«Canto de David»
Canto de David. Protégeme, Dios mío,
porque me refugio en ti.
“Señor, tú eres mi bien,
no hay nada superior a ti”.
Multiplican sus ídolos y corren tras ellos,
pero yo no les ofreceré libaciones de sangre,
ni mis labios pronunciarán sus nombres.
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz,
¡tú decides mi suerte!
Tengo siempre presente al Señor:
él está a mi lado, nunca vacilaré.
Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás
en el cielo, santificado
sea tu Nombre; venga a
nosotros tu reino; hágase
tu voluntad en la tierra
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan
de cada día perdona nuestras
ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
Ave María |
eres de gracias el Señor
es contigo; bendita tú eres
entre todas las mujeres, y
bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la
ahora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria.
Gloria al Padre,
y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
y por los siglos
de los siglos.
Amén
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