*"Deja el amor del mundo y sus dulcedumbres, como sueños de los que uno despierta; arroja tus cuidados, abandona todo pensamiento vano, renuncia a tu cuerpo. Porque vivir de la oración no significa sino enajenarse del mundo visible e invisible. Nada. A no ser el unirme a Ti en la oración de recogimiento. Unos desean la gloria; otros las riquezas. Yo anhelo sólo a Dios y pongo en Ti solamente la esperanza de mi alma devastada por la pasión"
lunes, 27 de febrero de 2012
Benedicto XVI: la tentación se vence con la verdadera humildad
Palabras del papa en el Ángelus del I Domingo de Cuaresma
A las doce de hoy, I Domingo de Cuaresma, Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y los peregrinos llegados a la plaza de San Pedro.
En sus palabras introductorias del Ángelus de este I Domingo de Cuaresma, el papa comentó el evangelio del día que relata la tentación de Jesús en el desierto.
“El desierto del que se habla tiene diversos significados –explicó el papa--. Puede indicar el estado de abandono y de soledad, el 'lugar' de la debilidad del hombre, donde no existe apoyo ni seguridad, donde la tentación se hace más fuerte. Pero también puede indicar un lugar de refugio y amparo, como lo fue para el pueblo de Israel, escapado de la esclavitud egipcia, donde se puede experimentar de una manera especial la presencia de Dios”.
Benedicto XVI se preguntó qué puede enseñarnos este episodio y citó la Imitación de Cristo: "El hombre nunca está totalmente libre de la tentación, mientras viva... pero con la paciencia y con la verdadera humildad nos haremos más fuertes que cualquier enemigo".
El papa añadió queJesús proclama que el tiempo se ha cumplido y anuncia que en él sucede algo nuevo: “Dios habla al hombre de una manera inesperada, con una cercanía única, concreta, llena de amor; Dios se encarna y entra en el mundo del hombre a tomar sobre sí el pecado, para vencer el mal y traer a la persona al mundo de Dios. Pero este anuncio está acompañado de la obligación de corresponder por un regalo así de grande”.
“El tiempo de Cuaresma –subrayó el papa- es el momento preciso para renovar y mejorar nuestra relación con Dios mediante la oración diaria, los actos de penitencia, las obras de caridad fraterna”.
El papa saludó a los diversos grupos lingüísticos haciendo un breve resumen de sus palabras anteriores.
Los llegados de lengua hispana, les dijo: “Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los fieles de la Hermandad de La Virgen de la Victoria, de Huelva. En el Evangelio de este primer domingo de Cuaresma, Jesús es conducido por el Espíritu al desierto 'para ser tentado por el diablo'. Él supera la tentación y proclama con vigor el preludio de la gran sinfonía de la redención, invitando a la conversión y la fe. Al comenzar este santo tiempo, animo a todos a que, guiados por la fuerza de Dios, intensifiquen la oración, la penitencia y la práctica de la caridad, para así llegar victoriosos y purificados a las celebraciones pascuales. Confiemos a la Virgen María estas intenciones”.
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