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Ladislao de Hungría, Santo |
Rey de Hungría.
Martirologio Romano: En Nitra, en los montes Cárpatos, muerte de san Ladislao, rey de Hungría, que restableció en su reino las leyes cristianas dictadas por san Esteban, corrigió las costumbres, dando él mismo ejemplo de virtud, y propagó la fe cristiana en Croacia, que había sido incorporada al reino húngaro, estableciendo la sede episcopal de Zagreb. Murió cuando se disponía a una guerra con Bohemia, siendo enterrado en Varadino, en Transilvania (1095).
Etimológicamente: Ladislao = Aquel que es un afamado caballero, es de origen eslavo.
Ladislao era hijo del rey húngaro Bela I y de la princesa polaca Richeza, hija de Mieszko II de Polonia y santa Riquilda de Lorena y hermano menor del también rey Géza I. Ladislao era miembro de la dinastía de los Árpádes. Fue san Ladislao, quien hizo que fuese canonizado el rey San Esteban.
Ladislao nació en Polonia, donde se padre había buscado refugio. Su nombre, Ladislao, le fue impuesto siguiendo las tradiciones eslavas de su madre. En 1047 fue llamado por su tío Andrés I.
Tras la muerte de su hermano mayor Géza I en 1077, Ladislao ascendió al trono y continuó su labor cristianizadora. Se ganó una reputación parecida a la de Esteban I, nacionalizando el cristianismo y sentando las bases de la grandeza política de Hungría. Ladislao, reconociendo que el Sacro Imperio Romano Germánico era un enemigo natural de su reino, formó una estrecha alianza con el Papa y otros enemigos del emperador Enrique IV, entre los que se encontraba Rodolfo de Rheinfeld y Güelfo I de Baviera.
Ladislao contrajo matrimonio con la hija de Rodolfo, Adelaida de Suabia, con la que tuvo un hijo y tres hijas. Su hija Santa Piroska de Hungría o conocida tmabién como Irene, se casó con el emperador de Bizancio Juan II Comneno.
Ya desde joven fue conocido por sus hazañas como caballero medieval y hábil guerrero. Ladislao contaba con una constitución imponente, era alto y estaba bien entrenado en las artes de la guerra, así pues, su figura era intimidante e inspiraba respeto. Luchó contra tribus paganas que invadían el reino de Hungría, e inclusive han quedado varias leyendas donde rescata a una damisela húngara que había sido raptada por un guerrero en medio de una batalla.
El fracaso del emperador germánico en su enfrentamiento con el Papado, dejó a Ladislao libre para extender sus dominios hacia el sur (el Bajo Danubio para los húngaros) y hacia los Cárpatos orientales. En su juventud luchó contra los pechenegos y en 1089 contra los cumanos, que ocupaban Moldavia y Valaquia más allá del río Olt. Construyó las fortalezas de Szörényvár y Gyulafehérvár.
Estableció a los Székely en Transilvania. Posteriormente intentó conquistar otras partes de Croacia tras la muerte del marido de su hermana, el rey croata Dmitar Zvonimir, aunque su autoridad era cuestionada por la nobleza croata, el Papa, la República de Venecia y el Imperio Bizantino. Ladislao efectuó una incursión en las tierras croatas en 1091 y nombró virrey a su sobrino Álmos.
Ladislao cayó enfermo repentinamente y al no tener hijos a los que dejar el trono mandó llamar a su sobrino Colomán, que era obispo y se encontraba en Polonia y al que nombró su heredero. Colomán era hijo de Geza I de Hungría y había sido educado por Ladislao. Sería coronado rey como Colomán I de Hungría, conocido como el Bibliófilo.
Ladislao murió repentinamente en 1095 cuando estaba a punto de participar en la Primera Cruzada. Ningún otro rey húngaro ha sido tan ampliamente amado. Toda la nación guardó luto por su muerte durante tres años y le recordaron como un santo mucho tiempo antes de que fuera canonizado. Hay un ciclo completo de leyendas alrededor de este monarca.
Entre sus labores principales a favor del cristianismo esta la fundación del obispado de Sarajevo, así como la creación de la abadía de Szend Egyed bécses, e incontables templos a lo largo y ancho de su reino. En 1094 fundó las diócesis de Várad y de Zagreb como un nuevo foco del catolicismo en el sur de Hungría y en las zonas entre el Drava y el Sava.
En 1192, el rey húngaro Bela III de Hungría hizo la petición al Papa para que Ladislao I fuera canonizado, y así Ladislao I, pasó a ser San Ladislao. Fue canonizado el 27 de junio de 1192.
C.A. Macartney, en su Hungary: A Short History (Hungría: Una breve historia) elogia a Ladislao I diciendo: "Ladislao I, quien, como Esteban y su hijo, Imre, fue canonizado tras su muerte, fue la personalidad más destacada entre ellos: un verdadero paladín y caballero de carácter dulce, protector de su fe y de su pueblo y de los pobres e indefensos."
San Ladislao, rey
fecha: 30 de junio fecha en el calendario anterior: 27 de junio n.: 1040 - †: 1095 - país: Eslovaquia otras formas del nombre: Lancelot, Laszlo, Ladislas canonización: C: Celestino III 1192 (?) - PC hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Nitra, en los montes Cárpatos, muerte de san Ladislao, rey de Hungría, que restableció en su reino las leyes cristianas dictadas por san Esteban, reformando las costumbres y dando él mismo ejemplo de virtud. Propagó fervientemente la fe cristiana en Croacia, que había sido incorporada al reino húngaro, estableciendo la sede episcopal de Zagreb. Murió cuando se disponía a una guerra con Bohemia y fue enterrado en Varadino, en Transilvania.
Si bien es verdad que Hungría debe a san Esteban el establecimiento de su monarquía y la organización de su Iglesia, no es menos cierto que tiene una deuda igual con otro santo rey de la misma casa real de Arpad. Porque Ladislao extendió las fronteras del reino, mantuvo a raya a sus enemigos y, desde el punto de vista político, lo convirtió en un gran Estado. Pero no se canoniza a los hombres por semejantes actividades (si es que alguna vez se canonizó formalmente a Ladislao, lo que parece dudoso), sino que se rinde la debida veneración a su memoria por su vida privada y su trabajo por la cristiandad.
Pasó la niñez y la juventud en un ambiente cargado de intrigas políticas y dinásticas y, sin modificaciones en el estado de cosas, Ladislao ocupó el trono de Hungría en el año 1077. Inmediatamente fueron negados sus derechos reales por su hermanastro Salomón, quien tomó las armas contra él; pero a fin de cuentas, el rey lo derrotó en el campo de batalla. Se afirma que el joven monarca era un dechado de gracias y que, desde temprana edad, dio muestras de poseer todas las virtudes que deben adornar a un hidalgo y noble caballero. A una estatura descomunal, que le permitía sacar la cabeza y hasta los hombros por encima de cualquier muchedumbre, unía la fuerza de un toro y el valor de un león, pero todos estos atributos estaban en él atenuados por una cortés afabilidad, y una gentileza que conquistaba a todos inmediatamente. Su piedad, tan fervorosa como bien equilibrada, se expresaba en su celo por la fe, en el escrupuloso cumplimiento de sus deberes religiosos, en su estricta moral y en la austeridad de su vida. Se había despojado de toda ambición personal y, sólo por su sentido de la obligación, aceptada la dignidad que le habían echado sobre las espaldas. En persecución de una política dictada por sus sentimientos religiosos y patrióticos, Ladislao se vinculó estrechamente al Papa Gregorio VII y a los otros oponentes del emperador Enrique IV de Alemania. Abrazó la causa del rival de Enrique, Ruperto de Suabia, y se casó ron Adelaida, la hija del duque Welfo de Baviera, el más poderoso de los aliados de Ruperto. Dentro del propio territorio de Hungría el rey tuvo que soportar numerosas invasiones por parte de los «kuman» y otras tribus, pero a todas las rechazó triunfalmente e hizo lo más que pudo para atraer a los bárbaros a la civilización y al cristianismo; al mismo tiempo, en su reino otorgó la libertad religiosa a los judíos y los ismaelitas (mahometanos). A solicitud suya, la Santa Sede reconoció como dignos de veneración al rey Esteban I, a su hijo Emeric, así como a Gerardo, el obispo mártir.
Ladislao gobernó con mano firme, tanto en los asuntos civiles como en los eclesiásticos; así se puso de manifiesto en el curso de la dieta de Szabolcs, y en el año 1091, cuando su hermana Elena, la reina de los croatas, le pidió ayuda en contra de los asesinos de su esposo, Ladislao en persona acudió a socorrerla, restableció el orden en Croacia y estableció la sede de Zagreb. Cuando Elena murió sin haber tenido hijos, Ladislao anexó Croacia a Hungría y Dalmacia a la República de Venecia, no obstante las promesas y las amenazas del emperador de Constantinopla. Sin embargo, el Papa Urbano II recurrió al Emperador en busca de apoyo para organizar la primera Cruzada y, los reyes de Francia, España e Inglaterra, eligieron a Ladislao como el comandante en jefe de la expedición. Pero no tuvo ocasión de partir con los cruzados, porque la muerte le sorprendió repentinamente en la ciudad de Nitra, en Bohemia, a principios del año 1095. Sólo tenía cincuenta y cinco años de edad.
El cuerpo de San Ladislao se llevó a Nagy Varad (Oradea Mare, en Transilvania) para sepultarlo en la ciudad que había fundado y en la catedral que construyó. Desde el momento de su muerte, se le honró como a un santo y a un héroe nacional. Sus proezas dieron el tema para innumerables baladas, trovas y leyendas populares entre los magiares. Sus reliquias fueron solemnemente guardadas en un santuario, en el año 1192. En ese mismo año se afirma que fue canonizado por el papa Celestino III (aunque no parece que se haya conservado la bula correspondiente).
En el Acta Sanctorum, junio, vol. VII, los bolandistas imprimieron una serie de leyendas litúrgicas, acompañadas de las acostumbradas disertaciones históricas. Probablemente sea una fuente de información más digna de confianza, la biografía editada por S. L. Edlicher, de su Rerum Hungaricarum Monumento Aspadiana (1849), pp. 235-244 y 324- 338.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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