miércoles, 19 de junio de 2013

Catolicismo

    
Catolicismo
Convento de San Francisco - Ciudad de México - Creyente.jpg
Creyente católico haciendo oración en la Ciudad de México.
Fundador(es)Jesucristo
Deidad o Deidades principalesSantísima Trinidad
TipoMonoteísta
Número de seguidores estimado1 182 128 516
Seguidores conocidos comoCatólicos
Escrituras sagradasBiblia
Lengua litúrgicalatín y lenguas vernáculas
País o región de origenJudea, Israel
Lugares sagradosJerusalén
País con mayor cantidad de seguidoresAmérica Latina, Europa
Organización internacionalIglesia católica apostólica romana
Símbolocruz
TemplosBasílica de San Pedro
Catolicismo (del griego καθολικός, katholikós, 'universal, que comprende todo') es un término que hace referencia al carácter de la fe profesada por los fieles de la Iglesia católica, como así también a la teología, doctrina, liturgia, principios éticos y normas de comportamiento derivadas, al igual que al conjunto de sus seguidores como un todo.[1] El vocablo «catolicismo» se usa por lo general para hacer alusión a la experiencia religiosa compartida por las personas que viven en comunión con la Iglesia de Roma.[2]
De manera más específica, el término se refiere solamente a la Iglesia católica, compuesta por 23 iglesias sui iuris que se encuentran en completa comunión con el Papa y que en conjunto reúnen a más de mil millones de fieles[3] (una sexta parte de la población mundial y más de la mitad de todos los fieles cristianos).[4] [5] La principal característica distintiva de la Iglesia católica es el reconocimiento de la autoridad y primacía del papa, obispo de Roma.[Nota 1] Sin embargo hay varias Iglesias que comparten también el adjetivo calificativo de «católicas», como la Iglesia ortodoxa y las Antiguas iglesias orientales, la Iglesia asiria del Oriente y las Iglesias que constituyen la Comunión Anglicana.[6] [Nota 2]
 

Historia del catolicismo

El nombre de Iglesia católica (o catolicismo) se ha utilizado para referirse a la "Iglesia Universal" desde principios del siglo II, ya que consta la utilización del término por primera vez en las cartas de Ignacio de Antioquía, quien según Juan Crisóstomo, habría sido ordenado por el propio Pedro.[7] [8]
En varias situaciones durante los tres primeros siglos del cristianismo, el obispo de Roma, considerado el sucesor del apóstol Pedro, intervenía en las comunidades para ayudar a resolver conflictos, ejemplos fueron los papas Clemente I, Víctor I y Calixto I.[9] [10] En los primeros tres siglos de su historia, la Iglesia se organizaba en tres patriarcas, los obispos de Antioquía, con jurisdicción sobre Siria, y más tarde sobre Asia Menor y Grecia, Alejandría de la jurisdicción de Egipto, y Roma de la jurisdicción de Occidente.[11] Más tarde los obispos de Constantinopla y Jerusalén se añadieron los patriarcas, por razones administrativas.[11] El Primer Concilio de Nicea en el año 325, consideró al obispo de Roma como el "primus" (primero) entre los patriarcas, estableciéndolo así en sus cuartos, quintos y sextos cánones, "siguiendo la tradición antigua",[12] aunque muchos interpretan que este título como el "primus inter pares" (primero entre iguales). Se consideró también que el patriarca de Roma poseía una autoridad especial debido a su relación con san Pedro, que había muerto y sido sepultado en esta ciudad.[13]

Iglesia católica apostólica romana

La Iglesia católica apostólica romana se extiende principalmente en países del suroeste de Europa,Europa central, de América Latina, África central y Filipinas.
Es la iglesia cristiana con mayor extensión y la más antigua de las confesiones cristianas, de la cual se derivan otras iglesias autodenominadas católicas. Su centro actual es la ciudad-estado del Vaticano, en Roma (Italia), donde reside el Papa, quien es considerado por los católicos romanos como cabeza del colegio de los obispos, sucesor de San Pedro, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia. La sede papal se mudó a Aviñón, Francia, por un breve período de tiempo de la Baja Edad Media.

Dogmas de Fe

Los dogmas católicos son las creencias esenciales que identifican y definen el credo católico frente a otras confesiones cristianas, si bien algunas de estas creencias son comunes a otras denominaciones cristianas (e.g. Encarnación, Trinidad). Para un católico el dogma es una verdad revelada por Dios y propuesta por la Iglesia para la creencia indubitable de los fieles.
Los dogmas católicos se basan en la Biblia y en la Tradición Apostólica. Así como los hebreos tenían su tradición (que fue la base de gran parte de los libros del Antiguo Testamento), los católicos creen en la tradición apostólica transmitida de generación en generación de forma escrita y oral.
Algunos dogmas esenciales del catolicismo son:
  • La Trinidad de Dios (hay tres personas divinas, no tres dioses: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que forman un único Dios).
  • La Eucaristía ( el pan y el vino transformados en el Cuerpo y la Sangre de Cristo).
  • La Inmaculada Concepción (sostiene la creencia en que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, es decir, de su ser personal, estuvo libre de todo pecado).
  • La Maternidad Divina (la Virgen es la madre de Dios).

Sacramentos

Los católicos reconocen siete sacramentos, los cuales, según plantean, fueron instituidos por el mismo Jesucristo:

Sacramentos de iniciación cristiana

Bautismo
Nominalmente, la palabra bautizar significa "sumergir", "introducir dentro del agua"; la inmersión en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con El (cfr. Rm. 6, 3-4; Col 2, 12) como nueva criatura (2 Co. 5, 17; Ga. 6, 15) (Catecismo, n. 1214).
Entre los sacramentos, ocupa el primer lugar porque es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Según el catecismo (n. 1213), por el Bautismo los cristianos son liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegan a ser miembros de Cristo y son incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión.
  • San Pablo lo denomina baño de regeneración y renovación del Espíritu Santo (Tit. 3, 5);
  • San León Magno compara la regeneración del bautismo con el seno virginal de María;
  • Santo Tomás, asemejando la vida espiritual con la vida corporal, ve en el bautismo el nacimiento a la vida sobrenatural.
Comunión
La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor.[14]
Cabe mencionar que para el catolicismo romano la Eucaristía no representa un símbolo sino que es Jesucristo mismo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad presentes en la Eucaristía, debido a esto es llamado El Santísimo Sacramento.
Confirmación
Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciación cristiana", cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal (cf OCf, Praenotanda 1). En efecto, a los bautizados "el sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras" (LG 11; cf OCf, Praenotanda 2)[15]

Sacramentos de curación

Penitencia, llamado también confesión o reconciliación
De acuerdo con el catecismo de la Iglesia católica:
  • Se le denomina sacramento de conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión (cf Mc 1,15), la vuelta al Padre (cf Lc 15,18) del que el hombre se había alejado por el pecado.
  • Se denomina sacramento de la Penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.
  • Es llamado sacramento de la confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.
  • Se le llama sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón y la paz" (OP, fórmula de la absolución).
  • Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5,24).[16]
Unción de los enfermos (antes llamada extremaunción)
Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" (LG 11).[17]

Sacramentos de servicio a la comunidad

Matrimonio
"La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados" (CIC, can. 1055,1)[18]
Orden Sagrado
El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado.[19]

Conceptos

Los mandamientos de Dios

Los diez mandamientos: según el Catecismo de la Iglesia Católica, adaptados de los libros de Éxodo (20, 2-17) y Deuteronomio (5, 6-21), son los siguientes:[20]
  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
  2. No tomarás el nombre del Dios en vano.
  3. Santificarás las fiestas.
  4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
  5. No matarás.
  6. No cometerás actos impuros.
  7. No robarás.
  8. No dirás falsos testimonios ni mentirás.
  9. No consentirás pensamientos impuros.
  10. No codiciarás los bienes ajenos.
Todos estos se resumen en dos: Amarás a Dios sobre todas las cosas; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Los cinco preceptos de la Iglesia[21]

  1. Celebrar la eucaristía entera todos los domingos y fiestas de guardar.
  2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
  3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
  4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia.
  5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

Las bienaventuranzas[22]

  1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
  2. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
  3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
  4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
  5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
  6. Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios.
  7. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
  8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. (Mt 5:10)
  9. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el Cielo.

Los siete pecados capitales

A los pecados capitales se oponen siete virtudes:
Además, se consideran las Virtudes Teologales y las Cardinales.

Virtudes teologales[23]

Virtudes cardinales[24]

Pecados veniales y mortales[25]

Con base en lo anterior el catecismo de la Iglesia Católica reconoce dos tipos de pecados, veniales y mortales. Para que un pecado sea mortal (infracción grave que destruye la caridad del hombre) se requieren tres condiciones: ‘Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave (falta a uno de los 10 mandamientos) que sea cometido con pleno conocimiento (que la persona sepa que la falta es un pecado) y deliberado consentimiento (que la persona esté consciente de lo que hace y no lo haga bajo presión de personas o circunstancias).
El pecado venial es una infracción leve, que si bien no rompe la relación de amistad del hombre con Dios, como lo hace el pecado mortal, sí deteriora esa relación, y dispone al hombre para caer en pecado mortal.

Actos buenos y actos malos[26]

Según el catecismo de la Iglesia católica y la moral cristiana en general,[27] existen actos buenos y actos malos, donde un acto moralmente bueno supone al mismo tiempo la bondad del objeto,[Nota 3] del fin,[Nota 4] y de las circunstancias.[Nota 5] Una finalidad mala corrompe la acción, aunque su objeto sea de suyo bueno (por ejemplo: orar y ayunar "para ser visto por otros").[Nota 6]
En cambio un acto malo puede ser malo ya sea porque el objeto de la elección sea malo (como blasfemar) o porque la finalidad de ese acto sea ilícita. Independientemente de las circunstancias y de las intenciones, son siempre gravemente ilícitos por razón de su objeto; por ejemplo, la blasfemia y el perjurio, el homicidio y el adulterio. No está permitido hacer el mal para obtener un bien.[Nota 7]

Dones del Espíritu Santo[28]

Son siete:

Catolicismo en el mundo actual

 
Porcentaje de la población católica.

Catolicismo liberal

La corriente que durante el siglo XIX se denominó catolicismo liberal, tiene raíces que se remontan varios siglos atrás. En este caso, a la época del Renacimiento, ligadas al llamado humanismo cristiano, cuyo principal exponente fue Desiderius Erasmus de Rotterdam, y para el caso español, el grupo de intelectuales reunidos en torno a la Universidad de Alcalá de Henares, fundada por el cardenal Jiménez de Cisneros.
Más adelante, en el siglo XVIII, la Ilustración influyó en varios círculos de católicos franceses, belgas, alemanes y holandeses, constituyéndose doctrinas (regalismo, galicanismo, molinismo, febronianismo y josefismo, entre otras) que exaltaban el individualismo y la racionalización de las concepciones y expresiones religiosas (libre albedrío, moral austera, rechazo a las prácticas barrocas) al igual que una modificación de la organización religiosa, al apoyar los intentos de creación de Iglesias nacionales.

Posición de la Iglesia en algunos temas de bioética

  • Posición contraria al aborto: El aborto provocado es considerado por la Iglesia católica el asesinato de un ser humano inocente (ya que consideran que el huevo o cigoto ya es un ser humano desde el mismo momento de la concepción). Se basa en el derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida. Considera la cooperación formal a un aborto como una falta grave sancionada con pena canónica de excomunión.[29]
  • La eutanasia no es aceptada porque, según la Iglesia católica, Dios tiene el exclusivo derecho sobre la vida del ser humano por encima del que éste tiene sobre sí mismo.
  • Oposición al uso de métodos anticonceptivos: se basa en el concepto de sexualidad que tiene la Iglesia católica, por la que la sexualidad es a la vez expresión de «amor y unión», de un lado, y fuerza de «procreación», del otro. Los dos aspectos, según la Iglesia católica, no se pueden separar el uno del otro. La Iglesia aceptaría, si son usados correctamente, el método de Billings y el método Ogino-Knaus.
  • Oposición a la clonación y a la fecundación in vitro: dado que para conseguir un solo feto viable se deben descartar muchos otros que no cumplen los requisitos de viabilidad, la Iglesia católica es contraria a tales prácticas, es decir, considera que la fecundación debería producirse en un contexto de amor y dentro de las relaciones entre los esposos.

Véase también

Notas

  1. La Iglesia católica reconoce al papa como su líder universal, sin embargo las distintas Iglesias "católicas" tienen como cabeza a otras figuras y no reconocen la autoridad papal. Ejemplos son la Iglesia ortodoxa que reconoce al patriarca de Constantinopla, y la Comunión Anglicana, que tiene como cabeza al monarca británico.
  2. Es importante notar que estas Iglesias, aunque llamadas católicas, son denominaciones completamente independientes de la Iglesia católica de Roma, cada una habiendo seguido un paso evolutivo distinto, y con dogmas y creencias distintos a los de la Iglesia de Roma.
  3. Se llama objeto del acto humano aquello a que tiende por su propia naturaleza, independientemente de las circunstancias que puedan añadirse. Por ejemplo, apoderarse de lo ajeno es el objeto del robo.
  4. Aunque la moralidad de un acto depende de su objeto propio, la moralidad principal recae sobre el fin del agente. Por ejemplo, lo esencial de un robo es quitar la cosa ajena (ése es su objeto propio). Pero el que roba con el fin de obtener el dinero que necesita para cometer un adulterio es más adúltero que ladrón, porque el robo es un simple medio para llegar al adulterio y, por lo mismo, esta finalidad extrínseca al robo es más importante y principal que la misma acción de robar.
  5. Circunstancias son las condiciones accidentales que modifican la moralidad sustancial que ya tenía el acto humano. Por ejemplo, quien roba a sabiendas dinero que estaba destinado a gente necesitada, añade a su pecado de robo otro pecado contra la justicia, que clama al cielo en aquellos desamparados que requerían de ese dinero.
  6. El evangelio de Mateo 6:1 lo menciona en boca de Cristo: Guardaos de practicar vuestra justicia a los ojos de los hombres para que os contemplen; pues de otra suerte no tendréis recompensa ante vuestro Padre celestial. Las acciones de orar y ayunar sin más tienen una finalidad intrínseca buena, pero el fin extrínseco de la vanagloria afecta la moralidad del acto, que pierde su mérito ante los ojos de Dios.
  7. El fin nunca justifica los medios (Romanos 3:8). Por ejemplo, no se puede robar con el fin de dar limosna a los pobres. Si alguno realizara esa acción creyendo con absoluta buena fe que era lícita y buena, no cometería pecado formal, pero sí una injusticia material. Y no se puede reparar una injusticia cometiendo otra. Es decir, los medios deben ser tan buenos como el fin que se busca.

Referencias

  1. McBrien, Richard P. (1994). Catholicism. HarperCollins Publishers. pp. 3–19. ISBN 978-0-060-65405-4. 
  2. Rausch, Thomas P.; Catherine E. Clifford (2003). Catholicism in the Third Millennium. Collegeville, MN, EE. UU.: Liturgical Press. ISBN 978-0-8146-5899-4. , xii.
  3. O Annuarium Statisticum Ecclesiae (ISBN 978-88-209-7928-7) indica 1,114,966,000 como número total de fieles en el último día de 2005.
  4. «Number of catholics increases worldwide. 2010 "Annuario" shows growth in Asia and Africa». '2010 Annuario Pontificio'. Zenit News Agency (21-02-2010). Consultado el 03-01-2012.
  5. Marty, Martin E., Chadwick, Henry, Pelikan, Jaroslav Jan (2000). "Christianity" in the Encyclopædia Britannica Millennium Edition. Encyclopædia Britannica Inc.. «The Roman Catholics in the world outnumber all other Christians combined.» 
  6. Gros, Jeffrey; Eamon McManus, Ann Riggs (1998). Introduction to Ecumenism. Paulist Press. pp. 154–155. ISBN 978-0-8091-3794-7.
  7. Ray, Stephen. Upon this Rock. San Francisco, CA: Ignatius Press, 1999. p.119. Puede consultarse en Google Books.
  8. Woodhead, Linda (2004). «An Introduction to Christianity». Cambridge University Press. Consultado el 18 Nov 2008..
  9. Las primeras listas de los Papas dicen que el Papa que sucedió al Apóstol San Pedro fue San Lino. Eamon Duffy, Saints and Sinners: A History of the Popes (Yale Nota Bene, 2002) Apéndice A.
  10. Fr. Nicholas Afanassieff: "The Primacy of Peter" Ch. 4, pgs. 126-127 (c. 1992)
  11. a b «Patriarch and Patriarchate».
  12. Congar, Yves. Elgisé et papauté. Les Éditions du Cerf. 1994. ISBN 2-204-05090-3
  13. Radeck, Francisco; Dominic Radecki (2004). Tumultuous Times . St. Joseph's Media. p. 79. ISBN 978-0-9715061-0-7.
  14. Catecismo de la Iglesia Católica, 1322-1419
  15. Catecismo de la Iglesia Católica, 1285-1321
  16. Catecismo de la Iglesia Católica, 1422-1498
  17. Catecismo de la Iglesia Católica, 1499-1532
  18. Catecismo de la Iglesia Católica, 1601-1666
  19. Catecismo de la Iglesia Católica, 1536-1600
  20. Pbro. Fernando Castro Aguayo. «SÍNTESIS DEL NUEVO CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA».
  21. Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica
  22. Citados literalmente de Mateo 5
  23. Catecismo de la Iglesia Católica, 1812-1829
  24. Catecismo de la Iglesia Católica, 1805-1809
  25. Catecismo de la Iglesia Católica, 1854-1864
  26. Catecismo de la Iglesia Católica, 1755-1756
  27. Royo Marín, Antonio (1979). Teología Moral para Seglares I: Moral fundamental y especial.. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 76-83. ISBN 84-220-0441-0. 
  28. Catecismo de la Iglesia Católica, 1830-1832
  29. Catecismo de la Iglesia Católica, 2270-2275

Enlaces externos


 Católico / Católica"Iglesia universal" "Iglesia verdadera"
 

Católico: del Griego "kath'holon" que significa "de acuerdo con el todo", "universal".
1-Se llama "Católica" a la Iglesia fundada por Cristo, para diferenciarla de las iglesias cristianas que no reconocen la primacía del papa.
2-La Fe Católica que nos viene de Cristo por medio de los Apóstoles.
3-Lo que es verdaderamente de la Iglesia, para diferenciarlo de lo que es herético o cismático.

La universalidad de la Iglesia proviene del mandato de Jesús a sus Apóstoles: "Vayan y prediquen el evangelio a toda criatura" Mc 16,15. Jesús fundó una Iglesia para que fuese universal. Para que reuniese en su seno a toda la humanidad.
El adjetivo "católica" referente a la Iglesia aparece en la literatura Cristiana con San Ignacio de Antioquía (discípulo de San Juan), por el año 110 AD (Recordemos que la literatura recoge la tradición oral que le precede). En su carta Ad Smyr (A los Esmirniotas 8:2) dice: "Donde esté el Obispo, esté la muchedumbre así como donde está Jesucristo está la iglesia católica".  
Los estudiosos discuten si "católico" en este contexto significa "universal" o "verdadera/auténtica." La mayoría de los estudiosos favorecen el primer significado, bajo el razonamiento de que así como el Obispo preside la Iglesia local, así mismo Cristo preside la Iglesia universal. 
San Policarpo, martirizado unos 50 años después de San Ignacio, utiliza la palabra en ambos sentidos: tres veces con el significado de iglesia universal y una vez con el sentido de auténtica. Describe a San Policarpo como "Obispo de la Iglesia Católica de Esmirna."
San Pacián de Barcelona, 375 A.D. dijo: "Cristiano es mi nombre, y católico mi apellido. El primero me denomina, mientras que el otro me instituye específicamente. De esta manera he sido identificado y registrado... Cuando somos llamados católicos, es por esta forma, que nuestro pueblo se mantiene alejado de cualquier nombre herético." -Carta a Sympronian.
Durante las persecuciones, desde los primeros siglos, cuando preguntaban a los cristianos a qué iglesia pertenecían decían "a la católica". La Iglesia desde sus comienzos se ha llamado "cristiana" y "católica" indistintamente.
El concepto de catolicidad es desarrollado por San Cirilo de Jerusalén, quien dice:
La Iglesia es católica porque está esparcida por todo el mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los hombres deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia religiosa; es la cura universal para el pecado y posee todas las virtudes -(Catechesis 18:23).
Los dos significados que prevalecen en el período de los Padres de la Iglesia son los de universalidad y ortodoxia.  San Agustín utiliza en sus escritos el nombre de "católica" 240 veces entre los años 388 y 420 dC.
Los dos significados de la palabra católico, coexistieron por mil años, pero con el cisma del Este-Occidente, la Iglesia Latina se continuó llamando "Católica" mientras que la iglesia del Este adoptó el nombre de "Ortodoxa.".  
En el período medieval encontramos que emergen las bases para una más profunda teología sobre la catolicidad, hecho ayudado por la expresión dominante de Iglesia como la "reunión de los fieles" (congregatio fidelium), la cual está abierta a la noción de universal. 
Santo Tomás de Aquino desarrolla los diversos elementos de la teología de la catolicidad. La Iglesia es universal en tres sentidos: 1. Se encuentra en todos los lugares (Cf. Rom 1,8), teniendo tres partes: en la tierra, en el cielo y en el purgatorio.
2. Incluye personas de todos los estados de vida. (Cf. Gal 3,28)
3. No tiene límite de tiempo desde Abel hasta la consumación de los siglos.

La Iglesia católica reconoce que también son "cristianos" los bautizados de otras iglesias no católicas que profesan su fe en Jesucristo, Dios y hombre. Pero, aunque otras iglesias contengan elementos de la verdad, solo la Iglesia Católica conserva y enseña sin corrupción toda la doctrina Apostólica y posee la plenitud de los medios de salvación).

Los escritos de los Padres Apostólicos demuestran que la esencia de la Iglesia Católica no ha cambiado sino que ha profundizado en el conocimiento.


Católico ¿qué significa?
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Algunos evangélicos suelen preguntar el significado de la palabra "Católico", y su significado, y otros tantos hermanos catolicos desconocen el significado, a continuación exponemos este articulo del hermano Bob Stanley, para responder a esta cuestión.



Pregunta; ¿De dónde viene el origen de la palabra católico?

Respuesta; Viene del griego Katholikos, que luego se latinizó en Catholicus.

Pregunta; ¿Cuál es el significado de la palabra?

Respuesta; Significa ´Universal´, que en sí misma significa ´en relación a, o que afecta al mundo entero y a toda la gente en él´. Esto quiere decir: abarcando todo, amplitud de comprensión, general, y el contener todo lo que es necesario. En fin, significa toda la gente en todos los lugares, teniendo todos lo necesario, y por todo el tiempo.

Pregunta; ¿Pero es Bíblica?

Respuesta; Si lo es. Está en Mateo 28:19-20, "Vayan y hagan discípulos en todas las naciones...enséñenles a cumplir todo lo que les he ordenado; además yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo." Esta es una declaración de la Universalidad, Katholicos, Catholicus, Católica.

Pregunta; He escuchado que la palabra ´Católica´ no fue usada sino hasta cientos de años después de que Jesucristo fundó Su Iglesia.

Respuesta; No es cierto. El primer indicio del uso de la palabra que pude encontrar está en la carta a los ´Smymeans´, de San Ignacio de Antioquía (del 106 D.C.), párrafo 8: "Cuando el arzobispo aparece, deja ser a la gente como es, donde está Jesucristo, allí está la Iglesia Católica." Indudablemente la palabra se utilizaba antes de la época de esta escritura.

Pregunta; Algunos dicen que la Iglesia Católica terminó con Constantino (285-337), con el ´Edicto de Milán´ el cual se publicó en el año 313, donde permitía a la Iglesia practicar abiertamente. Otros dicen que es cuando la Iglesia comenzó. ¿Quién dice la verdad?

Respuesta; Ninguno tiene la razón. La Iglesia Católica es la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo y El garantizó su eternidad, Mateo 28:20, y es sin duda la verdad, 1Timoteo 3:15. Ahora, si alguno de los argumentos en cuestión fuera verdadero, ¿no crees que los Padres de la Iglesia lo hubieran mencionado en algún sitio? Pregúntales a quienes dicen esas cosas que te muestren un documento que lo pruebe.

Aquí está lo que los Padres de la Iglesia han dicho. En cada caso la palabra ´Católica´ es utilizada. Nótese las fechas, atraviesan un siglo antes y después de Constantino. En cada caso la palabra ´Católica´ es utilizada. El JXXXX refiere a los números de párrafo en "La Fe de los Padres de nuestros tiempos", Por William A. Jurgens.

Iglesia Católica...

• Ignacio, Carta a los Smyrneans 8:1-2. J65. 106 DC
• Martirio de San Policarpio16:2. J77,79,80a,81a, 155DC
• Clemente de Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435, 202DC
• Cipriano, Unidad de la Iglesia Católica 4-6. J555-557, 251DC
• Cipriano, Carta a Florentino 66:69:8. J587, 254DC
• Lactantius, Instituciones Divinas 4:30:1. *J637, 304DC
• Alejandro de Alejandría, Cartas 12. J680, 324DC
• Anastasio, Carta en el Concilio de Nicea 27. J757, 350DC
• Anastasio, Carta a Serapio 1:28. J782, 359DC
• Anastasio, Carta al Concilio de Rimini 5. J785, 361DC
• Cirilo de Jerusalem, Lecturas Catequéticas 18:1. J836-*839, 350DC
• Dámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u, 382DC
• Serapio, El Sacramental13:1. J1239a, 350DC
• Pacian de Barcelona, Carta a Sympronian 1:4 J1243, 375DC
• Agustín, Carta a Vicente el Rogatist 93:7:23. J1422, 408DC
• Agustín , Carta a Vitalis 217:5:16. J1456, 427DC
• Agustín, Salmos 88:2:14, 90:2:1. J1478-1479, 418DC
• Agustín, Sermones 2, 267:4. *J1492, *J1523, 430DC
• Agustín, Sermon a los Catecúmenos en el Credo 6:14. J1535, 395DC
• Agustín, La verdadera Religión 7:12+. *J1548, *J1562, J1564, 390DC
• Agustín, Contra la Carta de Mani 4:5. *J1580-1581, 397DC
• Agustín, Instrucción Cristiana 2:8:12+. *J1584, J1617, 400DC
• Agustín, Bautismo 4:21:28+. J1629, J1714, J1860a, J1882, 411DC
• Agustín, Contra los Pelagians 2:3:5+. *J1892, *J1898, 421DC
• Inocencio I, Carta a Probus 36. J2017, 417DC
• Fulgencio de Ruspe, Perdón de los Pecados 1:19:2, J2251-2252, 517DC

Las siguientes escrituras atestiguan la antigüedad de la Iglesia Católica Antigüedad de la Iglesia...

• Hermas, El Pastor Vis 2:4:1. J82
• Anónimo Segunda Carta de Clemente a los Corintios 14:2. J105
• Clemente de Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435
• Agustín, Carta a Deogratias 102:15. J1428
• Agustín, Salmos 90:2:1. J1479
• Agustín, Predestinación de Santos 9:18. J1985
• Gregorio I, Carta a Juan 5:44:18. J2295 595DC


Los siguientes escritos apoyan la perpetualidad de la Iglesia Católica. La Iglesia por siempre...

• Clemente, Carta a los Corintios 42:1,64. J20,29a 80DC
• Anónimo, Segunda Carta de Clemente a Roma 14:2. J105
• Cipriano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556
• Cipriano, Carta al Lapsed 33:27:1. J571
• Hilario, La Trinidad 7:4. J865 Agustín, Salmos 90:2:1. J1479
• Agustín, Sermón a Catecúmenos 6:14. J1535


Los siguientes escritos hablan sobre la fundación de la Iglesia Católica. Fundación de la Iglesia...

• Clemente, Carta a los Corintios 42:1. J20
• Hermas, El Pastor Vis 2:4:1-3:5:1. J82-84 140DC
• Anónimo, Carta de Clemente 14:2. J105
• Ireneo, Contra Herejes 3:16:6. J217a
• Tertullian, Demurrer Contra los Herejes 9:3. J289
• Clemente of Alejandría, Stromateis 7:17:107:3. J435 202DC
• Cirpiano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556
• Cipriano, Carta al Lapsed 33:27:1. J571
• Hilario de Poitiers, La Trinidad 7:4. J865
• Agustín, Homilías sobre Juan 9:10. J1814


Las siguientes escrituras atestiguan el hecho de que la Iglesia Católica fue asentada en Roma. La Iglesia asentada en Roma...

• Clemente, Carta a los Corintios, Direcciones. J10a 80DC
• Ignacio, Carta a los Romanos, J52
• Ireneo, Contra Herejes 3:3:3. J210-211
• Cirpiano, Carta a Cornelio 59:55:14. J580
• Concilio de Constantinopla, Canon3. J910d
• Dámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u
• Optatus de Melvis, Cisma de Donatists 2:2. J1242


Las siguientes escrituras hablan sobre la Unidad de la Iglesia Católica. Unidad de la Iglesia...

• Didache 4:3. J1b Ignacio, Carta a los Filipenses 3:2. J56
• Tertullian, Demurrer Contra Herejes 20:4. J292
• Cirpiano, Unidad de la Iglesia Católica 4. J555-556


Las siguientes escrituras atestiguan la ´Universalidad´ de la Iglesia Católica. La Iglesia Católica es verdaderamente ´Universal´ como su nombre implica. Iglesia Universal...

• Didache, 9:1,10:1. J6,7
• Clemente, Carta a los Corintios 5:1. J11
• Ignacio, Carta a los Efesios 3:2. J38
• Martirio de San Policarpio, Direcciones. J77,79,81a
• Hermas, El PastorPar 9:17:4. J93
• Anónimo, Carta a Diogenetus 6:1. J97a
• Arístides of Atenas, Apología 15. J112
• Justino Mártir, Dialogo con Trypho 110. J144
• Ireneo, Contra Herejías 1:10:1. J191,192,215,257
• El Muratorian Fragmento. J268
• Tertullian, Contra los Judíos 7:4. J320a
• Clemente de Alejandría, Exhortación a los Griegos10:110:1. J405
• Cirilo deJerusalem, Lecturas Catequéticas 18:23. J838
• Dámaso, Decreto de Dámaso 3. J910u




Yo creo, Señor; en Ti
que eres la Verdad Suprema.
Creo en todo lo que me has revelado.
Creo en todas las verdades
que cree y espera mi Santa Madre
la Iglesia Católica y Apostólica.
Fe en la que nací por tu gracia,
fe en la que quiero vivir y luchar
fe en la que quiero morir.
¿QUÉ COSA ES SER CATÓLICO?
ALICIA HERRSTI, S. M.
Folleto EVC No. 302


Es digno de reflexión, el que, según las estadísticas, México es un País 90% católico, y tengamos, a nivel internacional uno de los primeros lugares en corrupción, lo que demuestra lo malos católicos que somos.

Así pues, vamos a ver en este estudio:
-Qué cosa es ser católico
-Qué se requiere para ser católico
-Qué cosa es ser un católico verdadero, y
-Qué se requiere para llegar a serio

¿Qué cosa es ser Católico ?
No es difícil que a muchas personas les parezca hasta inútil el emplear el tiempo en detenerse a explicar a los que son católicos qué cosa es ser católico, pues se supone que al serio lo saben, y sin embargo, ello no es así y la realidad es que son muy pocos los católicos que saben dar a la pregunta: ¿qué cosa es ser católico? una contestación correcta.
En efecto, basta hacer esta pregunta a algunos católicos para ver las respuestas tan disímbolas que dan, por la falta de conocimiento que hay a este respecto. Algunos contestan: ser católico es creer en Dios, pero ello no es exacto pues los mahometanos, judíos y protestantes, por ejemplo, creen en Dios y no son católicos.
Otros contestan: -ser católico es cumplir con los Mandamientos del Decálogo, pero esto también es falso, pues un protestante, por ejemplo, puede cumplir con el Decálogo y no por ello es católico; y un católico puede no cumplir con los Mandamientos y no por eso dejará de ser católico; será un mal católico, pero al fin católico, como un médico que no ejerce la medicina, sigue siendo médico. Y así darán otras muchas contestaciones y muy pocos, si no es que ninguno, dará la contestación correcta, que es simplemente la siguiente:

Ser católico es ser miembro de la Iglesia Católica.
Veamos ahora
Qué se requiere para ser católico
Para ser católico se requiere haber sido bautizado en la Iglesia Católica, pues es el Bautismo, el Sacramento que borra el pecado original, nos hace hijos de Dios por la Gracia, y miembros de la Santa Iglesia Católica.
Una vez bautizados, somos católicos aunque caigamos en pecado, pues ser católico no quiere decir ser santo, ni bueno siquiera, sino simplemente ser miembro de la Iglesia Católica, la que admite en su seno tanto a los buenos como a los malos; basta recordar la parábola del trigo y la cizaña del Evangelio de San Mateo, 13,24-30.
La Iglesia Católica es una Sociedad que, como toda sociedad, tiene el derecho de imponer sus condiciones para ser admitido como miembro de ella, así como el de expulsar de su seno a aquellos de sus miembros que no cumplan con las condiciones con que fueron admitidos, y lo hace, por medio de la "excomunión". La excomunión es pues, ser expulsado de la Iglesia Católica, con todas sus tremendas consecuencias, como son: perder la vida de la Gracia, todo el mérito de las buenas obras hechas o por hacer, y no participar del Tesoro espiritual de la Iglesia, que son Los Sacramentos, y los méritos de N. S. Jesucristo y los Santos.
A partir de 1983 el Código de Derecho Canónico numera 7 casos de excomunión inmediata apenas se cometa la acción penada con ella; citamos algunos: Canon 1364 "El apóstata de la fe, el hereje o el cismático; 1367, "Quien arroja por tierra las especies consagradas o las lleva o retiene con una finalidad sacrílega; 1370, "Quien atenta físicamente contra el Romano Pontífice;1378, 1382 y 1388, se refieren especialmente a cuestiones de orden sacerdotal, y el 1398, pena a "quien procura el aborto".
Para ser católico, se requieren pues, dos cosas: haber sido bautizado en la Iglesia Católica, y -no haber faltado a las condiciones bajo las cuales la Iglesia nos admitió como miembros de ella a saber:
a. Renunciar a Satanás
La Iglesia Católica exige, en tres preguntas, a quienes vayan a recibir el Bautismo, renunciar al mal. ¿Renuncias a Satanás, padre y autor del pecado?, ¿ Renuncias a sus obras? ¿Renuncias a sus seducciones? a lo que los catecúmenos si son adultos o los padrinos en caso de infantes, deben responder: Sí renuncio. y la

b. Profesión de FE
Pero ser católico no consiste solamente en no hacer cosas malas o renunciar a Satanás; hay que tener fe en Jesucristo y en todo lo que la Iglesia enseña, por eso a continuación el sacerdote invita a hacer una pública profesión de fe, haciendo preguntas referentes al Credo que rezamos en la Santa Misa, que sintetiza las verdades de nuestra Religión, terminando con la pregunta ¿quieres ser bautizado?, Sí quiero. Después de esta contestación, el sacerdote administra el Bautismo, vertiendo tres veces agua sobre la cabeza del niño, o del adulto, al mismo tiempo que pronuncia la fórmula: "Yo te bautizo en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
Son tan importantes las Promesas del Bautismo, que la Iglesia tiene buen cuidado de que los fieles las renovemos cada año en la Vigilia Pascual, en nuestra Primera Comunión y al recibir el Sacramento de la Confirmación. De dicho cumplimiento, depende el que podamos considerarnos verdaderos y auténticos católicos.
Qué cosa es ser un católico verdadero
Vemos así, que hay desde luego 2 clases de católicos: los VERDADEROS, que son los que se esfuerzan por cumplir lo que prometieron en su Bautismo, y los de NOMBRE o indiferentes, que son aquellos que sin haber dejado de ser católicos, no han incurrido en excomunión, pero tampoco se preocupan mucho ni poco, por cumplir sus promesas y viven prácticamente como si no fueran católicos.
Así pues, para ser un católico verdadero, se necesita dar debido cumplimiento a lo que prometimos en el Bautismo:
La primera promesa que hacemos es:
Renunciar a Satanás ya sus obras.
Satanás es el jefe del mal, su inspirador; renunciar a él, significa tomar la resolución de que no reine en nosotros, defender siempre al bien.
Al renunciar a Satanás, renunciamos a la peor forma del mal, al que parece mal, aún fuera de toda religión, al que se hace por el deseo de hacer el mal, aunque el hacerlo no nos reporte ningún bien aparente, al mal que se hace por dureza de corazón, por odio a Dios o al prójimo.
Si el Mal se nos presentara con toda su terrible verdad, seguramente nos apartaríamos de él horrorizados, pero muy frecuentemente nos engaña apareciendo como un bien, recordemos a Isaías, 5, 20: ¡Ay de los que llaman al mal, bien y al bien, mal!
Al renunciar a Satanás, renunciamos muy especialmente, a afiliarnos a cualquier religión o secta de las que actualmente se ofrecen en el gran "Supermercado de Religiones" algunas de las cuales ponen en grave riesgo la vida de sus seguidores tenemos ya varios ejemplos de esto, y vemos además, como algo increíble, que renacen las sectas satánicas.
La Obra de Satanás, es la rebelión contra Dios, el pecado. Renunciar a sus obras, es tomar la resolución de obedecer los Mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia, de no hacer nada que ofenda a Dios.
Las inspiraciones de Satanás son principalmente 3: Riqueza, Poder y Placer.
Renunciar a las riquezas, no quiere decir que nos comprometamos a no poseer nada, sino simplemente ano tener hacia ellas un apego desordenado, y que por lograrlas hagamos algo que pueda ofender a Dios.
Poder, honores, fama; terribles y peligrosas tentaciones del demonio; por conseguirlas se llega a extremos increíbles, y nos llevan al pecado capital de la soberbia, "quién como yo" las famosas palabras de Satanás.
Los placeres, y las diversiones cuando son lícitos no son un mal en sí, pero nos pueden apartar de Dios si nos aficionamos con exceso a ellos.
Un ejemplo lo tenemos en las excursiones dominicales que son una muy buena distracción, aire libre y descanso de nuestras tareas cotidianas, pero si por ir a ellas, faltamos a la Santa Misa, ofendemos gravemente a Dios.
Otros ejemplos: el cine y la Televisión. Ahora como nunca, tenemos en nuestras manos la obligación de ser críticos y elegir con cuidado, lo que entra a nuestra alma e imaginación; debemos evitar el aceptar espectáculos que activen lo que llamamos "concupiscencias" es decir, nuestras malas inclinaciones, llevando a la frivolidad, nuestro deseo de diversión.
Ver películas inmorales, que exhiben sin medida sexo, violencia y justificaciones a las más absurdas conductas y situaciones, que falsean el criterio, sobre todo de los jóvenes, son graves faltas al amor a Dios, y al más elemental sentido de defensa de lo que llamamos los VALORES UNIVERSALES, o cristianos, que tienen fundamento en los 10 Mandamientos y el Evangelio.
La Segunda promesa que hacemos en el Bautismo:
Guardar la FE.

Guardarla Fe, como hemos expuesto, es creer firmemente todas aquellas verdades que están compendiadas en el Credo, tal como nos las enseña nuestra Santa Iglesia, y negar una de ellas, como exponemos en la página 3, Cánon 1364, puede ser motivo de excomunión.
Recordemos que las 3 principales enseñanzas de la Iglesia Católica son:
1: La existencia de Dios, Uno y Trino;
2. La Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo y
3. La Autoridad Divina de la Iglesia.

Católico verdadero, es quien además de cumplir las 2 t promesas que hizo en su Bautismo, practica y VIVE la Religión Católica, -observando tanto como lo permite la debilidad humana, los Mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia -combatiendo en sí mismo el afecto a las seducciones del demonio, que pueden resumirse en los 7 pecados capitales que de estas resultan, que, como aprendimos en el catecismo, son: avaricia, pereza, lujuria, gula, ira, envidia y el peor de todos la soberbia, que fue la que perdió a Satanás.

El católico verdadero, además de evitar cuidadosamente el pecado, estudia su Religión, anima a otros a hacer lo mismo, pues nadie ama lo que no conoce; milita, siempre que le es posible, en las diferentes organizaciones que hay en la Iglesia con el fin de conseguir el adelanto espiritual, y practicar las Buenas Obras.
Católico verdadero es quien ama lo que Cristo ama, que repruebe lo que Cristo reprueba, que juzga de las cosas como de ellas juzgaría Cristo, que toma en fin, a Cristo por modelo de todas sus acciones, procurando ser una copia viviente de El. No hay en la vida posición en la que no podamos serio; pobreza, riqueza, salud, enfermedad, juventud o vejez, todos sin excepción podemos llegar a ser, otros Cristos vivientes.
Católico de nombre
Es quien no siendo un hipócrita, bien puede ser rutinario en su piedad, contentarse con el grado espiritual de adelanto a que puede haber llegado, no tener ningún deseo de mejorarlo y puede llegar hasta pensar que no tiene mucho de qué confesarse, y vive más o menos tranquilo.
El católico de nombre, lleva una vida de "confort", una vida "light", en la cual no entra, ya no digamos un hijo más, pero ni siquiera la horrible obligación de ir a Misa los domingos. Con un botoncito desde su poltrona, cambia el canal de Dios y de la Religión, por el fútbol y la telenovela.
No seamos pues, sólo católicos de nombre, seamos verdaderos católicos, y para ello, instruyámonos en la doctrina de nuestra Santa Religión, pues nadie ama lo que no conoce, y procuremos recibir cada vez con más frecuencia y mejor, el Pan Bendito que bajó del Cielo para que nosotros subiéramos a él y del que Cristo dijo:
En verdad les digo: si no comen la Carne del Hijo del Hombre, y no beben su Sangre, no tienen vida en ustedes
El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y Yo lo resucitaré el último día

Porque mi Carne es verdadera comida, y mi sangre verdadera Bebida

El que come mi Carne y Bebe mi Sangre, permanece en Mí y Yo en él

Este es el Pan bajado del cielo, el que coma de éste vivirá para siempre (Jn.6,53,58)
Así pues, vivamos de la Vida de Cristo y para ello, comulguemos, comulguemos, comulguemos...


150 Razones por las que soy Católico
Presentando 300 evidencias bíblicas que favorecen al Catolicismo

1. La Mejor: Estoy convencido de que la Iglesia Católica se adhiere mucho más íntimamente a toda la información bíblica, ofrece el único panorama coherente de la historia del Cristianismo (como la Tradición Cristiana y Apostólica) y que posee la más profunda y sublime moralidad, espiritualidad, ética social y filosofía cristiana.
2. Razón alternativa: Soy católico porque sinceramente creo que, por virtud de tanta evidencia acumulativa, el Catolicismo es verdadero, y que la Iglesia Católica es la Iglesia visible que Jesús divinamente estableció, en la cuál ni los poderes del infierno podrán prevalecer (Mt 16:18), por tanto, posee una autoridad a la cual, como obligación cristiana, debo someterme.
3. Segunda alternativa: Abandoné el Protestantismo porque estaba seriamente defectuoso en su interpretación de la Biblia (como “sola fe” y muchas otras doctrinas “católicas” –ver evidencias más abajo), inconsistentemente selectivo en sus varias ideas de Tradiciones católicas (como el Canon de la Biblia); era inadecuado en su eclesiología, le faltaba un panorama sensible de historia cristiana (como “Sola Escritura”), su relatividad moral (como en la contracepción, divorcio), y antibíblicamente cismático, anarquista y relativista. No creo que el Protestantismo sea tan malo sino que estos son algunos de los defectos principales que eventualmente vi como algo fatal a la “teoría” del Protestantismo, comparándolo con el Catolicismo. Todo católico debe considerar como cristianos a todos los Protestantes bautizados, nicenos y calcedonios.
4. El Catolicismo no está formalmente dividido ni es sectario (Jn 17:20-23; Rom 16:17; 1 Cor 1:10-13).
5. La unidad Católica hace que el Cristianismo y Jesús sean creíbles para el mundo (Jn 17:23).
6. A causa de su visión completamente cristiana y sobrenatural, el Catolicismo mitiga la secularización y el humanismo.
7. El Catolicismo evita el individualismo antibíblico que debilita a la comunidad cristiana (ver 1 Cor 12:25-26).
8. El Catolicismo evita el relativismo teológico por medio de la certitud dogmática y la centralidad del papado.
9. El Catolicismo evita la anarquía eclesiástica –uno simplemente no puede brincarse de una denominación a otra cuando se lleva a cabo alguna medida disciplinaria o censura.
10. El Catolicismo formalmente (aunque, tristemente, no siempre en la práctica) previene el relativismo teológico que conduce a las incertidumbres de los laicos dentro del sistema Protestante
11. El Catolicismo rechaza “La Iglesia de Estado”, lo que ha conducido a que los gobiernos dominen el Cristianismo en lugar de que sea al revés.
12. Las Iglesias de Estado Protestantes influyeron grandemente el inicio del nacionalismo lo que vino a mitigar la igualdad universal y el universalismo cristiano (como el Catolicismo)
13. El Cristianismo católico unido (antes del siglo 16) no había sido invadido por las trágicas guerras religiosas las que a su vez condujeron a la “Iluminación” en donde el hombre rechazaba la hipocresía de las guerras que se daban dentro del Cristianismo y decidieron en ser indiferentes a la religión en vez de que la permitieran guiar sus vidas.
14. El Catolicismo mantiene los elementos del misterio (religioso), lo sobrenatural y sagrado que hay en el Cristianismo; por tanto, se opone a sí mismo al secularismo donde el campo de lo religioso en la vida de todos es grandemente limitado.
15. El individualismo Protestante condujo a que el Cristianismo fuera algo privado. A causa de ello el Cristianismo es respetado muy poco tanto en la vida social como política dejando el “campo público” vacío de la influencia cristiana.
16. La falsa dicotomía secular “iglesia contra el mundo” ha conducido a ortodoxos cristianos, en todas partes, a alejarse del campo político, dejando un vacío que se llena de gente pagana, cínica, sin escrúpulos y sedientas de poder. El Catolicismo ofrece un enmarque para dirigirse con responsabilidad cívica al estado.
17. El Protestantismo se inclina demasiado a tradiciones de hombres (cada denominación proviene de la visión de un fundador. Tan pronto como dos o más de éstos se contradicen entre sí, el error se hace necesariamente presente).
18. Las iglesias Protestantes, especialmente evangélicas, son frecuentemente culpables de colocar muy alto a sus pastores. En efecto, cada pastor se convierte en un “papa” en hasta ciertos grados (algunos son “súper papas”). A causa de esto, las congregaciones evangélicas experimentan muy frecuentemente una crisis o separación cuando el pastor se aleja de allí lo que prueba que la filosofía de ellos está centrada en el hombre en lugar de estar centrada en Dios.
19. Dado a una falta de verdadera autoridad y de una estructura dogmática, el Protestantismo está trágicamente vulnerable al espíritu de los tiempos y a lo que está de moda en cuestiones morales.
20. El Catolicismo retiene la sucesión apostólica, que es necesaria para conocer cual es la verdadera Tradición apostólica cristiana. La sucesión apostólica era el criterio para conocer la verdad cristiana que fue usada por los primeros cristianos.
21. Muchos Protestantes tienen una visión muy limitada de la historia cristiana en general, especialmente de los años 313 (la conversión de Constantino) a 1517 (el arribo de Martín Lutero). Esta ignorancia y hostilidad hacia la Tradición Católica conduce al relativismo teológico, al anticatolicismo y a un constante e innecesario proceso de “reinventar la historia.”
22. Desde su nacimiento, el Protestantismo era anticatólico y aún lo es hoy día (especialmente el evangelicalismo). Obviamente esto no está bien y tampoco es bíblico si el Catolicismo en efecto es cristiano (porque si no lo es –lógicamente- tampoco lo es el Protestantismo que heredó del Catolicismo el volumen de su teología). La Iglesia Católica, por otro lado, no es antiprotestante.
23. La Iglesia Católica acepta la autoridad de los grandes Concilios Ecuménicos (ver, por ejemplo, Hechos 15) que definieron y desarrollaron la doctrina cristiana (mucho de lo que el Protestantismo también acepta).
24. La mayoría de los Protestantes no tienen obispos, un oficio cristiano que es bíblico (1 Tim 3:1-2) y que ha existido desde el principio de la historia y Tradición cristiana.
25. El Protestantismo no tiene forma alguna de resolver asuntos doctrinales en carácter definitivo. Lo mejor pueden hacer es que el Protestante individual sólo puede hacer cuentas de cuántos eruditos Protestantes, comentadores, etc., toman ésta o aquélla postura con relación a la doctrina X, Y o Z. Entre ellos no existe ninguna tradición Protestante unificada
26. El Protestantismo apareció en 1517, en la historia del Cristianismo es algo tardío, por tanto, no puede ser ninguna “restauración del Cristianismo “puro” y “primitivo” ya que esto es excluido por el hecho de que es absurdamente tardío en su aparición. El Cristianismo debe tener una continuidad histórica o, de otra forma, no es Cristianismo. El Protestantismo, hablando histórica y doctrinalmente, es un “parásito” del Catolicismo.
27. La idea Protestante de “la iglesia invisible” es también una novedad en la historia del Cristianismo y ajena a la Biblia (Mt 5:14; 16:18), por tanto, esta idea es falsa.
28. Cuando los teólogos Protestantes se refieren al Cristianismo primitivo (como cuando refutan a las “sectas”), ellos dicen “la Iglesia enseñó que...” (ya que en ese entonces estaba unificada), pero cuando se refieren al tiempo presente, ellos instintivamente e inconsistentemente evitan tal terminología puesto que la autoridad universal para enseñar la doctrina reside sólo en la Iglesia Católica.
29. La norma Protestante de interpretación privada ha creado un medio social en donde, por lo regular, “sectas” centradas en el ser humano como los Testigos de Jehová, Mormones y Ciencia Cristiana han aparecido. La mismísima idea de que uno puede “empezar” una iglesia es desde su centro una idea Protestante.
30. La carencia una autoridad definitiva de enseñanza cristiana (como el Magisterio de la Iglesia Católica) en el Protestantismo hace que muchos Protestantes individuales piensen que tienen una “línea de comunicación abierta” con Dios sin importarles toda la Tradición e historia cristiana de la exégesis bíblica (una mentalidad de “la Biblia, el Espíritu Santo y yo”). Tal tipo de gente es, teológicamente, mal educada, incapaz de aprender, les falta humildad y no tienen motivo alguno para hacer presuntas declaraciones “infalibles” sobre la naturaleza del Cristianismo.
31. Las “técnicas” de evangelización” del evangelicalismo son frecuentemente maniobras y manipulaciones; verdaderamente no son estas “técnicas” derivadas de la Biblia. Algunas, hasta cierto grado, parecen lavados de cerebro.
32. El evangelio predicado por muchos evangélicos y ministros Protestantes es uno que está mutilado y abreviado; es individualista placentero al oído. Es, en efecto, una simple “aseguran Saa contra el fuego” más bien que el Evangelio bíblico proclamado por los Apóstoles.
33. El evangelicalismo frecuentemente separa el profundo y transformador arrepentimiento y discipulado radical de su mensaje del Evangelio.
34. La ausencia en el Protestantismo de la idea del sometimiento a la autoridad espiritual se ha estado infiltrando al campo cívico, donde las ideas de “libertad”, “derechos” y “opciones” personales ahora predominan hasta cierto grado que se ha desatendido la obligación cívica, vida comunitaria y disciplina con una trágica negligencia para el daño de una sociedad saludable.
35. El Catolicismo mantiene el sentido de lo sagrado, lo sublime, lo santo y hermoso en la espiritualidad. Se han preservado las ideas de altar y “espacios sagrados” . Muchas iglesias Protestantes no son mas que edificios estructurados como “salas de reuniones”, “gimnasios” o “graneros”. La mayoría de los hogares Protestantes están más estéticamente formados que sus propias iglesias. De la misma manera, los Protestantes son frecuentemente “adictos a la mediocridad” en su valoración al arte, música, arquitectura, drama, imaginación, etc.
36. El Protestantismo ha descuidado grandemente el lugar de la liturgia en el culto de adoración (con claras excepciones en el Anglicanismo y Luteranismo). Esta es la forma que los cristianos han adorado a través de los siglos y, por tanto, no puede ser fácilmente ignorado.
37. El Protestantismo tiende en oponer materia y espíritu, favoreciendo a éste último: sobre esto, es de alguna forma gnóstico o docético.
38. El Catolicismo mantiene el principio de la Encarnación, donde Jesús toma carne y eleva a la carne y materia a nuevos horizontes espirituales.
39. El Protestantismo limita grandemente, o no cree, en el sacramentalismo, que es, simplemente, la extensión del principio de la Encarnación y la creencia de que la materia puede transmitir la gracia. Algunas sectas (como los Bautistas y muchos Pentecostales) rechazan todos los sacramentos.
40. La excesiva desconfianza de los Protestantes respecto a la carne (“carnalidad”) frecuentemente conduce a (en el evangelicalismo o fundamentalismos) a un absurdo legalismo (prohibición de bailes, bebidas, naipes, música "rock", etc.)
41. Muchos Protestantes tienden en separar la vida en categorías; “espirituales” y “carnales”, como si Dios no fuera Señor de todo en lo que hay vida. A ellos se les olvida que todos los esfuerzos que no son pecadores son, a final de cuentas, espirituales.
42. El Protestantismo ha removido a la Eucaristía del centro y enfoque de los servicios de adoración cristiano. Algunos Protestantes observan la Eucaristía cada mes o cada tres meses. Esto va en contra de la Tradición de la Iglesia Primitiva.
43. La mayoría de los Protestantes consideran a la Eucaristía como un símbolo. Esto es contrario a la Tradición Cristiana universal hasta el año 1517, y la Biblia (Mt 26:26-8; Jn 6:47-63; 1 Cor 10:14-22; 11:23-30), que han enseñado la Presencia Real (este es otro ejemplo de la antipatía a la materia).
44. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo tácitamente ha dejado de considerar al matrimonio como sacramento (Mt 19:4-5; 1 Cor 7:14,39; Ef 5:25-33).
45. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo ha abolido el sacerdocio (Mt 18:18) y el sacramento de la ordenación (Hchs 6:6; 14:22; 1 Tim 4:14; 2 Tim 1:6).
46. El Catolicismo mantiene la enseñanza Paulina de la eficacia espiritual de un clero célibe (ver Mt 19:12, 1 Cor 7:8,27,32-3).
47. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo ha rechazado el sacramento de la confirmación (Hchs 8:18, Heb 6:2-4).
48. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, muchos Protestantes han negado el bautismo de infantes y de niños (Hchs 2:38-9; 16:15,33; 18:8; compare con 11:14; 1 Cor 1:16; Col 2:11-12). El Protestantismo se encuentra dividido en cinco campos sobre la cuestión del Bautismo.
49. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, la gran mayoría de Protestantes niegan la regeneración bautismal (ver Mc 16:16; Jn 3:5; Hchs 2:38; 22:16; Rom 6:3-4; 1 Cor 6:11; Tito 3:5).
50. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, los Protestantes han rechazado el sacramento de la unción de los enfermos (Extremaunción o “últimos sacramentos”) (ver Mc 6:13; 1 Cor 12:9,30; Stgo 5:14-15).
51. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo niega la indisolubilidad del matrimonio sacramental y permite el divorcio (Gen 2:24; Mal 2:14-16; Mt 5:32; 19:6,9; Mc 10:11-12; Lc 16:18; Rom 7:2-3; 1 Cor 7:10-14,39).
52. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo no cree que la propagación es el propósito y beneficio principal del matrimonio (no forma parte en los votos Protestantes como lo hace en los votos del matrimonio católico) (Gen 1:28; 28:3, Salmo 107:38; 127:3-5).
53. El Protestantismo aprueba la anticoncepción en desafío de la Tradición Cristiana universal (Católica, Ortodoxa y Protestante) hasta 1930 – cuando los Anglicanos empezaron a permitirla- y al hacer esto, también desafían a la Biblia (Gen 38:8-10; 41:52; Ex 23:25-6; Lev 26:9; Dt 7:14; Ruth 4:13; Lc 1:24-5). Hoy día, solamente el Catolicismo mantiene la antigua Tradición contra la mentalidad “anticonceptiva”.
54. Contrario a la Tradición Cristiana universal, hasta recientemente, (en algún tiempo del año 1930), y contrario a la Biblia, el Protestantismo, principalmente los liberales, ha aceptado el aborto como una opción moral. (Ver Ex 20:13; Job 31:15; Salmo 139:13-16; Is 44:2; 49:5; Jer 1:5; 2:34; Lc 1:15,41; Rom 13:9-10).
55. El Protestantismo (especialmente las denominaciones liberales) permiten clero femenino (en el anglicanismo permiten mujeres obispos) lo que es contrario a la Tradición Cristiana (incluyendo teología tradicional Protestante) y contrario a la Biblia (Mt 10:1-4; 1 Tim 2:11-15; 3:1-12; Tito 1:6).
56. Entre más y más, el Protestantismo está formalmente y oficialmente comprometiéndose con el feminismo radical que niega los lugares del hombre y la mujer que la Biblia les da (Gen 2:18-23; 1 Cor 11:3-10) y que ha sido mantenida por la Tradición Cristiana (con diferentes papeles pero la misma dignidad)
57. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo también está negando, con una frecuencia que aumenta cada ves más, el señorío del esposo en el matrimonio que esto está basado en la Trinidad (ver 1 Cor 11:3; Ef 5:22-33; Col 3:18-19; 1 Pedro 3:1-2). Esto también está basado en una relación de igualdad (1 Cor 11:11-12; Gal 3:28; Ef 5:21).
58. El Protestantismo liberal (principalmente entre los Anglicanos) ha ordenado como pastores a homosexuales activos y ha bendecido sus “matrimonios”; ha enseñado que la homosexualidad es meramente un estilo de vida “alternativo” e involuntario. Esto es contrario a la Tradición Cristiana universal tal y como lo enseña la Biblia (Gen 19:4-25; Rom 1:18-27; 1 Cor 6:9). El Catolicismo mantiene una firme moralidad tradicional.
59. El Protestantismo liberal y el evangelicalismo, entre más y más, han aceptado métodos “del alto criticismo” en la interpretación de la Biblia que ha conducido a la tradicional reverencia Cristiana de la Escritura y la rebaja al grado de un documento humano y falible en daño a su esencia divina e infalible.
60. Muchos Protestantes liberales han desechado muchas doctrinas fundamentales del Cristianismo como la Encarnación, la Resurrección corporal de Cristo, la Trinidad, Pecado Original, infierno, la existencia del diablo, milagros, etc.
61. Anteriormente los fundadores del Protestantismo negaron (y hoy los Calvinistas niegan) la realidad del libre albedrío humano (el libro favorito de Lutero era su propio libro titulado Bondage of the Will – Esclavitud de la voluntad). Esto es contrario a la constante enseñanza de la Biblia, Tradición Cristiana y al sentido común.
62. El Protestantismo clásico tiene una visión deficiente respecto a la caída del hombre (Pecado Original) creyendo que el resultado fue una “total corrupción”. De acuerdo con Lutero, Zwinglio y Calvino, el ser humano sólo podía hacer el mal y que no tenía libertad de voluntad para hacer el bien, por tanto, ahora tiene una “naturaleza de pecado”. El Catolicismo, por otro lado, cree que, en una forma misteriosa, el ser humano coopera con la gracia de Dios que es lo que siempre precede toda buena acción. En el Catolicismo, la naturaleza del hombre aún mantiene mucho que tiene a bien, aunque está propenso a pecar (“concupiscencia”).
63. El Protestantismo clásico, especialmente el Calvinismo, hace a Dios el autor del mal. De acuerdo con esto, Dios supuestamente conduce al hombre a que haga el mal y que viole sus preceptos sin que tenga la libertad para evitarlo. Esto es blasfemo y convierte a Dios en un demonio.
64. Con lo anterior (el hombre no tiene libre albedrío), en el protestantismo clásico, y en la enseñanza Calvinista, Dios predestina al hombre a condenarse en el infierno, sin que el hombre nada pueda hacer, sea bueno, o sea malo.
65. El Protestantismo clásico, y el Calvinismo, falsamente enseña que Jesús murió sólo por los elegidos (los que van a ir al cielo).
66. Dado a su falsa noción del Pecado Original, el Protestantismo clásico (especialmente Lutero), y el Calvinismo, niegan la eficacia y la capacidad de la razón humana para que hasta cierto grado conozca a Dios (ambas partes están de acuerdo que la revelación y la gracia son también necesarias), y que la razón se opone a Dios y a la fe; esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia (Mc 12:28; Lc 10:27; Jn 20:24-9; Hchs 1:3; 17:2,17,22-34; 19:8). Hoy día los mejores apologistas Protestantes simplemente recurren a la heredad Católica de Santo Tomás de Aquino, San Agustín y muchos otros grandes pensadores.
67. El Protestantismo Pentecostal o carismático pone un gran énfasis en la experiencia religiosa sin balancearla adecuadamente con la razón, la Biblia y la Tradición (incluyendo la autoridad de la Iglesia para pronunciar sobre la validez de “revelaciones privadas”)
68. Otros Protestantes (muchos Bautistas por ejemplo) niegan que los dones espirituales están hoy día presentes (supuestamente terminaron con los Apóstoles).
69. El Protestantismo tiene contradictorias ideas de lo que es el gobierno eclesial, o eclesiología (episcopal, presbiterial, congregacional o ninguna autoridad), por tanto es imposible la disciplina, la unidad y el orden. Algunas sectas llegan a declarar que tienen “apóstoles” o “profetas” entre ellos, con todos los abusos de la autoridad que resulta de esto.
70. El Protestantismo (esp. evangelicalismo) tiene una desmedida fascinación por “el fin del mundo” y esto ha conducido a creaciones de antibíblicas cronologías que predicen a dicho fin (Mt 24:30-44; 25:13; Lc 12:39-40) creando, también, mucha tragedia humana entre aquellos que creen y se adhieren a tales falsa profecías.
71. El gran énfasis del evangelicalismo sobre el “inminente” fin del mundo ha creado, con mucha frecuencia, una mentalidad de descuido, que ha resultado dañoso para las sensibilidades sociales, políticas, éticas y económicas de aquí en la tierra.
72. El pensamiento Protestante tiene las características de ser "dichotomous," es decir, separa las ideas en campos más o menos exclusivos y mutuamente hostiles, cuando que, de hecho, muchas de las bifurcaciones son más bien complementarias que contradictorias. El Protestantismo adopta el “tomas esto o lo otro” mientras que el Catolicismo “toma esto y lo otro”. Siguen varios ejemplos:
73. El Protestantismo pone a la Palabra (Biblia, predicación) contra los sacramentos.
74. El Protestantismo acepta la devoción interior y está en contra de la Liturgia.
75. El Protestantismo opone culto espontáneo a oraciones formuladas.
76. El Protestantismo separa la Biblia de la Iglesia.
77. El Protestantismo crea una falsa dicotomía de Biblia contra Tradición.
78. El Protestantismo pone a la Tradición contra el Espíritu Santo.
79. El Protestantismo considera como contradictoria la autoridad eclesial y la libertad de conciencia.
80. El Protestantismo (esp. Lutero) coloca al Antiguo Testamento en contra del Nuevo Testamento aunque el mismo Jesús nunca hiciera esto (Mt 5:17-19; Mc 7:8-11; Lc 24:27,44; Jn 5:45-47).
81. Sobre estas mismas bases, que no son bíblicas, el Protestantismo opone la ley a la gracia.
82. El Protestantismo crea una falsa separación entre el simbolismo y la realidad sacramental (por Ej., Bautismo, Eucaristía).
83. El Protestantismo separa lo individual de la comunidad Cristiana. (1 Cor 12:14-27).
84. El Protestantismo confunde la veneración de los santos a la adoración de Dios. La teología Católica no permite la adoración a los santos en ninguna forma ya que está solamente dirigida a Dios. Se honra a los santos, pero no se les adora, solo al Dios Creador se le debe de adorar.
85. La antihistórica perspectiva de muchos Protestantes conduce a muchas personas a pensar que el Espíritu Santo les está hablando, pero, en efecto, El les había estado hablando a las multitudes de cristiano por 1500 años antes de que empezara el Protestantismo.
86. Fallas en las ideologías originales Protestantes han conducido, en reacción, a errores aún peores. Por ejemplo, la extrínseca justificación, ingeniada para asegurar la predominación de la gracia, llegó a prohibir cualquier señal exterior de su presencia (“fe contra obras”, "sola fide"). El Calvinismo, con su cruel dios, desilusionó al hombre hasta el grado de que se convirtieron en Unitarianos. Muchos fundadores de sectas de origen reciente empezaron como calvinistas (Testigos de Jehová, Ciencia Cristiana, etc.).
87. El evangelicalismo está inescrituralmente obsesionado (típicamente en la moda Norteamericana) con celebridades (tele evangelistas).
88. El evangelicalismo está obsesionado con la falsa idea de que grandes números en una congregación (o un rápido crecimiento) es señal de la presencia de Dios en una forma especial; como si fuera Su bendición excepcional. A ellos se les olvida que el Mormonismo también está creciendo a grandes pasos. Dios nos llama a la fidelidad más bien que al “éxito”; a la obediencia y no a estadísticas.
89. El evangelicalismo frecuentemente recalca el crecimiento de números más bien que el crecimiento individual de la fe.
90. El evangelicalismo, en el presente, está obsesionado con auto-suficiencia, auto-ayuda y, frecuentemente, con un patente egoísmo en lugar de la tradicional predicación sobre el sacrificio, sufrimiento y servicio Cristianos.
91. El evangelicalismo tiene una truncada e insuficiente visión del lugar que el sufrimiento tiene en la vida Cristiana. En vez de eso, están floreciendo movimientos como “salud y riqueza” y “pídelo y tómalo” dentro del Protestantismo pentecostal, lo cual tiene un panorama de posesiones que no están en armonía ni con la Biblia ni con la Tradición Cristiana.
92. El evangelicalismo ha adoptado una perspectiva mundana que es, en muchas formas, más capitalista que Cristiana. La riqueza y el logro personal se busca más que la santidad, y es considerado como prueba del favor de Dios, como con los Puritanos y el pensamiento secularizado que es puesto encima de las enseñanzas de la Biblia y el Cristianismo.
93. El evangelicalismo está cada vez más tolerando posturas izquierdistas extremas que no están de acuerdo con la visión Cristiana, especialmente en sus seminarios y escuelas.
94. El evangelicalismo está cada vez más tolerando heterodoxia y liberalismo teológicos hasta cierto grado que muchos líderes evangélicos se han alarmado y, esto, predice un decline de normas heterodoxias.
95. Grupos de “confesión positiva” en el evangelicalismo pentecostal han adoptado una idea de Dios como una “bolsa cósmica” que está a la disposición de los caprichos frívolos y deseos del momento. Esto niega laabsoluta soberanía y la libertad de Dios en no escuchar oraciones impropias (Stgo. 4:3; 1 Jn 5:14).
96. Las sectas arriba mencionadas con frecuencia enseñan que cualquiera, con suficiente “fe” puede ser sanado, pero esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia (como, por ejemplo, el “aguijón a mi carne “ de San Pablo”[1][1], que es considerado por muchos comentaristas Protestantes como una enfermedad).
97. El evangelicalismo, por sus propias auto-críticas, está terriblemente infectado por el pragmatismo, la falsa idea filosófica de que “cualquier cosa que funciona, es verdadera o correcta. El Evangelio, especialmente en la televisión, es vendido de la misma manera que son vendidas las hamburguesas de McDonalds; Rápido y en la comodidad de su hogar. La tecnología, la mercadotecnia masiva y habilidades de relaciones públicas han reemplazado grandemente el cuidado personal y pastoral para los marginados, los irreligiosos y los que están alejados de la Iglesia.
98. En el evangelicalismo el pecado es considerado, con mucha frecuencia, como un fallo psicológico o una carencia de auto-estima, en lugar de que se considere que verdaderamente es: una voluntaria rebelión contra Dios
99. El Protestantismo, en todos los elementos esenciales, simplemente toma “prestado” doctrinas de la Tradición Católica o, lo mismo, las distorsiona. Todas las doctrinas que tanto los Católicos como los Protestantes creen, son claramente de origen católico (Trinidad, Nacimiento Virginal, Resurrección, Segunda Venida, Canon de la Biblia, cielo, infierno, etc.) Aquéllas donde difiere el Protestantismo son usualmente distorsiones de los predecesores Católicos, por ejemplo, el Cuaquerismo es una variación del Pietismo católico. El Calvinismo es una obsesión con la doctrina Católica de la soberanía de Dios pero tomada más allá de lo que el Catolicismo ha enseñado (negación del libre albedrío, corrupción total, doble predestinación, etc.) Las dicotomías Protestantes, como fe contra las obras, provienen del nominalismo que era, a sí mismo, una forma corrupta del Escolasticismo que nunca fue dogmáticamente aprobado por la Iglesia Católica. Cualquier substancia o verdad que esté presente en cada idea Protestante es siempre derivada del Catolicismo, el cual es el cumplimiento de las más profundas y mejores aspiraciones dentro del Protestantismo.
100. Una de las bases fundamentales del Protestantismo es sola Scriptura- sólo la Escritura, que ni es bíblica (ver abajo), ni histórica (pues no existía antes del siglo 16), ni lógica.
101. La Biblia no contiene toda la enseñanza de Jesús, o del Cristianismo como muchos Protestantes creen (Mc 4:33; 6:34; Lc 24:15-16,25-27; Jn 16:12; 20:30; 21:25; Hchs 1:2-3).
102. Sola Scriptura es un abuso de la Biblia ya que es un uso de la Biblia que es contrario a su propio testimonio ya sea implícito o explícito y, también, es un abuso contra la Tradición. Una lectura objetiva de la Biblia conduce a uno a la Tradición y a la Iglesia Católica en vez de que sea lo opuesto. La Biblia, de hecho, es en sí misma una innegable Tradición Cristiana.
103. El NT al principio ni fue escrito ni fue recibido como la Biblia sino que sucedió gradualmente (los primeros Cristianos no pudieron haber creído en sola Scriptura como lo hace el Protestantismo, al menos que se refieran solamente al AT).
104. La tradición no es una mala sección en la Biblia. La palabra griega paradosis se refiere a algo que es transmitido de una persona a otra (sea bueno o malo). De la Tradición buena (Cristiana) se habla en 1 Cor 11:2; 2 Tes 2:15, 3:6, y en Col 2:8. En esta última se contrasta con las tradiciones de los hombres.
105. la Tradición Cristiana, de acuerdo a la Biblia, puede ser oral o escrita (2 Tes 2:15; 2 Tim 1:13-14; 2:2). San Pablo no hace distinción cualitativa entre las dos formas.
106. Las frases “Palabra de Dios” o “Palabra del Señor” en Hechos y las epístolas casi siempre se refieren a la predicación oral, no a la misma Biblia. Mucho de la Biblia fue originalmente oral (por Ej., toda la enseñanza de Cristo –pues El nada escribió- el sermón de San Pedro en el día de Pentecostés, etc.)
107. Contrario a muchas declaraciones Protestantes, Jesús no condenó todas las tradiciones, tampoco San Pablo lo hizo. Es en Mt 15:3,6; Mt 7:8-9,13, donde el Señor condena únicamente la tradición corrupta de los fariseos.
108. La palabra griega paradidomi, o “entregar” la Tradición Apostólica ocurre en Lc 1:1-2; Rom 6:17; 1 Cor 11:23; 15:3; 2 Pedro 2:21; Judas 3. Paralambano, o "recibir” la Tradición Cristiana ocurre en 1 Cor 15:1-2; Gal. 1:9,12; 1 Tes 2:13.
109. Los conceptos de “Tradición,” “Evangelio,” “Palabra de Dios,” “doctrina,” y “la Fe” son esencialmente sinónimos y todos son predominantemente orales. Por ejemplo en las epístolas a los Tesalonicenses San Pablo usas tres de estos conceptos intercambiablemente (2 Tes 2:15; 3:6; 1 Tes 2:9,13 (Cf. Gal 1:9; Hchs 8:14). Si Tradición es una mala palabra, ¡también lo es “evangelio” y “palabra de Dios”!
110. En 1 Tim 3:15, San Pablo coloca a la Iglesia sobre la Biblia como fundamento de la verdad tal y como se hace en el Catolicismo.
111. El “texto prueba” principal del Protestantismo para sola Scriptura, 2 Tim 3:16, fracasa ya que dice que la Biblia es útil, pero no suficiente, para aprendizaje o justificación. El Catolicismo está de acuerdo que la Biblia es admirable para estos propósitos, pero no en una forma exclusiva como en el Protestantismo. También, cuando San Pablo aquí habla de la “Escritura”, el NT todavía no existía (no existió por más de 300 años más) así que él sólo se estaba refiriendo al AT. Esto significaría que el NT no era necesario como única regla de fe, ¡si es que sola Scriptura es cierto y si fue supuestamente aludida en este versículo!
112. Siendo verdaderos los 11 factores de arriba, el Catolicismo mantiene que toda su Tradición es consistente con la Biblia, aún donde la Biblia es silenciosa o donde meramente es implícita en un tema. Para el Catolicismo cada doctrina no tiene que ser encontrada principalmente en la Biblia, pues esta es la postura Protestante de sola Scriptura. Por otro lado, la mayoría de los teólogos Católicos declaran que todas las doctrinas católicas pueden ser encontradas, de alguna forma, en la Biblia, ya sea en forma de semilla o por derivación.
113. Como han señalado eruditos evangélicos, una postura extrema de la doctrina de sola Scriptura puede convertirse en “bibliolatría” ; una adoración de la Biblia en lugar de a Dios quien es su Autor. Esta mentalidad es parecida a la visión Musulmana de la Revelación, donde ningún elemento para nada fue involucrado. La Sola Scriptura, correctamente entendida desde una perspectiva Protestante más sofisticada, significa que la Biblia es la autoridad final en el Cristianismo y no el registro de todo lo que Dios ha dicho y hecho como muchos evangélicos creen.
114. El Cristianismo es inevitable e intrínsicamente histórico. Todos los eventos de Jesús (Encarnación, Crucifixión, Resurrección, Ascensión, etc.) son históricos igualmente con la predicación de los Apóstoles- la Tradición, entonces, es inevitable contrariamente a las numerosas reclamaciones Protestantes que dicen que sola Scriptura aniquila a la Tradición. Esto es cierto para grandes asuntos (eclesiología, trinitariansimo, justificación) y pequeños asuntos (como los fondos eclesiásticos, tipo de música en la Liturgia, la duración de sermones, etc.) Cada negación de una tradición en particular incluye una desviación (ya sea oculta o abierta) hacia la propia tradición alternativa de uno (por ejemplo, si toda autoridad eclesial es despreciada, aún la autonomía o “tradición" individualista tiene que ser defendida, de alguna forma, como una perspectiva Cristiana).
115. Sola Scriptura, literalmente, no puede ser verdadera ya que, prácticamente hablando, para la mayoría de los Cristianos a través de la historia, no podían tener una copia de la Biblia pues la imprenta no existió sino hasta el siglo 15. La predicación y la Tradición oral, junto con otras cosas como prácticas devocionales, días de guardar, arquitectura y arte sagrado, fueron los principales transmisores del Evangelio por 1400 años. En todos estos siglos, sola Scriptura hubiera sido considerada como un absurdo abstracto e imposibilidad.
116. El Protestantismo dice que la Iglesia Católica ha “añadido a la Biblia.” La Iglesia Católica responde que ella solamente ha extraído las implicaciones de la Biblia (desarrollo de la doctrina), y que ha seguido el entendimiento de la Iglesia primitiva y dice que el Protestantismo ha “suprimido” largas porciones de la Biblia que sugieren posturas católicas. Cada lado piensa que el otro no es bíblico, pero en diferentes formas.
117. La Sola Scriptura es el “talón de Aquiles” del Protestantismo. Mientras existan múltiples interpretaciones, sola Scriptura no soluciona el problema de la autoridad y certidumbre. Si la Biblia fuera tan clara y explícita en el grado de que todos los Protestantes estuvieran de acuerdo por su lectura con una disposición de aceptar y seguir sus enseñanzas, esto sería una cosa, puesto que este no es el caso (la multiplicidad de denominaciones lo demuestra), sola Scriptura es solo un sueño. Sobre lo que los Protestantes están de acuerdo, es ¡que el Catolicismo es erróneo! De todas las doctrinas Protestantes, la “claridad” de la Biblia es seguramente la más absurda y demostrablemente falsa por el registro histórico.
118. Visto lo anterior de otra forma, tener una Biblia no hace que la interpretación de uno sea infalible. La interpretación es tan inevitable como la tradición. La Iglesia Católica, por tanto, es absolutamente necesaria para poder hablar autoritativamente y prevenir confusión, error y división.
119. El Catolicismo no considera a la Biblia como obscura, misteriosa e inaccesible sino que está vigilante para protegerla de toda exégesis arbitraria y aberrante (2 Pedro 1:20, 3:16). Las mejores tradiciones Protestantes buscan lo mismo, pero son inadecuadas e ineficientes ya que se encuentran fragmentados entre sí.
120. El Protestantismo tiene un gran problema con el Canon del NT. El proceso para determinar los libros exactos que constituyen el NT duró hasta el año 397 de nuestra era, cuando el Concilio de Cartago pronunció infaliblemente que la Biblia no se “autentifica en sí misma”, como cree el Protestantismo. Algunos Cristianos sinceros, devotos y con estudios dudaron la canonicidad de algunos libros que hoy tenemos en la Biblia. otras personas consideraban otros libros como Escritura pero no fueron incluidos en el Canos. San Atanasio, en el año 367, fue el primero en enumerar todos los 27 libros del NT como Escritura.
121. El Concilio de Cartago, al decidir el Canon de toda la Biblia en el año 397, incluyó los llamados libros “apócrifos” que los Protestantes sacaron de la Biblia. Antes del siglo 16 los Cristianos consideraban esos libros como Escritura y ni siquiera estaban separados de los otros libros, como hoy lo están en algunas Biblias Protestantes que los incluyen. El Protestantismo acepta la autoridad de este Concilio para el NT pero no la acepta para el AT. Es la misma forma que arbitraria o selectivamente acepta o niega otros decretos conciliares.
122. Contrario al mito Protestante y anticatólico, la Iglesia Católica siempre ha tenido a la Biblia en alta estima, y nada ha suprimido de ella (protestó contra algunas traducciones Protestantes, pero los Protestantes en ocasiones han hecho lo mismo con versiones Católicas). Esto es probado por el laborioso cuidado de monjes que protegían y copiaban los manuscritos, y, también, por las constantes versiones traducidas en lenguas vernáculas (en oposición a las falsedades de solo Biblias en latín) entre otras evidencias indisputables e históricas. La Biblia es un Libro Católico, y no importa qué tanto los Protestantes la estudien y la proclamen peculiarmente como de ellos, ellos tienen que reconocer que es a la Iglesia Católica que deberían de agradecer por haber decidido el Canon y por haber preservado intacta la Biblia por 1400 años. ¿Cómo puede estar la Iglesia Católica “contra la Biblia”, como dicen muchos anticatólicos, y al mismo tiempo preservándola y honrándola por tantos años? El solo pensamiento es absurdo así como que se refuta a sí mismo. Si el Catolicismo en realidad es tan malvado, como los anticatólicos quieren que creamos, el Protestantismo debería de formar su propia biblia en lugar de usar la que la Iglesia Católica ha entregado.
123. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo niega el Sacrificio de la Misa, (Gen 14:18; Salmo 110:4; Is 66:18,21; Mal 1:11; Heb 7:24-5; 13:10; Ap 5:1-10/cf. 8:3; 13:8). El Catolicismo, se tiene que recalcar, no cree que Jesús es sacrificado nuevamente en cada Misa; más bien, cada Misa es una representación del único Sacrificio en el Calvario, que trasciende al tiempo y al espacio como en Ap 13:8.
124. El Protestantismo no cree en el desarrollo de la doctrina, lo cual es contrario a la Tradición Cristiana y en muchas implícitas indicaciones en la Biblia. Siempre que la Biblia se refiere al conocimiento que aumenta y a la madurez de individuos cristianos, una idea semejante al desarrollo está allí presente. Aún más, muchas doctrinas se desarrollan n la Biblia ante nuestros propios ojos (“revelación progresiva”). Algunos ejemplos son la vida futura, la Trinidad, la aceptación de los gentiles, etc. Doctrinas que el Protestantismo acepta completamente del Catolicismo, como la Trinidad y el Canon de la Biblia, se desarrollaron en el transcurso de la historia de los primeros tres siglos del Cristianismo. Es ingenuo tratar de negar esto. La Iglesia es el “Cuerpo” de Cristo, es un organismo vivo que crece y se desarrolla como todo cuerpo con vida. La Iglesia no es una estatua que de vez en cuando tiene que limpiarse como muchos Protestantes parece que así piensan.
125. El Protestantismo separa justificación de la santificación, lo que es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia ( Mt 5:20; 7:20-24; Rom 2:7-13; 1 Cor 6:11; 1 Pedro 1:2).
126. El Protestantismo opone la fe contra las obras (sola fide), pero este es un rechazo de la Tradición Cristiana y la explícita enseñanza de la Biblia (Mt 25:31-46; Lc 18:18-25; Jn 6:27-9; Gal 5:6; Ef 2:8-10; Fil 2:12-13; 3:10-14; 1 Tes 1:3; 2 Tes 1:11; Heb 5:9; Stgo 1:21-7; 2:14-16). Estos textos también indican que la salvación es un proceso y no, como en el Protestantismo, una evento instantáneo.
127. El Protestantismo rechaza la Tradición Cristiana y enseñanza bíblica del mérito, o recompensa, de nuestras buena obras llevadas a cabo por la fe (Mt 16:27; Rom 2:6; 1 Cor 3:8-9; 1 Pedro 1:17; Ap 22:12).
128. La doctrina Protestante de la justificación extrínseca, atribuida o exterior contradice a la Tradición Cristiana y a la doctrina bíblica de la justificación infusa, actual, interior y transformadora (que incluye santificación): Salmo 51:2-10; 103:12; Jn 1:29; Rom 5:19; 2 Cor 5:17; Heb 1:3; 1 Jn 1:7-9.
129. Muchos Protestantes (especialmente Presbiterianos, Calvinistas y Bautistas) Creen en la seguridad de salvación, o perseverancia de los santos (la creencia de que uno no puede perder su “salvación,” supuestamente obtenida en un tiempo determinado). Esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia: 1 Cor 9:27; Gal 4:9; 5:1,4; Col 1:22-3; 1 Tim 1:19-20; 4:1; 5:15; Heb 3:12-14; 6:4-6; 10:26,29,39; 12:14-15; 2 Pedro 2:15,20-21; Ap 2:4-5.
130. Contrario al mito Protestante y anticatólico, la Iglesia Católica no enseña que uno se salva por las obras aparte de la gracia precedente, sino que enseña que las obras son inseparables como en Santiago capítulos 1 y 2. Esta herejía de la cual la Iglesia Católica es frecuentemente acusada fue condenada en el Segundo Concilio de Orange en el año 529 d.C. la herejía es conocida como pelagianismo que enseña que el hombre puede salvarse a sí mismo por medio de sus esfuerzos naturales sin la necesaria gracia sobrenatural de Dios. Una doctrina más moderada es el semipelagianismo que también fue condenado. Continuar en acusar a la Iglesia Católica de esta herejía es una señal de imparcialidad y una manifiesta ignorancia de teología, así como ignorancia de la clara enseñanza del Concilio de Trento (1545-63) que está al alcance de todos para ser estudiada. Sin embargo, el mito aún sigue extrañamente persistiendo.
131. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, El Protestantismo casi ha eliminado la práctica de la confesión a un sacerdote (o al menos a un ministro o pastor) – ver Mt 16:19; 18:18; Jn 20:23.
132. el Protestantismo no cree en la penitencia, o castigo temporal para el pecado ya perdonado, y esto es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, (ver, por ejemplo, Num 14:19-23; 2 Sam 12:13-14; 1 Cor 11:27-32; Heb 12:6-8).
133. El Protestantismo tiene un concepto muy limitado de la mortificación de la carne, o de sufrir con Cristo: Mt 10:38; 16:24: Rom 8:13,17; 1 Cor 12:24-6; Fil 3:10; 1 Pedro 4:1,13.
134. De la misma manera, el Protestantismo ha perdido la doctrina del sufrimiento redentor de los cristianos con Cristo para el bien de todos: Ex 32:30-32; Num 16:43-8; 25:6-13; 2 Cor 4:10; Col 1:24; 2 Tim 4:6.
135. El Protestantismo ha rechazado la doctrina del purgatorio como consecuencia de su falsa perspectiva de la justificación y penitencia, y esto lo hace a pesar de la mucha evidencia que se encuentra en la Escritura: Is 4:4; 6:5-7; Miq 7:8-9; Mal 3:1-4; 2 Macabeos 12:39-45; Mt 5:25-6; 12:32; Lc 16:19-31 (Cf. Ef 4:8-10; 1 Pedro 3:19-20); 1 Cor 3:11-15; 2 Cor 5:10; Ap 21:27.
136. El Protestantismo ha rechazado (principalmente a causa de malos entendidos) la doctrina Católica de las indulgencias, que es, simplemente, la remisión que la Iglesia ofrece (apoyada en Mt 16:19; 18:18, and Jn 20:23) por las penas temporales del pecado (penitencia). Esto no es diferente de lo que San Pablo hizo referente a un hermano que había errado en la Iglesia de Corintio. San Pablo primero impuso una penitencia sobre él (1 Cor 5:3-5), después remitió parte de esa penitencia (una indulgencia) en 2 Cor 2:6-11. Sólo porque ciertos abusos ocurrieron antes de la Rebelión Protestante (admitidos y corregidos por la Iglesia Católica) no es motivo para deshacerse de una doctrina que es bíblica. Pero es típico del Protestantismo en “quemar la casa en lugar de limpiarla”; de “tirar al niño junto con el agua que lo bañó.”
137. En oposición a la Tradición Cristiana y a la Biblia, el Protestantismo niega oraciones por los difuntos (ver Tobías 12:12; 2 Macabeos 12:39-45; 1 Cor 15:29; 2 Tim 1:16-18; estos son versículos que también tienen que ver con el purgatorio ya que esas oraciones son para los santos que allí están).
138. El Protestantismo, sin base bíblica, rechaza la intercesión que por nosotros hacen los santos que están en el cielo y la correspondiente invocación de los santos por sus efectivas oraciones (Stgo 5:16). La Tradición Cristiana y la Biblia, por otro lado, han mantenido esta práctica: los santos en el cielo están conscientes de asuntos aquí en la tierra (Mt 22:30 y compare con Lc 15:10 y 1 Cor 15:29; Heb 12:1), se aparecen en la tierra e interactúan con el hombre (1 Sam 28:12-15; Mt 17:1-3, 27:50-53; Ap 11:3), y, por tanto, pueden interceder por nosotros y nosotros podemos pedirles sus oraciones de la misma manera que hacemos con los cristianos aquí en la tierra (2 Macabeos 15:14; Ap 5:8; 6:9-10).
139. Algunos Protestantes, a pesar de la Tradición Cristiana y de la Biblia, no creen en Ángeles Guardianes (Salmo 34:7; 91:11; Mt 18:10; Hchs 12:15; Heb 1:14).
140. Contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia, muchos Protestantes niegan que los ángeles pueden interceder por nosotros (Ap 1:4; 5:8; 8:3-4).
141. A pesar de la desarrollada Tradición Cristiana e indicaciones en la Biblia, el Protestantismo rechaza la Inmaculada Concepción de María, vea Gen 3:15; Lc 1:28 ( las palabras "llena de gracia” son interpretadas por los Católicos, en bases linguísticas, como “sin pecado”; el Arca de la Alianza es vista como una prefiguración, o tipo, de María (ver Lc 1:35 y comparar con Ex 40:34-8; Lc 1:44 w/ 2 Sam 6:14-16; Lc 1:43 comparar con 2 Sam 6:9: la presencia de Dios requiere una extraordinaria santidad).
142. A pesar de la desarrollada Tradición Cristiana e indicaciones en la Biblia, el Protestantismo rechaza la Asunción de María: Si María, en efecto, estaba sin pecado, ella no tendría que pasar por la putrefacción de la muerte (Salmo 16:10; Gen 3:19). Eventos semejantes en la Biblia no hacen ni improbable o “antibíblica” a la Asunción (como, por ejemplo, con Enoc: ver Gen 5:24, comparar con Heb 11:5; con Elias: 2 Re 2:11; con Pablo: 2 Cor 12:2-4; comparar con la doctrina Protestante del “Rapto”, 1 Tes 4:15-17 y los santos resucitados: Mt 27:52-3).
143. Muchos (¿casi todos?) Protestantes niegan la virginidad perpetua de María a pesar de la Tradición Cristiana (incluyendo la unánime aceptación de los fundadores Protestantes como Lutero, Calvino, Zwinglio, etc. Algunas evidencias bíblicas apoyan esta doctrina y algunos Protestantes la aceptan, pero esto es muy profundo para aquí tratar en forma breve.
144. El Protestantismo niega la Maternidad Espiritual de María para los cristianos, lo cual es contrario a la Tradición Cristiana y a la Biblia (Jn 19:26-7: "he ahí tu madre"; en Ap 12:1,5,17 los cristianos son descritos com la “semilla” de ella). Los Católicos creen que María está incomparablemente más viva que nosotros y, por tanto, las oraciones de ella por nosotros son muy efectivas (Stgo 5:16; Ap 5:8; 6:9-10). Pero, en nuestra condición de creaturas creadas por el Creador, María es nuestra hermana. Ella nunca opera aparte de las gracias necesarias de parte de su Hijo, y ella nunca se glorifica a sí misma sino a su Hijo tal y como lo recalca la teología Católica.
145. El Protestantismo rechaza el papado, a pesar de la profunda Tradición Cristiana y la fuerte evidencia que la Biblia presenta sobre la preeminencia de Pedro y la comisión de Jesús como la Roca de su Iglesia. Nadie niega que Pedro fue, de alguna manera, un líder entre los Apóstoles. El papado, tal y como lo conocemos, es derivado de esta primacía: los siguientes textos, Mt 16:18-19; Lc 22:31-2; Jn 21:15-17 son los textos “papales” más directo. El nombre de Pedro aparece al principio en todas las listas de los apóstoles, aún un ángel implica que él es el líder de los Apóstoles (Mc 16:7), y él es aceptado como tal (Hchs 2:37-8,41). Pedro obra el primer milagro del tiempo de la Iglesia (Hchs 3:6-8), pronuncia la primer anatema (Hchs 5:2-11), resucita muertos (Hchs 9:40), es el primero en recibir a los gentiles (Hchs 10:9-48), y su nombre es mencionado más que a ninguno de los otros discípulos puestos por junto (191 veces). En la Biblia mucha evidencia semejante puede ser encontrada.
146. Desde el principio, la Iglesia de Roma y los Papas fueron cruciales par el gobierno y dirección teológica y ortodoxia de la Iglesia Cristiana. Esto es innegable. Todos los grupos históricos hoy considerados como heréticos tanto por Protestantes como por Católicos fueron originalmente juzgados como tales por Papas y/o Concilios Ecuménicos presididos y ratificados por los Papas.
147. En su desesperación por complementar algún tipo e continuidad histórica aparte de la Iglesia Católica, el Protestantismo en ocasiones se esfuerza en reclamar una línea de las sectas medievales como los Valdenses, Cataros y Albigenses (y algunas veces a grupos anteriores como los Montanistas o Donatistas). Sin embargo, este esfuerzo está condenado a fallar cuando uno estudia profundamente lo que esas sectas creían. Ellos mantenían mucha enseñanza Católica, anatema para los protestantes, o mantenían ideas heréticas antitéticas a todo el Cristianismo (Católico, Protestante u Ortodoxo), o ambos, haciendo de esta teoría Protestante bien dudosa.
148. La Iglesia Católica tiene la más sofisticada y cuidadosa filosofía socio-económica y política Cristiana; una mixtura de elementos “progresivos” y “conservativos distintos de la común retórica política y maquiavelica que típicamenge dominan el campo político. El Catolicismo tiene la mejor visión de la Iglesia con relación al Estado así como con la cultura.
149. El Catolicismo tiene la mejor filosofía Cristiana y perspectiva del mundo, formada a través de siglos de reflexión y experiencia. Así como su reflexión y desarrollo teológico, la Iglesia Católica es inefablemente sabia y profunda y, hasta cierto grado, verdaderamente maravillosa e indicativa del seguro sello divino. Justo antes de que me convirtiera al Catolicismo, solía maravillarme en cómo la Iglesia Católica podía ser tan correcta en muchas cosas. Yo estaba acostumbrado a pensar, como buen evangélico, que la verdad siempre es una mezcla (por mí seleccionada) de ideas que proceden de muchas denominaciones Protestantes así como del Catolicismo y la Ortodoxia pero, que al mismo tiempo, ninguna tenía la verdad completa. Pero, ¡sorpresa! La Iglesia Católica, después de todo, tiene esa Verdad completa.
150. Por último, pero no al último, el Catolicismo tiene la mas sublime espiritualidad y vigor devocional manifestado en miles de formas diferentes; desde el ideal monástico, al heroico celibato del clero y de religiosos y religiosas; los hospitales Católicos, la nítida santidad de un Tomás a Kempis o un San Ignacio con sus grandes libros devocionales; infinidad de santos –tanto canonizados como desconocidos; una Madre Teresa, un Juan Pablo II o un Papa Juan XXIII; los primeros mártires, un San Francisco de Asís; os eventos en Lourdes y Fátima; el vivo intelecto y sabiduría delArzobispo Fulton Sheen, San Juan de la Cruz; el santo valor de un Chesterton o un Muggeridge; ancianas y ancianos, jóvenes, adultos haciendo el Vía crucis o rezando el Rosario, atendiendo la Hora Santa, y...- la lista puede seguir y seguir. Este ánimo devocional es inimitable en su alcance y profundidad a pesar de muy buenas contrapartes en la espiritualidad Protestante y Ortodoxa.

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