Los tratados fueron escritos con el estilo recio, característico de Jerónimo, y algunas de sus expresiones les parecieron a las gentes de Roma demasiado duras y denigrantes para la dignidad del matrimonio. San Pamaquio y otros con él, se sintieron ofendidos y así se lo notificaron a Jerónimo; entonces, éste escribió la Apología a Pamaquio, conocida también corno el tercer libro contra Joviniano, en un tono que, seguramente, no dio ninguna satisfacción a sus críticos. Pocos años más tarde, Jerónimo tuvo que dedicar su atención a Vigilancio -a quien sarcásticamente llama Dormancio-, un sacerdote galo romano que desacreditaba el celibato y condenaba la veneración de las reliquias hasta el grado de llamar a los que la practicaban, idólatras y adoradores de cenizas. En su respuesta, Jerónimo le dijo: "Nosotros no adoramos las reliquias de los mártires, pero sí honramos a aquellos que fueron mártires de Cristo para poder adorarlo a El. Honramos a los siervos para que el respeto que les tributamos se refleje en su Señor". Protestó contra las acusaciones de que la adoración a los mártires era idolatría, al demostrar que los cristianos jamás adoraron a los mártires como a dioses y, a fin de probar que los santos interceden por nosotros, escribió: "Si es cierto que cuando los apóstoles y los mártires vivían aún sobre la tierra, podían pedir por otros hombres, y con cuánta mayor eficacia podrán rogar por ellos después de sus victorias! ¿Tienen acaso menos poder ahora que están con Jesucristo?" Defendió el estado monástico y dijo que, al huir de las ocasiones y los peligros, un monje busca su seguridad porque desconfía de su propia debilidad y porque sabe que un hombre no puede estar a salvo, si se acuesta junto a una serpiente. Con frecuencia se refiere Jerónimo a los santos que interceden por nosotros en el cielo. A Heliodoro lo comprometió a rezar por él cuando estuviese en la gloria y a Santa Paula le dijo, en ocasión de la muerte de su hija Blesila: "Ahora eleva preces ante el Señor por ti y obtiene para mí el perdón de mis culpas".
Del año 395 al 400, San Jerónimo hizo la guerra a la doctrina de Orígenes y, desgraciadamente, en el curso de la lucha, se rompió su amistad de veinticinco años con Rufino. Tiempo atrás le había escrito a éste la declaración de que "una amistad que puede morir nunca ha sido verdadera", lo mismo que, mil doscientos años más tarde, diría Shakespeare de esta manera:
... Love is not love which alters when its alteration finds or bends with the remover to remove.
(No es amor el amor que se altera ante un tropiezo o se dobla ante el peligro)
Sin embargo, el afecto de Jerónimo por Rufino debió ceder ante el celo del santo por defender la verdad. Jerónimo, corno escritor, recurría continuamente a Orígenes y era un gran admirador de su erudición y de su estilo, pero tan pronto como descubrió que en el oriente algunos se habían dejado seducir por el prestigio de su nombre y habían caído en gravísimos errores, se unió a San Epifanio para combatir con vehemencia el mal que amenazaba con extenderse. Rufino, que vivía por entonces en un monasterio de Jerusalén, había traducido muchas de las obras de Orígenes al latín y era un entusiasta admirador suyo, aunque no por eso debe creerse que estuviese dispuesto a sostener las herejías que, por lo menos materialmente, se hallan en los escritos de Orígenes. San Agustín fue uno de los hombres buenos que resultaron afectados por las querellas entre Orígenes y Jerónimo, a pesar de que nadie mejor que él estaba en posición de comprender suyas eran, necesariamente, enemigos de la Iglesia. Al tratarse de defender el bien y combatir el mal, no tenía el sentido de la moderación. Era fácil que se dejase arrastrar por la cólera o por la indignación, pero también se arrepentía con extraordinaria rapidez de sus exabruptos. Hay una anécdota referente a cierta ocasión en la que el Papa Sixto V contemplaba una pintura donde aparecía el santo cuando se golpeaba el pecho con una piedra. "Haces bien en utilizar esa piedra", dijo el Pontífice a la imagen, "porque sin ella, la Iglesia nunca te hubiese canonizado".
Pero sus denuncias, alegatos y controversias, por muy necesarios y brillantes que hayan sido, no constituyen la parte más importante de sus actividades. Nada dio tanta fama a San Jerónimo como sus obras críticas sobre las Sagradas Escrituras. Por eso, la Iglesia le reconoce como a un hombre especialmente elegido por Dios y le tiene por el mayor de sus grandes doctores en la exposición, la explicación y el comentario de la divina palabra. El Papa Clemente VIII no tuvo escrúpulos en afirmar que Jerónimo tuvo la asistencia divina al traducir la Biblia. Por otra parte, nadie mejor dotado que él para semejante trabajo: durante muchos años había vivido en el escenario mismo de las Sagradas Escrituras, donde los nombres de las localidades y las costumbres de las gentes eran todavía los mismos. Sin duda que muchas veces obtuvo en Tierra Santa una clara representación de diversos acontecimientos registrados en las Escrituras. Conocía el griego y el arameo, lenguas vivas por aquel entonces y, también sabía el hebreo que, si bien había dejado de ser un idioma de uso corriente desde el cautiverio de los judíos, aún se hablaba entre los doctores de la ley. A ellos recurrió Jerónimo para una mejor comprensión de los libros santos e incluso tuvo por maestro a un doctor y famoso judío llamado Bar Ananías, el cual acudía a instruirle por las noches y con toda clase de precauciones para no provocar la indignación de los otros doctores de la ley. Pero no hay duda de que, además de todo eso, Jerónimo recibió la ayuda del cielo para obtener el espíritu, el temperamento y la gracia indispensables para ser admitido en el santuario de la divina sabiduría y comprenderla. Además, la pureza de corazón y toda una vida de penitencia y contemplación, habían preparado a Jerónimo para recibir aquella gracia. Ya vimos que, bajo el patrocinio del Papa San Dámaso, revisó en Roma la antigua versión latina de los Evangelios y los salmos, así como el resto del Nuevo Testamento. La traducción de la mayoría de los libros del Antiguo Testamento escritos en hebreo, fue la obra que realizó durante sus años de retiro en Belén, a solicitud de todos sus amigos y discípulos más fieles e ilustres y por voluntad propia, ya que le interesaba hacer la traducción del original y no de otra versión cualquiera. No comenzó a traducir los libros por orden, sino que se ocupó primero del Libro de los Reyes y siguió con los demás, sin elegirlos. Las únicas partes de la Biblia en latín conocida como la Vulgata que no fueron traducidas por San Jerónimo, son los libros de la Sabiduría, el Eclesiástico, el de Baruch y los dos libros de los Macabeos. Hizo una segunda revisión de los salmos, con la ayuda del Hexapla de Orígenes y los textos hebreos, y esa segunda versión es la que está incluida en la Vulgata y la que se usa en los oficios divinos. La primera versión, conocida como el Salterio Romano, se usa todavía en el salmo de invitación de los maitines y en todo el misal, así como para los oficios divinos en San Pedro de Roma, San Marcos de Venecia y los ritos milaneses. El Concilio de Trento designó a la Vulgata de San Jerónimo, como el texto bíblico latino auténtico o autorizado por la Iglesia católica, sin implicar por ello alguna preferencia por esta versión sobre el texto original u otras versiones en otras lenguas. En 1907, el Papa Pío X confió a los monjes benedictinos la tarea de restaurar en lo posible los textos de San Jerónimo en la Vulgata ya que, al cabo de quince siglos de uso, habían sido considerablemente modificados y corregidos.
En el año de 404, San Jerónimo tuvo la gran pena de ver morir a su inseparable amiga Santa Paula y, pocos años después, cuando Roma fue saqueada por las huestes de Alarico, gran número de romanos huyeron y se refugiaron en el oriente. En aquella ocasión, San Jerónimo les escribió de esta manera: ¿Quién hubiese pensado que las hijas de esa poderosa ciudad tendrían que vagar un día, como siervas o como esclavas, por las costas de Egipto y del Africa? ¿Quién se imaginaba que Belén iba a recibir a diario a nobles romanas, damas distinguidas criadas en la abundancia y reducidas a la miseria? No a todas puedo ayudarlas, pero con todas me lamento y lloro y, completamente entregado a los deberes que la caridad me impone para con ellas, he dejado a un lado mis comentarios sobre Ezequiel y casi todos mis estudios. Porque ahora es necesario traducir las palabras de la Escritura en hechos y, en vez de pronunciar frases santas, debemos actuarlas".
De nuevo, cuando su vida estaba a punto de terminar, tuvo que interrumpir sus estudios por una incursión de los bárbaros y, algún tiempo después, por las violencias y persecuciones de los pelagianos, quienes enviaron a Belén a una horda de rufianes para atacar a los monjes y las monjas que ahí moraban bajo la dirección y la protección de San Jerónimo, el cual había atacado a Pelagio en sus escritos. Durante aquella incursión, algunos religiosos y religiosas fueron maltratados, un diácono resultó muerto y casi todos los monasterios fueron incendiados. Al año siguiente, murió Santa Eustoquio y, pocos días más tarde, San Jerónimo la siguió a la tumba. El 30 de septiembre del año 420, cuando su cuerpo extenuado por el trabajo y la penitencia, agotadas la vista y la voz, parecía una sombra, pasó a mejor vida. Fue sepultado en la iglesia de la Natividad, cerca de la tumba de Paula y Eustoquio, pero mucho tiempo después, sus restos fueron trasladados al sitio donde reposan hasta ahora, en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Los artistas representan con frecuencia a San Jerónimo con los ropajes de un cardenal, debido a los servicios que prestó al Papa San Dámaso, aunque a veces también lo pintan junto a un león, porque se dice que domesticó a una de esas fieras a la que sacó una espina que se había clavado en la pata. La leyenda pertenece más bien a San Gerásimo, pero el león podría ser el emblema ideal de aquel noble, indomable y valiente defensor de la fe.
En los últimos años se hicieron muchos progresos en el estudio y la investigación de la vida de San Jerónimo. Es particularmente valioso el volumen Miscellanea Geronimiana, publicado en Roma en 1920, en ocasión de celebrarse el décimo quinto centenario de su muerte. Gran número de ilustres investigadores, corno Duchesne, Batifol, Lanzoni, Zeiller y Bulic, colaboraron en la formación de ese libro con diversos estudios sobre puntos de particular interés en relación con el santo. En 1922, hizo su aparición la mejor de sus modernas biografías, la de F. Cavallara, Saint Jéróme, sa vie et son ceuvre (1922, 2 vols). También se deben consultar las notas críticas M padre Peeters en Analecia Bollandiana, Vol. XLIII, PP. 180-184. En fechas anteriores, tenemos el descubrimiento hecho por G. Morin de los Comentarioli et Tractatus de San Jerónimo sobre los salmos, así como otros hallazgos (ver a Morin en Études, textes, découverts, pp. 17-25). Un artículo muy completo sobre San Jerónimo, escrito por H. Leclercq, aparece en el DAC., vol. vii, ec. 2235-3304, así como otro de J. Forget, en DTC., vol. viii (1924), ce. 894-983. En el siglo dieciocho Vallarsi y los bolandistas (septiembre, vol. viii) escribieron sendas obras minuciosas sobre el santo. Los escritos más antiguos sobre San Jerónimo, a excepción de la crónica de Marcelino (editado por Mominsen en MGH., Auctores Antiquissimi, vol. ii, pp. 47 y ss.), carecen de valor. La correspondencia y las obras de San Jerónimo fueron, son y serán siempre la fuente principal para el estudio de su vida. Ver también a P. Monceaux, en St. Jerome: the early years (1935) ; a J. Duff, en Letters of St. Jerome (1942) ; A. Penna, en S. Girolamo (1949) ; a P. Antin, en Essai sur S. Jeróme (1951) y el Monument to St. Jerome (1952), un ensayo de F. X. Murphy.
Jerome
Sepulcro del Santo en la gruta de Belén (Palestina)
San Jerónimo | |
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San Jerónimo la visita de los ángeles por Bartolomeo Cavarozzi | |
Sacerdote, confesor, teólogo, historiador y Doctor de la Iglesia | |
Nacido | c. 347 Estridón (posiblemente Strido), en la frontera de Dalmacia y Panonia |
Murió | 420 Belén , Judea |
De honor en | Iglesia Católica Romana Ortodoxia Oriental Comunión Anglicana Luteranismo Ortodoxia Oriental Aglipayan Iglesia |
Importante santuario | Basílica de Santa María la Mayor , Roma , Italia |
Fiesta | 30 de septiembre ( el cristianismo occidental ) 15 de junio ( el cristianismo oriental ) |
Atributos | león , el cardenal vestimenta , cruz , calavera , trompeta , búho , libros y material de escritura |
Patrocinio | arqueólogos , archiveros , estudiosos de la Biblia , los bibliotecarios , bibliotecas , escuela de los niños , estudiantes , traductores |
Gran obra (s) | La Vulgata De viris Illustribus Chronicon |
San Jerónimo (c. 347 - 30 de septiembre 420) (antes San Hierom) ( América : Eusebio Jerónimo Sofronio; griego : Εὐσέβιος Σωφρόνιος Ἱερώνυμος) era un católico romano sacerdote, confesor, teólogo e historiador, y que se convirtió en doctor de la Iglesia . Él era el hijo de Eusebio, de la ciudad de Estridón , que estaba en la frontera de Dalmacia y Panonia . Él es mejor conocido por su traducción de la Biblia en latín (la Vulgata ), y su lista de los escritos es muy amplia. [1]
Es reconocido por la Iglesia Católica como un santo y doctor de la Iglesia , y la Vulgata sigue siendo un texto importante en el catolicismo. También es reconocido como santo por la Iglesia Ortodoxa Oriental , donde es conocido como San Jerónimo de Stridonium o Jerónimo Bendito. [2]
Vida
Sofronio Eusebius Hieronymus , nació en Estridón en torno a 347, [3] . No fue bautizado hasta cerca de 360 o 366, cuando había ido a Roma con su amigo Bonoso (que puede o no puede haber sido el mismo a quien Bonosus Jerome identifica como su amigo que se fue a vivir como un ermitaño en una isla en el Adriático ) llevar a cabo la retórica y filosófica estudios. Estudió con el gramático Elio Donato . Hay Jerónimo aprendió latín y al menos algunos griegos , [4] , aunque probablemente no la familiaridad con la literatura griega que más tarde diría que ha adquirido como un colegial. [5]
Como estudiante en Roma, participó en las actividades superficiales de los estudiantes de allí, que se entregaba a manera casual, pero sufrió terribles ataques de arrepentimiento después. Para apaciguar su conciencia , que visitará el domingo al sepulcros de los mártires y los apóstoles en las catacumbas. Esta experiencia le recuerdan los terrores de infierno :
A menudo me encontraba entrando en aquellos criptas, profundidad cavado en la tierra, con sus paredes a ambos lados alineados con los cuerpos de los muertos, donde todo estaba tan oscuro que casi parecía como si las palabras del salmista se cumplieron, ¡Que se vayan hacia abajo rápida en el infierno. Aquí y allá la luz no entra por las ventanas, pero filtrado desde arriba a través de pozos, alivia el horror de la oscuridad. Pero, de nuevo, tan pronto como usted se encontró con cautela hacia adelante, la noche se cerró alrededor negro y vino a mi mente la línea de Virgilio, "Animos Horror único, simul ipsa terrent Silentia. [6]
Jerónimo utiliza una cita de Virgilio - "El horror y el miedo silencia sus almas" - para describir el horror del infierno. Jerónimo utilizó inicialmente clásica autores para describir conceptos cristianos como el infierno que se indica tanto en su formación clásica y su profunda vergüenza de sus prácticas asociadas, como la pederastia . Aunque inicialmente escéptica del cristianismo, que finalmente fue convertido . [7] Después de varios años en Roma, viajó con Bonosus a la Galia y se establecieron en Tréveris , donde parece haber tomado primero los estudios teológicos y en la que copió, a su amigo Tyrannius Rufino , Hilario de Poitiers comentario sobre los Salmos y el tratado De synodis. Luego vino una estancia de al menos varios meses o posiblemente años, con Rufino de Aquilea , donde hizo muchos amigos cristianos.
Algunos de estos le acompañó cuando se dispuso de 373 en un viaje a través de Tracia y Asia Menor en el norte de Siria . En Antioquía , donde permaneció por más tiempo, dos de sus compañeros murieron y él mismo estaba gravemente enfermo más de una vez. Durante una de estas enfermedades (sobre el invierno de 373-374), tuvo una visión que le llevó a dejar de lado su secular estudios y dedicarse a Dios. Parece que se ha abstenido durante un tiempo considerable a partir del estudio de los clásicos y se han hundido profundamente en la de la Biblia , bajo el impulso de Apolinar de Laodicea , que entonces enseñaba en Antioquía y que todavía no se sospecha de herejía .
Presa de un deseo de una vida de asceta penitencia, se fue por un tiempo en el desierto de Calcis , al suroeste de Antioquia , conocida como la Tebaida siria , a partir del número de ermitaños que lo habitan. Durante este período, parece haber encontrado tiempo para el estudio y la escritura. Él hizo su primer intento de aprender hebreo bajo la dirección de un antiguo Judio , y parece haber estado en correspondencia con los judíos cristianos en Antioquía. Alrededor de este tiempo él había copiado para él un evangelio hebreo, de los cuales se conservan fragmentos de sus notas se conoce hoy como el Evangelio de los Hebreos , y que los nazarenos considerado era el verdadero Evangelio de Mateo . [8] Jerónimo tradujo partes de este Evangelio hebreo al griego. [9]
De regreso a Antioquía en el 378 o el 379, fue ordenado sacerdote por el obispo Paulino , al parecer, de mala gana y con la condición de que continúe su ascética vida. Poco después, se dirigió a Constantinopla para seguir un estudio de las Escrituras bajo Gregorio Nacianceno . Parece que han pasado dos años, en los próximos tres (382-385) estuvo en Roma otra vez, que se adjunta al Papa Dámaso I , y los cristianos de Roma principales. Invitados originalmente para el sínodo del año 382, que se celebró a finales del cisma de Antioquía, se hizo indispensable para el Papa, y tomó un lugar prominente en sus consejos.
Entre sus otras funciones, se llevó a cabo una revisión de la Biblia latina , que se basa en el griego del Nuevo Testamento . También ha actualizado el Salterio entonces en uso en Roma basado en la Septuaginta . A pesar de que no se dio cuenta, sin embargo, la traducción de gran parte de lo que se convirtió en el Latin Vulgata Biblia tomaría muchos años, y que su logro más importante (ver Escritos-Translations sección de abajo).
En Roma estaba rodeada por un círculo de mujeres bien nacidos y bien educados, entre ellos algunos de los más nobles patricios familias, como las viudas Lea , Marcela y Paula , con sus hijas Blaesilla y Eustoquio . La inclinación resultante de estas mujeres a la vida monástica, y su crítica implacable del clero secular , trajo una creciente hostilidad contra él entre el clero y sus seguidores. Poco después de la muerte de su patrón San Dámaso (10 de diciembre 384), Jerónimo se vio obligado a dejar su cargo en Roma, después de una investigación por el clero romano en acusaciones de que había una relación impropia con la viuda Paula.
Además, su condena de estilo de vida hedonista Blaesilla había llevado a adoptar prácticas aescetic, sino que se agrava su debilidad física, hasta el punto que murió cuatro meses después de comenzar a seguir sus instrucciones, la mayor parte del pueblo romano se sintieron ultrajados por Jerónimo de causar la muerte prematura la muerte de un joven alegre, y su insistencia de que Paula Blaesilla no debe ser llorado, y las quejas de que su dolor era excesivo, fueron vistos como una opinión sin corazón, polarizando romanos en su contra. [10]
En agosto de 385, volvió a Antioquía, acompañado por su hermano Paulinianus y varios amigos, y seguida poco después por Paula y Eustoquio, que había resuelto poner fin a sus días en la Tierra Santa . En el invierno de 385, Jerónimo actuó como su consejero espiritual. Los peregrinos, acompañados por el obispo Paulino de Antioquía , visitó Jerusalén , Belén , y los santos lugares de Galilea , y luego fue a Egipto , el hogar de los grandes héroes de la vida ascética.
En la escuela catequética de Alejandría , Jerónimo escuchó a la catequista Dídimo el Ciego exponer el profeta Oseas y contar sus recuerdos de Antonio el Grande , que había fallecido 30 años antes, pasó algún tiempo en Nitria , admirando la vida de la comunidad disciplinada de las numerosas habitantes de la "ciudad del Señor", pero incluso allí la detección de "serpientes ocultas", es decir, la influencia de Orígenes de Alejandría . A finales del verano de 388 estaba de regreso en Israel, y pasó el resto de su vida en una celda de ermitaño cerca de Belén, rodeado de algunos amigos, hombres y mujeres (incluida la de Paula y Eustoquio), a quien se desempeñó como sacerdote guía y el profesor.
Ampliamente facilitada por Paula con los medios de subsistencia y de aumentar su colección de libros, llevó una vida de incesante actividad en la producción literaria. Para estos últimos 34 años de su carrera pertenecen los más importantes de sus obras, su versión del Antiguo Testamento del texto hebreo original, la mejor de sus comentarios bíblicos, su catálogo de autores cristianos y el diálogo en contra de la pelagianos , el literario perfección de la que incluso un opositor reconocido. A este período pertenecen también la mayoría de sus polémicas , lo que lo distingue entre los Padres ortodoxos, incluidos los tratados contra el origenismo del obispo Juan II de Jerusalén y su amigo Rufino temprano. Como resultado de sus escritos contra el pelagianismo, un grupo de partidarios entusiasmados irrumpió en los edificios monásticos, les prendieron fuego, atacó a los presos y mataron a un diácono , obligando a Jerome a buscar seguridad en una fortaleza vecinos (416).
Jerónimo murió cerca de Belén el 30 de septiembre 420. La fecha de su muerte se da por el Cronicón de Próspero de Aquitania . Sus restos, originalmente enterrado en Belén , se dice que fue más tarde trasladado a la basílica de Santa María la Mayor en Roma, aunque otros lugares de la afirmación de West algunas reliquias - la catedral de Nepi posesión alarde de su cabeza, que, de acuerdo con otro tradición, se encuentra en el Escorial .
Traducciones y comentarios
Jerónimo era un erudito en un momento en que la declaración implícita una fluidez en griego. Sabía algo de hebreo cuando comenzó su proyecto de traducción, pero se trasladó a Jerusalén para fortalecer su control sobre el comentario de las escrituras judías. Un rico aristócrata romano, Paula, financió su estancia en un monasterio de Belén, y completó su traducción allí. Comenzó en el 382 mediante la corrección de la versión existente latín del Nuevo Testamento, comúnmente conocida como la Vetus Latina . Por 390 se dirigió a la Biblia hebrea , que tiene porciones previamente traducidos de la Septuaginta . Completó esta obra de 405. Antes de la Vulgata de Jerónimo, todas las traducciones latinas de los del Antiguo Testamento se basan en la Septuaginta. Jerome decisión de utilizar un texto hebreo en lugar de la Septuaginta fue en contra de la opinión de la mayoría de los cristianos, entre ellos Agustín , que consideraban que la inspiró Septuaginta. Los estudios modernos, sin embargo, ha puesto en duda la calidad real de los conocimientos de Jerónimo hebreo, el griego Hexapla . ahora se considera como la principal fuente también por Jerónimo "iuxta Hebraeos" traducción del Antiguo Testamento [11]
Para los próximos 15 años, hasta su muerte, Jerome producido una serie de comentarios sobre las Escrituras, a menudo explican sus opciones de traducción. Su patrística comentarios alinean estrechamente con la tradición judía, y él se entrega a alegórica y mística sutilezas a la manera de Filón de Alejandría y la escuela. A diferencia de sus contemporáneos, destaca la diferencia entre la Biblia hebrea "apócrifos" y la veritas Hebraica de los libros protocanónicos . Evidencia de esto se puede encontrar en su introducción a la salomónica escritos, el libro de Tobías , y el libro de Judith . Lo más notable, sin embargo, es la declaración de su introducción a los libros de Samuel :
Este prólogo de las Escrituras puede servir como un casco [es decir, la defensiva] introducción a todos los libros que a su vez del hebreo al latín, para que podamos estar seguros de que lo que está fuera de ellos debe ser hecho a un lado entre los escritos apócrifos. [12 ]
Comentarios de Jerónimo se dividen en tres grupos:
- Sus traducciones o refundiciones de los predecesores griegos, incluyendo catorce homilías sobre el libro de Jeremías y el mismo número en el Libro de Ezequiel por Orígenes (traducido aproximadamente 380 en Constantinopla.), dos homilías de Orígenes de Alejandría en el Cantar de los Cantares (en Roma , ca 383);. y treinta y nueve en el Evangelio de Lucas (ca. 389, en Belén). Los nueve homilías de Orígenes sobre el libro de Isaías incluye entre sus obras no fueron hechas por él. Aquí hay que mencionar, como una contribución importante a la topografía de Israel, su libro De situ et nominibus locorum hebraeorum, una traducción de las adiciones y algunas omisiones lamentables de la Onomástico de Eusebio . Para el mismo período (ca. 390) pertenece al Liber interpretationis Nominum Hebraicorum, basado en una obra supone volver a Filón y ampliado por Orígenes.
- Comentarios originales en el Antiguo Testamento. Para el período anterior a su asentamiento en Belén y en los años siguientes cinco pertenecen una serie de breves estudios del Antiguo Testamento: De los serafines, De voce Osanna, De Tribus quaestionibus Veteris legis (generalmente se incluye entre las cartas de 18, 20 y 36); Quaestiones hebraicae en Genesim; Commentarius en Ecclesiasten; Tractatus in Psalmos septem 10-16 (perdido); Explanationes en Michaeam, Sophoniam, Nahum, Habacuc, Aggaeum Después de 395 que compuso una serie de más comentarios, aunque en lugar de una manera inconexa:. por primera vez en Jonás y Abdías (396), luego en Isaías (ca. 395-ca. 400), en Zacarías, Malaquías, Oseas, Joel, Amós (de 406), en el Libro de Daniel (ca. 407), en Ezequiel (entre 410 y 415), y en Jeremías (después de 415, que dejó inacabada).
- Nuevo Testamento comentarios. Estos incluyen sólo a Filemón , Gálatas , Efesios , y Tito (apresuradamente compuesta 387-388), Mateo (dictado en dos semanas, 398); Marcos , pasajes seleccionados de Lucas , la Revelación , y el prólogo del Evangelio de Juan . El tratamiento de la Revelación en su manera superficial, hizo uso de un extracto del comentario del norte de África Ticonio , que se conserva como una especie de argumento en el principio de la obra más extensa del presbítero español Beato de Liébana . Pero antes de esto ya había dedicado a la Revelación otro tratamiento, una refundición bastante arbitraria del comentario de San Victorino , con cuya milenaristas opiniones que no estaba de acuerdo, sustituyendo a la conclusión de una exposición milenaristas espiritualización de su propiedad, el suministro de una introducción, y hacer ciertos cambios en el texto.
Las obras de Hipólito de Roma y de Ireneo gran influencia en la interpretación de la profecía de san Jerónimo. [13] También señaló la distinción entre el original y la sustitución de los Setenta tarde Teodoción. [14]
Jerome advirtió que las falsas interpretaciones para sustituir el verdadero significado de la Escritura pertenecía a la "sinagoga del Anticristo". [15] "El que no es de Cristo es de Anticristo", escribió al Papa Dámaso I . [16] Se cree que que "el misterio de iniquidad", escrito por Pablo en 2 Tesalonicenses 2:7 ya estaba en acción cuando "cada uno parlotea acerca de sus puntos de vista." [17] Para Jerónimo, el poder restrictivo de este misterio de la iniquidad fue el Imperio Romano, pero al caer la fuerza de restricción se ha eliminado. Advirtió que una mujer noble de la Galia :
"El que letteth se saca del camino, y sin embargo no nos damos cuenta que el Anticristo está cerca. Sí, el Anticristo está cerca de los que el Señor Jesucristo "matará con el espíritu de su boca." "¡Ay de ellos", exclama, "que estén encintas, y de las que críen en aquellos días ."... Las tribus salvajes en número incontable han invadido ejecutar todas las partes de la Galia. Todo el país entre los Alpes y los Pirineos, entre el Rin y el océano, ha sido arrasada por las hordas de cuados , vándalos , los sármatas , los alanos , gépidos , Herules, sajones , burgundios , Allemanni , y por desgracia-! por el bien común - incluso Pannonians . [18]
Su Comentario a Daniel fue escrito expresamente para contrarrestar las críticas de Porfirio , [19] quien enseñó que Daniel se refieren exclusivamente a la época de Antíoco IV Epífanes y fue escrito por una persona que vive desconocido en el siglo segundo. En contra de Porfirio, Jerome identificado Roma como el cuarto reino de los capítulos dos y siete años, pero su punto de vista de ocho capítulos y 11 era más compleja. Jerónimo sostuvo que el capítulo ocho describe la actividad de Antíoco Epifanes, que se entiende como un "tipo" de un futuro anticristo; 11:24 en adelante se aplica principalmente a un futuro anticristo, pero se cumplió parcialmente por Antíoco. En su lugar, abogó por que el "cuerno pequeño" era el Anticristo:
Por lo tanto, debe coincidir con la interpretación tradicional de todos los comentaristas de la Iglesia cristiana, que en el fin del mundo, cuando el imperio romano ha de ser destruido, se procederá a diez reyes, que se repartirá el mundo romano entre ellos. A continuación, un insignificante undécimo rey se levantará, que superar tres de los diez reyes ... después de haber sido asesinado, los siete reyes también se doblará el cuello al vencedor. [20]
En su comentario a Daniel, señaló, "No sigamos la opinión de algunos comentaristas y supongo que él sea el diablo o demonio alguno, sino más bien, uno de la raza humana, en la que Satanás totalmente tomará posesión de su residencia en forma corporal. " [20] En la interpretación de la reivindicación 2 Tesalonicenses de que el anticristo se sentará en el templo de Dios, Jerónimo prefiere la opinión de que el "templo" se debe interpretar como la Iglesia, no como el Templo de Jerusalén. [21]
Jerome identificó los cuatro reinos profética simbolizada en Daniel 2 como el Imperio Neo-Babilónico , los medos y los persas , Macedonia y Roma. [22] Jerome identificó la piedra cortada sin manos ", es decir, el Señor y Salvador". [23 ]
Jerónimo rechazó la aplicación de Porfirio del cuerno pequeño del capítulo siete de Antíoco. Se espera que en el fin del mundo, Roma sería destruida y dividida entre los diez reinos antes de que el cuerno pequeño parecía. [24]
Jerónimo cree que Ciro de Persia es el mayor de los dos cuernos del carnero medo-persa de Daniel 8:03. [25] El macho cabrío es Grecia golpeando a Persia. [26] Alexander es el gran cuerno, que luego se logró por Philip Alexander, el hermano medio y tres de sus generales.
escritos históricos y hagiográfica
Jerónimo también se conoce como un historiador. Una de sus primeras obras históricas fue su Crónica (o Chronicon o liber Temporum), integrada por ca. 380 en Constantinopla, lo que es una traducción al latín de las tablas cronológicas que componen la segunda parte del Chronicon de Eusebio , con un suplemento para el período 325 a 379. A pesar de numerosos errores tomado el relevo de Eusebio, y algunos de los suyos, Jerome producido una obra valiosa, aunque sólo sea por el impulso que dio a esos cronistas posteriores como Próspero , Casiodoro , y Víctor de Tunnuna para continuar sus anales.
También es importante De viris Illustribus , escrito en Belén en el 392, el título y la disposición de que se toman prestados de Suetonio . Contiene breves notas biográficas y literarias de 135 autores cristianos, desde San Pedro hasta el mismo Jerónimo. Durante los primeros setenta y ocho autores Eusebio ( Historia ecclesiastica ) es la principal fuente, en la segunda sección, a partir de Arnobio y Lactancio , que incluye una buena cantidad de información independiente, especialmente en lo que a los escritores occidentales.
Cuatro obras de un hagiográfica la naturaleza son los siguientes:
- la Vita Pauli monachi , escrito durante su primera estancia en Antioquía (ca. 376), el material legendario del que se deriva de la tradición monástica de Egipto;
- la Patrum Vitae (Vita Pauli primi eremitae), una biografía de San Pablo de Tebas ;
- la Vita Malchi monachi captivi (ca. 391), probablemente se basa en un trabajo anterior, aunque se pretende que se derivan de la comunicación oral de las personas de edad asceta Malco originalmente para él en el desierto de Calcis;
- la Hilarionis Vita , de la misma fecha, que contienen materia histórica más fiable que los otros dos, y se basa en parte en la biografía de Epifanio y en parte de la tradición oral .
El llamado Hieronymianum Martyrologium es falsa, sino que fue compuesta al parecer por un monje del oeste hacia el final de la sexta o principios del siglo séptimo, con referencia a una expresión de san Jerónimo en el primer capítulo de la Malchi Vita, donde se habla de con la intención de escribir una historia de los santos y mártires de la época apostólica .
Cartas
Cartas de Jerónimo o epístolas , tanto por la gran variedad de sus temas y por sus cualidades de estilo, forma una parte importante de sus restos literarios. Si es discutir los problemas de la beca, o el razonamiento sobre casos de conciencia, consolando a los afligidos, o decir cosas agradables a sus amigos, los azotes de los vicios y corrupciones de la época, exhortando a la vida ascética y la renuncia del mundo , o romper un lanza con sus adversarios teológicos, da una vívida imagen no sólo de su propia mente, sino de la edad y sus características peculiares.
Las letras más reimpreso con frecuencia o se hace referencia son de una exhortación la naturaleza, como Ep. 14, Ad Heliodorum laude de solitariae vitae, Ep. 22, Ad Eustoquia de custodia virginitatis, Ep. 52, Ad Nepotianum de vita et clericorum monachorum, una especie de compendio de la teología pastoral desde el punto de vista ascético, Ep. 53, Ad Paulinum de estudio sriptuarum, Ep. 57, de la misma, De institutione monachi, Ep. 70, del anuncio de Magnum scriptoribus ecclesiasticis y Ep. 107, del anuncio de Laetam institutione filiae.
escritos teológicos
Prácticamente la totalidad de Jerónimo producciones en el campo del dogma tienen un mayor o menor vehemencia polémico personaje, y se dirigen contra los agresores de las doctrinas ortodoxas. Incluso la traducción del tratado de Dídimo el Ciego en el Espíritu Santo en América (que comenzó en Roma 384, completado en Belén) muestra una disculpa en contra de la tendencia de los arrianos y Pneumatomachoi . Lo mismo puede decirse de su versión de De principiis de Orígenes (ca. 399), pensado para reemplazar a la traducción inexacta por Rufino. Los escritos más polémicos estrictamente cubrir cada etapa de su vida. Durante las estancias en Antioquía y Constantinopla fue ocupado principalmente de la controversia arriana, y sobre todo con los cismas centrado en torno a Melecio de Antioquía y Calaritanus Lucifer . Dos cartas al Papa Dámaso (15 y 16) se quejan de la conducta de ambas partes en Antioquía, y los melecianos Paulinians, que había intentado sacar a su controversia sobre la aplicación de los términos y ousia hipóstasis de la Trinidad . Al mismo tiempo o un poco más tarde (379) compuso su Liber Luciferianos Contra, en la que hábilmente utiliza la forma de diálogo para combatir los principios de esa facción, en particular, su rechazo de bautismo de los herejes.
En Roma (ca. 383), escribió una apasionada respuesta vigorosa en contra de la enseñanza de Helvidius , en defensa de la doctrina de la virginidad perpetua de María y de la superioridad de la moneda única sobre el estado del matrimonio. Un oponente de naturaleza similar se Joviniano , con quien entró en conflicto en el 392 (Adversus Jovinianum, contra Joviniano ) y la defensa de esta obra dirigida a su amigo Pamaquio , numerados 48 en las cartas). Una vez más, defendió las prácticas ordinarias católica de la piedad y la suya propia ascética ética en el año 406 contra los galos presbítero Vigilancio , que se opusieron al culto de los mártires y reliquias, el voto de pobreza, y el celibato clerical. Mientras tanto, la polémica con Juan II de Jerusalén y Rufino sobre la ortodoxia de Orígenes ocurrido. A este periodo pertenecen algunas de sus obras polémicas más apasionantes y más completa: la Contra Joannem Hierosolymitanum (398 o 399), los dos estrechamente relacionados Apologiae contra Rufinum (402), y la "última palabra", escrita unos meses más tarde, el Liber Tertius seu ultima Responsio adversus scripta Rufini. La última de sus obras polémicas es la habilidad compuesto Dialogus contra Pelagianos (415).
La recepción por parte cristianismo posterior
Jerome es el segundo escritor más voluminoso (después de San Agustín ) en la antigua cristiandad latina. En la Iglesia Católica Romana , que es reconocido como el santo patrón de los traductores , bibliotecarios y los enciclopedistas .
Adquirió un conocimiento de hebreo a través del estudio con un Judio que se convirtió al cristianismo, y tomó la posición inusual (para la época) que el hebreo, y no la Septuaginta, fue el texto inspirado en el Antiguo Testamento. La opinión tradicional es que él usó este conocimiento para traducir lo que se conoce como la Vulgata, y su traducción fue lenta, pero finalmente aceptó en la Iglesia Católica. [27] El resurgimiento después de los estudios de hebreo en el cristianismo debe mucho a él.
Se mostró más entusiasmo e interés en el ideal ascético que en la especulación abstracta. Fue este estricto ascetismo que hizo Martín Lutero lo juzgue tan severamente. De hecho, protestantes lectores generalmente no son proclives a aceptar sus escritos como autoridad. La tendencia a reconocer un superior que sale en su correspondencia con Agustín (cf. cartas de Jerónimo número 56, 67, 102-105, 110-112, 115-116, y 28, 39, 40, 67-68, 71-75, 81-82 en San Agustín).
A pesar de las críticas que ya se ha mencionado, Jerome ha mantenido un rango entre los Padres occidentales. Esto sería lo suyo, si por lo menos, a causa de la gran influencia ejercida por su versión latina de la Biblia en la posterior eclesiástica y teológica de desarrollo.
En el arte
En el arte, a menudo se le representa como una de las cuatro de América doctores de la Iglesia, junto con Agustín de Hipona , San Ambrosio , y el Papa Gregorio I . Como un miembro prominente del clero romano, que a menudo ha sido retratada anacrónica [28] en el traje de un cardenal . Incluso cuando se le representa como un medio vestir anacoreta , con la cruz, el cráneo y la Biblia para el único mobiliario de su celda, el sombrero rojo o alguna otra indicación de su rango de cardenal es una norma introducida en algún lugar de la imagen.
También es a menudo representado con un león , "un producto" que se encuentra en el siglo XII Leyenda Dorada de Jacobo de Vorágine , [29] y menos a menudo con una lechuza , símbolo de la sabiduría y erudición. [30] hagiografías de hablar Jerome de haber pasado mucho de sus años en el desierto de Siria, y varios artistas han titulado sus obras "San Jerónimo en el desierto";. algunos de ellos son Pietro Perugino y Sustris Lambert [31] Artículos de escritorio y la trompeta de juicio final también forman parte de su iconografía . [30] lo conmemora el 30 de septiembre con un monumento conmemorativo.
Véase también
Wikisource tiene obras originales escritos por o sobre: Jerome |
- Padres de la Iglesia
- Biblia traducciones
- Orden de San Jerónimo
- Ginés de Arles
- Carta de Jerónimo al papa Dámaso
- Fernando Cavallera
Referencias
- Notas
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- ^ Ver Jerónimo contra los pelagianos, Libro I , p.449, en una selecta biblioteca de Nicea y de Nicea Post-Padres de la Iglesia cristiana: San Jerónimo: Las letras y obras selectas de 1893. Segunda serie por Philip Schaff, Henry Wace.
- ^ Ver Jerónimo Carta a Ageruchia , p.236-7 en una selecta biblioteca de Nicea y de Nicea Post-Padres de la Iglesia cristiana: San Jerónimo: Las letras y obras selectas de 1893. Segunda serie por Philip Schaff, Henry Wace.
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- ^ Saint Jerome in Catholic Saint info
- Bibliografía
- JND Kelly, "Jerome: His Life, Writings, and Controversies" (Peabody, MA 1998)
- S. Rebenich, "Jerome" (London and New York, 2002)
- "Biblia Sacra Vulgata," Stuttgart, 1994. ISBN 3-438-05303-9
- This article uses material from Schaff-Herzog Encyclopedia of Religion.
Enlaces externos
Wikiquote has a collection of quotations related to: Jerome |
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- St. Jerome ( pdf ) from Fr. Alban Butler 's Lives of the Saints
- The Life of St. Jerome, Priest, Confessor and Doctor of the Church
- " St. Jerome ". Catholic Encyclopedia . Nueva York: Robert Appleton Company. 1913.
- Jewish Encyclopedia: Jerome
- St. Jerome – Catholic Online
- St Jerome (Hieronymus) of Stridonium Orthodox synaxarion
- Early Church Fathers. Jerome: Great Translator
Latin texts
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- Chronological list of Jerome's Works with modern editions and translations cited
- Opera Omnia (Complete Works) from Migne edition ( Patrologia Latina , 1844-1855) with analytical indexes, almost complete online edition
Facsimiles
- Migne volume 23 part 1 (1883 edition)
- Migne volume 23 part 2 (1883 edition)
- Migne volume 24 (1845 edition)
- Migne volume 25 part 1 (1884 edition)
- Migne volume 25 part 2 (1884 edition)
- Migne volume 28 (1890 edition?)
- Migne volume 30 (1865 edition)
English translations
- English translations of Biblical Prefaces, Commentary on Daniel, Chronicle, and Letter 120 (tertullian.org)
- Jerome's Letter to Pope Damasus : Preface to the Gospels
- English translation of Jerome's De Viris Illustribus
- The Perpetual Virginity of Blessed Mary
- Lives of Famous Men (CCEL)
- Apology Against Rufinus (CCEL)
- Letters , The Life of Paulus the First Hermit, The Life of S. Hilarion, The Life of Malchus, the Captive Monk, The Dialogue Against the Luciferians, The Perpetual Virginity of Blessed Mary, Against Jovinianus, Against Vigilantius, To Pammachius against John of Jerusalem, Against the Pelagians, Prefaces (CCEL)
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