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Zenon (Zynovij) Kovalyk, Beato |
Presbítero y Mártir
Martirologio Romano: En Lviv, en Ucrania, conmemoración del
beato Zenon Kovalyk, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor
y mártir, que en tiempo de un régimen hostil a
Dios alcanzó la palma gloriosa en un día desconocido. (1941)
Etimológicamente: Zenón = Aquel supeditado a Dios, es de origen
griego.Zynoviy Kovalyk nace el 18
de agosto de 1903 en la aldea de Ivachiv Horishniy
cerca de Ternopil, en el seno de una familia campesina
y pobre. Antes de hacerse religioso trabaja como maestro de
primaria en su aldea. Tiene un carácter fuerte y no
llega nunca a componendas con su fe. Desde su infancia,
el sueño de Wynoviy es ser sacerdote. Una vez descubierta
su vocación a la vida consagrada, Wynoviy Kovalyk entra en
los Redentoristas. Profesa el 28 de agosto de 1926; poco
después es enviado a Bélgica a fin de completar sus
estudios de filosofía y teología.
De regreso a Ucrania, Wynoviy Kovalyk
es ordenado sacerdote el 9 de agosto de 1932; celebra
su primera misa solemne el 4 de septiembre en su
aldea natal, Ivachiv. Los pequeños iconos que conmemoran su ordenación
llevan el siguiente texto: "Oh Jesús, acéptame (como sacrificio) juntamente
al Santo Sacrificio de tu Cuerpo y de tu Sangre:
recíbelo por la Santa Iglesia, por mi Congregación y por
mi madre patria". Cristo aceptó estas palabras que fueron una
auténtica ofrenda. Bien pronto supo el Padre Kovalyk que estas
palabras habían sido proféticas y que también muy pronto -
solamente nueve años más tarde - habrían de cumplirse con
su martirio.
Tras su ordenación, el Padre Kovalyk parte juntamente con
el obispo Mykolay Charnetskyi hacia la región de Volhyn a
fin de trabajar en la obra de reconciliación con los
ortodoxos ucranianos. El joven sacerdote es una auténtica alegría para
sus cohermanos. El Padre Kovalyk tiene espíritu, tiene una bonita
voz y posee una dicción muy cuidada. Es buen cantor
y un auténtico predicador que encandila a todos. Su devoción
y labor apostólica atrae a millares de personas. El Padre
Kovalyk ama de todo corazón a la Madre de Dios
y no deja nunca de mostrar su sincera piedad hacia
Maria. Estas cualidades hacen ciertamente que el Padre Kovalyk tenga
un gran éxito en su actividad misionera.
Tras varios años de
trabajo en la región de Volhyn, el Padre Kovalyk se
traslada a Stanislaviv (ahora Ivano-Frankvsk) para dirigir las misiones que
se dan en la ciudad y en las aldeas circunstantes.
En 1939, poco antes de la invasión soviética, se traslada
a Lviv, al monasterio redentorista de calle Wyblykevycha (ahora Ivana
Franka) y se encarga de la economía del monasterio.
El celoso
sacerdote continúa también predicando la Palabra de Dios cuando da
comienzo la invasión soviética. Un campo importante del trabajo del
P. Kovalyk es el de las confesiones; es una actividad
apostólica en la que tiene particular éxito: está siempre rodeado
de gran número de fieles que buscan su ayuda espiritual.
Mientras
la mayor parte de los ucranianos de Galizia se encuentran
acobardados por el terror, el Padre Wynoviy da muestras de
un ánimo admirable. Muchos predicadores se han vuelto ya extremadamente
cautos en sus sermones. Tratan de eludir los temas espinosos
de la actualidad y se centran en exhortar al pueblo
a ser fiel a Dios. El Padre Kovalyk, por el
contrario, no tiene nunca miedo a condenar abiertamente las costumbres
ateas introducidas por el régimen soviético. Sus sermones causan un
fuerte impacto en los oyentes pero, al mismo tiempo, son
un peligro no pequeño para el predicador. Avisado por los
amigos del posible peligro que corre a causa de su
modo de predicar, el Padre Kovalyk responde: "Acogeré con alegría
la muerte, si ésta fuera la voluntad de Dios, pero
no abandonaré nunca mis compromisos con mi conciencia de predicador".
Él
último gran sermón del Padre Kovalyk tuvo lugar en Ternopil
el 28 de agosto de 1940 con ocasión de la
fiesta de la Dormición de la Madre de Dios. Aquel
día los fieles que escuchaban al Padre Kovalyk eran alrededor
de diez mil. Su sueño de martirio se realizaría pocos
meses más tarde.
La noche del 20-21 de diciembre de 1940,
los agentes de la policía secreta soviética penetraron en el
monasterio de los Redentoristas para detener al Padre Kovalyk por
sus sermones con ocasión de la Novena de la Inmaculada
que tuvieron lugar en la iglesia del monasterio. Antes de
dejar a sus cohermanos, el Padre Kovalyk pidió a su
superior, Padre De Vocht, su última bendición y absolución.
Durante mucho
tiempo los Redentoristas trataron de saber el paradero de su
cohermano detenido, pero solo hasta abril de 1941 no llegaron
a saber que el Padre Kovalyk había sido confinado como
preso en la calle Zamarstynivska (la famosa prisión "Brygidky"). Durante
su reclusión, que duraría seis meses, el Padre Kovalyk padece
28 penosos interrogatorios; tres veces es conducido a otras tantas
cárceles para ser interrogado en ellas. Después de uno de
estos interrogatorios, especialmente acompañado de torturas, el Padre Kovalyk enferma
a causa de una hemorragia masiva.
Mientras permanece recluido en la
prisión, el Padre Kovalyk continúa con su labor apostólica. Comparte
una mísera celda (4,20m por 3,50m) y sin mobiliario alguno
con otros 32 compañeros. El Padre Kovalyk reza el rosario
todos los días juntamente con los prisioneros y un rosario
entero el domingo. Además, dirige la oración litúrgica; durante el
mes de mayo organiza plegarias a la Madre de Dios
y el día de Reyes invita a sus compañeros a
la bendición del agua. Además de orar, el Padre Kovalyk
administra el sacramento de la reconciliación, dirige ejercicios espirituales y
enseña el catecismo, consuela a sus compañeros narrando - con
su estilo típico e ingenioso - diversas historias religiosas. No
es de asombrar, por tanto, el hecho de que los
prisioneros - gente con una extrema necesidad de esperanza y
de consuelo - quisieran de todo corazón al Padre Kovalyk
por su celo apostólico.
En 1941, cuando las tropas alemanas comienzan
su ofensiva, los guardianes de la prisión, ansiosos por huir,
y al ver que no pueden llevar consigo a los
prisioneros, disparan sobre ellos. Pero no les basta con la
intención de matar al Padre Kovalyk disparándole; recordando sus sermones
sobre Cristo crucificado, lo clavan en el muro de la
prisión a la vista de sus compañeros prisioneros.
Cuando las tropas
alemanas entran en Lviv, abren rápidamente las cárceles para limpiar
el lugar de la pila de cadáveres putrefactos. La gente
corre a las prisiones con la esperanza de encontrar algún
pariente. Todos testimoniarán la horrible visión de aquel sacerdote crucificado
en la pared de la prisión, su abdomen abierto en
canal y en su interior un feto humano.
Para describir al
Padre Zynoviy Kovalyk podemos emplear justamente las palabras de vísperas
del común de Mártires que se refieren al soldado glorioso
e invencible que, armado con la Cruz, vence al enemigo
y recibe la corona de la victoria del único Vencedor
y Dios que reina por siempre. El dichoso martirio del
Padre Zynoviy Kovalyk puede servir como representación gráfica de las
siguientes palabras de la Biblia: "Las almas de los justos
están en las manos de Dios y no les alcanzará
tormento alguno. A los ojos de los insensatos pareció que
habían muerto; se tuvo por quebranto su salida, y su
partida de entre nosotros por completa destrucción; pero ellos están
en la paz su esperanza estaba llena de inmortalidad; por
una breve pena recibirán largos beneficios, pues Dios los sometió
a prueba y los halló dignos de sí" (Sab. 3,
1.4-5).
Teniendo en cuenta los testimonios sobre la vida virtuosa del
P. Zynoviy Kovalyk y, sobre todo, su perseverancia, su ánimo
y su fidelidad a la Iglesia de Cristo durante el
período de persecución, su proceso de beatificación se inició con
ocasión del año Jubilar. Concluido el proceso a nivel de
Eparquía, el 2 de marzo de dicho año es enviada
la causa a la Sede Apostólica. El 6 de abril,
la comisión teológica reconoce el martirio del Padre Kovaly; el
23 del mismo mes es estudiado su martirio por la
asamblea de Cardenales y el 24 de abril de 2001
el San Padre Juan Pablo II firma el decreto de
beatificación del P. Zynoviy Kovalyk, beato mártir de la fe
cristiana.
El grupo beatificado está integrado por:
Mykolay Charneckyj, Obispo,
2 abril Josafat Kocylovskyj, Obispo, 17 noviembre Symeon Lukac, Obispo, 22 agosto Basilio Velyckovskyj, Obispo, 30 Junio Ivan Slezyuk, Obispo,
2 diciembre Mykyta Budka, Obispo, 28 septiembre Gregorio
(Hryhorij) Lakota, Obispo, 5 noviembre Gregorio (Hryhorij) Khomysyn, Obispo,
28 diciembre Leonid Fedorov, Sacerdote, 7 marzo Mykola Konrad, Sacerdote,
26 junio Andrij Iscak, Sacerdote, 26 junio Román Lysko, Sacerdote,
14 octubre Mykola Cehelskyj, Sacerdote, 25 mayo Petro Verhun, Sacerdote, 7 febrero Alejandro (Oleksa) Zaryckyj, Sacerdote, 30 octubre Klymentij Septyckyj,
Sacerdote, 1 mayo Severijan Baranyk, Sacerdote, 28 junio Jakym Senkivskyj, Sacerdote, 28
junio Zynovij (Zenón) Kovalyk, Sacerdote, 30 junio Vidal
Vladimir (Vitalij Volodymyr) Bajrak, Sacerdote, 16 Mayo Ivan Ziatyk,
Sacerdote, 17 mayo Tarsicia (Olga) Mackiv, Monja, 18 Julio Olympia
(Olha) Bidà, Suora, 28 enero Laurentia (Leukadia) Harasymiv, Monja, 26 agosto Volodymyr
Pryjma, Laico, 26 Junio (las fechas indicadas corresponden a las
de su martirio)
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