lunes, 10 de junio de 2013

Evangelio de Mateo

 

   
 
San Mateo escribiendo el Evangelio.
 
Comienzo del Evangelio de Mateo en el Libro de Kells.
El Evangelio de Mateo (en griego Κατὰ Ματθαῖον εὐαγγέλιον, Katá Mattháīon evangélion) es uno de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento.
Los evangelios son tradicionalmente impresos con Mateo primero porque Agustín de Hipona creía que era el más antiguo. Es seguido por Marcos, Lucas, y Juan, en dicho orden. Para su uso litúrgico en la Iglesia Católica se les presenta aparte en un libro llamado Evangeliario o desde el Vaticano II, leccionario.

Autoría

La tradición atribuye su autoría a Mateo Leví, un recaudador de impuestos a quien Jesús llamó para que le siguiera como uno de sus apóstoles.
A favor de esta atribución, suele aducirse que es el único de los cuatro evangelios que llama a Leví por su segundo nombre -Mateo-, que siempre que lo cita dice "Mateo el publicano". También se considera que en su evangelio figuran 115 vocablos que no se hallan en los otros y tienen que ver con dinero, oro, plata, deudas, cuentas, cambios de dinero, etc., frases que estarían en la punta de la pluma de un ex publicano.
Sin embargo, algunos estudiosos bíblicos modernos indican que posiblemente este libro,[1] al igual que otros del Nuevo Testamento, sea de autores desconocidos que utilizaron las tradiciones o documentos previos del autor a quien se le acredita el libro y, al momento de escribir su edición definitiva, según una costumbre literaria de la antigüedad, lo hayan hecho bajo el nombre del personaje cuyos relatos ellos recogieron. A esto se le conoce como pseudoepigrafía.[2] Desde el punto de vista de las Iglesias cristianas históricas, esto no afecta en absoluto el valor que estos escritos puedan tener para la fe de los creyentes (= canonicidad).[2]

Destinatarios

Los destinatarios del libro de Mateo fueron principalmente las comunidades judeo-cristianas, como lo muestra la profusa utilización de extractos del Antiguo Testamento para presentar a Jesús como el Mesías.

Datación

La datación mayoritaria sitúa a este evangelio hacia el año 80, debido a que se supone que describe la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70, antes de que esta suceda; es decir, dicha descripción es tomada como una profecía que posteriormente se cumpliría. En cuanto a la secuencia, parece que Mateo redactó un primer escrito en arameo, que no se ha conservado. Eusebio de Cesarea cita palabras de Papías de Hierápolis: «Mateo ordenó en lengua hebrea los dichos del Señor y cada uno los interpretó [tradujo] conforme a su capacidad» (Hist. Ecl. III,39,16).]
Las dataciones más tardías están limitadas por los papiros P64 y P67 (hacia el año 200) y la mención de un evangelio de Mateo escrito en arameo que hace Papías de Hierápolis hacia el año 125. Posteriormente lo mencionan Ireneo de Lyon (hacia 180) y Clemente Alejandrino (hacia 200).
Quienes defienden la teoría de las dos fuentes suponen que Marcos es más antiguo que Mateo. Marcos escribió lo que predicaba Pedro, dirigido a los cristianos de Roma. (Pedro lo llama “mi hijo”, pues lo tenía en Roma consigo como ayudante en su ministerio). Seguiría Lucas, que tuvo muchas informaciones propias, recogidas cuidadosamente.
Las dataciones más tempranas (J. B. Orchand; B. Reicke; J. A. T. Robinson) se basan en los siguientes argumentos:
  • Algunos autores (C. C. Torrey; C. H. Dodd) exponen que Mateo no da ningún detalle histórico de la destrucción de Jerusalén, sino que toma todas las imágenes del Antiguo Testamento (Jeremías 21; Zacarías 12; 14; Esdras 9; Salmo 79; Ezequiel 40-48; etc.).
  • Otros autores como N. Geldenhuys, Gerd Theissen, B. H. Young, R. A. Guelich han argumentado a favor de considerar que la profecía sobre la destrucción de Jerusalén fue realizada antes de que sucediera.
  • Otros personajes, como Jesús el hijo de Ananías también predijeron la destrucción del templo, según Flavio Josefo en Guerra de los Judíos VI, 300-309
Por otra parte, parece que la audiencia a la que se dirige Mateo está familiarizada con hechos que describe el Evangelio y al autor le interesa relacionar el pasado (vida de Jesús) con el momento en el que se escribió su relato, utilizando en dos ocasiones la expresión "hasta el día de hoy". Así, el autor dice que los sacerdotes, con las 30 monedas de plata que arrojó Judas Iscariote en el templo, "compraron con ellas el Campo del Alfarero como lugar de sepultura para los forasteros. Por esta razón ese campo se llamó «Campo de Sangre», hasta hoy".
En este texto se da a entender que la audiencia conoce el lugar en cuestión y su nombre, por lo que es razonable pensar que pudo haber sido escrito antes de la destrucción de Jerusalén y la gran despoblación que trajo consigo.
Por otra parte, llama la atención que, pretendiendo demostrar que Jesús es el Mesías, no relacione la destrucción de Jerusalén y de su Templo con una profecía de Daniel según la cual esto ocurriría tras la muerte del Mesías. La profecía en cuestión dice: "...se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario".

Estilo

El de Mateo es el que más giros de aspecto semítico presenta de los cuatro evangelios canónicos. Algunos ejemplos son:
  • Mt 1,1 - Utiliza inadecuadamente la palabra biblos (libro) para referirse a una lista genealógica. Parece traducir el término semítico sefer. De forma paralela, Lc 3,23 presenta otra genealogía, aunque no usa la palabra biblos para encabezarla.
  • Mt 2,1; 23,30 - "en los días de" es un hebraísmo.
  • Mt 2,16 - "los en Belén" traduce un genitivo locativo semítico.
  • Mt 5,2 - "Y abriendo su boca", semitismo frecuente en la biblia judía.
  • Mt 5,3 - "pobres en espíritu", expresión característica del judaísmo. La comunidad de Qumrán utiliza esta expresión como título honorífico. Añadido de Mateo a la fuente Q
  • Mt 5,9 - "serán llamados hijos de Dios", semitismo característico de los escritos rabínicos. Añadido de Mateo a la fuente Q
  • Mt 5,13 - Proverbio popular, presente también en el Talmud.
  • Mt 5,16.45.48; 6,9; 7,11; 10,32-33; 18,19 - "Padre en los Cielos", genitivo locativo semítico
  • Mt 5,21.27.33.38.43 - "oísteis que fue dicho", expresión habitual en el Talmud
  • Mt 5,22 - "cabeza hueca", parece traducir del arameo: reqa’.
  • Mt 5,22 - "gehena de fuego", lugar maldito para el judaísmo, donde se quemaba la basura en Jerusalén.
  • Mt 5,28 - "para desearla", traduciendo un infinitivo semítico.
  • Mt 5,45; 6,5-6 - Utiliza una partícula griega hóti con la función de un arameo
  • Mt 6,4.6 - "en lo oculto", semitismo.
  • Mt 6,9-11 - "sea santificado", "venga tu reino", "hágase tu voluntad", "dánoslo hoy", son anteposiciones del verbo típicas en las oraciones judías.
  • Mt 6,9 - "tu nombre" con el significado del pronombre "tú". Semitismo.
  • Mt 6,13 - "no nos metas en tentación", con la idea primitiva, veterotestamentaria, del Dios tentador.
  • Mt 6,25 - "alma" como sede del hombre, semitismo
  • Mt 6,27 - "añadir un codo a su vida", semitismo bíblico. Pertenece al material común de Mt y Lc (fuente Q), si bien Lucas elimina el semitismo: "añadir un codo a su estatura"
  • Mt 7,6 - En un teórico estrato arameo parece corresponder al dístico “No pongáis vuestro anillo a los perros ni colguéis vuestras perlas a los cerdos”. La frase adquiere sentido teniendo en cuenta que en la literatura rabínica el anillo es sinónimo de la ley.
  • Mt 7,23 - "jamás os conocí", semitismo
  • Mt 8,12 - "hijos del reino", semitismo
  • Mt 8,22 - En el texto primitivo podría haber, según M. Black, una aliteración aramea: “deja que los indecisos –metinim- entierren a sus muertos –mitin-”
  • Mt 9,13 - "y no sacrificio", semitismo
  • Mt 9,26 - "Y salió la fama de esto por toda aquella tierra", aramaísmo
  • Mt 10,25 - "si al señor de la casa lo llamaron Belcebú": Señor (en arameo Be’el) y Casa (en hebreo zebul) dan lugar a la palabra Be’elzebul
  • Mt 10,32 - "declare en mí... declararé en él", aramaísmo
  • Mt 10,39 - "alma", con el significado semítico de "vida"
  • Mt 10,41; 13,17; 23,29 - "profeta" y "justo", bina característicamente judía
  • Mt 10,42 - "a nombre de discípulo", semitismo rabínico
  • Mt 11,12 - "desde los días de", semitismo
  • Mt 11,25 - Típica berakah judía o acción de gracias y alabanza
  • Mt 11,26 - "Sí, el Padre, porque así fue complacencia ante ti", traducción literal al griego de una frase semítica.
  • Mt 11,28 - "todos los que", parece traducir del arameo kol dî, “la totalidad que”
  • Mt 11,29-30 - Cargar con el yugo de la ley era expresión típica en el judaísmo al hablar de entregarse al estudio gozoso de la ley
  • Mt 12,39 - "generación mala y adúltera", semitismo bíblico
  • Mt 13,18.20.22.23 - "Oíd... la parábola", "éste es" por influencia semítica, al no haber en arameo expresiones equivalentes a "significar" o "corresponder"
  • Mt 13,24; 18,23; 20,1; 22,2 - "se parece a", perfecto semítico para verdades generales
  • Mt 16,6 - La levadura es un símbolo de maldad contagiosa, característico de los escritos rabínicos
  • Mt 16,17 - "Barjoná", aramaísmo
  • Mt 16,17 - "carne ni sangre", hebraísmo
  • Mt 16,18 - En el texto griego resulta un juego de palabras forzado, que es fácil en arameo, ya que Kêfa’ es nombre propio y significa roca o peña; en griego, pétra sería su equivalente, porque Pétros es más bien piedra o guijarro, pero el nombre debía ser masculino
  • Mt 16,19 - Atar y desatar, bina semítica para significar totalidad de poder
  • Mt 16,27 - "venir en", como un hebreo instrumental
  • Mt 16,28 - Probar la muerte es un semitismo posbíblico
  • Mt 18,14 - "no es voluntad ante vuestro Padre en los cielos", expresión semítica reverencial
  • Mt 18,15-17 - Escuchar y no escuchar, bina semítica
  • Mt 19,8 - "la dureza de vuestro corazón", semitismo bíblico
  • Mt 22,14 - Muchos y pocos, típica contraposición semítica
  • Mt 22,36 - "el más grande mandamiento", semitismo
  • Mt 22,38 - Clasificación de los mandamientos, típica de la literatura rabínica
  • Mt 23,9 - "Padre" como título honorífico, especialmente del discípulo al maestro
  • Mt 23,16 - "no es nada", expresión jurídica del rabinismo con el significado de "no es punible"
  • Mt 23,23 - "la equidad del juicio", hebraísmo
  • Mt 23,30 - "en la sangre de", hebraísmo
  • Mt 23,35 - "sangre justa", hebraísmo
  • Mt 24,16 - "a los montes", aramaísmo
  • Mt 24,48 - "en su corazón", semitismo
  • Mt 26,28 - "a favor de muchos", semitismo con valor inclusivo equivalente a "todos"

Referencias

  1. Brown, Raymond E. (2002). Introducción al Nuevo Testamento. I. Cuestiones preliminares, evangelios y obras conexas. Madrid: Editorial Trotta. pp. 292-296. ISBN 84-8164-538-9.  Raymond Edward Brown comentó: «A modo de juicio general conclusivo sobre la cuestión "Mateo" lo mejor es aceptar la posición común: el Mateo canónico fue redactado originalmente en griego por alguien que no era un testigo visual, cuyo nombre nos es desconocido y que se basó en fuentes tales como Marcos y (la fuente) Q. No podemos saber si en algún momento de la historia de las fuentes del Mateo canónico desempeñó algún papel algo escrito en lengua semítica por Mateo, uno de los Doce.» Por otra parte, el mismo Brown afirma que «no es prudente», 1900 años más tarde, «despachar demasiado fácilmente» como ficción completa o ignorancia la referencia de Papías de Hierápolis, que vivió solo 4 décadas después de la composición del Mateo canónico y que señaló: «Mateo dispuso en orden los dichos (logia) en hebreo (¿arameo?) y cada uno los interpretó/tradujo como pudo» (HE III,39,16). De allí que a veces se sugiere que Mateo el Apóstol podría haber sido el autor de los dichos (logia) o sentencias de Jesús a que hace referencia Papías, quizá antecedentes del evangelio canónico de Mateo.
  2. a b Rivas, Luis H. (2010). Diccionario para el Estudio de la Biblia. Buenos Aires: Amico. pp. 154-155. ISBN 978-987-25195-1-3. 

Véase también

Enlaces externos


Evangelio según San Mateo
Autor: La Biblia

El Evangelio que lleva el nombre de MATEO –un recaudador de impuestos que abandonó su trabajo para seguir a Jesús (9. 9)– fue escrito hacia el 80d.C. y está dirigido principalmente a los cristianos de origen judío.

Dado el carácter de los destinatarios, Mateo cita con frecuencia textos del Antiguo Testamento y se apoya en ellos para mostrar que el designio de Dios anunciado por los Profetas alcanza su pleno cumplimiento en la persona y la obra de Jesús. Él es el "Hijo de David", el "Enviado" para salvar a su Pueblo, el "Hijo del hombre" que habrá de manifestarse como Juez universal, el "Rey de Israel" y el "Hijo de Dios" por excelencia. Mateo también aplica a Jesús en forma explícita los oráculos de Isaías sobre el "Servidor sufriente", que carga sobre sí nuestras debilidades y dolencias. Y al darle el título de "Señor", reservado sólo a Dios en el Antiguo Testamento, afirma implícitamente su condición divina.

Este evangelista atribuye una especial importancia a las enseñanzas de Jesús y las agrupa en cinco discursos, que forman como la trama de su Evangelio y están encuadrados por otras tantas secciones narrativas. El tema central de estos discursos es el Reino de Dios. En ellos, Cristo aparece como "el nuevo Moisés", que lleva a su plenitud la Ley de la Antigua Alianza. También es el "Maestro", que enseña "como quien tiene autoridad" (7. 29) la "justicia" de ese Reino inaugurado y proclamado por él.

El Evangelio de Mateo ha sido llamado con razón "el Evangelio de la Iglesia", por el papel preponderante que ocupa en él la vida y la organización de la comunidad congregada en nombre de Jesús. Esta comunidad es el nuevo Pueblo de Dios, el lugar donde el Señor resucitado manifiesta su presencia y la irradia a todos los hombres. Por eso ella está llamada a vivir en el amor fraterno y el servicio mutuo, como condiciones indispensables para hacer visible el verdadero rostro de Jesucristo.

 EL EVANGELIO DE LA INFANCIA DE JESÚS
Ya en el Evangelio de la infancia, Mateo nos anticipa quién es Jesús de Nazaret. Su "genealogía" se ha ido gestando a lo largo de toda la historia de Israel, que en él llega a su plenitud. Como "hijo de David", él es el Mesías anunciado por los Profetas y esperado por el Pueblo judío. Como "hijo de Abraham", es fuente de bendición para todos los hombres. Pero él es mucho más todavía: es "Dios con nosotros" (1. 23). María lo concibió en su seno por obra del Espíritu Santo, y José, al darle el nombre de "Jesús" (1. 25), asumió sobre él la función paterna y lo incorporó legalmente a su linaje davídico.


Todos los relatos de la infancia tienen un estilo literario propio del Antiguo Testamento, en el que abundan las apariciones, los sueños y las repetidas intervenciones del "Ángel del Señor". De esa manera, se quiere destacar la trascendencia de los acontecimientos narrados. Por eso, mucho más importante que el aspecto anecdótico es el sentido religioso de aquellos relatos. Así, por ejemplo, la adoración de los "magos", que representan a los pueblos paganos, significa que la Salvación no está reservada exclusivamente al Pueblo elegido, sino que es para todas las naciones. Asimismo, por su huida a Egipto y su vuelta a la Tierra prometida, Jesús aparece como otro Moisés, que se pone al frente de su Pueblo y lo conduce al Reino de Dios.
Este escrito abre la serie del Nuevo Testamento y antecede a los otros tres evangelios que forman parte de ella. Como indica si título, fue atribuido desde antiguo al apóstol Mato. Sin embargo, no existe unanimidad entre los críticos actuales acerca de su autor, ni tampoco sobre su fecha y lugar de composición. La opinión mayoritaria es que trata de una obra escrita por un autor anónimo perteneciente a la segunda generación cristiana y que se compuso, alrededor del año 80 d.C., en la región de Siria, posiblemente en Antioquia. Sin embargo, algunos estudiosos se inclinan por una datación más temprana.
Indice:
• Introducción general
1.- Mateo 1
2.- Mateo 2
3.- Mateo 3
4.- Mateo 4
5.- Mateo 5
6.- Mateo 6
7.- Mateo 7
8.- Mateo 8
9.- Mateo 9
10.- Mateo 10
11.- Mateo 11
12.- Mateo 12
13.- Mateo 13
14.- Mateo 14
15.- Mateo 15
16.- Mateo 16
17.- Mateo 17
18.- Mateo 18
19.- Mateo 19
20.- Mateo 20
21.- Mateo 21
22.- Mateo 22
23.- Mateo 23
24.- Mateo 24
25.- Mateo 25
26.- Mateo 26
27.- Mateo 27
28.- Mateo 28

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