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Elia o Eliada de Ohren, Santa |
Abadesa
Etimológicamente significa “ resplandeciente como el sol”. Viene de la
lengua griega.
Fue una magnífica mujer religiosa que, en toda su
vida, se enamoró de la Regla de san Benito.
Con ella
escaló la cima de la santidad. El cumplimiento de la
Regla constituyó para la Orden Benedictina el factor principal para
extenderse por todo el mundo.
Elia se preocupó durante todo el
tiempo que fue abadesa de una abadía, la de Ohren,
en la que había doce hermanas. Supo con santidad, elegancia
y finura tratar a todas y a cada una en
particular con el detalle que emana de su gran
corazón.
Ella fue consciente de que era como una madre para
sus hijas en la comunidad. El título de abadesa se
usa en los Benedictinos, Claras y en ciertos colegios de
las canonizas. Ella tenía el derecho de llevar el anillo
y la cruz como símbolo de su rango.
Fue la quinta
abadesa del monasterio de Ohren (Treviri) y murió en el
año 750.
Hay libros de rezos que hacen mención específica de
ella. Podemos enumerar entre otros el breviario del arzobispo Balduino,
los calendarios de san Irmino, de san Máximo en el
esplendoroso siglo XIV.
También la rememoran el Greven en las Actas
del Martirologio de Usuardo.
En los martirologios benedictinos, desde el fin
de Wion, su fiesta pasó a fijarse definitivamente el 20
de junio. En realidad se hizo porque era costumbre poner
el día en el cual subía al cielo tras su
muerte.
Desde ese lejano tiempo, esta santa abadesa no pierde actualidad
porque la reliquia de su brazo está hoy en el
gran monasterio franciscano de Ohren.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
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