lunes, 20 de febrero de 2012

Anhedonia (Es parte de la depresión)

La anhedonia es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros. Constituye uno de los síntomas o indicadores más claros de depresión, aunque puede estar presente en otros trastornos, como por ejemplo, en algunos casos de demencias (Alzheimer).

La cultura tiene una gran influencia. Una conducta puede ser aceptada por un grupo cultural y no ser bien vista por otro. Los factores biológicos son la causa principal donde se encuentran las influencias perinatales y la salud física. Es el médico psiquiatra el que determinará si es normal o anormal.

Los criterios generales para diagnosticarla como un trastorno son ver el grado de insatisfacción con las capacidades y logros del paciente, evaluar sus relaciones interpersonales y la forma en que afronta los acontecimientos de su vida. Lo importante es que el paciente aprenda a aceptar los hechos como se presentan; si su comportamiento le causa un daño a él y/o a los demás, entonces se transforma en una patología que debe ser tratada.

Escalas de Chapman

En 1976 L. Chapman y M. Raulin propusieron dos escalas, conocidas como "escalas de Chapman", para la valoración de la anhedonia:1 la escala para la anhedonia física y la escala para la anhedonia social. Posteriormente ambas escalas fueros revisadas pero, aunque ampliamente difundidas, no han llegado a ser publicadas de forma oficial. La Escala Revisada para la Anhedonia Física2 es un cuestionario autoaplicado de 61 preguntas que valora la capacidad de experimentar placer de estímulos físicos típicos, como la comida, el tacto, el sexo, etc., mediante preguntas como "Los bellos decorados siempre me han gustado". La Escala Revisada para la Anhedonia Social3 es un cuestionario autoaplicado de 40 preguntas que valora la capacidad de experimentar placer de estímulos como el trato con la otra gente, charlar, intercambiar impresiones o sentimientos, etc., mediante preguntas como "Un viaje en coche es más agradable si alguien me acompaña".

Inicialmente, los que desarrollaron las escalas creyeron que la escala para la anhedonia física sería la más útil de las dos escalas, y que la escala para la anhedonia social se vería afectada por la presión social y el sesgo derivado del deseo de agradar. Estos supuestos no se vieron confirmados en las investigaciones posteriores. En primer lugar, la escala para la anhedonia social resultó ser la más útil de las dos escalas, y demostró ser un robusto indicador del desarrollo posterior de trastornos del espectro esquizoide. En segundo lugar, la escala para la anhedonia social resultó ser estable en el tiempo para casos de individuos diagnosticados de esquizofrenia.

La anhedonia social ha demostrado ser también un rasgo característico de los trastornos del espectro autista, lo que ha motivado, por ejemplo, el estudio4 del solapamiento diagnóstico entre el síndrome de Asperger y el trastorno esquizotípico de la personalidad.

Tambien flor que crece en la patagonia y que recibe este nombre debido a las esporas que posee, las cuales al olerlas tienen efectos afrodisiacos y estimulantes en el cuerpo humano.

Enlaces externos

Referencias

  1. Chapman, L. J., Chapman, J. P., & Raulin, M. L. (1976). "Scales for physical and social anhedonia". Journal of Abnormal Psychology, 87, 374-407.
  2. Chapman, L. J., & Chapman, J. P. (1978). "Revised physical anhedonia scale" (Available from L. J. Chapman, Department of Psychology, 1202 West Johnson Street, University of Wisconsin, Madison, WI 53706).
  3. Eckblad, M. L., Chapman, L. J., Chapman, J. P., & Mishlove, M. (1982). "The revised social anhedonia scales". (Available from L. J. Chapman, Department of Psychology, 1202 West Johnson Street, University of Wisconsin, Madison, WI 53706).
  4. Ruth M. Hurst, Rosemery O. Nelson-Gray, John T. Mitchell and Thomas R. Kwapil. "The Relationship of Asperger’s Characteristics and Schizotypal Personality Traits in a Non-clinical Adult Sample", Journal of Autism and Developmental Disorders, Volume 37, Number 9 / October, 2007.

El término anhedonia fue acuñado por Ribot en el año 1897 y desde entonces ha contenido varias definiciones: “bloqueo de la capacidad de recompensa ante estímulos habitualmente reforzantes” o el que nos brindaba el DSM III: “pérdida del interés o placer en todas o casi todas las actividades”.


A través de la historia pueden diferenciarse diferentes conceptualizaciones:

- La incapacidad para experimentar el placer, la anestesia o insensibilidad hacia el placer.

- La incapacidad para ser consciente del placer. En este caso lo que estaría alterado sería la emoción que debe acompañar a la sensación producida por el estímulo placentero. El placer estaría “embotado” pues la persona no reconoce la sensación como tal.

- La incapacidad para concientizar cualquier tipo de emoción y no solo el placer.

- Las personas pueden experimentar el sentimiento y la emoción pero son incapaces de expresarlo. Sería una especie de placer “aplanado”.

- La persona pierde el interés por el placer y esta apatía conduce al embotamiento afectivo.

Como puede observarse, la comprensión del mecanismo de base de la anhedonia es diversa en cada una de estas definiciones. Las investigaciones más recientes hipotetizan que la anhedonia podría deberse a deficiencias en el sistema cerebral relacionado con la recompensa, haciendo énfasis fundamental en un daño en las vías dopaminérgicas.

Una de los modelos explicativos sugiere que la anhedonia se genera de la siguiente manera: las estructuras cerebrales que se encargan de los mecanismos de recompensa y de experimentar placer se alteran y esto se expresa en cambios en el patrón de señales estimulantes. Este modelo suele hallarse en las personas con depresión que refieren una incapacidad para disfrutar así como una manifiesta insensibilidad ante lo que habitualmente les producía placer. Por supuesto, la persona puede ser consciente de éste cambio o no ser capaz de reconocerlo.

En las psicosis (sobre todo en las esquizofrenias) la persona no se percata de este cambio en las fuentes del placer así que muchos clínicos consideran que la anhedonia característica de la depresión y aquella presente en la esquizofrenia no son el mismo fenómeno, no solo por su intensidad o frecuencia sino por su propia naturaleza. Se dice entonces que la anhedonia que aparece en los pacientes deprimidos es una anhedonia "primaria" o "verdadera". En cambio, en las personas esquizofrénicas no existe una incapacidad para disfrutar ni para experimentar el placer como sensación, sería una anhedonia introvertida o secundaria.

Particularmente, considero que al término anhedonia (quizás por su identificación con el hedonismo) se le ha impreso a lo largo de la historia médica un sentido excluyente: inhabilidad o incapacidad para experimenta el placer pero... ¿que sucedería si nos acercáramos a la anhedonia como un continuun? ¿qué sucedería si comprendiésemos la anhedonia como un spectrum de severidad? Esta idea nos conduciría a analizar la anhedonia como la inhabilidad o incapacidad para experimentar sentimientos positivos. La distinción no es meramente terminológica sino que tiene implicaciones más allá de los vocablos utilizados pues nos compulsa a comprender el impacto que tiene este síntoma en las personas.

En los casos de anhedonia más severos la persona está incapacitada para experimentar cualquier tipo de emoción positiva: placer, satisfacción, logros, beneficios; pierden la posibilidad de hallar los sentidos positivos de las cosas y las situaciones que viven. Sin embargo, los casos menos severos pueden experimentar pequeñísimas emociones positivas, si bien no podrían llamárseles placer, en el amplio sentido de esta palabra.

Pongamos un ejemplo muy sencillo de la vida cotidiana: estamos regresando del trabajo; estamos cansados, probablemente sentimos un poco de dolor físico y agotamiento mental pero sabemos que fuimos capaces de manejar todo el trabajo del día de una manera eficiente e incluso adelantamos algunas tareas por lo cual mañana no tendremos tanta carga laboral. Entonces nos sentimos reconfortados, satisfechos; esta sensación difícilmente podría equipararse con el placer pero es una sensación positiva, una pequeña experiencia de recompensa y satisfacción. Por supuesto, siempre pueden aparecer quienes se cuestionen las implicaciones filosóficas del término placer pero lo esencial en este ejemplo es comprender que la anhedonia más severa priva a las personas incluso de estos pequeñas satisfacciones y no solo de la alegría y el placer más profundos. Las incapacita para sentirse mínimamente bien por los logros alcanzados. Sin embargo, existen otras personas que pueden percibir estas pequeñas satisfacciones. De hecho, un estudio reciente desarrollado en la Universidad de Wisconsin-Madison afirma que, en la misma medida que la depresión avanza, se van evidenciando cambios a nivel cerebral relacionados con la imposibilidad de mantener los niveles de excitación en las zonas relacionadas con las emociones positivas y la recompensa. Lo cual indicaría que la anhedonia es un síntoma que se va agravando de a poco; una información esencial si deseamos comprender verdaderamente qué experimenta la persona pues como se puede presuponer, aquellos que vivencian la anhedonia más severa generalmente no pueden hacer nada para sentirse mejor y esto los sume en la desesperanza y la indefensión más profundas. A la vez, las personas a su alrededor no pueden comprender su problemática ni su incapacidad para experimentar emociones positivas por lo que sus relaciones interpersonales se van dañando paulatinamente hasta que la persona con anhedonia termina por aislarse y experimentar un fuerte sentimiento de alienación.

Así, como puede apreciarse aún no existe un concenso en la comunidad científica en la forma de conceptualizar y comprender la anhedonia y esto, inevitablemente, repercute en su tratamiento (eminentemente farmacológico).

Resultan muy beneficiosos: una dieta sana, realizar actividad física, pasar tiempo con las personas que conforman su red de apoyo social y regular el tiempo de sueño. Aunque este estilo de vida es particularmente difícil de conseguir por las personas una vez que padecen de la anhedonia más severa.

La ausencia del placer (anhedonia) en la depresión

El término anhedonia significa ausencia de la vivencia del placer físico. Suele referirse al placer sexual ausente en algunos cuadros psiquiátricos, como la depresión, pero el término es preciso para definir la ausencia de placer en una persona.

Anhedonia es síntoma y cuando se detecta obliga a pensar en un cuadro sintomático o sindrome y en la enfermedad o enfermedades que lo expliquen, por ejemplo, los trastornos depresivos.

La ausencia completa o casi completa de sentimientos placenteros es una situación anormal y de gravedad.

En un cuadro de depresión la anhedonia puede delatar profundidad, implicar que estamos ante una Depresión Mayor y sobre todo ante un paciente de alto riesgo.

Anhedonia involucra a los lóbulos frontales y debe entenderse como una señal de aislamiento del paciente con el ambiente y con si mismo.

La capacidad hedónica de una persona es la medida de su anclaje a la vida y por lo tanto la falta de capacidad en un paciente es medida y alarma de naufragio emocional y psíquico..

La capacitación para diagnosticar anhedonia corresponde al profesional médico psiquiátra.

En el lenguaje de la psicología dinámica puede no tener el sentido estricto del ambiente médico y hasta puede que no se interprete la gravedad.

Anhedonia no es un cuadro de por sí, es síntoma y cuando se ha comprobado debe entenderse de modo alarmante.

El psiquiatra debería revisar minuciosamente la semiología del paciente ante la presencia de anhedonia porque es un síntoma negativo, relacionado siempre con gravedad.

Un síntoma no define una enfermedad, es el criterio diagnóstico basado en un conjunto de datos y en la elaboración conciensuda del profesional.

Un diagnóstico no hace a una enfermedad, solamente hace a una Historia Clínica.

Los diagnósticos son aproximaciones intelectuales a lo que le ocurre a un paciente, nunca es definitivo.

Diagnóstico es el resultante de un proceso complejo y actúa a modo de reducción científica para orientar acciones.

Siempre debe quedar abierta la posibilidad a cambios diagnósticos, replanteos y reevaluaciones del paciente.

Para investigar la capacidad de sentir placer de un paciente se requiere de habilidad y también de cautela. Todo apresuramiento y enfoque tendencioso o prejuicioso puede describir un síntoma que no está presente.

El tacto del profesional es importante ya que el paciente puede sentir verguenza de relatar formas de obtener placer censurables y por mantener oculta una faceta de su personalidad o de su intimidad, puede preferir el convencer al profesional de que no vive placer alguno.

La capacidad de ser feliz, alojada en una región especial del cerebro


3 Jul 2010(08:37:23)
Una investigación arrojó que las personas con un volomen menor en esa zona del cerebro, experimentan una mayor incapacidad de experimentar placer

TORONTO, CANADÁ (27/JUN/2010).- La tendencia a la felicidad depende del tamaño de una pequeña estructura alojada en el centro del cerebro, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Douglas de Montreal publicado en la revista Molecular Psychiatry. Este descubrimiento abre el camino a una detección más rápida de algunas enfermedades mentales, según los artífices de la investigación.



La zona en cuestión es el núcleo caudado, pequeña zona oculta bajo el córtex, en el centro del cerebro, que forma parte de un conjunto llamado ganglios basales.



El núcleo caudado es muy importante en la iniciación de los movimientos voluntarios y en el sistema que le permite a las personas aprender los comportamientos que les procuran placer.



Lo que encontraron los canadienses fue que esta zona del cerebro que aporta felicidad es más pequeña de lo normal en las personas que presentan un nivel elevado de un trastorno que se caracteriza por la incapacidad de experimentar placer.



Se trata de la anhedonia , que provoca la pérdida de interés y hasta la aptitud de sentir satisfacción en cualquier cosa que se haga. Los expertos la consideran un síntoma claro de depresión aguda y de esquizofrenia, no porque la depresión la provoque, sino por el efecto contrario: porque al no poder sentir placer y disfrutar de las emociones positivas, las personas se deprimen.



Hasta ahora, los criterios generales para identificar la presencia de anhedonia en alguien era analizar su insatisfacción constante respecto de sus capacidades y logros, sus relaciones interpersonales. Con el nuevo descubrimiento es posible un diagnóstico más certero de ciertos tipos de depresión e incluso de detectarla precozmente.



La investigación



Los científicos analizaron a 29 voluntarios que nunca había sufrido ningún trastorno mental; y para asegurarse, los expertos les realizaron cuestionarios que permitieron hallar y cuantificar cualquier forma de anhedonia.



Paralelamente, se le hizo a cada voluntario una resonancia magnética de la estructura y funcionamiento del cerebro, a las cuales le siguieron las comparaciones: grados de anhedonia, volumen cerebral y actividad cerebral.



Y fue entonces cuando se logró identificar que el volumen del núcleo caudado es más chico en aquellos que tienen algún grado de anhedonio o incapacidad de experimentar placer y satisfacción.



Los investigadores del Instituto Douglas aclaran que ya antes se habían identificado otras regiones en las que el aumento de la actividad cerebral se vinculaba con una anhedonia mayor.



Este descubrimiento es parecido al de estudios anteriores que demuestran un vínculo entre la actividad cerebral y la depresión, lo que confirma la validez de nuestro paradigma experimental -explica Martin Lepage, psiquiatra de la Universidad McGill de Canadá-. Creemos que estas medidas de actividad y del volumen cerebral son marcadores biológicos fiables para la anhedonia y para el diagnóstico precoz de otras enfermedades mentales.



Con estos resultados en la mano, los expertos esperan poder desarrollar métoods para detecar precozmente tanto la depresión aguda como la esquizofrenia.


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