lunes, 10 de junio de 2013

Evangelio de Marcos

 

   
 
Marcos escribiendo el Evangelio.
 
Comienzo del Evangelio de Marcos en el Libro de Durrow.
El Evangelio según Marcos o Evangelio de Marcos (en griego, κατὰ Μᾶρκον εὐαγγέλιον; abreviado, Mc) es el segundo libro del Nuevo Testamento de la Biblia cristiana.
Es el más breve de los cuatro evangelios canónicos y también el más antiguo según la opinión mayoritaria de los expertos bíblicos.[1] [2]
Entre los estudiosos existe un amplio consenso en datar el Evangelio de Marcos a finales de los años 60 del siglo I d.C., o poco después del año 70 d.C.[3] Su autor es desconocido, aunque una tradición cristiana tardía lo atribuye a Marcos, personaje citado en otros pasajes del Nuevo Testamento. Narra la vida de Jesús de Nazaret desde su bautismo por Juan el Bautista hasta su resurrección.

El evangelio de Marcos y el problema sinóptico

Existe una estrecha relación entre los tres evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas). De los 662 versículos que componen el Evangelio de Marcos, 406 son comunes tanto con Mateo como con Lucas, 145 sólo con Mateo y 60 sólo con Lucas. Únicamente 51 versículos de Marcos no tienen paralelo en ninguno de los otros dos sinópticos.
La tradición cristiana había establecido que el evangelio más antiguo era el de Mateo. Se había llegado a afirmar que el de Marcos era un resumen de los evangelios de Mateo y Lucas.
Weisse y Wilke, de modo independiente, en 1838 concluyeron que el evangelio de Marcos no era un resumen de Mateo y Lucas, sino que era anterior a ellos y más bien les había servido de fuente. Además, Weisse estableció la teoría de que existía una fuente común a Mateo y Lucas. Johannes Weiss, en 1890, denominó con la letra Q a esta fuente (de Quelle, que significa ‘fuente’ en alemán). La teoría de las dos fuentes fue analizada y sistematizada por Heinrich Julius Holtzmann.
La hipótesis más extendida para explicar la relación entre Marcos y los otros dos evangelios sinópticos, Mateo y Lucas, es hoy la teoría de las dos fuentes. Esto no quiere decir que todos los expertos la acepten, ni que no puedan oponérsele diversas objeciones. Hay bastante acuerdo, sin embargo, en que Marcos fue el primero de los cuatro evangelios en ser redactado.
En el marco de la teoría de las dos fuentes, las posibles relaciones entre el evangelio de Marcos y la fuente Q han sido estudiadas por autores como L. Burton Mack (The Lost Gospel: The Book of Q and Christian origins, 1993) y Udo Schnelle (The History and Theology of the New Testament Writings, 1998).

Autoría

Atribución a Marcos

No existen pruebas definitivas acerca de quién fue el autor de este evangelio. El texto no incluye ninguna indicación sobre su autoría.
La tradición cristiana, sin embargo, ha atribuido el evangelio a Marcos, discípulo de Pedro, personaje citado en las epístolas de Pablo de Tarso (concretamente en Col 4,10), en los Hechos de los apóstoles (Hch 12,12-25; Hch 13,15; Hch 15,37), donde es presentado como compañero de Pablo[4] y en la primera epístola de Pedro, que lo llama "mi hijo" (1 Pedro 5:13).
La base de esta tradición se encuentra en algunas referencias de los primitivos autores cristianos a la idea de que Marcos puso por escrito los recuerdos del apóstol Pedro. Eusebio de Cesarea, que escribió a comienzos del siglo IV, cita en su Historia eclesiástica un fragmento de la obra hoy perdida de Papías de Hierápolis, de comienzos del siglo II.[5] Papías, a su vez, remonta su testimonio a Juan el Presbítero.
y el anciano decía lo siguiente: Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió con exactitud todo lo que recordaba, pero no en orden de lo que el Señor dijo e hizo. Porque él no oyó ni siguió personalmente al Señor, sino, como dije, después a Pedro. Éste llevaba a cabo sus enseñanzas de acuerdo con las necesidades, pero no como quien va ordenando las palabras del Señor, más de modo que Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribía ciertas cosas como las tenía en su memoria. Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso
Eusebio, Hist. Ecl. III 39.
Hacia el año 180, Ireneo de Lyon, escribió:
Tras su partida [la muerte de Pablo y Pedro], Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, recogió por escrito lo que había sido predicado por Pedro
Ireneo, Adversus Haereses 3.1.1
El apologista Justino Mártir cita una información que se encuentra también en el Evangelio de Marcos diciendo que son las memorias de Pedro (Dial. 106.3).[6] En Hechos 10:34-40, el discurso de Pedro resume las líneas generales del Evangelio de Marcos. Por otro lado, no parece haber ninguna razón por la cual los primitivos cristianos tuvieran que adjudicar la autoría de este evangelio a un personaje oscuro que no fue discípulo directo de Jesús, en lugar de atribuírsela a uno de los apóstoles.
Algunos autores actuales[7] consideran sumamente dudosa la atribución a Marcos, dado que la teología de este evangelio parece más cercana a las ideas de Pablo de Tarso que a las de Pedro, que sale bastante malparado en el relato marcano. Tanto los errores del autor en cuestiones referentes a la geografía palestinense como lo que se sabe del proceso de composición de la obra no parecen abonar la teoría de la escritura de este evangelio por un discípulo directo de Pedro. Parece demostrado que antes de la escritura de este evangelio circulaban ya oralmente breves relatos sobre Jesús y sus dichos ("perícopas"), y que el autor recopiló estos materiales heterogéneos.[2]

Indicios textuales sobre la autoría

El autor, se trate o no de Marcos, parece ser que se dirige predominantemente a pagano-cristianos, más que a judeocristianos.[8] Cada vez que emplea un término en hebreo o en arameo, lo traduce al griego, lo que hace suponer que se dirige a una audiencia no familiarizada con estos idiomas. Utiliza la traducción al griego de la Biblia, la Biblia de los Setenta, y no su versión original hebrea, y no está familiarizado con la geografía de Palestina.

Citas de la Biblia griega

El evangelista utiliza en algunas de sus citas y expresiones la versión griega de la Biblia, en lugar de usar la versión hebrea o aramea, como sería de esperar en un judío originario de Judea.
  • En Marcos 7:6 la discusión de Jesús con los fariseos sigue la versión griega al citar el texto de Isaías 29:13, que es marcadamente diferente en el original hebreo.
  • En Marcos 7:32 cura a un sordo «tartamudo», cuando lo natural es que fuera un sordomudo. La palabra «tartamudo» no se encuentra en la versión aramea de la Biblia aunque sí en la versión griega (Isaías 35:3-6)

Errores geográficos

Se han señalado errores de bulto en los itinerarios de Jesús que consigna en su relato: por ejemplo, en Marcos 7:31 afirma que Jesús se dirige desde Tiro hacia el mar de Galilea atravesando Sidón y la Decápolis, un itinerario geográficamente absurdo. Sin embargo, es posible que este itinerario tenga un fin catequético, pues Tiro, Sidón y la Decápolis eran territorio pagano y, el autor, pudo pretender simbolizar que el mensaje de Jesús estaba abierto también a los paganos.
En un pasaje en el que relata un sorprendente exorcismo(Marcos 5:1-13), ubica la región de los gerasenos en la orilla oriental del lago de Genesaret, en la Decápolis. Pero la ciudad de Gerasa (hoy Jerash) se encuentra en realidad a más de 50 km de éste. Mateo cambia la región de los gerasenos por la región de los gadarenos. Algunos autores (Frédéric Manns) describen que el nombre de Gerasa se presta a un juego de palabras en arameo, que hace pensar en que ya el texto arameo que usa Marcos utiliza el nombre de esta población. Así, en Mc 5,4 «romper (garas) las cadenas», en Mc 5,10 y Mc 5,17 «echar fuera (garash)», en Mc 5,20 «predicar (garashah)». Este relato pertenece al material común a Mateo, Marcos y Lucas (Lucas repite el error de Marcos, pero Mateo, como se ha dicho, cambia "Gerasenos" por "Gadarenos").
De todas formas, el texto no dice "Gerasa" sino "región de los gerasenos", lo cual puede ser como, por ejemplo, ubicar una escena en Móstoles y llamarlo "región de los madrileños". Es casi seguro que el relato sea simbólico (se considera una alegoría de la ocupación romana) y, por esta razón, probablemente el autor utilizó una ambigua alusión a la región de los gerasenos sin precisar el lugar, con el fin de que el relato no pudiese ser desmentido.

Errores en cuanto a costumbres judías

  • Las palabras de Jesús en Marcos 10:12, indicando que «si la mujer, después de repudiar a su esposo, se casa con otro, comete adulterio» son inexplicables en boca de un judío, puesto que la ley religiosa imperante (la Halajá) declaraba explícitamente que sólo el marido podía solicitar y obtener un divorcio, procedimiento descrito en gran detalle en el derecho y ampliamente conocido por cualquier varón con intereses religiosos de la época. Algunos autores como Rylands (1929) opinan que ésta es una prueba del desconocimiento de Marcos acerca de la ley y las costumbres judías. Se plantean dos explicaciones para esta cita:
    • Pudo ser un añadido explicativo para personas que no se regían por las leyes judías
    • Quizá se trata de un error en la traducción de la fuente aramea sobre la que se redactó la versión actual del evangelio de Marcos, mientras que Lucas 16,18, interpretó correctamente el mismo texto de la fuente aramea.
    • Sin embargo, se debe tomar en cuenta que en Marcos 10:11 Marcos deja claro que conoce la ley judía sobre el repudio de una mujer por parte de su marido, y asume en palabras de Jesús, que se repiten en Lucas y Mateo (Mateo 5:32, Lucas 16:18), que aquel que con base en este repudio pretende casarse con otra mujer comete adulterio, lo que lleva la ley a un nivel muy diferente al de entonces en la comunidad Judía. Todo esto nos lleva a contemplar tres relatos con un mismo mensaje sobre el adulterio y una posterior aclaración en ellos: que una mujer divorciada o repudiada tampoco puede volverse a casar. Tal vez las influencias de Pablo sobre Marcos, o su deseo de llevar el mensaje más allá de la comunidad judía le hace hablar de la mujer que "deja" o "repudia" a su marido, mientras que en Lucas y Mateo está claro que es ella la que es repudiada.

Expresiones y giros semíticos

El texto del Evangelio de Marcos tiene abundantes expresiones semíticas. Para algunos autores,[¿quién?] esto sería indicio de que se basa en un texto arameo (o varios textos, según teorías modernas). Destacan los siguientes:
  • Marcos 1:11: «me agrado», perfecto estativo hebreo.
  • Marcos 2:6: «pensaban en sus corazones», típica asonancia hebrea ywshbym w˙hshbym.
  • Marcos 3:4: «...salvar un alma...» giro característicamente semítico.
  • Marcos 3:16: habla de los hermanos Boanergés, del arameo bêne regesh, ‘hijos del ruido’("hijos del trueno", Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, apóstoles de Jesùs).
  • Marcos 4:12:la cita de Isaías 6,9 corresponde a la versión aramea de la Biblia (no de la griega ni de la hebrea).
  • Marcos 5:41: utiliza la expresión aramea Talitha qum, usando además, en su traducción, el vocativo semítico «La niña, te digo...».
  • Marcos 6:38: «¿Cuántos panes tenéis?» en hebreo, aliteración característica: כמה לחם להם (khamah lechem lahem).
  • Mc 7: «comer el pan», con el significado genérico de «comer» tomado del arameo.
  • Marcos 7:11:Qorbán ("ofrenda"), palabra hebrea. Todo el versículo parece hacer referencia al Talmud
  • Marcos 7:34:effatá palabra semítica, que el texto griego traduce como ‘hazte abierto’, giro típicamente semítico. Este pasaje aparece exclusivamente en el Evangelio de Marcos.
  • Marcos 9:1: «probar la muerte», típica expresión rabínica.
  • Marcos 14:36:abbá, palabra aramea que significa ‘papá’.
También se destacan otras construcciones sintácticas de influencia aramea, hasta en 38 versículos.

Lugar de composición

Desde la época de Clemente de Alejandría, a finales del siglo II, se había creído que este evangelio fue escrito en Roma, basándose en los latinismos que aparecen en el texto, como denarius o legion. Algunos de los latinismos empleados por Marcos que no aparecen en los otros evangelios son "σπεκουλατορα" ("speculatora", soldados de la guardia, Marcos 6:27), "ξεστων" (corrupción de "sextarius", vaso, Marcos 7:4) o "κεντυριων" ("centurión", Marcos 15:39, Marcos 15:44-45).
Sin embargo, la hipótesis del origen romano del evangelio de Marcos fue cuestionada por autores como Reginald Fuller (A Critical Introduction to the New Testament), dado que los latinismos presentes en el evangelio marcano suelen ser términos relacionados con la vida militar, por lo que eran muy probablemente palabras conocidas en todas las regiones del Imperio Romano en las que existían guarniciones militares. Se ha propuesto como alternativa la posibilidad de que fuese redactado en Antioquía. Sin embargo, no existen indicios claros acerca del lugar donde fue compuesto el evangelio de Marcos.

Destinatarios

La idea más extendida es que el Evangelio de Marcos fue escrito para una comunidad cristiana helenística de lengua griega radicada en algún lugar del Imperio Romano. Parece que los destinatarios de este Evangelio desconocían las tradiciones judías, ya que en varios pasajes el autor las explica (Marcos 7:1-4, Marcos 14:12, Marcos 15:42). También desconocían probablemente el arameo, ya que se traducen al griego las frases ταλιθα κουμ ("talitha kum", Marcos 5:41) αββα ("abba", Marcos 14:36), y el hebreo, que también se traduce κορβαν ("Corban", Marcos 7:11).
Las citas del Antiguo Testamento proceden en general de la Biblia de los Setenta, traducción al griego (Marcos 1:2, Marcos 2:23-28, Marcos 12:18-27). Marcos 5:41 Marcos 5:41
Además, en el evangelio es perceptible una cierta actitud antijudía en la caracterización de los fariseos, o en la atribución a los miembros del Sanedrín, más que a las autoridades romanas, de la responsabilidad de la muerte de Jesús.
Si se acepta la hipótesis de que el texto fue redactado en una fecha temprana y si se da por hecho que el autor es Marcos es posible que:
  • El autor pudo haber escrito un protoevangelio en los primeros años 40 en lengua aramea destinado a la comunidad palestina pues, como se ve más abajo, Marcos parece dar por hecho que su público conoce a ciertos personajes jerosolimitanos de la época (p.e. los hijos de Simón el cireneo) y ciertos hechos cercanos en el tiempo a la muerte de Jesús(p.e. la revuelta en la que participó Barrabás).
  • Al partir Marcos junto con Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero, hacia el año 46 aproximadamente, pudo haber traducido al griego su primera versión y haber añadido algunas explicaciones sobre las costumbres judías para que fuesen comprendidas por una comunidad que no estaba familiarizada con ellas.

Fecha de composición

La mayoría de los estudiosos bíblicos[9] [10] data la redacción de este evangelio, en su estado actual, entre los años 65 y 75.
El año 65 como terminus a quo se debe a dos motivos, fundamentalmente: por un lado, según lo que mayoritariamente se acepta sobre el proceso de composición de este Evangelio, se requirió cierto tiempo para que se desarrollasen las diferentes tradiciones orales sobre Jesús (perícopas) que se cree el autor de Marcos utilizó para la confección de su obra. En segundo lugar, se cree que ciertos pasajes del texto reflejan los acontecimientos de la Primera Guerra Judía, según se conocen por otras fuentes, especialmente las obras de Flavio Josefo, aunque se discute si la destrucción del Templo de Jerusalén (que tuvo lugar en el año 70) se había producido ya o se consideraba próxima. Los eruditos que consideran que ya se había producido basan su opinión sobre todo en el análisis del capítulo decimotercero de Marcos (Mc 13), conocido como "Apocalipsis Sinóptico" o "Pequeño Apocalipsis de Marcos", y en algunos otros fragmentos.
El año 80 es considerado por la mayoría el terminus ad quem para la adaptación de este Evangelio, ya que, en el marco de la teoría de las dos fuentes, se cree que el de Marcos es el Evangelio más antiguo, y que fue utilizado como fuente por Mateo y Lucas, que escribieron, según se cree, entre los años 80 y 100. Varios autores consideran que lo más probable es que fuese compuesto antes del año 68, año del martirio de Marcos en Alejandría.
Algunos eruditos, sin embargo, han propuesto una revisión radical de esta cronología: algunos de ellos proponen fechas muy tempranas, mientras que otros lo datan en épocas tan tardías como la Rebelión de Bar Kojba.[11]
La hipótesis de la datación temprana recibió un impulso importante cuando el erudito español Josep O’Callaghan Martínez afirmó que el papiro 7Q5, un manuscrito descubierto en Qumrán, era un fragmento del Evangelio de Marcos. De ser cierta esta hipótesis, existirían secciones escritas del Evangelio de Marcos que podrían ser anteriores al año 50, es decir, apenas posteriores a la muerte de Jesús. Esto significaría un revés para las hipótesis de quienes sostienen que los Evangelios canónicos fueron redactados tardíamente, incluso después del siglo II, y para quienes consideran que los relatos evangélicos sobre Jesús son míticos. Muchos exégetas (entre ellos Kurt Aland, Bruce Metzger, Joseph Fitzmyer, o el qumranólogo Julio Trebolle) rechazaron la hipótesis de O'Callaghan de que el papiro se corresponda con el texto del Evangelio de Marcos, y con ellos otros autores que revisaron el tema.[12] [13] Sin embargo, la crítica no fue unánime: el académico alemán Carsten Peter Thiede, reconocido por sus investigaciones de los rollos del Mar Muerto, respaldó la interpretación de O'Callaghan en su libro "The Earliest Gospel Manuscript?" de 1982. Por otra parte, la identificación del papiro 7Q5 es propia del campo de la papirología -al tratarse del residuo físico de un papiro- ­y no de la exégesis bíblica, aunque su identificación tenga repercusiones en la interpretación de las Sagradas Escrituras. Y en el campo de la papirología, la tendencia es totalmente contraria, pues la identificación del 7Q5 con el Evangelio de Marcos cuenta con el respaldo de las máximas autoridades papirológicas: la profesora Orsolina Montevecchi (presidenta de la Asociación Internacional de Papirología), el profesor Sergio Daris (papirólogo de la Universidad de Trieste), y el profesor Herbert Hunger (director de la colección de papiros de la Biblioteca Nacional austríaca, y profesor emérito de papirología en la Universidad de Viena), entre otros. Herbert Hunger declaró: "No soy religioso, ni soy biblista; soy científico. Y como científico puedo decir que, desde el punto de vista estrictamente papirológico, no hay debate posible: O´Callaghan tiene razón"[14] A esto se sumaron positivamente las pruebas matemática e informática (programa Ibycus) (ver en artículo asociado: Papiro 7Q5). No obstante, el hecho de que estos fragmentos de papiro sean excesivamente pequeños y sea, por tanto, necesaria una larga tarea de reconstrucción, hace que la mayoría de estudiosos actuales vean la teoría de O'Callaghan con escepticismo.[15]

Contenido

El Evangelio de Marcos relata la historia de Jesús de Nazaret desde su bautismo hasta su resurrección. A diferencia de los otros dos sinópticos, no contiene material narrativo acerca de la vida de Jesús anterior al comienzo de su predicación.
Marcos está de acuerdo en lo esencial con la teología paulina: lo único importante en Jesús es su muerte y su resurrección. No obstante, a diferencia de Pablo, se ocupa de consignar los hechos y dichos de Jesús.

Exorcismos y curaciones

En Marcos se relatan cuatro exorcismos practicados por Jesús:
Estos exorcismos son recogidos en los otros sinópticos: el segundo y el cuarto tanto por Lucas como por Mateo; el primero sólo por Lucas (Lc 4, 31-37) y el tercero sólo por Mateo (Mt 15, 21-28)
Existen otros ocho relatos detallados de curaciones de diversas dolencias realizadas por Jesús:
De estas ocho curaciones, seis son recogidas en los otros dos sinópticos, y sólo dos de ellas (la curación del sordomudo de la Decápolis y la del ciego de Betsaida) no aparecen en ninguno de los otros evangelios. Es destacable el hecho de que sólo en estas dos curaciones emplea Jesús medios mágicos (concretamente, utiliza la saliva para "abrir" la lengua y los oídos de uno y los ojos del otro).
J. M. González Ruiz: “Paralelos en las teologías marquiana y paulina”, en Revista Catalana de Teología 14 (1989); pp. 323-332.

El final del Evangelio de Marcos

El final del Evangelio de Marcos, a partir de Mc 16, 9, en el que se narran las apariciones de Jesús resucitado a María Magdalena, a dos discípulos que iban de camino y a los once apóstoles, así como la ascensión de Jesús, es casi seguro que se trata de una adición posterior.
De hecho, en la nota a pie de página de la Biblia de Jerusalén podemos leer lo siguiente:
El final de Marcos vv 9-20, forma parte de las Escrituras inspiradas; es considerado como canónico. Esto no significa necesariamente que haya sido redactado por Marcos. De hecho, se pone en duda su pertenencia a la redacción del segundo Evangelio.
De hecho, los versículos 9-20 no aparecen en ninguno de los manuscritos conservados más antiguos y se ha comprobado que el estilo es muy diferente al resto del Evangelio. Orígenes, en el siglo III, cuando cita los relatos de la Resurrección, se refiere a los otros tres canónicos, pero no a Marcos. Algunos manuscritos, además, añaden otros finales diferentes del actual.
La incógnita es si Marcos quiso que tuviese este final, si tuvo que finalizar bruscamente por alguna razón desconocida o si hubo un final que se perdió.

Fuente original

El texto arameo que probablemente sirvió de fuente a Marcos parece ser en realidad una recopilación de narraciones en fragmentos diversos, que pudieron llegar a los evangelistas como una colección de textos, o bien ya interconectados en una primera historia evangélica. Algunos autores de la tercera búsqueda del Jesús histórico consideran que puede clasificarse cada una de estas unidades literarias en función de sus coincidencias o divergencias entre los evangelios. De este modo, entre las más antiguas se destacarían las narraciones de la Pasión, y entre las más modernas, las de infancia y los materiales propios de cada evangelista.

Notas

  1. Antonio Piñero, Guía para entender el Nuevo Testamento. Madrid, Trotta, 2006; p. 327.
  2. a b W.R.F. Browning: Diccionario de la Biblia. Guía básica sobre los temas, personajes y lugares bíblicos. Barcelona: Ediciones Folio, 2006.
  3. Raymond F. Brown, Introducción al Nuevo Testamento, p. 238.
  4. Antonio Piñero, op. cit., p. 340.
  5. Antonio Piñero, op. cit., p. 340.
  6. "Gospel of Saint Mark", en Catholic Encyclopaedia.
  7. Puede verse un resumen de las objeciones a la idea de la autoría de Marcos en Antonio Piñero, op. cit., pp. 340-341.
  8. Antonio Piñero, op. cit., p. 342.
  9. Theissen, Gerd, y Merz, Annette: El Jesús histórico; p. 45.
  10. Brown, Raymond E., Introducción al Nuevo Testamento.
  11. Véase el artículo "The Synoptic Apocalypse (Mark 13 par):A document from the time of Bar Kochba". , por Hermann Detering.
  12. Millard, A. R. (2000). Reading and Writing in the Time of Jesus. NYU Press. pp. 56. ISBN 0814756379. http://books.google.com/books?id=TCrfgC6QWp0C&pg=PA56&vq=%22without+convincing+the+majority+of+leading+specialists%22&dq=%22reading+and+writing+in+the+time+of+jesus%22&sig=bwLoqmD7bv1FhweRKjTUZ81RPkQ. «C.P. Thiede drew on papyrology, statistics and forensic microscopy to try to prove O'Callaghan's case, yet without convincing the majority of leading specialists.» 
  13. McCready, Wayne O. (1997). «The Historical Jesus and the Dead Sea Scrolls». En Arnal, William E.. Whose Historical Jesus?. Waterloo, ON: Wilfrid Laurier University Press. pp. 193. ISBN 0889202958. http://books.google.com/books?id=UB4u-y-4laEC&pg=PA193&vq=%22met+with+scholarly+skepticism%22&dq=%22Whose+Historical+Jesus%3F%22&sig=jVTfw5eyB8uwMMbrNhyJcjdCAZM. . "On the whole, O'Callaghan's thesis has met with scholarly skepticism since the fragments are extremely small, almost illegible, and his strongest case does not agree with known versions of Mark."
  14. http://webs.ono.com/codices2004/qumra3.htm
  15. Véase Michael J. Wilkins y James Porter Moreland (Ed.), Jesús Bajo Sospecha: Una Respuesta a Los Ataques Contra el Jesús Histórico, Editorial Clie, Viladecavalls, 2003, pág. 286.

Véase también

Enlaces externos

 
Evangelio según San Marcos
Autor: La Biblia

Este Evangelio fue compuesto por un discípulo o, más exactamente, un "intérprete" del Apóstol Pedro, cuyo nombre completo era JUAN MARCOS. Es el más antiguo, el primero que fue puesto por escrito, cerca del año 70 de nuestra era, y es también el más breve.

Como está dirigido a cristianos provenientes del paganismo, que no conocían las costumbres judías, Marcos se las explica y, asimismo, traduce las expresiones arameas que utiliza en varias ocasiones. Su estilo es vivo y popular, y está lleno de espontaneidad, aunque su lenguaje es pobre y rudimentario.

El Evangelio de Marcos contiene pocos discursos, y se interesa más por las acciones que por las palabras de Jesús. En cambio, los relatos se desarrollan con abundancia de detalles, y en ellos Jesús aparece con las reacciones propias de un ser humano. Marcos destaca especialmente la humanidad de Jesús y, a partir de ella, nos lleva progresivamente a descubrir en él al Hijo de Dios. Porque detrás de su Persona se esconde un gran "secreto", el secreto "mesiánico", que sólo se revela en su Muerte y su Resurrección.

Únicamente en la cruz está la respuesta a la gran pregunta latente a lo largo de todo este Evangelio: "¿Quién es Jesús de Nazaret?". Ciertamente, no es el Mesías glorioso que esperaban sus contemporáneos, sino el Mesías crucificado. La cruz era el camino obligado para llegar a la Resurrección. Todos estamos llamados a seguirlo por este camino, para poder comprender cada vez más profundamente "la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios" (1. 1), que Marcos nos transmite con tanta frescura y sencillez, como un eco fiel del primer anuncio del Evangelio.

PREPARACIÓN DEL MINISTERIO DE JESÚS
Marcos, lo mismo que Juan, no hace ninguna referencia a la infancia de Jesús, como lo hacen Mateo y Lucas. Su Evangelio comienza abruptamente con la predicación de Juan el Bautista. Este bautiza con agua y atrae a la multitud, pero anuncia la llegada del que es "más poderoso" (1. 7): sólo él bautizará "con el Espíritu Santo" (1. 8).


Desde el primer momento, Marcos nos dice claramente quién es Jesús. Ya en la escena de su bautismo pone bien de relieve la manifestación del Padre que lo declara su "Hijo muy querido" (1. 11). La brevedad con que Marcos narra la tentación del Señor en el desierto, nos ayuda a penetrar en el aspecto esencial del hecho: la lucha y la victoria de Cristo contra el espíritu del mal, que es uno de los temas centrales de este Evangelio.
 
El segundo en la lista del Nuevo Testamento es el Evangelio según Marcos, considerado por los críticos como el más antiguo de los evangelios. Su autor sería, por tanto, el creador del género literario llamado evangelio, puesto que fue el primero que presentó la persona y obra de Jesús como el Evangelio o Buena Noticia de Dios a la humanidad (Mc 1,1; 1,14-15). No existen dudas sobre el autor de esta obra. La escribió un cristiano, llamado Marcos, que no tenía el rango de apóstol. La Tradición eclesiástica lo identificó muy pronto con el Marcos que aparece en el libro de los Hechos (cf. Hch 12,12.25; 15,5.13; 15,37.39), en alguna de las cartas atribuidas a Pablo (Col 4,10; 2 Tim 4,11; Flm 24) y en la primera de Pedro (1Pe 5,13). Esa misma Tradición, desde el siglo II d.C., vinculó a Marcos con el apóstol pedro, presentando al evangelista como su intérprete y colaborador en la Iglesia de roma. Con esta aval, se consiguió vencer la resistencia que algunas comunidades cristianas opusieron, al principio, para la aceptación de este escrito.
Indice:
• Introducción general
1.- Marcos 1
2.- Marcos 2
3.- Marcos 3
4.- Marcos 4
5.- Marcos 5
6.- Marcos 6
7.- Marcos 7
8.- Marcos 8
9.- Marcos 9
10.- Marcos 10
11.- Marcos 11
12.- Marcos 12
13.- Marcos 13
14.- Marcos 14
15.- Marcos 15
16.- Marcos 16

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