El aire de Jerusalén, y el de toda Judea, estaba
encendido de esperanza. Herodes envejecía en su palacio de Jericó.
Las almas se agitaban inquietas, y en todas partes se
esperaba el cumplimiento de las profecías. De repente, en el
templo resuena la voz de un ángel. El sacerdote Zacarías,
de la familia de Abías, vivía en Ain-Karem, cerca de
Hebrón, en las montañas de Judea, con su esposa Isabel,
los dos ya mayores, que han pasado la vida soñando
un hijo. Pero Isabel era estéril y ya infértil. Zacarías,
sacerdote, oficiaba en el templo. Cuando iba a quemar el
incienso ante el altar, resplandeciente de oro y de lámparas
ardientes, esperaba con el incienso en las manos, a que
sonara la trompeta. Cuando sonó, vació el incienso de la
caja de oro y le sorprendió una aparición misteriosa.
SOBRESALTO
DE ZACARIAS
Los fieles expectantes le vieron con el rostro desencajado.
Había oído al ángel: "No temas, Zacarías, que tu oración
ha sido escuchada; tu mujer, Isabel, te dará un hijo,
y le pondrás por nombre Juan. Será grande a los
ojos del Señor, y se llenará de Espíritu Santo ya
en el seno de su madre". Era una noticia demasiado
grande y demasiado hermosa y venturosa: "¿Cómo conoceré esto?". El
ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, uno de los espíritus
que asisten delante de Dios. Pues, mira, te vas a
quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en
que todo esto se cumpla” (Lc 1,13). Y Zacarías quedó
mudo por su falta de fe: "por no haber creído
estas palabras, que se cumplirán a su tiempo". El no
creer no impide que se cumpla el mensaje, pero el
que no cree, se queda sin el gozo de la
promesa creída y esperada.
EN EL SENO DE SUS MADRES
LOS NIÑOS SON PERSONAS
Dos Niños no nacidos, que ríen, cantan,
santifican y son santificados en el seno de sus madres.
El niño saltó de alegría y de gozo cuando sintió
la presencia del Salvador en el seno de María. El
júbilo del niño inspiró a Guido d`Arezzo a dar el
nombre de las notas musicales según la primera sílaba de
los siete versos de la primera estrofa del himno compuesto
por él para la fiesta de San Juan: “Ut (cambiado
por Do) queant laxis – Resonare fibris - Mira gestorum
- Famuli tuorum - Solve polluti - Labii reatum, -
Sancte Joannes”. “Para que tus maravillosas obras puedan ser cantadas
– por los labios manchados – limpia sus manchas –
San Juan”. ¡Horror!, que la alegría de Juan dando brincos
en el seno de su madre ante la presencia de
otro Niño seis meses más pequeño, se convierta en dolor,
lágrimas y cánticos fúnebres en millones de niños muertos en
el seno materno, hoy mismo!
NACIMIENTO DE JUAN
Isabel dio a
luz a un niño, que fue circuncidado con el nombre
de Juan, que significa "Yahvé se ha compadecido". Zacarías volvió
a hablar, y “bendijo al Señor Dios de Israel, porque
ha visitado y redimido a su pueblo con una fuerza
de salvación, como lo habían anunciado los profetas; por la
entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el sol que
nace de lo alto”. Los vecinos y parientes desbordaban de
alegría, porque el Señor había manifestado su misericordia, y en
las montañas de Judea, resonaba el interrogante: "¿Qué va a
ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con
él". Palabras que eran el eco del Salmo 138, “Pones
tu mano sobre mí. Tú has formado mis entrañas, me
has tejido en el seno materno. ¡Te doy gracias por
tamaño prodigio y me maravillo con tus maravillas!”. Y las
de Isaías: “Estaba yo en el vientre y el Señor
me llamó en las entrañas de mi madre, y pronunció
mi nombre. Hizo de mí una espada afilada, me escondió
en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida,
me guardó en su aljaba”. Desvanecidos los rumores, ya no
se volvió a hablar del sacerdote de Ain-Karem, ni de
Isabel, ni del niño. Cuando se desató la persecución de
Herodes contra los niños menores de dos años, el pequeño
tenía un año y medio. Dice una tradición, que Isabel
huyó a las montañas más escondidas donde vivió cuarenta días
en una cueva, y Zacarías fue asesinado por no querer
descubrir el sitio a los sicarios de Herodes.
LA VOCACION
Y LOS MODOS DIFERENTES DE CUMPLIRLA
"El niño iba creciendo y
su carácter se afianzaba; vivió el desierto hasta que se
presentó a Israel". Se preparó para cumplir su misión. Nosotros
tantas veces comenzamos nuestra misión profética sin haber crecido… Un
director espiritual de seminario mostraba su extrañeza por lo pronto
que se desinflaban los nuevos sacerdotes recién ordenados. No advertía
que se cosecha lo que se siembra. Ambiente competitivo de
estudio, ansia de salir cuanto antes al mundo sin la
preparación adecuada. Prisa por la exigencia de cubrir los puestos
canónicos. En resumen, soldados sin instrucción, no digo teórica, sino
de transformación personal. Escaso adiestramiento en las virtudes de humildad
profunda, de caridad verdadera, de castidad luminosa y sin represión,
de desprendimiento de la vanidad, y todo lo que se
supone y que no se tiene, no presagian otra cosa
que lo que ocurre que, por decirlo con brevedad, no
es sino enviar a ejercer la cirugía a internos que
nunca practicaron. Urge la preparación personal sin prisas si se
busca el progreso del evangelio.
NO SE PUEDE EVANGELIZAR SIN
ESTAR EVANGELIZADO
Ni sacerdotes ni laicos podemos salir a evangelizar con
nuestro espíritu a medio cocer, y quiera Dios que a
ello llegue nuestro estado y no nos encontremos en grados
inferiores. Porque podemos hacer ruido pero no dar al Señor.
Y encima, perder el mérito junto con el fruto. Ya
recibieron su paga. Cataloga San Juan de la Cruz los
defectos de los principiantes. Los novicios parecen santos... y no
lo son… Los padres jóvenes, ni lo parecen ni lo
son (dice un refrán citado por el teólogo Garrigou Lagrange).
Y añade San Juan de la Cruz: Tienen soberbia oculta:
El demonio les aumenta el deseo de hacer cosas porque
sabe que no les sirven de nada, sino que se
convierten en vicio. Tienen satisfacción de sus obras y de
si mismos. Hablan cosas espirituales delante de otros. Las enseñan
y no las aprenden. Cuando les enseñan algo se hacen
los enterados. Condenan en su corazón cuando no ven a
los otros devotos como ellos querrían y lo dicen como
el fariseo, despreciando al publicano. Quisieran ser ellos solos tenidos
por buenos. Y condenan y murmuran mirando la paja en
el ojo ajeno sin ver la viga en el suyo.
Cuando sus confesores y superiores no les aprueban el espíritu
dicen que no son comprendidos. Buscan quien les apruebe porque
desean alabanza y estima. Huyen como de la muerte de
los que les deshace sus planes para ponerlos en camino
más seguro, y les toman manía.
Por su presunción: hacen
muchas promesas y cumplen pocas. Desean que los demás comprendan
su espíritu y para esto hacen muestras de movimientos, gestos,
suspiros y otras ceremonias. Se complacen en que se enteren
de esto y tienen verdadera codicia de que se sepa.
Llenos de envidias e inquietudes. Disimulan sus pecados en el
confesionario. Tienen en poco sus faltas. Se entristecen por ellos,
pensando que ya habían de ser santos. Se enfadan consigo
mismos con impaciencia, con deseos de que Dios les quite
sus pecados no por Dios, sino para estar tranquilos. Con
lo que se harían más soberbios y presuntuosos. Son enemigos
de alabar a los demás, y muy amigos de que
los alaben a ellos, buscando óleo por defuera...
LOS QUE
VAN EN PERFECCION
En cambio los que van en perfección. Tienen
sus cosas en nada. No están satisfechos de sí mismos.
Tienen a todos por mejores y los cobran santa emulación.
Preocupados de amar a Dios no miran si los otros
hacen o no hacen. Ven a todos mejores que ellos.
Como se tienen en poco también quieren que los demás
los tengan en poco y que los deshagan y desestimen
sus cosas. Y si los alaban no lo ven merecido.
Desean que se les enseñe. Prontos a caminar por otro
camino si se le mandan. Se alegran de que alaben
a los otros. No tienen ganas de decir sus cosas.
En cambio tienen gana de decir sus faltas y pecados
y no sus virtudes y así se inclinan mas a
tratar su alma con quien en menos tiene sus cosas
y su espíritu. Nosotros vemos y comprobamos la eficacia de
un potente motor de coche, de un ordenador, o cualquier
otro aparato mecánico, aunque no conozcamos su mecanismo; el poder
de un discurso pronunciado por una inteligencia penetrante; la persuasión
de una persona elocuente; la pintura de una figura creada
por un artista total, Rafael, Boticelli, Giotto, El Greco, Velázquez,
Zurbarán…; la maravilla permanente de Wagner, Beethoven…; pero carecemos de
antena para detectar el misterio de la gracia y de
la operación de Dios a través de un hombre santo.
No lo distinguimos. Es misterioso, pero existe. Y de él
depende la extensión mayor o menor del Reino de Dios.
Extensión que no es algo abstracto sino muy concreto y
apreciable en nuestra acción o en nuestro silencio: una palabra
ungida que pega fortaleza; un párrafo leído que hace pensar
y decidir; una actitud silenciosa que pacifica. El reino va
creciendo así como la semilla enterrada, como el grano que
se pudre en el surco y germina lentamente pero inevitablemente;
como el rocío que vivifica y alegra el despertar de
la mañana. ¡Qué hermosura de misión la que nos ha
encargado Jesús y fecunda con su Espíritu Santo!
JUAN SE
PREPARA Y EVANGELIZA
Según las investigaciones modernas, Juan vivió con
los esenios, una secta del desierto de Judá, que ya
practicaban el bautismo con agua, por eso Juan lo administró
como símbolo de la purificación del espíritu. Empezó a resonar
la voz en el desierto, en el valle de Jericó
junto al Jordán. Alto, maduro, quemado el cuerpo por el
sol del desierto, abrasada el alma por el deseo del
Reino, relampagueantes sus ojos penetrantes, flotando al aire sus cabellos
hirsutos, cubriendo el rostro su espesa barba.
Gritaba palabras encendidas,
llenas de esperanzas y de anatemas, de consuelos y de
terrores. Su ademán avasallador impresionante, su austeridad evidente, y su
mirada taladrante ejercían una fuerza magnética. Ante aquella voz, Israel
se conmueve, renace una aurora de salvación, se aviva la
fe en El Señor Salvador, y las gentes llegan a
escuchar sus palabras. Y comienza a cumplir su misión de
precursor. Anuncia el cumplimiento de las profecías y predice la
próxima venida de Cristo. Es un formidable predicador. Los israelitas
piadosos empiezan a ver en él esperanza, y los doctores
del Templo discuten acerca de sus anuncios misteriosos. Aturdidos por
aquella palabra de fuego, sus oyentes le preguntaban: "¿Qué debemos
hacer para salvarnos?". "Que el que tiene dos túnicas dé
una a quien anda desnudo, y que el que tiene
pan lo reparta con el que tiene hambre” Lc 3,10.
Bill Gates, con su 10 billones de fortuna, quedaría impresionado
al lado de los niños hambrientos y moribundos, devorados por
las moscas y por las cucarachas en el tercer mundo,
y en los suburbios del cuarto. Y con él, todos
los magnates del mundo, epulones despiadados, empeñados en catalogarse entre
los más ricos del cementerio, que se adjudican la parte
leonina de la tarta, aunque Lázaro se muera esperando las
migajas de sus despilfarros.
PREDICA CON AUTORIDAD
Con los fariseos, llegan
los publicanos, los soldados y las prostitutas: "No exijáis más
de lo justo". "No sigáis las concupiscencias de la carne".
"No calumniéis; contentaos con vuestra paga". Un día aparece entre
la multitud un joven que llega de las montañas de
Galilea. Juan le mira y se turba: es El. El
Salvador presentido y anunciado, el Esposo que iluminaba su alma
en el desierto; el beldador que lanza al viento el
trigo y la paja, para congregar la mies escogida; el
amigo deseado, en quien pensaba cuando decía al pueblo: "Yo
os bautizo en agua, pero en medio de vosotros hay
uno más poderoso que yo; El os bautizará en Espíritu
Santo y fuego". Juan ha presentido su venida. Es pariente
suyo, pero no le conoce; no le conoce, pero en
el fondo de su ser ha oído una voz: “Aquél
sobre cuya cabeza vieras descender al Espíritu Santo, es el
Deseado de las naciones.” Y al ver ahora cómo se
acerca en la cola de los pecadores a la orilla,
se siente humillado, y sobrecogido de admiración le dice con
ternura transfigurada, con el corazón estremecido de amor -: "Soy
yo quien debe ser bautizado por ti". El Galileo insiste;
inclina su cabeza, porque hay que cumplir toda justicia; el
agua resbala sobre el cuerpo virginal de Cristo, la mano
del Bautista toca su frente, se abre el cielo, baja
el Espíritu y resuena la voz del Padre: "Este es
mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias". Al
arrodillarse delante de Juan, Jesús le califica: "Entre los nacidos
de mujer, no ha nacido otro más grande que Juan
el Bautista".
NECESARIO PARA LA SOCIEDAD ACTUAL PAGANIZADA
Todo cristiano tiene obligación
de dar testimonio de su fe y de difundirla por
todo el mundo por exigencia del bautismo que nos incorpora
a Cristo resucitado. Deber que comporta una alegría profunda por
participar en el proyecto de Dios en la historia. La
Iglesia lo ha recordado en el Decreto del Vaticano II
“Apostolicam actuositatem”, en la Exhortación Apostólica de Juan Pablo II
“Christifideles laici”, en el documento de la Conferencia Episcopal Española
“Los cristianos laicos. Iglesia en el mundo” y la Carta
apostólica de Juan Pablo II “Novo millennio Ineunte.
La difusión del
mensaje cristiano se enfrenta a la oposición de un ambiente
indiferente y hostil. Aunque las raíces de la Modernidad son
cristianas, la evolución de la cultura contemporánea se ha alejado
de los principios cristianos. Hay en España un intento de
“descristianización” de la sociedad, que se percibe en algunas actitudes
del actual Gobierno hacia la Iglesia Católica y en una
legislación que pretende oponerse a las creencias morales vigentes en
nuestra sociedad y que arrollan principios jurídicos básicos de nuestra
tradición legal, en materia de matrimonio, familia o respeto a
la vida. Los católicos españoles se sienten agredidos por el
Gobierno en sus convicciones más íntimas y profundas.
La presencia
de la religión entre los jóvenes, es decreciente y alarmante.
Buscan deliberadamente la exclusión del sentido religioso y de la
presencia de Dios en la vida pública. Lo religioso debe
quedar para la vida privada, y la manifestación de fe
se considera facha, ignorancia, o dogmatismo. Hay que retroceder hasta
la cultura paleocristiana en el ambiente pagano para encontrar una
situación semejante en la historia europea. La verdad se caricaturiza
y falsea. Se pretende imponer unos valores falsos. Y con
el señuelo de la autenticidad, la autonomía personal y la
libertad, se niega la objetividad de la verdad y del
bien. Se impone el individualismo egoísta, el materialismo, el relativismo
moral, el cientificismo y el utilitarismo. Se destruyen los fundamentos
de la justicia, la libertad, la dignidad, la fraternidad y
la solidaridad, y se lamento la pérdida de los valores
cuyos pilares se quebrantan.
Sólo queda la satisfacción de las
inclinaciones subjetivas y pasajeras. La idea de una moral personal,
más allá de las convicciones mayoritarias o dominantes, o la
de la existencia de deberes del hombre para consigo mismo,
resulta casi ininteligible o es recibida con sonrisas desdeñosas. Es
una cultura ajena al cristianismo y a toda forma de
espiritualidad y aún de verdadera cultura superior. El hecho cristiano
apenas ocupa lugar en la realidad política y cultural, tanto
en la mayoría de los medios de comunicación, como en
su influencia en la legislación y en las instituciones. Entre
la fe cristiana y la cultura dominante hay un abismo.
El reto para los cristianos consiste en la evangelización del
ambiente social y en contribuir a propagar no sólo la
moral sino una forma religiosa de vida. Pero hay que
ser consciente de que no puede convertir a los demás
quien no se ha convertido en su raíz personal, cumpliendo
la esencia del ser cristiano que es aceptar la verdad,
que es Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y
la vida”. Cristo no anunció un mero mensaje moral ni
menos un programa de reforma política y social, sino un
mensaje de salvación, de Vida Eterna, por el cumplimiento del
mandato del amor. La fe en Cristo y su mensaje
de salvación entraña una nueva cultura y una nueva forma
de vida.
Juan Pablo II describió las consecuencias culturales y
sociales del rechazo de la Encarnación: “Cuando se excluye o
se niega a Cristo se reduce nuestra visión del sentido
de la existencia humana, la esperanza da paso a la
desesperación y la alegría a la depresión... Se produce también
una profunda desconfianza en la razón y en la capacidad
humana de captar la verdad, e incluso se pone en
tela de juicio el concepto mismo de verdad... Ya no
se aprecia ni se ama la vida; por eso avanza
una cierta cultura de la muerte con sus amargos frutos,
el aborto y la eutanasia. No se valora ni se
ama correctamente el cuerpo y la sexualidad humana; ni siquiera
se valora la creación misma, y el fantasma del egoísmo
destructor se percibe en el abuso y en la explotación
del medio ambiente” (Juan Pablo II Mensaje al Capítulo General
de la Orden de Predicadores. Julio 2001). El problema consiste
en cómo comunicar la fe en Dios en un mundo
que se aleja de Dios.
LA EJEMPLARIDAD
No hay otra forma de
enseñar una forma de vida que por el ejemplo. La
educación, y la evangelización es una forma de educación, no
es posible sin la ejemplaridad. No puede extrañar que se
produzcan erosiones en la difusión del mensaje evangélico como consecuencia
de la falta de coherencia y ejemplaridad de quienes lo
difunden y enseñan. Una cosa es la verdad de la
fe y otra la coherencia de las personas. No es
posible la evangelización sin la coherencia entre fe y vida
de quienes la emprenden. Los cristianos tenemos una seria responsabilidad
en este proceso de alejamiento de Dios.
JUAN BAUTISTA ES
EL LAZO CON EL NUEVO TESTAMENTO
Juan Bautista, Profeta al estilo
de los del Antiguo Testamento, lazo de unión entre el
Antiguo y el Nuevo, con el espíritu de Elías y
la palabra de fuego de Pablo. Con el mismo valor
que el uno y el otro será mártir de su
deber y pregonero del reino; y rodará su cabeza, y
su cuerpo disminuirá, para que Aquél a quien ha bautizado,
crezca al ser elevado en la cruz, y morirá sin
haber visto el triunfo del reino que anuncia: "A El
le toca crecer; a mí menguar".
Después de su primer
encuentro con Jesús, le vio otra vez caminando por la
orilla del Jordán. Su cuerpo se estremeció con un amor
apasionado, sus ojos se llenaron de compasión y de ternura,
y dijo a sus discípulos: "Este es el Cordero de
Dios, que quita los pecados del mundo". Discierne bien, él
valeroso, pero apasionado, Jesús Cordero lleno de mansedumbre. Dos hermanas
de la misma Congregación con caracteres opuestos siempre en conflicto.
Acuden a la Superiora. Acusan: -La más áspera: Es que
no se le puede decir nada. Parece de papel de
seda. La Superiora, acertada: Y usted, papel de lija. Llegó
una embajada del Sanedrín de Jerusalén. Se dice que es
el Profeta anunciado por Moisés; se murmura que es Elías:
Y le preguntan: "¿Eres Elías? - No. ¿Eres el Profeta?
-No -¿Eres el Cristo? -No". Esa es la grandeza de
su carácter. No es nada. Es la voz que clama
en el desierto. La voz recibe la consistencia de la
palabra. Sin Palabra, la voz no dice nada. Y, sin
embargo, Jesús le llamará profeta, el mayor de los profetas,
un nuevo Elías por su espíritu y por su virtud.
A sus ojos, no es nada; indigno de desatar su
sandalia.
LA VOZ DEL ESPOSO
Y explica el sentido de su
misión, en la imagen del Esposo utilizada por los profetas
Oseas, Jeremías, Isaías, y por el Cantar de los Cantares.
Jesús será, lo que ha sido Yahvé para el pueblo
escogido. Juan sólo es el amigo; pero la gloria de
Aquel en quien ha puesto su amor, le hace plenamente
feliz: "El amigo ve a su amigo y se goza
al oír la voz del Esposo, y por esto mi
alegría es perfecta". Es así como Juan, el asceta austero
en vestidos y en comida, nos descubre el más tierno
y dulce de los atributos de Cristo, el de Esposo.
Pero, para recibir al Esposo, hay que vestirse con el
traje de boda y por eso proclama la conversión. El
prepara el camino del Señor y exige a los hombres
que cambien el rumbo de sus vidas, que acepten el
misterio de Dios que se acerca, que den frutos dignos
de penitencia, pues el Esposo no puede desposarse con los
hombres sin la metanoia. Ese es el carisma de Juan,
y la necesidad de su mensaje, que la Iglesia ha
conservado y perpetuado. Juan empezó asceta y terminó místico. Esto
no se hace sin la gracia. La gracia que nos
llega por el sacramento de la eucaristía, porque "cuantas veces
se renueva sobre al altar el sacrificio de la cruz,
en que nuestra Pascua, Cristo, ha sido inmolada, se efectúa
la obra de nuestra redención" (LG 3). Juan Bautista, el
"tejido en el seno materno por el Señor y Creador,
y escogido portentosamente" Salmo 138; "el que saltó de alegría
en el vientre de su madre al llegar el Salvador
de los hombres", "el mártir que entregó su cabeza por
la Verdad”.
Bautismo de Jesús por S.Juan Bautista
Salome recibe la cabeza de San Juan Bautista
|
Antes de la venida de Jesús, Juan proclamaba un bautismo de
arrepentimiento [Hechos 13:24]. Juan fue enviado a cumplir la profecía
de Malaquías [Mal. 3:1; Lk. 1:76; Also Lk. 3:15-8; Mk. 1:4; Acts 19:4]
La humildad de Juan hizo posible que Dios hiciera grandes cosas por medio de el, Cf. Hechos 13:25. "Conviene que El (Jesús) crezca, y que yo disminuya" -San Juan Bautista.
Juan, Precursor, Profeta y Bautista -en el Catecismo
717
"Hubo un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. (Jn 1, 6). Juan
fue "lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre" (Lc 1, 15.
41) por obra del mismo Cristo que la Virgen María acababa de concebir
del Espíritu Santo. La "visitación" de María a Isabel se convirtió así
en "visita de Dios a su pueblo" (Lc 1, 68).
718
Juan es "Elías que debe venir" (Mt 17, 10-13): El fuego del Espíritu lo
habita y le hace correr delante [como "precursor"] del Señor que viene.
En Juan el Precursor, el Espíritu Santo culmina la obra de "preparar al
Señor un pueblo bien dispuesto" (Lc 1, 17).
719
Juan es "más que un profeta" (Lc 7, 26). En él, el Espíritu Santo
consuma el "hablar por los profetas". Juan termina el ciclo de los
profetas inaugurado por Elías (cf. Mt 11, 13-14). Anuncia la inminencia
de la consolación de Israel, es la "voz" del Consolador que llega (Jn 1,
23; cf. Is 40, 1-3). Como lo hará el Espíritu de Verdad, "vino como
testigo para dar testimonio de la luz" (Jn 1, 7;cf. Jn 15, 26; 5, 33).
Con respecto a Juan, el Espíritu colma así las "indagaciones de los
profetas" y la ansiedad de los ángeles (1 P 1, 10-12): "Aquél sobre
quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que
bautiza con el Espíritu Santo ... Y yo lo he visto y doy testimonio de
que este es el Hijo de Dios ... He ahí el Cordero de Dios" (Jn 1,
33-36).
720
En fin, con Juan Bautista, el Espíritu Santo, inaugura, prefigurándolo,
lo que realizará con y en Cristo: volver a dar al hombre la "semejanza"
divina. El bautismo de Juan era para el arrepentimiento, el del agua y
del Espíritu será un nuevo nacimiento (cf. Jn 3, 5).
Juan Bautista |
Juan bautiza a Jesús en el Jordán, por Piero della Francesca |
Profeta y Mártir |
Apodo |
"El Precursor de Cristo" |
Nacimiento |
5 AC |
Fallecimiento |
36 DC |
Venerado en |
Iglesia católica, Iglesia asiria del Oriente, Iglesia Ortodoxa Oriental, Iglesias Católicas Orientales, Iglesias ortodoxas orientales, Anglicanismo, Luteranismo, Baha'i, Islam, Mandeanismo |
Festividad |
24 de junio (Natividad de San Juan), 29 de agosto (Martirio de San Juan) |
Atributos |
Cruz, cordero, abrigo de piel de camello |
Patronazgo |
Jordania; Puerto Rico, Chitré, Terranova, Florencia, Génova, Oporto, Turín, Caballeros Hospitalarios de Jerusalén, Cesena, Xewkija entre otros muchos |
Juan el Bautista, o simplemente el Bautista o san Juan, fue un predicador y asceta judío, considerado como profeta por tres religiones: Cristianismo, Islam y la Fe Bahá'í. Considerado mesías por el Mandeísmo.
Juan el Bautista en el cristianismo
Hijo del sacerdote Zacarías y de su esposa Isabel ( Lucas 1:5), Juan el Bautista es considerado el precursor de Jesucristo.
Según Lucas 3:1-3, Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto « el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba Judea, cuando Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, en tiempo del sumo sacerdote Anás y Caifás».
Tiberio sucedió a Augusto el 19 de agosto del año 767 (año 13 d. C.) de la fundación de Roma. Lucas pudo contabilizar los años siguiendo el calendario sirio, que inicia el año 1 de octubre,
o bien el calendario romano, que comienza en enero, por lo cual no
sabemos si tuvo en cuenta el primer año de la sucesión. Así, la fecha
aproximada del inicio de la actividad del Bautista estaría en torno al
año 28 de nuestra era.
Juan Bautista se definió a sí mismo como « voz que clama en el desierto: "rectificad los caminos del Señor"» ( Juan 1:23), con lo cual cumplía expresamente una profecía de Isaías ( Mateo 3:1-4, Lucas 3:4-6, Isaías 40:3-5). Marcos 1:1-4 une a ésta el cumplimiento de otra profecía, de Malaquias 3:1. Esta misma misión general, cumplir unidas ambas profecías, vista como una, fue definida en general por los esenios para ellos mismos, según la Regla de la Comunidad (1QS VIII 13-14; 4Q259 III 3-6), encontrada entre los Manuscritos del Mar Muerto y datada entre los años 100 y 75 a. C. También la liturgia bautismal esenia (4Q14) pudo haber servido de inspiración a Juan.
La diferencia entre el ministerio general de los esenios y el de Juan estriba en que aquellos enfatizaban en el estudio de la Ley, y en general de las Escrituras, y Juan en la predicación y bautismo para la conversión del pueblo. Según los Evangelios, bautizó también a Jesús en el río Jordán ( Lucas 3:21-22, Marcos 1:9-11)y lo reconoció como Mesías ( Juan 1:25-34, Mateo 3:13-17). Ese momento supuso el inicio de la actividad mesiánica de Jesús. Algunos autores señalan que sería más bien el arresto de Juan por parte de Herodes Antipas el comienzo de la vida pública de Jesús ( Marcos 1:14).
Poco después (antes de la muerte de Jesús hacia el 30), fue encarcelado y decapitado por orden de Herodes Antipas en la fortaleza de Maqueronte. Este dato es mencionado tanto por Flavio Josefo (Ant., XVIII, v, 2) como por los Evangelios de Marcos 6:16-29 y Mateo 14:3-12.
Juan dudó de Jesucristo a pesar de haberlo reconocido como el Cordero
de Dios, pero estando en la cárcel envió mensajeros para asegurarse de
que Jesús era realmente el Mesías esperado, Mateo 11:2-4 "Y al
oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus
discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o
esperaremos a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a
Juan las cosas que oís y veis". Juan el Bautista es considerado por
Jesús como el más grande entre los hombres, aunque el más chico en el
reino de los cielos es mayor que él, Mateo 11:11 "De cierto os
digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que
Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor
es que él".
La Iglesia católica celebra su fiesta principal el 24 de junio
(seis meses antes de Navidad, ya que el Evangelio cuenta que su madre
Isabel estaba de seis meses cuando el ángel anunció a la prima de ésta, María, que sería madre del Mesías). El 29 de agosto se conmemora su decapitación ( Degollación de san Juan Bautista).
San Juan Bautista es uno de los santos más celebrados de Europa, siendo patrón de Florencia, Badajoz, Chiclana de la Frontera, Albacete, Telde y Arucas en Gran Canaria y Puerto Rico, además de serlo de los monjes Cartujos y de la Orden de Malta. La noche del 23 de junio (víspera del día de su fiesta) se realizan las famosas hogueras de san Juan, entre las que destacan las de Alicante, declarada de Interés Turístico Internacional, y las de La Coruña, declarada ésta de Interés Turístico Nacional.
Según Lucas (1:59-60) Isabel y Zacarías circuncidaron a su hijo a los
ocho días siguiendo el precepto que Yavé mandara a Abrahán (Gén 17,
11-12). Los sacerdotes católicos practicarían el rito del bautismo
siguiendo el prototipo de Juan el Bautista, aunque sin aplicar el
mandato de Yavé de la circuncisión. También, según Mateo (3:6), las
gentes confesaban a Juan sus pecados y Juan las bautizaba mientras en el
rito católico el bautismo y la confesión son independientes.
Juan el Bautista en el islam
Juan el Bautista recibe en el Corán, donde es citado una quincena de veces, el nombre de Yahya ibn Zakariya o simplemente Yahya (يحيى). Según la tradición, María (Mariam مريم), al quedarse embarazada de Jesús
se retiró a un oratorio, donde vivía sola bajo la tutela del profeta
Zacarías (Zakariya زكريا), que la visitaba para cuidar de ella y
llevarle alimento. Sin embargo, María no necesitaba que le llevasen
alimentos pues el propio Dios la aprovisionaba. Maravillado por el
milagro, Zacarías rogó a Dios que hiciera también por él un milagro,
dándole un hijo, y Dios accedió a sus ruegos. De este modo, nació Juan.
En agradecimiento, Zacarías ayunó y se mantuvo en silencio durante tres
días, y Dios dio a Juan sabiduría y conocimiento, haciéndole profeta.
El Corán presenta a Juan como un hombre lleno de cualidades y
virtudes, entre las cuales un inmenso respeto por sus padres y una gran
sinceridad. Fue uno de los profetas con los que se encontró Mahoma en el Isra, su legendario viaje nocturno a Jerusalén.
La tradición afirma que está enterrado en la gran Mezquita de los Omeyas, en Damasco.
Véase también
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Juan el Bautista.
Ver Videos:
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario